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conociendo a la mamá de kipo

Una noche, mientras Kipo patrullaba los techos de la ciudad en su traje de heroína Jaguar, sintió una extraña sensación de que algo la estaba siguiendo. Su agudo instinto de jaguar la alertó, pero cuando miró a su alrededor, no vio nada fuera de lo común. Sin embargo, no podía sacudirse la sensación de que algo o alguien la estaba observando.

Decidió mantenerse en movimiento, saltando de un edificio a otro, utilizando la velocidad y agilidad de su alter ego para escanear la ciudad desde las alturas. Pero esa sensación persistía, como si una sombra la estuviera acechando, esperando el momento adecuado para atacar.

Mientras tanto, Stryker Voss, invisible a los ojos de cualquiera que no fuera un experto cazador, observaba a Kipo desde un punto estratégico. Había preparado un plan detallado para capturarla, consciente de que enfrentarse a la heroína de frente sería un error. En lugar de eso, planeaba tenderle una trampa.

Kipo continuó su vigilancia hasta que oyó el sonido de cristales rompiéndose y gritos que provenían de un callejón cercano. Sin dudarlo, se lanzó hacia el lugar del incidente, lista para intervenir. Cuando llegó, vio a un grupo de hombres armados intentando robar una tienda de electrónica. Sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre ellos, utilizando sus garras y fuerza sobrehumana para desarmar a los criminales en cuestión de segundos.

Pero lo que no sabía era que todo esto formaba parte del plan de Stryker Voss. Mientras Kipo estaba ocupada luchando contra los ladrones, Stryker activó un dispositivo que había plantado en las inmediaciones, una red de alta tecnología diseñada para inmovilizar incluso a los seres más poderosos.

Justo cuando Kipo estaba por lanzar el último golpe, la red se desplegó desde lo alto de los edificios, envolviéndola en un instante. Las fibras de la red eran increíblemente resistentes, diseñadas para resistir la fuerza sobrehumana, y emitían una descarga eléctrica que buscaba debilitarla.

Kipo luchó con todas sus fuerzas, intentando liberarse, pero la tecnología detrás de la red era más avanzada de lo que había anticipado. Por primera vez en mucho tiempo, la heroína Jaguar se encontró en una situación de verdadero peligro.

Stryker Voss se acercó lentamente, con una calma fría en sus movimientos. A medida que se acercaba, Kipo pudo ver la silueta del cazador, con su máscara y traje intimidante, y sintió que estaba enfrentándose a un oponente que no era como los demás.

—Te tengo ahora, heroína —dijo Stryker con voz grave, mientras sacaba un dispositivo de su cinturón—. Has sido una espina en el costado de muchas personas poderosas, pero todo tiene un final.

Kipo, aunque debilitada, no estaba dispuesta a rendirse. Reuniendo lo que le quedaba de energía, concentró todo su poder en un rugido que resonó en todo el callejón, sacudiendo el suelo y las paredes. La fuerza del rugido fue tan intensa que logró rasgar la red, aunque parcialmente, dándole a Kipo la oportunidad de liberarse un poco.

Stryker retrocedió, sorprendido por la resistencia de Kipo, pero no dejó que eso lo distrajera. Sabía que no podía subestimarla. Se preparó para un nuevo asalto, decidido a no dejar escapar a su presa.

Justo cuando Kipo estaba por enfrentarse de nuevo a Stryker, una figura inesperada apareció en el callejón. Lincoln, quien había estado buscando algo de inspiración para su nuevo cómic, había escuchado el rugido y se había acercado para ver qué estaba pasando. Al ver a Kipo atrapada y al cazador a punto de atacar, no dudó en intervenir.

—¡Déjala en paz! —gritó Lincoln, arrojando una piedra que tenía a mano hacia Stryker. Aunque la piedra no hizo mucho daño, sí distrajo al cazador lo suficiente para que Kipo pudiera usar la última de sus fuerzas para romper la red y escapar.

Kipo, aún débil pero libre, corrió hacia Lincoln y lo agarró antes de que Stryker pudiera reaccionar. Utilizando su agilidad, ambos saltaron de un edificio a otro hasta perderse en la oscuridad de la noche.

Una vez a salvo, Kipo dejó a Lincoln en un lugar seguro antes de desaparecer nuevamente en las sombras. Lincoln, aunque asustado por lo que había visto, también estaba asombrado por la valentía de la heroína y por el hecho de que había estado tan cerca del peligro.

