la gente puede ser cruel Pero no significa que todos son así
El sol se levantó al día siguiente, bañando la ciudad con una luz dorada. Lincoln se despertó, y aunque estaba entusiasmado por otro día en la escuela, el pensamiento de la Heroína Jaguar seguía presente en su mente. La ciudad había estado llena de actividad y misterio desde que ella había llegado, y Lincoln no podía dejar de preguntarse qué haría a continuación.
Mientras se alistaba para salir, Lincoln se encontró con sus amigos en la escuela, quienes estaban hablando de los últimos eventos.
—¡No puedo creer lo que Jaguar hizo anoche! —exclamó Clyde—. Rescató a un grupo de animales atrapados en un zoológico.
—Sí, y también se enfrentó a un grupo de criminales que intentaron secuestrar a un político —añadió Stella—. Su valentía es impresionante.
Lincoln asintió con una sonrisa, satisfecho de escuchar cómo Jaguar seguía haciendo el bien en la ciudad.
—Es increíble todo lo que está haciendo —dijo Lincoln—. Pero también me pregunto cómo maneja todo eso sin descansar lo suficiente.
Al mismo tiempo, en una pequeña cafetería cerca de la escuela, Kipo estaba disfrutando de un desayuno ligero, tomado de las recomendaciones de su madre. A pesar de su cansancio, estaba decidida a continuar con su misión, sabiendo que su trabajo como Heroína Jaguar era crucial para la ciudad.
Cuando Kipo terminó su desayuno, se preparó para salir y hacer su ronda matutina, revisando las noticias y cualquier situación que pudiera necesitar su atención. Su día comenzó con la revisión de informes y mensajes que había recibido durante la noche.
Mientras tanto, Lincoln y sus amigos estaban en el recreo, discutiendo la creciente presencia de Jaguar en la ciudad.
—¿Alguna vez has pensado en la posibilidad de que Jaguar pueda estar cerca de nosotros? —preguntó Zach—. Como si pudiera ser alguien que conocemos.
—Eso sería interesante —dijo Lincoln—. Pero, por ahora, solo podemos seguir siendo observadores y apoyar sus esfuerzos desde lejos.
Al caer la tarde, Lincoln decidió dar otro paseo por el parque, esperando quizás tener la oportunidad de ver a Jaguar en acción. Estaba intrigado por el misterio que rodeaba a la heroína y por el impacto que tenía en la comunidad.
Justo cuando Lincoln estaba a punto de regresar a casa, escuchó un alboroto cerca del parque. Se acercó y vio a un grupo de personas reunidas alrededor de una escena en la que Jaguar estaba ayudando a desalojar a una familia de un edificio que había sufrido un pequeño incendio. La heroína se movía con una agilidad y eficacia inigualables, guiando a las personas a un lugar seguro y controlando la situación con calma.
Lincoln observó desde una distancia segura, maravillado por la destreza y la valentía de Jaguar. Aunque no podía ayudar directamente, se sentía agradecido por su presencia y por el impacto positivo que estaba teniendo en la ciudad. El grupo de espectadores estaba lleno de admiración y agradecimiento, y Lincoln compartía esos sentimientos.
Cuando el caos se disipó y Jaguar se alejó, Lincoln decidió regresar a casa, sintiéndose inspirado por el día que había tenido. Sabía que, aunque solo era un espectador, el trabajo de Jaguar no pasaba desapercibido. Su valentía y dedicación servían como un faro de esperanza para todos en la ciudad.
Al llegar a casa, Lincoln encontró a su familia cenando y compartiendo noticias sobre el día.
—Parece que Jaguar hizo otro gran trabajo hoy —dijo Lincoln—. La ciudad está realmente agradecida por todo lo que está haciendo.
Rita, la madre de Lincoln, asintió con una sonrisa.
—Es bueno escuchar que hay héroes como ella en nuestra ciudad. Hace que todos nos sintamos más seguros.
Esa noche, mientras Lincoln se preparaba para dormir, pensó en todo lo que había visto y experimentado. Aunque su papel era el de un espectador, sentía que su admiración y apoyo contribuían de alguna manera al esfuerzo general. Mientras cerraba los ojos y se sumía en el sueño, Lincoln sabía que la Heroína Jaguar seguiría protegiendo la ciudad, y él estaría esperando con entusiasmo ver qué nuevas hazañas realizaría en el futuro.
