De mí, para ti; te amo
Capitulo 8
De mí, para ti; te amo.
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Ellen estaba impaciente. Se encontraba temerosa por su bebé, debía irse de ahí antes de que los doctores comenzaran a hacer preguntas a las que ella jamás contestaría. Le hubiera encantado que esta niña fuera de Ike y suya, pero el destino le puso una mala jugada aquel día...
Ellen: ¿Por qué tuvo que ser así? —se cuestionó ella con cierto grado de rabia ante el recuerdo de ser tomada por un chico al que juró matar en incontables ocasiones—. ¿Por qué tenías que ser tú?
Itsuka Shidou era el padre de su pequeña. Nunca le había mostrado rencor y eso provocaba un desagrado en ella.
—Solo quería que esto fuera una pesadilla.
El llanto de una niña pequeña provocó que su corazón se acelerara. Una enfermera entraba con su hija y por instinto deseó levantarse para tener a su primogénita en brazos.
Enfermera: Es una niña saludable.
Ellen: Gracias...
Enfermera: Te dejo sola para que puedas estar con ella.
Tras eso, nuevamente Ellen se encontró sola en la habitación. Bueno, ahora con la compañía de su pequeña, quien era una criatura tan inocente que fue capaz de romper esa armadura de orgullo y prejuicio que alzó para proteger su corazón.
Ellen: Que se jodan todos, sólo seremos tu y yo...
Ella no quería a nadie más para su hija. Lo haría todo sola y saldría del camino de DEM para vivir una vida más monótona. No deseaba cargar con la culpa de arruinar la vida de una pequeña que nada tenía que ver con los deseos de dos hombres cuyos destinos estaban ligados.
¿?: Una traidora merece la muerte.
Ellen: ¿Qué rayos? —sus ojos buscaron en todos lados a la dueña de esa voz tan tétrica—. Sal a dar la cara.
¿?: ¿Cómo tú con Ike?
Ellen: Cállate.
¿?: ¿Acaso olvidaste como Elliot te despreció? ¿O cómo Isaac prefería alejarse de ti a tener que soportar tu odiosa cara? —frente a Ellen se materializó una especie de clon suyo cuyos ojos tenían un color similar al de la sangre—. Primera vez que un chico se fija en ti, que linda.
Ellen: ¿Q-Qué eres? —preguntó con duda y miedo, un miedo que la hizo buscar algo con que protegerse.
Ellen A: Soy tú, la única e inigualable Ellen Mira Mathers— del realizer salió una hoja de luz y con un rápido movimiento tomó a la bebé—. Una criatura tan débil no merece ser nuestra hija, especialmente sí ese idiota nos ayudó a concebirla.
Ellen: ¡Regrésame a Elizabeth!
Ellen A: Que tierna, el saco de carne ya tiene nombre.
La pequeña Elizabeth lloraba con fuerza mientras era agarrada por su cuello. La Ellen Alternativa parecía gozar del sufrimiento de la original quién intento usar su espada solo para ver cómo su pequeña era apuñalada frente a sus ojos.
Ellen A: Era muy frágil, ¿Quién lo diría?
Ellen: Elizabeth...
Ellen A: Regresa con Ike, seamos una de nuevo.
Tras presenciar la muerte de su hija, Ellen optó por el camino más sencillo y triste que una persona puede tomar.
Ellen A: Así que te apuñalas—ella gozaba de ver a su versión más débil sufrir—. No esperes que Shidou reciba a una mujer débil en brazos... Mucho menos a una asesina como tú.
Ellen sabía perfectamente lo que le estaban contando. Hace tiempo se dio cuenta que era un sueño, debía despertar a toda costa.
Nueve meses fueron más que suficientes como para mitigar su orgullo al punto que todos los noches rezaba por llegar al día siguiente con vida. Abandonó todo por amor a su hija y sabía que tarde o temprano sería alcanzada por sus pecados.
Ellen: Shidou... Te necesito.
Te necesito...
Shidou...
Te...
Necesito...
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Finalmente Ellen había despertado. Se encontraba agotada y su mente era un caos. Miró la hora, dándose cuenta de lo mucho que había pasado lejos de su hija.
