21. LOS ÁNGELES NO VUELAN
Minho se encontraba finalizando un trato perfecto. Esclarecido el abuso de confianza y con los fondos recuperados, el déficit era cosa del pasado. Pero si "SHINEE RECORDS" tenía que llegar a lo alto de las listas musicales, debía diversificarse y obtener letristas mejores. Jinki y Kibum lograban grandes cosas, pero tenían géneros limitados, necesitaba letristas y músicos más complejos.
Jonghyun tenía muy buen ojo para los letristas novatos que podían pulirse, pero necesitaba encontrarlos, necesitaba una campaña potente, entonces Taemin sugirió un “Festival Musical”, patrocinado por la empresa y con el fin de que los mejores 20 letristas tuviesen un contrato inmediato, pero a los cinco mejores, los ganadores, podrían hacer las canciones para el siguiente álbum de alguno de sus mejores artistas. Las mejores opciones, aquellas que llamarían en masa a todos, eran “Millenium Lillium” – la banda de Ren–, Nam-joon, Jeon Junkook – el autonombrado rival de Ren – y Moreen, una nueva promesa en la empresa. Era muy joven pero su capacidad de interpretación era comparada con Amy W., nativa de Inglaterra.
Minho sabía que en pocos días Taemin debía volver a Nueva York y Minho tendría que quedarse el resto de los días para cerrar contratos, detalles finales de las giras, y especificar legalidades del concierto. Era muy minucioso en sus contratos, a pesar de haber contratado a Lee Know para revisar los términos legales de algunas cuestiones.
Dentro de poco y todos los Lee estarían invadiendo su vida, pensó Minho, pero la verdad es que no le importaba mucho. Mientras Taemin estuviese en su vida, no mucho le molestaba.
- Sabes que hiciste una tormenta de nada.- reiteró Jonghyun revisando el nuevo material con el cual se trabajaría en la gira. Minho le sonrió y se encogió de hombros.
- No podemos hacer que “Millenium Lillium” surja de las entrañas de un ángel.- respondió Minho, evadiendo el tema a propósito.- Es extraño hasta para Ren.
- No es eso.- Jonghyun sonrió antes de mirar directamente a su amigo.- Algo que nace de las entrañas de algo siempre es bueno en el metal, ¿por qué no les serviría a ellos?.- añadió enrollando los documentos con el menor interés.- Me refería más a lo sucedido con Taemin. Todo fue por un beso y un ligero desliz. Nada más.
- Cuando el amor está involucrado, nada es tan simple.- dijo Minho con cierto tono reflexivo.- El amor es complejo, los celos son inevitables. Puedes confiar pero siempre tendrás esa vena que te insiste en que no quieres compartir. Puede que suene infantil, pero esa persona es tuya y no la quieres compartir con nadie, quieres que la miren, incluso que la admiren. Te sientes orgulloso de amarlo y que te corresponda y sus logros son los tuyos.- Minho se detuvo por un instante, cuando entraron en el ascensor, entonces después de que las puertas se cerraron, Minho continuo.- Pero el amor te hace ligeramente más egoísta. Sabes que si lo pierdes… el mundo no será igual, continuara rodando y seguirá brillando la luz del sol, pero será como vivir sin un brazo.
- Vivir sin un brazo.- reflexionó Jonghyun.- No sé si lo que dices es sumamente morboso o sumamente romántico.- añadió torciendo ligeramente la boca.- Seguro que estará en una canción.
- Muy divertido, Kim.- espetó Minho, arqueando las cejas.
- Así soy, Choi.- respondió Jonghyun.- Soy el señor diversión.
Minho cruzo los brazos sobre el pecho y espero. Su teléfono celular vibro y se vio obligado a responder.
- Choi.- dijo cortante. Había necesitado sincronizar el nuevo aparato con aquel que destrozo pues la tarjeta SIM había quedado irreconocible. Era molesto no reconocer todos los números que lo contactaban y almacenarlos nuevamente.