Kipo, por su parte, sabía que había sido un encuentro demasiado cercano. A partir de ese momento, decidió que tendría que estar mucho más alerta, sabiendo que alguien la estaba cazando.

Pero al mismo tiempo, sentía una creciente admiración por Lincoln. A pesar de ser solo un chico normal, había tenido el coraje de intervenir en un momento crítico, y eso era algo que Kipo no podía ignorar.

**Flashback: Cómo Lincoln Llegó al Callejón**

El día había comenzado como cualquier otro para Lincoln Loud. Después de las clases, decidió tomarse un tiempo para despejar su mente y buscar inspiración para sus cómics. Sabía que necesitaba un lugar tranquilo donde pudiera dejar volar su imaginación, así que se dirigió hacia uno de sus sitios favoritos: un parque pequeño y poco concurrido en el centro de la ciudad.

Mientras caminaba por las calles, sus pensamientos se llenaron de ideas sobre la heroína Jaguar. Aunque nunca la había visto en persona, había oído mucho sobre ella y la admiraba profundamente. En su mente, Lincoln empezó a imaginar nuevas historias y escenas para sus cómics, donde la heroína luchaba contra villanos y salvaba a la ciudad una vez más.

Sin embargo, algo lo sacó de sus pensamientos. A lo lejos, escuchó el rugido de lo que parecía ser un animal, pero también sonó como algo más... algo poderoso y sobrehumano. Curioso, y con su sentido de aventura despertado, Lincoln decidió investigar el origen de ese sonido.

El rugido provenía de un callejón no muy lejos de donde estaba, y aunque sabía que podría ser peligroso, la curiosidad y su deseo de vivir una aventura real lo empujaron a seguir adelante. A medida que se acercaba, los sonidos se volvían más claros: cristales rompiéndose, gritos, y finalmente, un silencio inquietante.

Cuando Lincoln finalmente llegó al callejón, se escondió detrás de unos contenedores de basura para observar sin ser visto. Lo que vio lo dejó boquiabierto. Allí estaba la heroína Jaguar, atrapada en una red, luchando por liberarse mientras una figura oscura se acercaba a ella.

El corazón de Lincoln latía con fuerza. Sabía que la situación era peligrosa, pero no podía quedarse quieto. Había leído suficientes cómics como para saber que los héroes siempre luchan, incluso cuando las probabilidades están en su contra. Y aunque él no tenía poderes, ni un traje especial, sabía que tenía que hacer algo para ayudarla.

Buscando desesperadamente algo que pudiera usar, encontró una piedra cerca de su pie. No era mucho, pero era todo lo que tenía. Respiró hondo, salió de su escondite, y sin pensarlo dos veces, lanzó la piedra con todas sus fuerzas hacia la figura que amenazaba a la heroína Jaguar.

**Volviendo al Presente**
El flashback terminó justo cuando Lincoln, ahora más consciente de la magnitud de lo que había hecho, se encontraba de regreso en la realidad, en un lugar seguro gracias a Kipo. Mientras procesaba lo ocurrido, no podía evitar sentirse una mezcla de asombro, temor y un poco de orgullo por haber hecho lo correcto, a pesar del peligro.

Ahora que entendía mejor lo que había sucedido, Lincoln decidió que necesitaba estar más preparado si alguna vez se encontraba en una situación así de nuevo. Y aunque sabía que no podría ser un héroe como la Jaguar, al menos quería ser alguien en quien ella pudiera confiar si las cosas se ponían difíciles.

Kipo, aún con su identidad oculta bajo la máscara y el traje de la heroína Jaguar, miró a Lincoln con una mezcla de gratitud y preocupación. Sabía que el chico albino había arriesgado mucho al intervenir, y aunque su ayuda fue decisiva, también era consciente del peligro en el que se había puesto.

Se acercó a él, con su postura firme y su presencia imponente, pero su voz suave y agradecida. "Gracias por tu ayuda," dijo, tratando de mantener su tono neutral. "Lo que hiciste fue valiente, pero también muy peligroso. Deberías tener más cuidado la próxima vez."

Lincoln, aún recuperándose del susto y la adrenalina, asintió lentamente. "Solo... no podía quedarme sin hacer nada," respondió, un poco avergonzado pero también orgulloso de haber sido útil.