Ellen: Sin Elizabeth no puedo dormir a gusto—comentó con cansancio mientras se ponía la camisa de Itsuka Shidou para así ir por su hija.
Se sorprendió mucho de encontrar la casa en un silencio casi perpetuo. Por la hora ya todas debían estar dormidas, incluyendo su pequeña. Necesitaba tenerla en sus brazos nuevamente para sentirse aliviada.
Grande fue su sorpresa al encontrarla dormida en los brazos del joven Itsuka, quien seguía vestido con las ropas que correspondían a su alter ego femenino. Era una escena tierna, pero muy rara a su percepción.
No quería despertarlos, optando así por acurrucarse a lado de él para poder así dormir un poco más. Tanto su hija como Itsuka Shidou soltaron una pequeña risa ante su llegada. No esperaba eso, pero fue un detalle que la hizo sentir en una verdadera familia después de muchos años de no tener una.
•
Las horas pasaron y finalmente el llanto de su hija la levantó de nuevo. Faltaba una hora para que el sol se asomara por el horizonte.
Shidou: Buenos días, Ellen.
Ellen: ¡Itsuka Shidou! —su mente pronto la trajo a la realidad—. ¿Qué haces aquí?
Shidou: Es la sala de estar, aquí dormí con Elizabeth—contestó él con simpleza mientras preparaba un biberón para su pequeña—. Descansa, yo me encargo de esto.
Ellen quería ayudar, pero entendía que él se encontraba en todo su derecho para ayudarla con su hija.
Ellen: Caminas muy bien con esos tacones—bromeó ella sin dejar de lado su semblante serio.
Shidou: Te sorprendería saber todo lo que aprendí para poder sellar a Miku.
Ellen: [DIVA] si que es de temer.
Shidou se sentó nuevamente en el sofá junto a la madre de su hija. Ella de inmediato se acurrucó a su lado mientras observaba cómo su pequeña disfrutaba bebiendo aquella fórmula láctea que le haría bien a su cuerpecito.
Ellen: ¿Te acuerdas cuándo lo hicimos? —soltó, sintiendo algo de nostalgia por ese incidente.
Shidou: Bueno, sí...
Ellen: Te guarde mucho rencor, incluso opté por una aborto clandestino—aquel comentario provocó un sensación de incomodidad en Shidou—. Pero al ver a nuestra hija, supe que su padre debía estar presente.
Shidou: Ellen...
Ninguno de los dos lo sabía de momento, pero estar al lado del otro generaba un aire de confianza y cariño que era transmitido hacia la pequeña. Era el inicio de algo más entre ambos, de una amistad que empezaba con el corazón.
Origami: Así que esta es la niña de mi amado.
Ambos padres fueron sorprendidos por Tobichii Origami, quien se había llegado hace poco, sorprendiendo a ambos.
Ellen: ...
Shidou: Origami, se más cuidadosa que Elizabeth necesita...
Origami: Sé lo que necesita una bebé, Shidou—aunque no lo parecía, estaba muy molesta—. ¿Cuándo fue que sucedió todo esto que no me enteré?
Shidou: Cuando mis poderes se...
Origami: Entiendo, estás perdonado—contestó ella tras recordar aquel día donde fue Shiori por un par de minutos—. Es una niña muy linda.
Shidou: Gracias, su nombre es...
Ellen: Itsuka Mathers Elizabeth, hija mía y de Shidou—dijo con molestia mientras cruzaba su pierna sobre la otra al mismo tiempo que cruzaba sus brazos por debajo de su busto—. Y la amo.
Origami no dijo nada, simplemente se limitó a sentarse en el otro extremo de Shidou para ver más de cerca a la pequeña criatura que nació de una enemiga.
Después de varios minutos, Elizabeth finalmente detuvo su molinito interno dejando así descansar a sus padres aunque sea por un rato.
Origami: Por cierto, súbete la falda para poder tomarte fotografías—de un segundo a otro sacó su cámara para así tomar material valioso para su estudio—. Si puedes actuar como chica, sería mejor.
Ellen: ...
Shidou: ¡O-Origami! —Shidou juntó sus piernas, estando muy apenado por la insinuación de su amiga—. S-Sólo por esta ocasión, pero después de llevar a Elizabeth a una cuna.
