25.EPILOGO
Varios años después.
Aquella mañana Lee Taemin se miraba al espejo con cierta confusión. Minho lucía casi igual a como lo conoció, el hombre tenía aquella mescla genética que le ofrecía la juventud eterna, pero él… Lucía ya como un hombre. Taemin cumplía aquella mañana 30 años, y según Minho, Taemy lucía incluso mejor.
Su cabello negro, casi azulado, le llegaba a los hombros, siempre atado en media coleta, acentuando su belleza masculina. Las líneas de expresión se notaban con ligereza bordeando los azules ojos, pero aquello no disminuía la perfección, al contrario. El cuerpo esbelto de Taemin había adquirido una ligera musculatura haciéndolo ver – a ojos de Choi Minho– como uno de aquellos sensuales hombres en los calendarios de “Bomberos Traviesos”.
Minho amaba a Taemin por quien era, pero el físico esculpido del hombre no era nada despreciable. Taemin había notado que en aquellos días Minhoparecía mucho más interesado en el sexo, y para alguien como Minho, eso era demasiado.
Los largos y estéticos dedos de Minho se deslizaron por su espalda desnuda, acariciando la pálida piel antes de que los labios se presionasen contra el hombro de Taemin. Las manos rápidamente bajaron hasta sujetar las caderas del joven de cabello negro.
- Luces preocupado.- dijo Minho, acariciando con la punta de sus dedos la fuerte quijada de su hombre.
- No lo estoy.- respondió Taemin, un tanto malhumorado.
Minho se apartó de Taemin y lo observó en silencio. Lo contemplaba con cierta confusión y tan absorto se encontraba que no escucho el timbrazo hasta que este resonó por tercera vez.
- Algo está mal.- murmuró Minho con cierta rigidez.
- Vamos a un funeral.- espetó Taemin.- Hay cosas que siempre parecen estar mal.
- ¿Es por Ten?.- cuestionó Minho, paralizando al joven de ojos azules, este negó con la cabeza y cruzo los brazos sobre su pecho.
- Tengo que afeitarme, necesito espacio.- espetó Taemin un tanto grosero.
Minho lo observó queriendo leer sus pensamientos, pero a pesar de que Taemin siempre había sido obvio y fácil de leer, últimamente parecía demasiado… malhumorado. Minho creyó que había sido por Ten, el niño – ahora un adolescente – había comenzado a frecuentar lugares peligrosos. La amistad que había tenido con Jinki y Taemin se había tornado demasiado… insignificante.
- Es por Ten.- se quejó Taemin.- Siempre me siento… es que… No soy su padre, no puedo hacer nada. Tiene 16 años y parece que simplemente no quiere ver que no es inmortal y las estupideces que hace tienen consecuencias.- Taemin se giró hacia Minho y sin más se aferró con fuerza a él.
- ¿Acaso no ves que das demasiado?.- Minho besó con cierta dulzura los pómulos de Taemin.- Te entregas tanto y necesitas ser mucho más para los que amas, sin saber que ya eres lo que necesitan.
- Necesito hablar con mi madre.- murmuró Taemin.- Mi madre debe enfocar su completa atención en mi hermano. Pareciera que… no le importa.
- Eso es cruel y no sabes ser cruel.- murmuró Minho intentando calmar a su querido nephilim.
- Chanyeol y mi madre están enfocados en vivir su idílico romance que simplemente se olvidan de Ten.- insistió Taemin.- Sulli está tan ocupada preparando su boda con Ren; y Jinki parece sumamente interesado en Luna que se ha olvidado de que Ten también lo considera su hermano.- los dedos del joven comenzaron a tirar con suavidad de la ropa de Minho, solo una camisa con jirafas doradas persiguiendo peces azulados.
- Jinki debe apoyar a su novia, no todos los días puedes hacer una exposición de tus pinturas en Berlín y Polonia, siendo parte de la exposición “rostros verdaderos”.- comentó Minho mientras guiaba al joven hasta la cama, sin ningún doble sentido en su intensión.- Además, Sulli ha pospuesto tanto la boda que Ren de verdad parece desesperado por casarse.
- Tienes razón.- Taemin asintió mientras se sentaba en la amplia cama. Las sabanas se encontraban extendidas, las singulares siluetas tribales cubriendo cada trozo de tela.- Creo… sospecho que Ten está en muchos problemas pero no he podido hablar con él. Desde hace dos años que frecuenta a personas muy… malas. Dillers, vendedores de Meta, algunas veces hemos tenido que sacarlo de la cárcel y solo parece que… se pierde.- la desesperación en la voz de Taemin se acentuaba conforme hablaba.