Kipo se recostó en la cama, el tenue resplandor de la lámpara en su mesita de noche proyectaba sombras suaves en la pared. Mientras la noche avanzaba, su mente seguía despierta, viajando por el laberinto de recuerdos y reflexiones.
Cerró los ojos y comenzó a repasar su vida, pensando en cómo su mundo había cambiado desde que asumió el papel de Heroína Jaguar. Recordaba sus días normales antes de convertirse en una figura pública. La vida cotidiana en la escuela, las risas con amigos y las cenas familiares eran ahora recuerdos distantes, reemplazados por la responsabilidad de proteger la ciudad.
Su primera noche como Jaguar había sido un torbellino de emociones. Recordaba el nerviosismo y la excitación cuando se puso el traje por primera vez. La decisión de convertirse en heroína no había sido fácil, pero el deseo de hacer el bien y marcar la diferencia superaba cualquier duda.
Kipo pensaba en las primeras misiones, cuando aún estaba aprendiendo a manejar sus habilidades. Las primeras veces que enfrentó situaciones peligrosas, sintió una mezcla de miedo y determinación. Cada desafío le enseñó algo nuevo y la acercó a convertirse en la heroína que era ahora. Pero también había enfrentado momentos de duda, noches en las que el cansancio y la responsabilidad parecían abrumarla.
Reviviendo sus recuerdos, Kipo pensaba en las personas a las que había ayudado. La gratitud en los rostros de quienes había salvado, los agradecimientos sinceros que había recibido, eran las recompensas que la motivaban a seguir adelante. Sabía que cada acción, por pequeña que fuera, tenía un impacto en la vida de alguien.
Sin embargo, también estaba consciente de los sacrificios que había hecho. Su vida personal se había visto afectada, con menos tiempo para compartir con amigos y familiares. El sueño había pasado a ser un lujo escaso y el equilibrio entre su identidad como Kipo y Jaguar era un desafío constante.
Pensó en su madre, song, y en cómo se preocupaba por ella. A pesar de su propio deseo de ayudar, Kipo sabía que debía cuidar de sí misma para poder seguir siendo efectiva. La preocupación de su madre era un recordatorio constante de que incluso las heroínas necesitaban descanso y apoyo.
Kipo se dio cuenta de que encontrar un equilibrio era esencial. Su rol como heroína era importante, pero también lo era su bienestar personal. Decidió que, a partir de ahora, se esforzaría por mantener un equilibrio más saludable entre su vida como Jaguar y su vida personal.
Mientras se acomodaba bajo las sábanas, una sensación de paz la envolvió. Sabía que había tomado la decisión correcta al ayudar a la ciudad, pero también entendía que el autocuidado era crucial para poder seguir adelante. Con una última sonrisa de determinación, Kipo cerró los ojos, sintiendo que, aunque su misión no había terminado, estaba lista para enfrentar el nuevo día con renovada energía.
Kipo se levantó de la cama con determinación. Aunque su madre había insistido en que descansara, sentía que aún había trabajo por hacer. Se vistió rápidamente con su traje de Heroína Jaguar y salió al tejado de su edificio. Desde allí, podía observar la ciudad y estar lista para intervenir en caso de cualquier emergencia.
Mientras se movía ágilmente entre los tejados, Kipo mantenía su oído atento a cualquier señal de peligro. La ciudad parecía tranquila, y estaba a punto de considerar regresar a su hogar para descansar, cuando de repente escuchó un grito desesperado a lo lejos. La voz era de una mujer, y podía oír claramente la angustia en su tono.
—¡Ayuda! ¡Mi hijo está atrapado en el edificio en llamas!
El corazón de Kipo se aceleró al escuchar las palabras. Sin perder tiempo, se lanzó desde el tejado y se dirigió hacia el lugar del incendio con velocidad. Mientras se acercaba, la luz de las llamas iluminaba el cielo nocturno y el humo se elevaba en la oscuridad.
Cuando llegó al lugar, el caos del incendio era evidente. La mujer estaba en la acera, sollozando y señalando desesperadamente hacia el edificio que estaba envuelto en llamas. Kipo se preparó para entrar y rescatar al niño, pero lo que vio a continuación la sorprendió.