- Hijo mío.- respondió una voz grave y profunda. Minho apartó el teléfono y lo miró como si el aparato estuviese poseído.- Necesito hablar contigo, Minho. Nos veremos en la cafetería frente al edificio en el cual estás.- añadió con cierta frialdad en la voz.
Cuando Woo-shik colgó, Minho se giró mirando al ascensor casi vacío. Su padre lo había seguido un par de veces, siempre parecía saber dónde estaba, pero nunca lo había molestado como en ese momento.
Jonghyun se encontraba retraído en una conversación por mensaje con Kai. Los demás en el ascensor parecían más interesados en sus propios problemas, ninguno lo miraba ni reparaba en su palidez poco habitual.
Al llegar a la planta baja se despidió de Jonghyun y se dirigió hacia la cafetería. Jonghyun insistió en acompañarlo pero Minho pudo persuadirlo, no quería ver a su padre acompañado de Jonghyun, eso lo haría ver débil ante Woo-shik.
Lo hombres como Minho vivían con el fin de demostrar a sus padres – por lo general hombres violentos o desagradables con actitudes elitistas – que podían obtener por sí mismos todo aquello que sus progenitores les negaron. Minho había conocido a su padre en su juventud, había esperado y soñado ver a un hombre que estuviese interesado por adoptar el rol paternal en su vida. La realidad había sido muchísimo muy diferente. Sin embargo allí estaba Minho, siempre caminando hacia su padre, corriendo a su primer llamado.
Quizás en el fondo Minho aún esperaba la aceptación de su progenitor, a pesar de todo, pues es terriblemente solitario comenzar la existencia siendo abandonado por aquel que te dio la vida.
Su madre se había suicidado, y Minho no pudo conocerla a fondo, pero esperaba que si lo volviese a ver, en la otra vida, lo apreciase.
Woo-shik se encontraba sentado en la cabina más apartada, entre las mesas exteriores del patio interior de la cafetería. Miraba hacia su reloj, como siempre lo hacían los hombres importantes, como si su tiempo no debiese ser desperdiciado por circunstancias mundanas. Claro que Woo-shik no era muy mundano, en opinión de Minho.
Al verlo, Woo-shik sonrió de una manera casi felina, rasgo que detestaba haber heredado de su padre. Minho se sentó justo frente a su padre y esperó a que la camarera tomase su pedido, pues por todos era conocido que Woo-shik no comenzaba una conversación de negocios sin algún pastelillo en la boca.
- Padre.- dijo Minho. Siempre se mostraba incómodo en presencia de su padre, y esto parecía encantarle al hombre.
- He escuchado que vas en serio con el niño Lee.- comenzó Woo-shik, hablando en un tono casual que buscaba humillar a su hijo.- Taeyon me lo contó, cuando nos encontramos hace unos días, ya sabes, conversaciones de alcoba.
- Me complace que Taeyon hable de mí mientras está en la cama contigo, padre.- Minho contestó casi como un reto.
- Es un varón, Minho.- Woo-shik se llevó un pastelillo a los labios y mordió la cremosa textura. Minho notó, no por primera vez, que los dientes de su padre lucían afilados, agudos en las puntas, que deberían ser planas.
- Lo note, me pareció que lo era cuando lo conocí pero me agrada que tampoco haya pasado desapercibido por ti.- respondió Minho inseguro hacia donde se dirigía la conversación.
- ¿Verdaderamente piensas en permanecer el resto de tu vida junto a un hombre?.- preguntó Woo-shik enfocando su atención en Minho.- Los hombres pueden ser deliciosos en momentos, como una limpieza de paladar cuando te aburres de lo estúpidas que son las mujeres. Pueden ser buenos amantes, incluso, pero ser… parte de tu vida. ¿Eso quieres?, ¿lo quieres en tu vida por mucho tiempo?.- Woo-shik claramente quería advertir a Minho; era una amenaza velada y Minho lo percibía.
- Nunca dije que sería para siempre. No me estoy casando con él.- Minho hablaba pensando qué era lo que verdaderamente quería su padre.- Salimos, nos relacionamos, ahora estamos juntos pero, quizás en unos años… las cosas sean distintas.- añadió bebiendo del Cappuccino frente a él.
