recuerda esto que aún no termina
Lincoln, con el rostro lleno de arrepentimiento, miraba a Kipo mientras la sostenía en sus brazos. La joven heroína, aunque débil y con dolor en su cuerpo, seguía observando a Lincoln con una mezcla de confusión y compasión. No entendía del todo lo que había pasado, pero sabía que él no era la misma criatura que había atacado la ciudad.
"Lo siento tanto, Kipo," dijo Lincoln, su voz quebrada por la emoción. "Soy un monstruo... Yo... te lastimé. Te hice daño. No lo quise hacer, pero..." La culpa lo estaba consumiendo. La rabia de la criatura que había sido en su forma monstruosa lo había dominado, y ahora, al mirarla en su estado debilitado, sentía una tristeza profunda por lo que había hecho.
Kipo, con la poca fuerza que le quedaba, levantó una mano débilmente y tocó el rostro de Lincoln, interrumpiendo sus palabras. Sus ojos reflejaban más comprensión que reproche.
"Lincoln... No fuiste tú," dijo con suavidad, aún respirando pesadamente. "Lo que te pasó... lo que te hizo Enigma... eso no eras tú. La persona que me atacó, esa criatura... era algo completamente distinto."
Lincoln la miró, sus ojos llenos de confusión y desesperación. "¿Pero... tú cómo puedes decir eso? ¡Yo te atacé! Yo... yo destruí todo lo que había en mi camino. ¿Cómo puedo justificar eso?"
Kipo sonrió débilmente, y aunque el dolor seguía atormentándola, sus palabras eran claras. "Porque yo te conozco, Lincoln. Conozco la persona que eres. Eres amable, valiente, y siempre has pensado en los demás primero. Eso no era... no era la verdadera tú. Enigma hizo algo contigo, algo que te hizo perder el control. Pero no es tu culpa. Tú no elegiste ser ese monstruo. El Lincoln que me importa está aquí, ahora mismo, sosteniéndome, cuidándome."
Lincoln no pudo evitar sentir una oleada de alivio al escuchar esas palabras. El dolor que sentía en su pecho comenzó a menguar un poco, aunque aún quedaba esa sensación de no haber hecho lo suficiente para evitar el daño que había causado.
"Pero... ¿y las personas que lastimé? ¿Y todo lo que destruí?" preguntó Lincoln, todavía luchando con la culpa. "No puedo... no puedo dejar de sentir que fallé."
Kipo lo miró con determinación, a pesar de su estado físico. "No fallaste, Lincoln. Estás aquí, con nosotros, luchando por lo correcto. Eso es lo que importa. Lo demás... lo demás se puede arreglar. Tú puedes arreglarlo. Y no tienes que hacerlo solo. Yo... yo estoy aquí para ti, ¿recuerdas?"
Lincoln la miró fijamente, sus ojos llenos de gratitud, de entendimiento. No estaba solo. No era un monstruo. No importaba lo que Enigma le hubiera hecho. Lo que importaba ahora era lo que él elegía hacer a partir de ese momento.
"Gracias... Kipo," susurró Lincoln, sintiendo una ola de consuelo al saber que, a pesar de todo lo sucedido, todavía tenía a alguien que confiaba en él. "Lo intentaré... lo prometo."
Kipo asintió suavemente, apoyando su cabeza en su hombro mientras él la sostenía. "Sé que lo harás. Y no importa lo que pase, siempre estaremos juntos en esto."
Enigma yacía inmóvil en el suelo, su cuerpo no respondía. La armadura que había sido su orgullo, su herramienta para dominar y controlar, estaba hecha trizas a su alrededor. Había fallado, y ahora el precio era evidente. Con su rostro al suelo y sus extremidades completamente inútiles, no podía hacer más que sentir el dolor de sus huesos rotos y el peso de su derrota aplastándole.
Sticker Voss observaba la escena con una mezcla de incredulidad y desdén. Había visto a muchos villanos caer antes, algunos fuertes, otros débiles, pero ninguno tan desmoronado como Enigma. No solo estaba derrotado; estaba completamente paralizado, incapaz de mover un solo dedo. Ni siquiera una sombra de su antigua confianza quedaba en él. Solo había un hombre derrotado, quebrado por su propia creación.