Kipo esbozó una pequeña sonrisa detrás de su máscara, aunque Lincoln no podía verla. Sabía que el chico tenía un gran corazón, pero también sabía que era importante protegerlo de los peligros que venían con ser un héroe. "Lo entiendo," continuó ella, "pero no olvides que hay personas como yo que pueden encargarse de estas cosas. No tienes que hacerlo solo."

Con esas palabras, Kipo retrocedió, lista para desaparecer entre las sombras de la ciudad. Pero antes de irse, añadió: "Cuídate, Lincoln. Y recuerda, aunque no puedas ver todo lo que ocurre, siempre hay alguien cuidando de ti."

Sin esperar una respuesta, Kipo dio un salto ágil hacia el tejado cercano, desapareciendo en la noche. Lincoln la observó irse, sintiendo una extraña mezcla de admiración y respeto por la misteriosa heroína. Aunque no sabía quién era realmente, sintió que había una conexión entre ellos, algo que lo motivaba a seguir adelante y a no rendirse, incluso en los momentos más difíciles.

Y así, Kipo siguió su camino por la ciudad, aún vigilante, aún protegiendo a aquellos que lo necesitaban, mientras que Lincoln se quedó reflexionando sobre lo ocurrido, con un renovado sentido de propósito en su corazón.

Al llegar a casa, Kipo se deslizó por la ventana de su habitación como solía hacerlo después de patrullar la ciudad. Su traje estaba sucio y rasgado en algunos lugares, pero no le prestaba mucha atención. Sin embargo, al intentar quitarse la máscara, un dolor agudo en su costado la hizo detenerse. Se dio cuenta de que una de las peleas de esa noche le había dejado una herida más seria de lo que pensaba.

Mientras se cambiaba a su ropa normal, la puerta de su habitación se abrió de golpe. Era su madre, Song Oak, quien había notado su tardanza y se preocupó. "Kipo, ¿dónde has estado?", preguntó, su voz llena de preocupación.

Antes de que Kipo pudiera inventar una excusa, Song notó las marcas en su cuerpo. Algunas eran solo rasguños superficiales, pero la herida en su costado era visible, incluso bajo la ropa. Song se acercó rápidamente, sus ojos llenos de alarma. "¡Kipo! ¿Qué te ha pasado? ¿Estás herida?"

Kipo trató de tranquilizarla, aunque sabía que sería difícil esconder la verdad. "No es nada, mamá. Solo... me caí mientras paseaba por la ciudad. No es gran cosa."

Pero Song no estaba convencida. Conocía demasiado bien a su hija y las responsabilidades que llevaba como la heroína Jaguar. Había intentado apoyarla en su lucha por ayudar a las personas, pero al mismo tiempo, temía por su seguridad. "Kipo, no puedes seguir ignorando esto. Sé lo que haces, y sé que quieres ayudar, pero también necesitas cuidarte a ti misma. ¿Cuándo fue la última vez que descansaste de verdad?"

Kipo bajó la mirada, sintiéndose un poco culpable. Sabía que su madre tenía razón. Las largas noches de patrullaje, la presión de ser una heroína y la necesidad constante de estar alerta la estaban agotando, pero nunca quería admitirlo.

"Lo siento, mamá," dijo en voz baja. "Es solo que... siento que tengo que hacer esto. La ciudad me necesita. No puedo dejar de ayudar."

Song suspiró y la abrazó suavemente, teniendo cuidado de no hacerle daño. "Entiendo que quieras ayudar, Kipo. Pero también quiero que estés bien. No puedes salvar a los demás si no cuidas de ti misma primero."

Kipo asintió mientras sentía las lágrimas acumularse en sus ojos. La presión de ser una heroína a veces era demasiado, pero con el apoyo de su madre, sabía que podía continuar. "Prometo que seré más cuidadosa," dijo Kipo, devolviendo el abrazo. "Y que descansaré más."

Song la miró con amor y preocupación. "Eres increíble, Kipo. Pero recuerda que siempre puedes contar conmigo. No tienes que hacerlo todo sola."

Con una sonrisa débil pero sincera, Kipo se recostó en su cama mientras su madre iba por vendajes y ungüentos para tratar sus heridas. Aunque estaba agotada, Kipo sentía una renovada esperanza. Sabía que no estaba sola, y mientras tuviera a su madre y a sus amigos como Lincoln, podría seguir adelante, tanto como heroína como persona.