- Minho, debes saber que los ángeles no pueden volar.- comentó Woo-shik antes de parar para tomar de su Express, después sonrió de aquella manera enigmática, que también había heredado Minho.- Tú y yo hacemos caer a los ángeles, les cortamos las alas, impedimos que vuelen lejos porque podrían abandonarnos.- dicho esto se puso en pie y colocó sobre la mesa el pago total de la cuenta.
- ¿Estás amenazando a mi novio?.- preguntó Minho sin mirar a su padre.
- Nunca le haría daño a Lee Taemin.- respondió Woo-shik con la voz suavizada por lo que debía imitar como un tono paternal.- Tú le harás daño. Un ángel fuera del cielo se corrompe, hijo mío. Nunca lo olvides que tú eres corrupción.
Woo-shik se marchó sin más que una sonrisa en los labios. Los hombres de Woo-shik siempre parecían controlar el mundo, sin reaccionar sorprendidos o asombrados, siempre fríos, calculadores. Ellos eran gobernantes en sus reinos, y seguramente Woo-shik poseía un reino de torres de hueso y ríos de sangre.
* * *
Taemin solo podía quedarse en su perfecta nube por un par de días más y cada día era valioso. Las noches y las mañanas eran de placer, pero las horas intermedias entre las nueve de la noche y las ocho de la mañana eran para Minho, organizando el “Festival Musical” que traería letristas para "SHINEE RECORDS", y el estudio intensivo de Taemin.
Taemin intentaba mantenerse fuera de los negocios de Minho, por lo cual solía enfocarse en apresurar sus estudios en Mercadotecnia y Publicidad, con la finalidad de graduarse antes de tiempo. Taemin consideraba que podía ser más útil para todos estando graduado. Claro que Jace era muy útil y había dejado la licenciatura colgada, pero eso había sido porque Jace tenía talento natural y Taemin – en su muy humilde opinión – carecía de cualquier don natural.
Solía contactarse con Lily Chen y Maia Roberts – amigas de la universidad y compañeras de su Círculo de Estudio – quienes estaban ligeramente obsesionadas con tener un mejor amigo gay. Conocía a Maia por Jordan, pero cuando esta terminó con el joven guitarrista y cantante, no supo más de ella. Fue una sorpresa que al matricularse a cursos avanzados la encontrase allí.
Ambas lo habían visto y percibido como un desagradable ratón de biblioteca. Pero cuando presenciaron la única ocasión en la cual Minho fue a recogerlo a la Universidad y lo beso frente a todo el mundo, ellas lo adoraron.
Taemin también había ignorado a las chicas porque creía que eran groseras y superficiales, pero estaba ligeramente equivocado. Lily era un poco superficial, y Maia un tanto grosera, pero ambas eran agradables y lo respetaban.
Ambas mujeres estaban conectadas simultáneamente frente a la pantalla, estudiando para adelantar el examen final del tercer módulo.
- De verdad que si esto no se encuentra en el examen, voy a deja mi vida y me volveré monja.- espetó Lily mirando muy molesta hacia los libros que sostenía en las manos. Maia se encontraba en su habitación, pero por el ambiente tras Lily, esta parecía encontrarse en las afueras de una iglesia.
- No creo que tú te conviertas en monja jamás.- respondió Maia girando la página del su libro.- Además serías la monja más irritante de toda la orden.
- Vale, vale.- gruñó Lily.- Pero sería una monja sexy. De esas que salen en películas porno.- añadió.
- Concéntrense.- dijo Taemin, después sonrió y los tres rieron tontamente.
- Hablando de películas porno… ¿cómo te va con el asiático más sexy de las disqueras?.- preguntó Lily, Maia bajo el libro más interesada en la conversación.
- Bien.- respondió Taemin sonrojándose a pesar de haber respondido con seriedad.