"Vaya..." murmuró Sticker Voss, observando a Enigma desde una distancia. "Pensé que sabías lo que hacías, pero al parecer no. Aquí estás, tirado en el suelo, incapaz de moverte. Qué triste." La voz de Sticker Voss estaba teñida de una burla sutil. Era una mezcla de incredulidad y satisfacción al ver caer a un enemigo que había sido tan seguro de su victoria.
Mientras Sticker Voss lo observaba, se dio cuenta de algo más. Enigma, a diferencia de muchos otros villanos que había enfrentado, no tenía un objetivo claro. Había fallado, y ni siquiera parecía entender por qué. "¿Qué querías, Enigma? ¿Poder? ¿Control? ¿Destrucción? ¿Qué ganaste con todo esto?" murmuró, sin esperar respuesta.
No sabía exactamente cuál había sido el plan de Enigma. No sabía qué quería lograr, o si su fracaso había sido por pura incompetencia o por alguna otra razón desconocida. Lo único claro era que Enigma había caído mucho más bajo que cualquier villano que Sticker Voss hubiera conocido. No solo había perdido, sino que se había dejado consumir por su propio orgullo y ambición, y ahora no podía ni siquiera levantarse.
"Quedaste peor que muchos de los que he vencido. No sabías lo que hacías... y ahora no sabes qué hacer," dijo Sticker Voss, observando a Enigma con una mezcla de repulsión y lástima. El villano ya no era una amenaza. Ya no era una pieza importante en el tablero. Era solo un hombre que había caído, y de manera estrepitosa.
Sin embargo, Sticker Voss no perdió mucho tiempo en observar al derrotado Enigma. En el fondo, sabía que no valía la pena seguir gastando energía en alguien que ya no podía hacer nada. Lo dejó allí, en el suelo, paralizado y sin esperanza, mientras giraba sobre sus talones, dirigiéndose hacia el lugar donde aún se libraba la batalla.
Enigma, allí postrado, ni siquiera podía reaccionar ante las palabras de su enemigo. No quedaba nada en él, solo un hombre derrotado, incapaz de moverse o defenderse. La idea de lo que había querido lograr se desvaneció de su mente, reemplazada por un vacío absoluto.
Sticker Voss, mientras caminaba hacia la ciudad, reflexionó por un momento. No entendía qué había llevado a Enigma a su caída, pero algo en él sabía que este villano no solo había fracasado en su misión. Había fracasado consigo mismo.
Después de la intensa batalla, la ciudad finalmente comenzó a calmarse. Las sirenas de los vehículos de emergencia sonaban a lo lejos mientras los ciudadanos, atónitos y confundidos, trataban de asimilar lo que había ocurrido. En las pantallas de televisión y en las noticias locales, las imágenes de la destrucción que había dejado la criatura comenzaron a ser reemplazadas por una nueva transmisión.
La cámara mostraba a Sticker Voss de pie, con su traje de héroe cubierto de polvo y sangre, su mirada feroz aún presente. Junto a él, la figura enigmática de la heroína Jaguar se recortaba contra el horizonte, su traje brillante resplandeciendo bajo la luz del sol. Aunque estaba agotada, parecía serena, como si hubiera hecho lo que sabía que tenía que hacer.
"Hoy, hemos derrotado a la criatura que aterrorizaba la ciudad y a su creador, el villano conocido como Enigma," anunciaba la voz de un reportero mientras las cámaras se enfocaban en los dos héroes. "Gracias a ellos, la amenaza ha sido eliminada. Sin embargo, aún hay muchas preguntas sin respuesta."
El periodista continuó, destacando el heroísmo de ambos y preguntando por la criatura que había sido sometida por Sticker Voss y la heroína Jaguar. "Sin embargo, el destino de la criatura sigue siendo un misterio. ¿Qué ocurrió con su cuerpo? ¿Cómo es que desapareció de la escena tan rápidamente?"
La pantalla se dividió, mostrando a Sticker Voss mirando directamente a las cámaras. "La criatura... simplemente se desintegró," dijo en un tono firme, sus palabras claras y directas. "No hubo restos, no hubo rastro. Se hizo polvo." Su voz era tan fría como la mirada que dirigió a la cámara, pero su respuesta dejó un aire de incertidumbre flotando en el aire.
"¿Pero cómo es eso posible?" La pregunta resonó en la sala de redacción. Los periodistas intercambiaron miradas confundidas y desconcertadas. "¿Un ser tan grande y poderoso puede simplemente desaparecer?"