En medio del humo y el fuego, un chico albino apareció. Con una rapidez sorprendente, estaba sacando al niño pequeño del edificio en llamas. La figura del chico albino se movía con una agilidad impresionante, y en cuestión de segundos, el niño estaba a salvo en los brazos de su madre. La mujer, aliviada, abrazó a su hijo mientras las lágrimas de gratitud caían por su rostro.
Kipo observó desde un rincón seguro, sorprendida por la habilidad y valentía del joven albino. No había visto a nadie moverse con tanta destreza en una situación tan peligrosa.
**Flashback: El rescate del chico albino**
La escena retrocedió unos momentos. El chico albino, llamado Lincoln, estaba caminando por el vecindario cuando vio el humo. Al notar que algo estaba mal, se dirigió rápidamente al lugar del incendio. A pesar del peligro, Lincoln no dudó en entrar en el edificio para buscar al niño.
Con su experiencia y habilidades, Lincoln atravesó las llamas y el humo espeso con determinación. Encontró al niño asustado en una habitación, rodeado de fuego. Usando su fuerza y agilidad, levantó al niño con cuidado y lo llevó a través del edificio en llamas. La alta temperatura y el humo no parecían detenerlo mientras corría hacia la salida.
Una vez fuera del edificio, Lincoln entregó al niño a su madre y se aseguró de que estuvieran a salvo antes de alejarse discretamente del lugar. Aunque la mujer intentó agradecerle, Lincoln ya había desaparecido en la noche, su figura desvaneciéndose en la distancia.
**Regreso al presente**
Kipo observó cómo el joven albino se alejaba y se mezclaba con la oscuridad, dejando atrás el caos que había salvado. Estaba impresionada por su valentía y habilidad, y no pudo evitar sentirse inspirada por su acción heroica.
Con el niño y su madre a salvo, Kipo se acercó a la mujer para ofrecer su apoyo.
—¿Está todo bien? —preguntó Kipo con preocupación.
La mujer, aún temblando, asintió mientras abrazaba a su hijo.
—Sí, gracias a ese joven. No sé quién era, pero hizo un trabajo increíble. No sé qué hubiéramos hecho sin él.
Kipo asintió, comprendiendo la gratitud y el alivio de la mujer. Aunque el joven albino no buscaba reconocimiento, Kipo sabía que su acción había sido fundamental para salvar una vida esa noche.
Con una nueva sensación de propósito, Kipo decidió que continuaría vigilando la ciudad, pero también tendría en cuenta al misterioso chico albino que había demostrado ser un héroe en su propia manera.
Kipo estaba en la cima de un edificio, intentando calmarse después de la angustia de la noche anterior. La noticia del incendio y el heroísmo de Lincoln estaban en todas partes, pero la cobertura mediática había tomado un giro inesperado y desagradable.
Mientras revisaba las noticias en su dispositivo, Kipo escuchó a los reporteros emitir comentarios despectivos sobre el joven albino que había salvado al niño. La pantalla mostraba una serie de imágenes de Lincoln en acción, acompañadas por una narración crítica.
—… Y, como se puede ver, el joven albino, Lincoln, se hizo el héroe al intervenir en el incendio. Sin embargo, su intervención, aunque valiente, fue completamente innecesaria —decía el presentador con desdén—. Este tipo de cosas deberían ser manejadas por profesionales.
El reportero continuó con un tono burlón:
—Y hablando de profesionales, el verdadero héroe aquí es nuestro conocido Héroe Titanio. A pesar de que ni siquiera se esforzó en acudir al lugar del incendio, su reputación es lo que realmente cuenta. La Heroína Jaguar y su nuevo amigo albino deben entender que hay un estándar que deben respetar, y no deberían entrometerse en las áreas que son para los profesionales. El joven Lincoln simplemente no tiene idea de lo que está haciendo.
Kipo sintió un ardor en su pecho al escuchar tales comentarios. Era evidente que los medios estaban intentando desacreditar a Lincoln, ridiculizándolo y poniendo en duda su valentía. El Héroe Titanio, el supuesto profesional mencionado, había sido mencionado como el estándar a seguir, pero Kipo sabía que él ni siquiera se había presentado en el lugar del incendio. El héroe había sido una figura ausente, que solo se preocupaba por su imagen en lugar de actuar en el momento necesario.