Al día siguiente, Kipo se despertó sintiéndose mucho peor de lo que había anticipado. El dolor en su costado se había intensificado, y sus músculos estaban adoloridos por todo el esfuerzo de la noche anterior. Aunque quería levantarse e ir a patrullar la ciudad, sabía que su cuerpo le estaba exigiendo descanso.

Su madre, Song, había insistido en que se quedara en la cama y se tomara el día para recuperarse. "No puedes seguir así, Kipo. Necesitas descansar y dejar que tu cuerpo sane," le dijo Song, acomodándole las almohadas y asegurándose de que estuviera cómoda.

Kipo, aunque reacia, sabía que su madre tenía razón. No podría seguir ayudando a los demás si no se cuidaba a sí misma primero. Así que, resignada, se quedó en la cama, mirando el techo mientras trataba de no pensar en todo lo que podría estar sucediendo en la ciudad sin su vigilancia.

Para distraerse un poco, Kipo tomó su teléfono y decidió enviarle un mensaje a Lincoln. Habían estado hablando bastante en los últimos días, y aunque Kipo aún mantenía en secreto su identidad como la heroína Jaguar, sentía que podía confiar en él.

(Por **mensaje** se pondrá esto signos)

**Kipo:** *"Hey, Lincoln. ¿Cómo estás? Espero que todo vaya bien por allá."*

Lincoln respondió rápidamente, como siempre.

**Lincoln:** *"¡Hey, Kipo! Estoy bien, solo en la escuela, ya sabes... lo de siempre. ¿Y tú? ¿Todo bien?"*

Kipo dudó un momento antes de responder. No quería preocuparlo, pero tampoco quería mentirle.

**Kipo:** *"Bueno, tuve una noche difícil. Creo que me excedí un poco y ahora tengo que descansar. Pero estoy bien, solo... cansada."*

Lincoln, siempre preocupado por sus amigos, respondió de inmediato.

**Lincoln:** *"Lo siento mucho. Debes descansar y recuperarte. Es importante cuidar de uno mismo, ¿sabes? A veces es fácil olvidarlo."*

Kipo sonrió al leer el mensaje. Lincoln tenía razón, y su preocupación genuina le hizo sentir un poco mejor.

**Kipo:** *"Gracias, Lincoln. Tienes razón. Estoy descansando, aunque me cuesta un poco quedarme quieta."*

Lincoln envió un emoji sonriente y respondió con un mensaje que la hizo reír.

**Lincoln:** *"Bueno, si te aburres, siempre puedes dibujar algo o leer. Y si necesitas hablar, estaré por aquí."*

Kipo sintió una calidez en su pecho al leer eso. Era bueno saber que Lincoln estaba ahí para ella, incluso si no conocía todos los detalles de su vida. Mientras continuaban intercambiando mensajes, Kipo se dio cuenta de lo mucho que había llegado a apreciar su amistad. Lincoln era una de las pocas personas con las que podía ser ella misma, incluso si no podía revelarle su mayor secreto.

Pasaron el día hablando de todo y de nada, compartiendo risas y apoyándose mutuamente. Y aunque Kipo estaba físicamente cansada, el hablar con Lincoln le dio la fuerza emocional que necesitaba para seguir adelante. Sabía que, sin importar lo que enfrentara como la heroína Jaguar, siempre tendría a Lincoln como un apoyo en su vida, alguien que la comprendía y que estaba dispuesto a escucharla sin juzgarla.

Mientras Kipo y Lincoln continuaban conversando a través de mensajes, Lincoln, sintiendo preocupación por ella, decidió preguntar si podía hacer algo más para ayudarla. Había notado que Kipo no estaba en su mejor momento y quería estar allí para ella de alguna manera.

**Lincoln:** *"Oye, Kipo... ¿te gustaría que pasara a verte? No sé si te sentirías mejor con un poco de compañía."*

Kipo miró el mensaje y se sintió conmovida por la oferta de Lincoln. Era un gesto dulce, pero dudó un poco. No quería que él la viera en ese estado, adolorida y cansada. Además, tenía que seguir manteniendo su identidad como heroína en secreto, y cualquier visita podría complicar las cosas.