Sticker Voss se encogió de hombros con indiferencia. "Lo que importa es que ya no es una amenaza. Las respuestas, si las hay, no son relevantes ahora. Lo importante es que la ciudad está a salvo."
El reportero intentó seguir preguntando, pero en ese momento, la figura de la heroína Jaguar apareció en la pantalla, sin decir una palabra. Su presencia imponía respeto, y todos los ojos se centraron en ella. Sin embargo, al igual que Sticker Voss, ella también guardaba silencio, no revelando nada sobre la naturaleza de la criatura ni el enigma que dejaba detrás.
El silencio que siguió solo aumentó las dudas. Si bien la ciudad se sentía aliviada por la derrota de la criatura, muchos se preguntaron sobre la verdadera naturaleza de ese monstruo, sobre todo cuando el héroe más experimentado de todos, Sticker Voss, parecía tan desconcertado. Además, la heroína Jaguar, cuya identidad seguía siendo un misterio, solo aumentaba el aura de incertidumbre.
"¿Una criatura que se desintegra tan fácilmente?" preguntó un periodista, quien parecía no poder creer lo que acababa de escuchar. "Y, ¿por qué nadie sabe de su origen?"
Las preguntas flotaban en el aire, pero las respuestas no llegaban. La gente comenzaba a murmurar sobre teorías y rumores. Algunos creían que la criatura no era más que un experimento fallido, mientras que otros afirmaban que era algo mucho más grande y complejo, tal vez incluso algo que tenía conexión con las oscuras intenciones de Enigma.
Pero, por ahora, lo único que quedaba claro era que la ciudad había sobrevivido. La amenaza había sido contenida, pero el misterio de la criatura y la desaparición de su cuerpo seguirían sin resolverse.
"Por ahora," dijo Sticker Voss, mientras se alejaba de las cámaras, "lo importante es que el peligro ha pasado. Pero no olvidemos lo que hemos visto aquí."
La pantalla de la noticia cambió a una imagen panorámica de la ciudad, recuperándose lentamente del caos. Sin embargo, las sombras de las preguntas no desaparecerían tan fácilmente. Y la figura de la heroína Jaguar, cuyos ojos nunca se mostraron, seguía siendo un enigma, tanto para los ciudadanos como para el propio Sticker Voss.
Mientras tanto, las preguntas sobre Enigma, sobre la criatura y sobre lo que realmente había sucedido en esa batalla, seguían flotando en el aire, sin respuesta.
Mientras Sticker Voss caminaba de regreso a su refugio, su mente comenzó a repasar los eventos que acababan de suceder, y entre todo el caos de la batalla, una memoria persistente volvió a su mente. La conversación que había tenido con la heroína Jaguar, o como ella prefería llamarse en ese momento, Kipo. Recordaba claramente el trato que habían acordado en el calor del momento, cuando ella le pidió ayuda para ocultar algo muy importante.
"Prometeme que no le dirás a nadie sobre esto," le había dicho Kipo con una mirada seria en sus ojos. "Lincoln... él no es un monstruo. Hay algo más en él. Algo que está fuera de control."
Sticker había escuchado con atención, sin mostrar ninguna emoción, pero dentro de él, un sentimiento de incomodidad se había encendido. "¿Qué quieres que haga? ¿Ocultar su identidad?" había preguntado, sin comprender bien la magnitud de lo que Kipo le pedía.
"Exactamente," Kipo había respondido rápidamente. "Por favor, él... él solo necesita tiempo. Yo lo cuidaré, lo sanaré. Te prometo que no causará más problemas. Pero necesito que me des tiempo, para ayudarlo a volver a ser quien era. El Lincoln que todos conocieron, el que... el que yo conocí."
Sticker había estado dudoso, pero había visto el miedo en los ojos de Kipo. Había algo genuino en su voz, algo que le decía que no estaba mintiendo. El peso de sus palabras se sentía, y aunque no era del todo confiado, sabía que algo más estaba sucediendo, algo que ni siquiera él entendía completamente.
"Está bien," le había dicho al final. "Te daré el tiempo que necesites. Pero... si alguna vez vuelve a causar más caos, no me importa quién sea. Tendré que intervenir."
Kipo le había asintido con firmeza, sus ojos llenos de determinación. "Te lo prometo, no lo hará. Ya lo verás."