- Pero en los últimos meses parece que ha reconsiderado todo.- comentó Minho, rozando con la punta de su dedo índice el mentón de Taemin.- Ha recuperado su camino. Suele pasar, a veces te pierdes pero lo importante es que sabe que puede regresar, que tú y tu familia está allí.
- Algo va muy mal.- insistió Taemin.- Si ha actuado tan calmado es porque algo fue muy mal y no quiere hablar. Y necesito que me hable.- Taemin tembló ligeramente, tantas emociones y temores, la infinita necesitad de cuidar de su familia parecía enloquecerlo.
- Asistirá al funeral, entonces podrás hablar con él.- Minho entrelazo sus manos con las de su amado antes de besar sus labios.- Tenemos media hora aún.- añadió con un tono travieso.
Taemin se puso en pie, se apartó de la cama y observó a su novio. Minho se encontraba recostado sobre la cama, estirado con cierta gracia y elegancia, el obvio interés de Minho se elevaba bajo sus boxers. El hombre colocó las manos detrás de su cabeza y esperó con cierta complacencia.
- No quiero llegar tarde.- murmuró Taemin, ciertamente interesado en perder el tiempo de la mejor manera en brazos de Choi Minho.
- Es el funeral de Kim Heechul, no será demasiado terrible si llegas tarde.- insistió Minho, desprendiéndose con sensualidad de la camisa.
- Fue como mi segundo padre.- murmuró Taemin, tragando saliva con cierta fascinación ardiendo en su mirada.
- Yo solo digo que disfrutemos mientras estemos vivos.- Minho deslizo sus largos y estilizados dedos sobre la elevada erección que presionaba contra su ropa. Taemin aspiro profundamente, muy interesado en lo que Minho planeaba hacer, sin embargo un grito en la sala los interrumpió.
- Tae… Tae, ¿estás aún aquí?.- preguntó la sinigual voz de Lee Ten.
- ¡Voy!.- gritó Taemin girándose hacia la puerta abierta.
Minho observó la imposibilidad de decidir en la mirada de Taemin. Había interesado a su hombre y parecía romperse entre ir a ver a su hermano o continuar con lo que estaban por comenzar. Minho suspiró y se colocó la camisa sobre los hombros.
- Debes ir, ahora mismo yo necesito un baño de agua fría.- Minho se acomodó los boxers y sonriendo caminó hasta las puertas abiertas del baño.
Taemin verdaderamente quería ir en busca de Minho, pero sus pies lo llevaron lejos. Cruzó el corto pasillo y observó las habitaciones que serían remodeladas. Minho tenía interés por hacer algo con aquel espacio, pero aún no estaban seguros de qué hacer. Se mantenía aun en desorden, como si un huracán hubiese chocado con ambas, con trozos de ropa que Minho ya no quería y con un papel tapiz desgarrado.
Al llegar a la sala vio a su crecido hermano jugando con las patas de Kkong, el anciano gato los observó antes de sacudirse y moverse hacia el otro extremo del sillón, como si le diese permiso a Taemin de sentarse junto a Ten.
El joven de cabello negro y ojos castaños había dejado las feas gafas atrás, ahora unos lentes de contacto resaltaba lo hermoso de su rostro. El cabello negro se rizaba en las puntas, siempre con el corte de Jinki mientras la soltura de Isabelle parecía ofrecerle un aire de belleza efímera. El joven levantó la mirada y su delineado aspecto contrasto ligeramente con el cincelado cuerpo que había adquirido. En aspecto era el más parecido a su padre y Taemin sintió orgullo al notarlo.
- Hola.- murmuró Ten con cierta aprensión en la voz.
- ¿Necesitas hablar conmigo?.- pregunto Taemin sentándose junto a su hermano.
- Necesito mostrarte algo, y necesito que me ayudes.- murmuró Ten antes de mirar hacia el pasillo, temeroso de que Minho llegase.- Necesito que sea un secreto incluso de Minho.
- Sabes que no puedo hacer eso.- Taemin enarcó las cejas al inclinarse y mirar a su hermano.- ¿Qué sucede, Ten?.
- Tengo un gran problema.- murmuró Ten.- Uno muy grande, pero antes de contártelo, déjame recordarte que he mejorado. Charlotte y Henry me han ayudado a aprobar los exámenes extraordinarios y he mejorado.- añadió con cierta necesidad por justificarse.
Era verdad. A pesar de que Taemin se encontraba verdaderamente preocupado por Ten, hacía un par de meses pudo ver que su hermanito retornó a él. Había mejorado mucho, con ayuda de Henry y Charlotte – que parecían especializarse en niños rebeldes – Ten había retornado a la pacifica vida que habían tenido.
- Yo siempre te apoyaré.- la firmeza en la voz de Taemin asombró a Ten, Taemin pudo verlo reflejado en su mirada.