Kipo se sentía profundamente disgustada por la manera en que los medios estaban manejando la situación. No solo estaban desestimando el valiente esfuerzo de Lincoln, sino que estaban presentándolo como un idiota al compararlo negativamente con el Héroe Titanio. El joven albino había actuado en el momento oportuno, mientras que el profesional, al parecer, se había quedado esperando a que otros hicieran el trabajo.
Decidió que no podía quedarse de brazos cruzados. Aunque no podía revelar su identidad como Heroína Jaguar sin poner en riesgo su vida secreta, sabía que debía intervenir de alguna manera. Kipo tomó su dispositivo y comenzó a redactar una publicación anónima en las redes sociales.
—Hoy he visto cómo se difamaba a un joven que actuó heroicamente al salvar una vida. Lincoln, sin la preparación adecuada, hizo lo que muchos no se atreven a hacer: enfrentar el peligro y salvar a un niño. A diferencia de algunos llamados "profesionales" que ni siquiera se molestaron en ayudar, él demostró un coraje real. No dejemos que los medios tergiversen la verdad. Los verdaderos héroes actúan con valentía, no con fama.
Con el mensaje enviado, Kipo se sintió un poco más aliviada al ver que había hecho algo para contrarrestar la narrativa negativa. A medida que los comentarios y los apoyos empezaron a acumularse, notó que más personas estaban reconociendo el valor de Lincoln y criticando la falta de acción del Héroe Titanio.
**Más tarde esa noche**, Kipo volvió a patrullar la ciudad, pero su mente seguía ocupada por la injusticia que había presenciado. Sabía que, aunque la batalla contra las percepciones mediáticas era difícil, debía seguir adelante con su misión de proteger la ciudad y apoyar a aquellos que realmente demostraban coraje.
Mientras tanto, Lincoln estaba en un lugar tranquilo, ajeno al tumulto mediático. Se estaba recuperando de la noche anterior cuando recibió mensajes de apoyo y agradecimiento. Aunque no buscaba reconocimiento, la validación de su valentía y el apoyo de la comunidad le dieron fuerzas para seguir adelante, sabiendo que había hecho lo correcto.
Kipo se sentía orgullosa de haber defendido la verdad y de haber ayudado a equilibrar la percepción pública. Aunque el camino para cambiar la narrativa era largo, estaba decidida a seguir luchando por lo que creía correcto, tanto en la ciudad como en su propia vida.
Lincoln estaba en su habitación, mirando directamente a la cámara con una expresión seria. Decidió romper la cuarta pared para explicar su perspectiva de manera clara.
—Hola a todos, soy Lincoln. Sé que probablemente han visto mucho sobre lo que pasó con el incendio y mi intervención. Quiero aprovechar este momento para contarles mi versión directamente.
Lincoln se acomodó en su silla, como si se preparara para una conversación íntima.
—Primero, sobre el incendio. Cuando vi que el edificio estaba en llamas y escuché los gritos de la mujer, me di cuenta de que nadie estaba dispuesto a entrar a ayudar. La gente estaba parada afuera, mirando con miedo, y no había señales de que alguien estuviera dispuesto a arriesgarse. Yo no tenía entrenamiento profesional ni equipo de rescate, pero en ese momento, sabía que tenía que hacer algo. Así que entré, intenté salvar al niño, porque creí que era lo correcto. No estaba buscando reconocimiento, solo quería hacer lo que pudiera para ayudar.
Lincoln hizo una pausa, mirando fijamente a la cámara.
—Ahora, hablemos de cómo me han tratado. En la secundaria, no es ningún secreto que no soy el chico más popular. La gente se burla de mí, me llaman de nombres, y eso ha sido así durante un tiempo. Después de lo que pasó con el incendio, las críticas se multiplicaron. Los medios se han burlado de mí y me han llamado idiota por intervenir. Dicen que no debería involucrarme en cosas que solo los profesionales deberían manejar. Hablan de un héroe llamado Héroe Titanio, que ni siquiera se molestó en ir al incendio, mientras que yo, que intenté hacer algo, soy el blanco de sus críticas.