Sticker había dejado que ella se fuera, pero las palabras de Kipo seguían resonando en su cabeza. Sabía que la situación con Lincoln era mucho más complicada de lo que parecía a simple vista, y al ver lo que había sucedido, no podía evitar preguntarse si realmente estaba tomando la decisión correcta al ayudarla. Lincoln, aunque ahora se encontraba bajo el control de esa extraña fuerza, era alguien que, según Kipo, aún tenía esperanza de redención.
Mientras caminaba hacia su base, donde la ciudad aún se recuperaba de la reciente batalla, Sticker se detuvo un momento, pensando en lo que podría ocurrir si Kipo no podía controlar a Lincoln. ¿Qué pasaría si todo se desmoronaba nuevamente? ¿Qué haría él si Lincoln, en su forma monstruosa, se desataba otra vez?
"Esto no ha terminado," murmuró para sí mismo mientras su mirada se nublaba por un momento, pensando en el futuro incierto que los esperaba.
Kipo había prometido que lo salvaría, que lo curaría. Pero Sticker Voss sabía que las promesas eran frágiles. Y no podía evitar preguntarse si, en algún momento, tendría que tomar cartas en el asunto nuevamente, con o sin la ayuda de la heroína Jaguar.
Kipo se encontraba en el laboratorio de su madre, Song Oak, rodeada de frascos y tubos de ensayo que contenían muestras de sangre de Lincoln, quien aún permanecía transformado en esa extraña y monstruosa criatura. La habitación estaba iluminada por luces frías y brillantes, y el sonido del equipo de laboratorio zumbaba suavemente mientras Kipo observaba atentamente la muestra bajo el microscopio.
Song Oak, con su expresión seria y concentrada, analizaba los resultados en una pantalla cercana. Había sido un día agotador, pero para Kipo, ese momento era crucial. Ella sabía que lo que estaba haciendo, no solo era por su propio bienestar, sino por el de Lincoln. Si había alguna manera de salvarlo, de devolverlo a su estado normal, era ahora o nunca.
"¿Cómo está todo, mamá?" preguntó Kipo, su voz mezcla de esperanza y ansiedad. Se acercó a la mesa donde su madre manipulaba los frascos con cuidado, observando cada detalle en los datos que aparecían en la pantalla.
"Estoy analizando la composición de su sangre, Kipo," respondió Song, sin apartar los ojos de la pantalla. "Hay algo extraño en su fisiología. La mutación que está ocurriendo en él... no es normal, ni siquiera por los estándares más altos de biología."
Kipo suspiró, viendo cómo su madre fruncía el ceño, claramente preocupada por lo que estaba viendo. "Entonces, ¿qué es exactamente lo que está pasando?"
"Es como si su cuerpo estuviera siendo alterado a nivel celular, pero a un ritmo que no debería ser posible," explicó Song, ajustando los controles de su equipo para profundizar más en los análisis. "Puedo ver que hay una presencia de una energía externa, algo que está interfiriendo con su ADN. No es natural. Es como si algo estuviera ‘reescribiendo’ su genética."
Kipo miraba la pantalla y veía las gráficas y los patrones inusuales que se mostraban. No entendía todos los términos científicos, pero sí comprendía el tono de preocupación en la voz de su madre. Sabía que, si la situación no cambiaba, Lincoln podría quedar atrapado en esa forma para siempre.
"¿Puede salvarse?" preguntó Kipo, su voz apenas un susurro, llena de incertidumbre.
Song Oak la miró por un momento, y Kipo pudo ver el dolor y la incertidumbre en sus ojos. Sabía que su madre nunca mentiría sobre algo tan importante. Después de unos segundos de silencio, Song finalmente habló.
"No lo sé. Si esta mutación sigue avanzando a este ritmo, será imposible revertirla. El cuerpo de Lincoln está cambiando demasiado rápido, y lo que podría haber sido una mutación controlada ahora se está volviendo incontrolable."
Kipo sintió que su corazón se detenía por un momento. "¿Entonces no hay esperanza?" La pregunta salió de su boca con desesperación, pero Song la detuvo levantando una mano.
"No es tan sencillo," dijo, tomando un respirador y ajustándose las gafas. "Estoy investigando otra posibilidad. Si logramos comprender qué está interfiriendo con su biología, podríamos encontrar una manera de detenerlo. Tal vez incluso revertirlo. Pero será un proceso largo. Y peligroso."
"Lo haré, mamá," dijo Kipo, con determinación en su voz. "Si hay una forma de detenerlo, lo haré. No voy a dejar que Lincoln se convierta en algo que no es."