- Hace casi un año tuve un… desliz.- Ten miraba intensamente a kkong como si este comprendiese sus palabras.- Una mujer mayor, la madre de una muy mala amistad, me ofreció un lugar en su casa, cuando decidí salirme de casa.- añadió.
Taemin recordaba aquello. Si bien él había escapado de su madre por tres años, el ver desaparecido a su hermanito casi lo volvía loco. Por alguna razón los hijos de Amber siempre abandonaban la casa a muy temprana edad. Ten había estado fuera un mes antes de regresar por su propia decisión. Pero las cosas no mejoraron sino hasta que uno de sus más cercanos amigos, Keneth, murió por una paliza. Jong Suk le había comentado, extra oficialmente, que Keneth se había involucrado con las personas incorrectas y ellas decidieron pintar toda la pared con sus sesos.
- Recuerdo que no sabía nada de ti.- comentó Taemin.
- Yo me acosté con ella.- murmuró Ten.- Yo creía que me comprendía pero no lo hizo. La verdad es que no le importaba ni mi vida ni yo.- añadió con el aguijonazo agudo del primer amor no correspondido. Taemin podía ver en la mirada perdida de su hermanito que aquello lo hería más de lo que expresaba.- La deje y no volví a verla.
- ¿Te ha buscado?.- cuestionó Taemin, el joven parecía a punto de saltar sobre aquella mujer que se había aprovechado de su hermano menor.
- Lo hizo.- Ten se detuvo cuando vio a Minho caminar hacia la cocina. El hombre se veía magnífico y parecía esperar por Taemin, quien no estaba aún vestido.
- Ve y ofrécele mis condolencias .- dijo Taemin, Minho parecía preparado para negarse, pero en lugar de ello asintió y se marchó del loft.
- Estará molesto.- comentó Ten.- Y nuestra madre nos odiará al ver que no hemos ido.
- Ya lidiaré con ella más tarde.- Taemin temblaba ligeramente, la ira de lo que pudiese estar pasando con su hermano lo mantenía al filo del asiento.
Aquella mujer podía buscar nuevamente una relación con su hermano, que no era lo suficientemente maduro para enfrentar aquello. Podía querer que pagase en efectivo por mantener su relación en secreto. Podía buscar molestarlo más perdurablemente.
- Ella ha venido a buscarme, a la escuela, y llevaba una prueba de ADN.- Ten temblaba, sus manos estaban frías y su rostro pálido.- Tengo un hijo, con 16 años tengo un hijo que ella no quiere y que quiere abandonar.
Los giros de la vida son inusualmente impredecibles.
* * *
Minho observó su teléfono encontrándose que Taemin no había asistido al funeral de Kim Heechul. El mundo a su alrededor murmuraba sobre su nula asistencia. Amber se hallaba sentada a su derecha y Chanyeol a su izquierda, lo que lo colocaba en un asiento terriblemente incómodo. Jinki y Luna miraban hacia atrás en busca de Taemin y Ten, mientras Isabelle lucía asustada.
Henry y Charlotte se encontraban abrazando a sus hijos, conmovidos por las palabras de Park Jimin . Irene lo miraba con adoración mientras a su lado, Jonghyun junto a Kibum lloraban, quizás recordando la muerte de Kai. Key y su hermanita lucían tan idénticos a Kai que su perdida se resentía menos con ellos en la vida de Kibum y Jonghyun. Kibum estaba adoptando por tercera vez, esperaba un niño al cual llamarían Jogin.
El amor entre Kibum, Jonghyun y Kai siempre perduraría, a pesar de la muerte, a pesar de la separación.
Minho observó el féretro hundirse en la tierra cuando lo consideró, verdaderamente lo consideró. Quería casarse con Taemin, quería unir su vida a la de su hermoso nephilim. La muerte podía colocar todo en perspectiva, podía darle un giro y la determinación podía surgir de aquel momento.
Taemin le había mencionado un par de veces más la posibilidad de casarse, de verdaderamente formalizar su relación. Aquello había sido tan curioso para Minho, teniendo tantos grandes amores y siendo amado por tantos, y entonces llegaba un joven de ojos azules con una prístina sonrisa, y el mundo giraba. Taemin quería vivir toda su vida junto a Minho, “remar a su lado para siempre”.
- Quiero casarme con Taemin.- murmuró con cierta suavidad, no una que pasase desapercibida por Amber.
- Me alegraría darte mi bendición.- respondió Amber, malinterpretando todo.- Siempre creí que serías la perdición de mi hijo, pero ahora sé que no es así.- añadió con cierta melancolía en la voz.
Taemin aún parecía no perdonar a su madre, pero Minho comprendía que a pesar del daño que les había hecho, aquella separación fortaleció su amor.