**Kipo:** *"Eres muy amable, Lincoln. Pero no quiero que te preocupes por mí. Estoy bien, de verdad. Además, no quiero que me veas toda desarreglada y cansada."*

Lincoln no se dio por vencido fácilmente. Sabía que a veces, cuando uno se siente mal, lo mejor es tener a alguien cerca para apoyarte, incluso si solo es para distraerte de todo lo que te está molestando.

**Lincoln:** *"No me importaría verte así, Kipo. Todos tenemos días difíciles. Además, podríamos simplemente relajarnos y hablar en persona, como cuando vamos a la cafetería."*

Kipo sonrió al leer el mensaje, sintiéndose tentada por la idea. Lincoln siempre lograba animarla, y la idea de verlo y pasar un rato juntos le parecía agradable. Sin embargo, seguía preocupada por lo que su madre pudiera pensar o si habría alguna complicación.

Finalmente, decidió ser honesta con él.

**Kipo:** *"Realmente aprecio que quieras venir, Lincoln. Pero mi mamá está un poco estricta con que descanse, y no quiero causarle más preocupaciones. Tal vez en unos días, cuando me sienta un poco mejor, podríamos vernos en la cafetería. ¿Qué te parece?"*

Lincoln entendió perfectamente y no quiso presionarla más.

**Lincoln:** *"Claro, Kipo. Lo más importante es que te recuperes. Podemos vernos cuando te sientas mejor. Mientras tanto, seguiré aquí para cualquier cosa que necesites. Cuídate mucho, ¿sí?"*

Kipo se sintió agradecida por su comprensión y por tener un amigo como Lincoln. Aunque no pudiera verlo en ese momento, sabía que él estaría ahí para ella cuando lo necesitara.

**Kipo:** *"Gracias, Lincoln. Eres un gran amigo. Te avisaré cuando esté mejor para que podamos vernos. Cuídate tú también."*

Con eso, se despidieron por el momento, y Kipo se sintió un poco más tranquila. Saber que Lincoln estaba preocupado por ella y dispuesto a visitarla le dio un consuelo que necesitaba mientras continuaba su recuperación.

(Qui cambie la forma de los diálogos
Lincoln: hola y asi)

Lincoln llegó a la casa de Kipo, sintiéndose un poco nervioso pero decidido a visitarla como había prometido. Al tocar el timbre, fue recibido por Song Oak, la madre de Kipo.

Song Oak: "Hola, ¿tú eres Lincoln, verdad? Kipo me habló de ti. Pasa, por favor."

Lincoln: "Sí, soy yo. Gracias por recibirme. ¿Cómo está Kipo?"

Song Oak: "Está en la ducha ahora. Ha tenido un día largo, así que probablemente estará un poco tarde. ¿Quieres esperar en la sala?"

Lincoln asintió y entró en la casa, siguiendo a Song hasta la sala de estar. Mientras se acomodaba en el sofá, notó fotos de Kipo y su madre en diferentes momentos, lo que le dio una idea de lo cercana que era la familia.

Song Oak: "Voy a prepararte algo para beber mientras esperas. ¿Te gustaría té o algo más?"

Lincoln: "Un té estaría genial, gracias."

Song Oak fue a la cocina mientras Lincoln esperaba, observando el entorno de la casa. Notó que la casa estaba decorada con un estilo cálido y acogedor, reflejando la personalidad amable de Kipo.

Poco después, Song Oak volvió con una taza de té para Lincoln.

Song Oak: "Aquí tienes. Kipo no debería tardar mucho. Se está tomando su tiempo para relajarse."

Lincoln: "Gracias. Aprecio mucho esto."

No pasó mucho tiempo antes de que Kipo saliera de la ducha, envuelta en una toalla y con el cabello aún mojado. Al ver a Lincoln en la sala, se sonrojó un poco, pero su expresión se iluminó con una sonrisa.

Kipo: "¡Hola, Lincoln! No pensé que llegarías tan pronto. ¡Gracias por venir!"

Lincoln: "Hola, Kipo. Pensé que sería bueno verte y asegurarme de que estés bien."

Kipo se secó rápidamente y se cambió a ropa cómoda antes de unirse a Lincoln y a su madre en la sala. Se sentó en un sillón cercano a él.

Kipo: "Lo siento por el tiempo de espera. ¿Cómo ha estado tu día?"