Song Oak asintió lentamente, mirando a su hija con una mezcla de admiración y preocupación. Sabía que Kipo haría todo lo posible por salvar a Lincoln, pero también temía por ella. La heroína Jaguar, la valiente y decidida Kipo, no siempre veía los riesgos en el camino hacia sus objetivos.
Kipo se alejó un poco, sentándose frente a una mesa llena de notas y papeles. Se tomó un momento para respirar y calmarse, sabiendo que el tiempo apremiaba. "Mamá... si descubrimos cómo salvarlo, ¿crees que volverá a ser el Lincoln que conocíamos? El chico que amaba a la gente, el que me enseñó lo que significa ser valiente."
Song Oak la miró con ternura. "No lo sé, Kipo. Pero es lo que todos esperamos. Es lo que quiero creer."
Kipo asintió, respirando hondo. Sabía que lo que estaba por venir no sería fácil, pero no se rendiría. Lincoln merecía una segunda oportunidad, y ella se aseguraría de dársela. Sin importar los sacrificios que tuviera que hacer en el camino.
Era su amigo. Su compañero. Y nada la detendría en su búsqueda para salvarlo.
Dentro de la mente de Lincoln, la confusión y el miedo recorrían cada rincón de sus pensamientos. La oscuridad lo envolvía, pero a pesar de estar atrapado en su forma monstruosa, su conciencia seguía intacta, luchando por comprender lo que estaba sucediendo. El silencio era opresivo, pero sus pensamientos retumbaban en su cabeza con fuerza.
"¿Cómo lo tomarían...?" se preguntaba una y otra vez. Imágenes de su familia y amigos comenzaban a invadir su mente, como si fueran recuerdos rotos. Podía ver a sus padres, Rita y Lynn Sr., preocupados por él. ¿Cómo reaccionarían al ver que su hijo, el niño que habían criado con tanto amor, ahora era una criatura tan aterradora?
Se imaginaba la mirada de sus hermanas, especialmente la de Leni, cuya bondad y dulzura siempre lo hacían sonreír, pero ahora... ¿sería capaz de mirarlo como antes? El dolor de pensar que ellos podrían temerle, rechazarlo, lo atravesó como una punzada en el pecho. La imagen de sus hermanas menores también lo asaltaba. "¿Y Lily? ¿Cómo le explicaría esto?" pensaba, sin saber si sería capaz de enfrentarse a la tristeza y el miedo en sus ojos.
Los recuerdos de sus amigos, de aquellos con los que había compartido tantos momentos, se entrelazaban con su dolor. "¿Y qué pasaría con ellos? ¿Clyde, Liam, Rusty... todos ellos? ¿Me verían como una amenaza?" El miedo a ser visto como un monstruo por las personas que más quería lo estaba destruyendo desde adentro.
La imagen de Kipo también se hacía presente en su mente. "¿Qué pensará ella de mí? Ella... ella me veía como un héroe. Pero ahora... ¿seré solo una amenaza?" La culpa de lo que le había hecho en su estado de furia lo envolvía. Recordaba el dolor en sus ojos cuando la había atacado, el miedo que había provocado en ella, y la pena lo ahogaba aún más. Kipo, la chica que había mostrado tanta bondad, que había visto algo más allá de su monstruosidad, ahora ¿cómo lo vería?
A lo lejos, en su mente, una luz comenzó a brillar débilmente. Un destello de esperanza, aunque pequeño, lo mantenía aferrado a la idea de que había algo dentro de él que aún podía luchar por recuperar. "No soy esto... No soy este monstruo. Soy Lincoln... soy un Loud."
Las voces de sus amigos, como eco, comenzaban a sonar en su mente. La de Jonny, su amigo, que le había hablado sobre la importancia de ser quien realmente era, sin importar los cambios. "Recuerda quién eres, Lincoln," repetía su voz, aunque lejana. Y al mismo tiempo, la suave voz de Kipo le llegaba, casi como un susurro: "Te ayudaré a regresar a lo que eras... solo no te rindas."
Lincoln apretó los puños, sintiendo una chispa de determinación. "No puedo rendirme. No puedo dejar que me vean solo como... esto. Mis amigos, mi familia, ellos tienen que entender que sigo siendo el mismo, que todavía puedo ser el Lincoln que conocían."