Minho pensó que quería disfrutar de los giros que la vida le preparase al lado de Taemin.
* * *
Taemin observaba a la mujer con ojo despreciativo. Era esbelta, de largos cabellos negros y tez pálida por el exceso de sus adicciones, el rostro se encontraba demacrado, había sido hermosa alguna vez, pero ahora solo quedaba un par de azules ojos y los restos de una sonrisa tierna, dulce. Ella vestía con ropas demasiado costosas mientras su casa, el lugar al cual había citado a Ten, era un completo basurero. El aroma picante y suave de la mariguana se perdía en el aire, las paredes estaban impregnadas por manchas de fuego.
Ella estrecho la mirada sobre Taemin y busco rodearlo con sus delgados brazos.
- Eres mucho más atractivo que Ten.- dijo ella sonriendo con picardía, como si se encontrase perdida en sus pensamientos.- Podría besarte gratis.- añadió con cierta simpatía. El llorar de un niño interrumpió su acecho sobre Taemin.
- Exiges 90 mil dólares y jamás mencionaras nada de esto.- espetó Taemin apartándose de ella. La mujer lo observó y sonrió con desprecio.
- Sé lo que eres.- dijo ella.- Eres de esos que creen ser mejores que yo. Como tu madre, como tu padre.- añadió empujando con las palmas a Taemin.- Amber, la siempre perfecta mujer de negocios, la abogada indomable. Son Man, el hijo perfecto, el Lee que podía llegar a la Casa Blanca.- sus palabras estaban cargadas de veneno, como si los conociese demasiado íntimamente. Entonces Taemin se horrorizo ante el descubrimiento. Ella era IU, ella había sido amante de Son Man
- Tú…- Taemin la observó de pies a cabeza, la vida le había cerrado las puertas y al parecer ella había preferido abrir las piernas.
- No me mires así.- reiteró con desprecio.- Yo simplemente quise ser una buena madre para tu hermanito, solo le di un poco de cariño.- añadió balanceándose como si las paredes girasen tanto como el piso. El sonido de llanto se intensificó.
- ¿Es una venganza a mi familia?.- preguntó Taemin, sosteniendo con fuerza la chequera.
Aquella mujer pedía un precio para desaparecer de la vida de Ten,para esconder cualquier referencia futura o inmediata a la paternidad de aquel infante. Ten era un niño, Ten era muy joven, pero al verlo sabía que Ten querría ver a ese infante. Taemin se sentía mal por el niño pero proteger a su hermano era su prioridad.
- Una venganza a la familia.- murmuró ella, IU.- No. No es una venganza contra tu familia, es una venganza contra tu padre y todo lo que me hizo.- añadió con furia.- Yo era joven, yo era inexperta, yo me enamoré del hombre, del símbolo, de la figura que fingió ser. Entonces lo vi, como realmente era. Era débil. Era tan débil y lo perdí todo por él. Perdí mi respeto, mi vida, mi camino. Todo lo perdí por él.- añadió empujando con las manos a Taemin, le golpeaba el pecho con furia pero su cuerpo, ligero como pluma, apenas si movía unos centímetros a Taemin.
- Entonces toma tu dinero y desaparece de nuestras vidas.- espetó Taemin sujetando las manos de la mujer, empujándola ligeramente contra el derruido sofá de su estancia.- Es lo único que buscabas. Es lo único que te sirve.- añadió sacando la chequera. Firmo el cheque antes de escuchar otra vez el sonido de aquel llanto.
- ¿Quieres conocerlo?.- preguntó ella, notando la mirada en los ojos de Taemin. Había algo curioso en aquel azul, cierto anhelo.
IU no esperó una respuesta, caminó apoyándose en las paredes hasta alguna habitación trasera, para después retornar con un bebé muy pálido, el azul de sus venas resaltaba sobre la piel blanca. Era tan pequeño, no más de unos meses. Recién nacido. Una ligera mata de cabello negro y unos azulados ojos con una profundidad suplicante. El bebé lloraba incluso en brazos de la mujer.
Taemin nunca comprendió lo que lo impulso, lo que lo hizo extender los brazos y sujetar al frío bebé en brazos. El pequeño retoño lo observó con cierta fijeza y dejo de llorar, casi suplicando que Taemin no se apartase de él.
- Es tu sobrino.- dijo IU.- Vaya los giros del destino. Tu padre jamás quiso más hijos que ustedes tres, y aquí está el bebé de su hijo menor. Un hijo mío y de tu hermano.- añadió con regocijo.
- ¿Qué harás con él?.- cuestionó Taemin.- ¿Cuidarás de él?.
- Ya tengo un hijo.- espeto con violencia IU.- No necesito más bocas que alimentar.
- Son 90 mil dólares.- respondió Taemin, la ira engrosando su voz.- No es poco dinero.