Lincoln suspiró, mostrando una mezcla de tristeza y determinación.
—Es frustrante ver cómo se ridiculiza mi esfuerzo mientras que quienes realmente deberían estar ayudando no hacen nada. Los comentarios y las burlas duelen, pero no me van a hacer retroceder. Estoy aquí para decirles que, aunque la gente puede ser cruel y los medios pueden tergiversar las cosas, seguiré haciendo lo que creo que es correcto. La valentía no siempre recibe aplausos, pero eso no significa que no tenga valor.
Con una ligera sonrisa de determinación, Lincoln concluyó.
—Gracias por escucharme. Espero que esto les ayude a entender un poco mejor por qué hice lo que hice. A veces, hacer lo correcto significa enfrentar críticas y adversidades, pero es algo que vale la pena. No dejen que las opiniones de los demás les frenen si creen en lo que están haciendo.
Con esas palabras, Lincoln terminó su mensaje. Aunque enfrentaba críticas y desafíos, sentía que al menos había tenido la oportunidad de explicar su perspectiva y dejar claro que, a pesar de todo, su compromiso con hacer lo correcto seguía intacto.(Aunque se a nosotros)
Después de la cobertura mediática que desacreditó a Lincoln, Kipo se sintió impulsada a conocer más sobre él. No podía soportar la idea de que un joven valiente estuviera siendo ridiculizado sin razón. Así que, en los días siguientes, Kipo comenzó a investigar a Lincoln en secreto. Pasó horas recopilando información, buscando en redes sociales, hablando con gente que podría conocerlo y observando discretamente para entender mejor quién era y por qué había actuado como lo hizo.
A medida que avanzaba en su investigación, Kipo descubrió que Lincoln había sido objeto de burlas y maltratos no solo por su intervención en el incendio, sino también en su vida diaria. Los testimonios de compañeros de clase y observadores confirmaron que él había sido frecuentemente acosado y menospreciado. Sin embargo, lo que más le impactó a Kipo fue ver cuán genuinamente quería ayudar a los demás, a pesar de las dificultades que enfrentaba.
**El Encuentro**
Una tarde, mientras Kipo patrullaba la ciudad, se dio cuenta de que había visto a Lincoln en la esquina de una calle. A lo lejos, observó que un grupo de chicos estaba persiguiéndolo. Lincoln parecía estar tratando de escapar, pero los chicos estaban decididos a atraparlo. El corazón de Kipo se aceleró al ver cómo la situación se desarrollaba.
Decidió intervenir de inmediato, sin revelar su identidad de Heroína Jaguar. Se acercó sigilosamente y vio que los chicos estaban acorralando a Lincoln contra una pared. Kipo notó que Lincoln estaba visiblemente agotado y que intentaba defenderse sin éxito.
—¡Oigan! —gritó Kipo, intentando desviar la atención de los chicos—. ¿Qué están haciendo aquí?
Los chicos, sorprendidos por la presencia de una figura desconocida, se detuvieron momentáneamente. Aprovechando la oportunidad, Kipo dio un paso hacia ellos, sus movimientos rápidos y decisivos.
—¡Déjenlo en paz! —exigió, su voz firme y autoritaria.
Los chicos, sin querer enfrentarse a una figura que parecía lista para luchar, finalmente se retiraron, murmurando amenazas mientras se alejaban. Kipo se acercó a Lincoln, que estaba respirando pesadamente y parecía aliviado pero confundido.
—¿Estás bien? —preguntó Kipo, tratando de sonar lo más calmada posible.
Lincoln, aún recuperándose de la sorpresa, asintió lentamente. —Sí, gracias. No pensé que alguien vendría a ayudarme.
Kipo sonrió, aunque su preocupación por él era evidente. —No te preocupes. No tenía idea de lo que estaba pasando, pero no podía quedarme sin hacer nada. Estoy aquí para ayudar, si me dejas.
Lincoln la miró con curiosidad y agradecimiento. —No sé quién eres, pero gracias. La verdad, no esperaba esto.
Kipo se quedó con él por un momento, asegurándose de que estuviera bien antes de despedirse.