Lincoln: "Ha sido un día normal, pero estaba deseando venir a visitarte. Quería asegurarme de que estés bien después de la pelea."

Kipo sonrió, sintiéndose agradecida por el apoyo de Lincoln. Mientras conversaban y se ponían al día, tanto Kipo como Lincoln se dieron cuenta de lo valioso que era su tiempo juntos. A pesar de los desafíos que enfrentaban, sabían que podían contar el uno con el otro para apoyo y amistad.

Mientras Lincoln y Kipo charlaban en la sala, Lincoln notó que Kipo parecía un poco cansada y se ofreció para ayudar en lo que pudiera.

Lincoln: "Si necesitas ayuda con algo, solo dímelo. No me importa dar una mano."

Kipo: "De verdad, no es necesario, Lincoln. Estoy bien, solo un poco cansada."

Pero Lincoln insistió con una sonrisa.

Lincoln: "En serio, estoy aquí para eso. ¿Hay algo que pueda hacer por ti o por tu madre?"

Song Oak, que había estado observando desde la cocina, se acercó con una expresión de gratitud.

Song Oak: "Es muy amable de tu parte, Lincoln. Kipo realmente ha estado empujando sus límites últimamente. No estoy segura de cuánto más podría ayudar, pero si tienes alguna sugerencia para mantenerla cómoda o algo por el estilo, sería genial."

Kipo se sintió un poco sonrojada al ver cómo su madre apreciaba el gesto de Lincoln.

Kipo: "No te preocupes por eso, mamá. Pero tal vez Lincoln podría ayudar a organizar las cosas para que no me mueva tanto. Sería una gran ayuda."

Lincoln asintió y comenzó a ayudar a Kipo a organizar algunas cosas en la sala. Mientras trabajaban juntos, conversaban de manera natural, compartiendo historias y anécdotas. La madre de Kipo, observando la interacción, sintió una mezcla de alivio y gratitud al ver que su hija tenía un amigo tan considerado.

Song Oak: "Gracias de nuevo, Lincoln. No tienes idea de cuánto aprecio tu ayuda. Kipo realmente necesita descanso, y me alegra ver que tiene a alguien como tú a su lado."

Lincoln: "No es nada. Solo quiero asegurarme de que esté bien. Además, siempre es agradable pasar tiempo con un amigo."

Kipo, aunque todavía un poco cansada, se sentía reconfortada por la presencia de Lincoln. La tarde continuó en un ambiente relajado, con Lincoln ayudando a organizar la sala y preparando una pequeña merienda para Kipo. La conversación fluía sin esfuerzo, y ambos se dieron cuenta de lo valiosa que era su compañía mutua.

Mientras tanto, Song Oak observaba desde un rincón, sintiendo una profunda satisfacción al ver a su hija rodeada de buenas personas y recibiendo el apoyo que necesitaba. La amistad entre Lincoln y Kipo no solo estaba ayudando a Kipo a recuperarse, sino que también fortalecía el vínculo entre ellos, creando una base sólida para enfrentar los desafíos que pudieran venir

Mientras Lincoln ayudaba a organizar la sala y preparar la merienda, la conversación fluía naturalmente entre él y Kipo. Song Oak, observando desde la cocina, no podía evitar notar lo atento y caballeroso que Lincoln era con ambas.

Lincoln: "Kipo, ¿quieres que te traiga algo más para la merienda? No dudes en pedirlo, estoy aquí para ayudar."

Kipo: "Gracias, Lincoln. Solo con eso ya es suficiente. Aunque un poco de agua no estaría mal."

Lincoln: "¡Enseguida!"

Lincoln se dirigió a la cocina para traer un vaso de agua. Mientras estaba allí, Song Oak se acercó a él con una sonrisa.

Song Oak: "Lincoln, no puedo agradecerte lo suficiente por todo lo que estás haciendo. Eres muy considerado."

Lincoln: "No es nada, señora Oak. Solo estoy haciendo lo que haría cualquier amigo. Kipo ha sido genial conmigo, así que es lo mínimo que puedo hacer."

Song Oak asintió, admirando la sinceridad de Lincoln. Cuando regresó con el vaso de agua, se lo pasó a Kipo, quien lo recibió con una sonrisa agradecida.

Kipo: "Gracias, Lincoln. Eres un verdadero amigo."