- No lo suficiente.- IU se acomodó contra los almohadones sucios y lo observó.- ¿Lo quieres?, ¿puedo vendértelo?.
Taemin se horrorizo por aquella falta de maternidad en aquella mujer. El bebé comenzó a temblar en sus brazos, sus ojos azules suplicándole que se lo llevase lejos. Taemin abrazó con mayor fuerza al bebé, lo presionó contra su pecho y dejo que su corazón latiese acelerado.
- ¿Qué harás con él?.- insistió Taemin.
- Quizás lo abandone, o lo regale.- respondió ella encogiéndose de hombros.- No me interesa más de lo que le podría interesar a cualquiera. Lo pude haber abortado, pero sinceramente no juntaba la cuota.- añadió con simpleza, como si aquel ser en los brazos de Taemin no fuese más que una rata, o un parásito.
- ¿Cuánto quieres?.- Taemin se odio por preguntar aquellas palabras.
- Simple, 130 mil dólares.- respondió ella con una sonrisa demasiado complacida.
- No lo verás, no lo buscarás. Te olvidarás por completo de él. Te olvidarás de mi hermano Ten y de este bebé.- puntualizo Taemin mientras acomodaba al bebé junto a la que era su madre biológica, sacó la chequera y escribió la obscena cantidad de dinero.- Te daré mañana 10 mil más si firmas unos papeles. Tienes que estar aquí, mi abogado vendrá conmigo.
- Puedes llevarte al bebé.- dijo ella aferrándose al cheque que Taemin le extendió.- Por cierto, se llama Yoogeun.- añadió con cierto desprecio en la voz.
Taemin no quería soportar más a la mujer, no la toleraba. Extendió los brazos y colocó en ellos con mucha ternura al bebé. Era hermoso, de la manera en que un bebé lo era. Yoogeun se aferró al suéter destejido que llevaba Taemin, aun temblaba pero parecía mucho más relajado, feliz.
No podía abandonar al hijo de Ten, no podía dejarlo con una mujer que no podía ni cuidarse ella misma. Taemin podía cuidar de él, podía darle una familia. Darle la familia que por derecho era suya, pero no podía dejar al bebé en manos de IU.
- Serás muy feliz, Yoogeun.- murmuró Taemin acariciando sus mejillas con la punta de los dedos.- Ya lo verás. Minho va a amarte.
* * *
Un gran salón de asamblea se dejaba ver al centro de la calle. Se mostraba decorado con miles de banderas del partido Demócrata y miles de banderas de Estados Unidos de Norte América. Incluso había algunos carteles del "viejo Tío Sam". La puerta del salón se abrió dejando ver figuras y afiches de propaganda demócrata para Park Jimin.
Podías sacar a un Park de la política pero no a un Park casado.
La pareja se veía como una joven imagen de los Kenedy. Minho observó a los muchos que apoyaban a Jimin Esperaban el recuento final de las votaciones.
El flamante carisma había hecho su voto el día anterior esperando que Park ganara. No apoyaba al hombre, pero Taemin era el encargado de su campaña publicitaria y Kim Jonghyun era su escritor de discursos. Debía apoyarlos.
Minho dio un suspiro cuestionando cómo había terminado todo así. La política no era parte de Taemin, pero sí de Jimin.
Taemin había estado actuando extraño, se había reunido en secreto con Ten varias veces, incluso había estado observando las finanzas que tenía por separado. Taemin y Minho, al unirse en compromiso habían decidido unir sus cuentas, sin embargo, hasta que fuesen legalmente esposos no podían dar el paso a una cuenta unitaria.
Cuando le pidió matrimonio, con bombos y platillos en una reunión por todo lo alto, una fiesta de la cual siempre se hablaría, ofreció un espectáculo con todos sus artistas cantando baladas románticas en honor al cumpleaños de Taemin. Sin embargo el joven parecía demasiado deprimido, a pesar de estar con Jinki y Sulli.
Minho comenzaba a preocuparse, hasta que en el momento perfecto la magia de magos profesionales de las Vegas surgió de los cielos, enfocando el espectáculo en el propio Minho. Y después de colocar un anillo de fuego que se tornaba un lazo de oro, Minho se puso de pie, frente a Taemin y sonriéndole le dijo:
- He pasado los mejores momentos de mi vida a tu lado y suplico para que ello no se termine.- Minho extendió la mano y con un fuego azulado surgió un anillo de oro.- Te amo más de lo que puedo expresar, te respeto más de lo que respetaría a un artista de mi compañía. Te quiero más de lo que creí que algún día querría a alguien. No quiero vivir sin ti en mi vida y por ello te suplico que, como símbolo de que me amas tanto como yo te amo, aceptes ser mi esposo.- añadió extendiendo las manos, el techo se abrió “mágicamente” y los cielos se cubrieron de fuegos artificiales.