Pero las dudas seguían ahí, golpeando su mente como una tormenta. "¿Seré capaz de regresar de esto? ¿Puedo ser el mismo Lincoln después de todo lo que he hecho?" Cada palabra, cada pensamiento, le pesaba como una carga imposible de soltar.
La lucha interna continuaba. La parte de él que deseaba ser el chico amable, el amigo y hermano que siempre había sido, chocaba con la bestia que sentía que se apoderaba de él, deseando solo destruir todo a su paso. Pero no podía dejar que esa oscuridad ganara. "No quiero ser esto. No quiero perderme a mí mismo."
En medio de esa tormenta mental, Lincoln no sabía si lo lograría. Pero en lo más profundo de su ser, una chispa de esperanza permanecía. Quizás, con el tiempo, podría recuperar el control. Quizás, con la ayuda de sus amigos y familiares, podría volver a ser quien realmente era.
"Solo necesito una oportunidad... una última oportunidad."
Fin del capítulo (o la temporada 1)
Ecena pos crédito
En la fría habitación del hospital, Enigma yacía inmóvil, conectado a múltiples máquinas que monitorizaban su estado crítico. Los médicos trabajaban con rapidez a su alrededor, pero incluso con sus esfuerzos, los daños en su cuerpo eran devastadores. Las piernas de Enigma estaban completamente destrozadas, y su columna vertebral había sufrido lesiones graves, dejándolo incapaz de moverse. Su rostro, cubierto de vendajes y sangre, mostraba una expresión de furia contenida, mientras que su mente se encontraba atrapada en un oscuro mar de pensamientos viciosos.
"¿Cómo pude caer tan bajo?" pensaba Enigma, sus ojos medio cerrados mientras las agujas de los médicos se hundían en su piel, tratando de estabilizarlo. "Un simple chico, un simple monstruo... ni siquiera pude manejarlo. Esa cosa... Lincoln, maldito..."
El dolor físico era insoportable, pero el dolor más intenso era el que venía desde su interior. La rabia, la humillación y la impotencia lo consumían. "¿Cómo es posible que una criatura como Lincoln haya logrado vencerme? Yo lo creé, ¡yo lo moldeé para ser mi obra maestra!" El odio hacia Lincoln se disparaba con cada latido de su corazón. "¡No puede ser! ¡No lo voy a permitir! ¡Voy a matarlo! ¡Y a esa maldita heroína también!"
Recordaba claramente el rostro de Kipo, la heroína jaguar, cuando lo había enfrentado en la batalla. La expresión de determinación en sus ojos, la forma en que había luchado por salvar a su amigo. Pero eso solo aumentaba su rabia. "Ella... ella se interpuso. ¿Qué tiene de especial para proteger a esa basura de Lincoln?"
Enigma sentía que el odio por Kipo también crecía dentro de él, pero nada se comparaba con la furia que sentía hacia Lincoln. "Te creíste que podrías destruirme, Lincoln. Te creíste que podías seguir siendo ese niño... pero no te daré el lujo de seguir existiendo."
La frustración de ver su plan fallar tan estrepitosamente lo desbordaba. Él, quien siempre había sido calculador, había planeado cada detalle para asegurarse de que la creación de Lincoln fuera su propia perdición. Pero ahora, se encontraba derrotado, postrado en una cama de hospital, sin poder mover su cuerpo y con una sensación de impotencia que lo hacía hervir de rabia.
"Si pudiera moverme, si tan solo pudiera levantarme de esta cama, no quedaría ni un solo rastro de ellos... Kipo, Lincoln, ustedes no lo saben aún, pero lo voy a hacer. Lo voy a destruir. Uno por uno."
Y mientras las agujas y las sondas perforaban su piel, Enigma juraba en su mente que, una vez se recuperara, sería la última vez que alguien lo subestimara. Ya no sería más un simple villano derrotado. "Voy a acabar con ellos, y esta vez no fallaré."
Las imágenes de Lincoln y Kipo, luchando con valentía, continuaban atravesando su mente. Pero cada pensamiento se transformaba en una necesidad irrefrenable de venganza. Y en ese oscuro momento, Enigma encontró consuelo en la idea de lo que haría cuando finalmente estuviera libre. "Los mataré, y todos verán que soy el único que puede controlar este mundo."
El dolor físico parecía desvanecerse por un instante mientras su mente se llenaba de planes, de odio y de promesas de destrucción. "Voy a hacer que se arrepientan. Lincoln... Kipo... nadie se interpondrá en mi camino."
Fin del capítulo
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