Lincoln: "De nada. Me alegra que pueda hacer algo por ti."

La conversación continuó de manera relajada. Lincoln habló sobre sus intereses y su vida cotidiana, mientras Kipo se interesaba en conocer más sobre él. También compartieron algunas historias divertidas y anécdotas, lo que hizo que el ambiente en la sala fuera aún más cómodo.

Song Oak, viendo la interacción entre ellos, se sintió cada vez más aliviada. Su hija estaba rodeada de personas que realmente se preocupaban por ella y le ofrecían apoyo. Notó cómo Lincoln, incluso en los pequeños gestos, mostraba respeto y consideración.

Song Oak: "Lincoln, me alegra saber que tienes amigos tan buenos como Kipo. No todos los días uno encuentra personas que realmente se preocupan."

Lincoln: "Y me alegra haber encontrado a Kipo. Es una persona increíble, y estoy contento de poder ayudarla en lo que pueda."

Kipo, aunque aún algo cansada, se sintió reconfortada al escuchar las palabras de Lincoln y ver cómo su madre estaba tan agradecida. La tarde pasó en un ambiente de camaradería y apoyo mutuo. La presencia de Lincoln no solo estaba haciendo que Kipo se sintiera mejor, sino que también fortalecía el vínculo entre ellos y generaba un sentido de comunidad y amistad que ambos valoraban profundamente.

En una oficina oscura, el sujeto encapuchado conocido como Enigma estaba sentado en una silla frente a un escritorio desordenado. La luz tenue de una lámpara de escritorio apenas iluminaba su rostro enigmático. La puerta se abrió y Stryker Voss, el cazarecompensas, entró con pasos firmes.

Enigma lo miró con interés. "¿Lograste capturar a la heroína jaguar?"

Stryker Voss se inclinó ligeramente hacia adelante. "La heroína jaguar está cada vez más cerca. He rastreado sus movimientos y he tenido algunos encuentros recientes. Sin embargo, parece que ha tenido ayuda. Anoche, tuvo un asistente inesperado."

Enigma levantó una ceja, intrigado. "¿Y quién es ese asistente?"

Stryker Voss mostró una expresión de desdén a través de su máscara. "Un joven albino, alguien que no había visto antes. Parecía muy decidido a ayudar a la jaguar, y lo hizo de manera bastante efectiva. Pero eso no me detendrá. Estoy ajustando mi estrategia."

Enigma asintió lentamente, su mirada fija en Stryker Voss. "Asegúrate de que no haya más interrupciones. El objetivo principal sigue siendo la heroína jaguar. Si ese chico albino se interpone en el camino, también debe ser eliminado."

Stryker Voss hizo una inclinación respetuosa. "Lo tendré en cuenta. Mi trabajo es garantizar que el objetivo sea capturado. No defraudaré."

Enigma asintió con satisfacción mientras Stryker Voss se retiraba de la oficina.

Stryker Voss salió de la oficina de Enigma, aún pensando en el joven albino que había ayudado a la heroína jaguar. Mientras caminaba por el pasillo, sus pensamientos se dirigieron hacia la verdad que había estado ocultando. El albino no era un desconocido para él; en realidad, era un miembro de su propia familia.

Stryker se detuvo en una esquina solitaria y se apoyó en la pared. Miró hacia el suelo, su expresión era una mezcla de preocupación y determinación. Sabía que debía mantener su verdadera identidad en secreto para proteger a su familia y a sí mismo. No podía permitir que nadie supiera quién era el joven albino realmente.

"Lincoln..." murmuró para sí mismo, su voz apenas audible. "¿Por qué tienes que involucrarte en esto?"

Stryker se obligó a concentrarse nuevamente en su misión. La necesidad de capturar a la heroína jaguar era primordial, pero la aparición de Lincoln complicaba todo. Fingir que no conocía a Lincoln era una medida de seguridad para evitar poner en riesgo a su familia.

Con una respiración profunda, Stryker se dio la vuelta y siguió su camino, decidido a completar la misión sin dejar rastro que pudiera exponer su conexión con Lincoln. Sabía que tenía que mantener el enfoque y no dejarse distraer por los lazos personales. La seguridad de su familia y el éxito de su misión estaban en juego.

Fin del capítulo

Adivinen quién está debajo de la máscara

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