- Minho, mi vida es perfecta a tu lado.- respondió Taemin sosteniendo las temblorosas manos de Choi Minho.- Sí, Minho. Acepto casarme contigo.- añadió besándolo de aquella manera tan profunda que el fuego del amor parecía consumirlos por completo.
La fecha sería después de la boda de Sulli, un año después. Lo que permitiría a Yoona, Yunho su siempre caustico amigo Jeon Jongkook– novio de Lily Chen – planear la boda.
Comenzaba a desesperarse cuando recibió un mensaje de texto de Taemin, llegaría tarde pues había sucedido un ligero cambio de planes. Minho esperarían pacientemente.
No dudaba que Jimin ganara pero simplemente esperaría el final del conteo. El televisor de pantalla plana se encendió mostrando una repetición del último debate. Detestaba los debates políticos pero allí no podía evitar verlos.
Jimin hablaba de miles de situaciones en las que mejoraría todo, pero solo era política y parte de él siempre sería un mentiroso perfecto que nadie notaría. Un demonio con rostro de ángel.
Entonces llego la pregunta más extraña.
- ¿Qué opina del matrimonio Gay que se intenta estandarizar y hacer legal en todo el país?.- pregunto una reportera.
Hellen B. se había casado con Aline Penhallow hacía cosa de unos meses, pero solo era una unión legal en ciertos estados. Había sido una gran celebración, había sido el suceso del año con la presencia de Minho, el “flamante carisma de Brooklyn”. Taemin intentaba parecer normal pero algo le molestaba, y entonces se lo dijo. Le hablo sobre Ten y su paternidad. Aquello había sido tan sorpresivo que no pudo más que horrorizarse.
Pero muy dentro de él había anhelado poder darle un hijo a Taemin. Lo terrible era que era estéril. La decadente sangre de Woo-shik terminaba con él, sin embargo hubiera deseado ver a un bebé con los hermosos ojos de Taemin.
- En mi juventud.- comenzó Jimin regresando a Minho al lugar donde estaba.- En mi juventud conocía a un hombre al cual admiraba, era homosexual pero no lo expresaba abiertamente. Vi a ese hombre superar un acto homofóbico que atormentaría a otro, un acto que casi le quita la vida. Lo vi superar lo que los demás no podrían y lo vi muchas veces hacer lo correcto. Yo admiro a ese hombre y no quiero que esta epidemia homofóbica crezca en las demás generaciones. Estoy a favor del matrimonio Gay. El amor es el amor sin importar la forma, creo yo.- añadió manteniéndose estoico.
Una ola de aplausos llenó la sala y la sala que se mostraba en el debate.
Minho sonrió, ahora no era extraño el saber por qué Jimin insistió para que Taemin fuese jefe de su campaña Publicitaria. Tener a un publicista gay afianzaba el voto de la comunidad LGBT.
Las preguntas siguieron y la "apertura de opinión" de Jimin llevaba a su partido con mucha aceptación del público en general.
Los ojos verde-dorado se enfocaron más allá, como si fuese magia, siempre podía encontrar a su hombre. Taemin atravesaba la puerta sosteniendo en brazos algo, parecía un tesoro celosamente protegido por el joven. Aquello le resultó extraño. Taemin cabeceó hacia la puerta cuando noto a Minho mirándolo.
Taemin continuaba con aquel brillo que arrancaba suspiros de quien lo mirase, la misma inocencia de siempre que atrapo la atención de Minho. Ciertamente Taemin se había enfadado con Minho por no apoyarlo cuando le dijo que él mismo arreglaría el asunto de Ten. También pareció molesto cuando Minho no apoyó que Ten y él no le revelasen jamás a Amber sobre aquel nieto que nunca conocería.
Pero Minho esperaba que Taemin recapacitara en algún momento.
- ¿Celebramos?.- pregunto Minho sonriendo mientras se encontraba con Taemin en el marco de las enormes puertas.
Más allá de ellos, todos sus amigos estaban sentándose en sus respectivos asientos.
Sulli insistía en que no creía en el matrimonio, hasta que Ren se lo pidió. Y aun así había retrasado la boda un par de años. Luna tampoco parecía muy interesada en casarse con Jinki, pero este cada día se lo pedía, quizás en algún momento la joven aceptase. Sus relaciones habían permanecido estables por años.
Jonghyun y Kibum con su tribu de hijos se encontraban frente a Henry y Charlotte con sus hijos.
Eran suertudas las parejas que con solo desearlo podrían tener una familia, pensó Minho con cierto desprecio. Quería ser padre, Taemin merecía esa oportunidad. Claro que la incapacidad de formar una familia no aminoraba el amor que Taemin sentía por Minho, y él lo sabía.