—Solo quiero que sepas que no estás solo. A veces, las cosas pueden parecer difíciles, pero siempre hay quienes se preocupan. No te dejes desanimar por lo que dicen los demás.
Lincoln asintió, apreciando el apoyo. —Lo intentaré. Gracias de nuevo.
Después de su intervención para ayudar a Lincoln, Kipo sentía que había una oportunidad para conocerlo mejor y ofrecerle su apoyo de manera más directa. Decidió que la mejor manera de hacerlo sería invitarlo a comer en una cafetería cercana, un lugar donde pudieran hablar en un ambiente más relajado.
Kipo se dirigió a Lincoln con una sonrisa amable, aún consciente de su papel como Heroína Jaguar y de la necesidad de mantener su identidad en secreto. Sin embargo, sus intenciones eran claras: quería comprender más sobre su vida y ofrecerle un espacio para hablar sobre sus experiencias.
—Oye, Lincoln —dijo Kipo, acercándose a él con un tono amistoso—. Me gustaría invitarte a comer en una cafetería cercana. Creo que sería bueno hablar un poco más y conocernos mejor.
Lincoln, que aún estaba procesando el hecho de que alguien se preocupaba por él, miró a Kipo con sorpresa y curiosidad. —¿De verdad? No estoy seguro de qué decir...
Kipo le hizo un gesto para que no se preocupara. —No tienes que preocuparte por nada. Solo quiero escuchar tu historia, entender por qué decidiste intervenir en el incendio y cómo es tu vida. A veces, hablar con alguien puede ayudar a aclarar las cosas.
Lincoln dudó un momento, pero la amabilidad en la oferta de Kipo y su reciente experiencia de ser ayudado por ella lo hicieron reconsiderar. Finalmente, asintió con una pequeña sonrisa. —Está bien, acepto. Me encantaría hablar contigo.
Kipo sonrió aliviada y lo condujo hacia la cafetería. El lugar era acogedor, con mesas pequeñas y una atmósfera relajada. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, donde la luz natural creaba un ambiente cálido.
Mientras esperaban sus pedidos, Kipo comenzó a hacer preguntas con interés genuino. —Cuéntame, ¿qué te llevó a intervenir en el incendio? Me gustaría saber más sobre lo que te motivó.
Lincoln se acomodó en su asiento, tratando de articular sus pensamientos. —Bueno, realmente no podía quedarme de brazos cruzados. Cuando vi el incendio, vi a la mujer gritando por su hijo, y nadie estaba haciendo nada. Decidí que si podía ayudar, tenía que intentarlo, aunque no tuviera el entrenamiento adecuado.
Kipo escuchó atentamente, asintiendo mientras Lincoln hablaba. —Entiendo. Eso muestra mucha valentía. No todos estarían dispuestos a arriesgarse de esa manera. Y, por lo que he visto, te han tratado bastante mal por eso.
Lincoln suspiró, tomando un sorbo de su bebida. —Sí, es cierto. La gente puede ser muy dura. Me han llamado de todo y se han burlado de mí, especialmente en la escuela. Pero no sé, siento que hice lo correcto, aunque no siempre sea fácil enfrentar las críticas.
Kipo asintió con comprensión. —Es triste ver cómo alguien que intenta hacer el bien puede ser malinterpretado y ridiculizado. A veces, la gente se enfoca más en lo negativo que en el valor real de las acciones. Estoy aquí para decirte que valoro tu valentía y tu esfuerzo.
Lincoln se sintió aliviado al escuchar las palabras de Kipo. —Gracias, realmente significa mucho para mí escuchar eso. A veces, solo necesito saber que hay alguien que comprende lo que hago.
La conversación continuó de manera fluida, con Kipo y Lincoln compartiendo historias y experiencias. A medida que avanzaba la tarde, Lincoln comenzó a sentirse más cómodo y abierto, agradecido por la oportunidad de hablar con alguien que realmente le escuchaba.
La comida terminó siendo una agradable y sincera conversación, y Kipo se sintió satisfecha de haber podido ofrecer a Lincoln un espacio seguro para expresarse. Sabía que había mucho más que podía hacer para apoyar a Lincoln, y esta fue solo la primera de muchas conversaciones que esperaban en el futuro.
Fin del capítulo
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