Origami: Ya me encargué de eso.
Ellen: ¿De verdad?
Origami: Mana vendrá en una horas con ella. La escogí para que fuera fácil de instalar en la habitación de Shidou—contestó ella mientras tomaba fotos del chico—. Por cierto, Kurumi está rondando.
Shidou: Ah, lo sabemos.
Origami: ¿Sí?
Shidou: Se fue a dormir a la habitación de Natsumi después de que llegó Miku—el tan solo recordar la mirada incómoda ambas ante la presencia de la idol causaba una escalofrío en él—. S-Sé que estarán bien, pero me preocupa que movieran el armario.
Aunque parecía una exageración, era una medida preventiva para ambas de ser víctimas de la chica cuyo corazón siempre se dividía ente Itsuka Shidou y su alter ego.
Origami: Eso no la detendrá.
Shidou: Lo sé—lágrimas bajaban por sus mejillas tras imaginar cómo Kurumi y Natsumi se encontraban aterradas ante la presencia de Miku.
Los tres pronto se pusieron a conversar de una manera más amena. La presencia de las chicas causaban en Ellen algo de incomodidad debido a lo cercanas que eran con el chico, pero se calmaba tras darse cuenta de lo que sucedía en su mente.
Cuando todas despertaron, Shidou se puso manos a la obra para darles el mejor desayuno posible dentro de lo que cabe. Kurumi de forma rápida se acercó a él para no tener que estar cerca de Miku después de una noche en vela.
Kotori y Reine como siempre hablaban del trabajo que tenían para hoy. A esto se sumaba su presencia. Le habían pedido que no abandonara la residencia por ningún motivo, ya que era la primera ocasión en que <Nightmare> se mostraba amigable ante ellos sin intenciones de cometer alguna acción que los perjudicara.
Si bien esto era bueno, debía saber que tampoco deseaban que ella se fuera de ahí. Kotori sentía un fuerte sentimiento de cariño por su recién revelada sobrina y Reine, bueno, ella actuaba de manera protectora con la pequeña al punto que le daba algunos consejos para que esta creciera sana y fuerte.
Miku: Es genial, ¿No?
Ellen: ¿Qué cosa?
Miku: Tener una familia a la cuál volver.
Ellen: Yo no...
Miku: Mira, sé que vas a decir que no es tú familia, pero Darling ama a la niña y lo veo en sus ojos. No siempre podrás estar sola, puede que no lo ames, pero al menos deja que él esté contigo para que él pueda disfrutar de la niñez de su hija.
Ella nunca miró esa posibilidad, ni siquiera cuando llegó tocando a la puerta con su hija en brazos. Solo quería huir de DEM para después escapar lejos a un lugar donde nadie los pudiera encontrar.
¿Era correcta su decisión?
No lo era.
Estaba siendo egoísta al alejarla de su padre. No quería aceptarlo, pero aquella vez que hicieron el amor por primera vez en su vida se sintió querida por un hombre. Hubiera preferido mil veces quedarse con él, pero su tonto orgullo le impedía ver su realidad.
Todas eran felices a su lado. Ninguna comenzó amándolo. Fueron construyendo su relación a través de la confianza y las acciones que hacían por el otro.
Esto era el verdadero amor. Este era el sentimiento que Nightmare tenía en su interior resguardo por toda esa oscuridad y que gritaba por ayuda. También gritaba lo mismo que ella, necesitaba que la salvaran de todo lo que alguna vez fue.
Suplicaba a Dios para ser salvada.
Shidou: Ellen... ¿Qué deseas para desayunar? —preguntó él con duda y emoción para celebrar lo que había sucedido—. ¿Ellen?
Aquellos ojos amatistas se llenaron de lágrimas. Nunca antes habían llorado frente a él de la forma en que lo hacía ahora.
—¿Qué sucede? —él se acercó, temeroso de que algo sucediera con ella—. Ellen...
Ellen: Perdón... Perdón por todo.
Shidou no entendía lo que sucedía. Lo único que se le ocurrió en ese momento fue darle un abrazo para intentar calmarla.
Shidou: Estoy aquí, Ellen—murmuró él—. Todos estamos aquí.
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