Taemin se acercó a Minho con lentitud. Sus ojos azules continuaban expresando su delicada esencia. Los años pasarían y la mirada de Taemin solo se enfocaría en Minho. Su hermoso hombre tenía una sombra de barba que no tardaba mucho en rasurar, pero que dejaba ver mayor edad en su expresión.
Los ojos verde-dorado de Choi Minho se posaron sobre Taemin mientras extendía la mano para tocar con sus largos dedos la mejilla suave de un bebé en sus brazos. El mismo cabello negro y los azules ojos.
- Es el hijo de Ten.- murmuró Taemin mirando a su alrededor, pero todo el que se encontraba en las puertas estaba más enfocado en el conteo.- La mujer que lo parió pensaba deshacerse de él, no podía… no podía permitirlo.- añadió con seriedad, pero la torturada mirada expresaba que temía ser abandonado por Minho.- Yo… lo quiero, Minho. Quiero a este bebé, quiero que sea nuestro y… quiero que tenga una familia. Su familia.
Minho miró del hermoso bebé a Taemin, ambos parecían padre e hijo por manipulación del destino. Era perfecto, como Taemin lo era, y tan similar a Minho. Despreciado por una madre, abandonado. Olvidado.
Taemin había sido bueno para él, le había dado una familia y amor incondicional. El bebé merecía lo mismo, merecía la seguridad del amor, de ser cuidado y protegido por su familia.
- No podremos mantener en secreto quién es su padre biológico.- dijo Minho antes de enroscar su dedo con la mano diminuta del bebé.- Al menos no para siempre. Solo mientras crece y cuando sea mayor, podremos decirle la verdad.
- Te amo.- murmuró Taemin sonriendo de aquella manera que hacía temblar las rodillas de Minho.
Taemin era suyo y del bebé, y él era solo de Taemin y su nuevo Blue Berry de ojos azules.
Minho no sentía que su mundo hubiese cambiado, pero el hombre al que amaba cada día se tornaba más atractivo, más hermoso y más suyo. Y ahora le daba una familia, un hijo, todo se lo había dado con un beso.
* * *
El salón de eventos más impresionante de todo Nueva York se hallaba decorado con las más extravagantes y coloridas flores del mundo, algunas de ellas sumamente venenosas si se consumen. Adornado con motivos de impresionante belleza y refinado gusto se encontraba dividido en dos secciones. Las bancas se hallaban a la izquierda, decoradas con seda blanca y toda clase de flores brillantes, doradas. Al centro se encontraba un pequeño altar ocupado por un hombre de cortos cabellos castaños.
La música, una orquesta completa, se hallaba tras ellos, ofreciendo el ambiente necesario para la ceremonia. El trío de cuerdas elevaba la musical marcha mientras todo se preparaba.
Jinki, vestido con el traje oscuro que acentuaba su natural belleza inglesa, sostenía en los brazos con verdadero cuidado al recién adoptado bebé. Amber, emocionada y alegre, caminaba en derredor a Jinki mientras Luna parecía mantenerse apartada de la incómoda presencia infantil.
Ten, vistiendo un oscuro traje a juego con Jinki, se acercó a ellos. La verdadera relación del infante y él era un secreto que, cuando este fuese mayor, podía ser revelado pero mientras el tiempo transcurría, Ten necesitaba mantenerse apartado del bebé.
Sulli,con su escotado y estilizado vestido rojo escarlata, caminaba sobre sus altos tacones hasta el centro de la sección. A su lado Ren, su flamante marido, caminaba con la soltura que la fama y la grandeza musical le había otorgado. Sulli se detuvo ante su madre y Jinki.
- Crisis con el novio.- murmuró Sulli mirando hacia la cabina al fondo del salón.
- ¿Con cuál de ellos?.- cuestionó Amber, intentando no ser despectiva pero sonando ligeramente cruel.
- Taemin necesita hablar con Jinki.- dijo Sulli.
- Entonces ve, tengo que ocuparme de mi nieto.- espetó Amber extendiendo las manos para recibir a su muy querido primer nieto. Lo adoraba.
- No, mamá, tienes que venir también.- Sulli tomó al bebé de brazos de Jinki y lo colocó en los brazos de Ten.- Minho necesita hablar contigo.
Sin desearlo, Amber y Jinki fueron arrastrados por Sulli mientras Ten observaba con curiosidad al bebé. Los ojos eran de Son Man, los mismos que eran de Taemin. Sus cabellos eran negro, como los suyos, pero al sol se tornaban castaños, casi dorado caramelo. A pesar de la sangre que corría por sus venas, aquel bebé era más parecido a Minho y Taemin de lo que podía parecerse a Ten, o eso pensaba él.
Ten deslizo las puntas de sus dedos sobre la mandíbula y las oscuras cejas del bebé.
- No tengo nada para darte.- dijo Ten, con la voz estrangulada.- No poseo nada, no sería un buen padre, soy inmaduro y egoísta. No podría ofrecerte nada. Pero a pesar de ello, poseo algo muy valioso que te entrego completamente.- añadió besando con sutileza las mejillas del bebé.- Poseo un hermano mayor que es genial y será un increíble padre. Yo solo puedo darte a los mejores padres del mundo para que cuiden de ti, para que te guíen y te amen, te escuchen y te protejan.
El revuelo surgió cuando Taemin emergió por el corredor principal. Lucía atractivo con el sobrio traje negro, una camisa con los puños ribeteados por dorado, el cabello perfectamente peinado y el rostro afeitado con detalle. Tras él caminaba Jinki y Sulli, ambos completamente exultantes por la boda de su hermano mayor. Amber y Chanyeol caminaban detrás, pareciendo sinceramente felices por la boda.
Tras ellos caminaban Yoona, Yunho y Jeon Junkook escoltando a Choi Minho. Minho vestía con un traje blanco – a pesar de que deseaba haber entrado con ropas más brillantes y un reluciente traje de lentejuelas plateadas – tenía que conformarse con aquel sobrio blanco reluciente con saco estampado por lentejuelas plateadas y doradas formando un dragón en la espalda. Todos sabían que aquello era lo más recatado que Choi podría utilizar. El hombre siempre llamaba la atención, y en su boda arrasaba.
Taemin miraba de vez en vez hacia Ten cargando en brazos al bebé, su rostro reflejaba terror, pero al ver a Minho entrar en el salón, su mirada se enfocó solo en Minho.
Jinki a su lado, sería el padrino de la boda junto con Jonghyun, Yunho . Las damas serían Luna, Sulli y Yoona.
Chanyeol miraba a la pareja con nostalgia, pues deseaba casarse con Amber, pero esta no quería casarse de nuevo.
- Si un padre pudiese obsequiarle algo a su hijo, sería darle los mejores padres que existieran, y te los doy a ti.- murmuró Ten a la oreja del bebé antes de entregárselo a Amber, quien desesperada abrazo a su muy amado nieto adoptivo.
Amber estaba encantada con su nieto, veía en él la belleza de Taemin pero cierta determinación muy de Choi Minho.
Taemin miró a Minho a su lado, sus manos sudaban y temblaba, su mirada seria pero aterrada. Minho estaba disfrutando la vulnerabilidad de su pareja. El pastor ortodoxo comenzó la ceremonia.
Charlotte estaba llorando junto a su alto esposo, Henry. A la derecha de Charlotte se encontraban Jimin, que la veía prácticamente como su madre, e Irene. La asistencia del gobernador de Nueva York a la boda de Minho ocuparía las portadas de las revistas más vendidas. Era una celebridad política junto a una celebridad del mundo del Espectáculo.
Taemin titubeo al declarar su amor y tembló mientras colocaba el anillo en la mano de Minho, un anillo que sobresalía de los muchos que el hombre utilizaba.
Minho lo miro y seguro de sí mismo colocó el anillo mientras recitaba sus votos de amor:
- Lee Taemin.- dijo.- Te adoro, te amo, eres todo para mí. La vida nos ha puesto difíciles pruebas pero las hemos superado. Antes de conocerte me sentía vacío y necesitado de algo que no comprendía, pero al verte, solo un segundo, sentí que había encontrado lo que me hacía falta.- añadió con una sonrisa.- Estoy orgulloso de que seas mi otra mitad, pues eres perfecto, eres vulnerable y donde yo me confundo, tú nunca lo haces. Puedes apoyarte en mi cuando nuestro viaje sea difícil, y yo me apoyaré en ti todo el tiempo. Desde ahora seremos dos mitades de un todo y te amaré hasta que muera. Incluso después de morir te amaré.- finalizo deslizando los largos dedos sobre la mejilla sonrojada de su nephilim.- Eres mi ángel.- sentenció con orgullo.
Al finalizar la ceremonia, Minho sujeto en brazos al bebé y lo mostró al mundo en un tono dramático.
- Les presento a nuestro primer hijo, Yoogeun Choi-Lee, hijo legal de Taemin y mío.- sentenció abrazando a su pequeño bebé.
La vida había sido complicada para ambos, había sido una completa montaña rusa, pero así era la vida, así era el correr de los caminos entrelazándose y guiándolos siempre.
FIN
Llegamos al final de esta hermosa historia, espero la disfrutarán tanto como yo al realizar esta adaptación..
Gracias 🙏
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