Entonces, de pronto, la pantalla del portátil que Jonghyun le había prestado mostró a sus hermanos y amigos. Un tipo de reunión online. Jinki y Luna le hablaban desde lo que parecía la Universidad de Arte de Luna. Sulli y Ren lo saludaban desde los ensayos de la banda. Cecily, el incómodo Jordan y los demás lo miraban.
Todos empezaron a conversar, saludarlo, regañarlo y burlarse de lo extraño que les parecía que, Taemin restando ebrio, llegase sano y salvo hasta Londres para arreglar las cosas.
- Es algo muy “¿Qué paso ayer?”.- comentó Jinki, Luna en sus brazos murmurándole al oído en momentos.
- Fue… extraño.- respondió Taemin. El joven había ocultado que Chanyeol le había ayudado a salir del país sin muchos arreglos o papeles. Ni siquiera estaba sobrio cuando subió en el avión.
La imagen de Jinki perdió el audio, entonces toda la pantalla se había oscurecido. Taemin odiaba que aquello sucediera. No era muy bueno arreglando el ordenador, o utilizándolo para más que sus trabajos.
- No te preocupes Taemin, te vemos y te escuchamos.- dijo Sulli antes de quedarse muda.
Taemin pensó en llamar a Kai, él era magnifico con casi todo, en más de una ocasión lo había ayudado para conectarse con Lily y Maia.
Tan absorto se encontraba en reparar la imagen de la computadora que no escucho a Minho hasta que el hombre lo abrazo por detrás. Sin más que decir Minho lo sujeto de las muñecas y comenzó a besarlo profundamente.
La conversación con Woo-shik había trastornado a Minho. ¿Quién podía culparlo?. Taemin era tan sublimemente querido para él, que el solo hecho de perderlo o que sufriera por su culpa, era asfixiante. Dejando escapar un gruñido, Minho echó a correr y, literalmente, se arrojó sobre su compañero. Taemin logró aferrarse a él cuando lo empujo a la cama. El ordenador con la pantalla negra estaba justo frente a la cama, pero estaba apagado.
Envolviendo las piernas de Taemin alrededor de su cintura, Minho le susurró al oído:
- Necesito hacerte el amor tan duro y fuerte como pueda.-
- Espera Minho, es que…- Taemin intentaba decirle algo, pero Minho no estaba interesado.
- Aquí, en la cama.- dijo Minho comenzando a desabotonar su ropa.
- No, en la cama no.- suplicó Taemin sonrojándose mientras miraba de la pantalla hacia él.
- Contra el muro, entonces.- le respondió Minho sellando la boca de Taemin con sus labios.
Taemin estaba cerca de empujar a Minho y explicarle que probablemente estaban dando un show en línea a todos sus amigos y conocidos. Pero cuando Minho comenzó a chupar la piel tersa de su garganta, su cerebro escapo por su oído. Minho era muy bueno, siempre había sido un experto tocando cada parte de Taemin.
Las manos de Minho serpenteaban por las caderas estrechas de Taemin. Sus dedos tiraban de la ropa con suavidad instando al joven para que dejase caer la ropa al suelo.
- La ropa puesta.-gimió Taemin cuando las manos de Minho sujetaron a su muy despierta y erecta presa.
- No, sin ropa.- insistió Minho chupando sobre la ropa lo erectos pezones de Taemin. El hombre de cabellos teñidos de rojo y lila logró bajar de un solo golpe los pantalones de Taemin dejándolo en ropa interior.
- La pantalla.- logró decir Taemin entre jadeos por la pasión y la vergüenza.
Minho se giró hacia la pantalla y Taemin pensó que había comprendido lo que intentaba decirle, pero cuando Minho lo giró hacia el muro y se puso de rodillas frente a él, entendió la terrorífica realidad: sería visto por todos.
Taemin logró pensar por unos segundos, así que arrojó contra el ordenador una almohada que se hallaba a sus pies. Minho solo sonrió antes de continuar con las caricias otorgadas a su cuerpo.
- Jamás has sentido un “beso negro”, ¿no?.- preguntó Minho con cierta burla en los labios.- No, no. Mi pobre nephilim no puede ser desatendido de aquellos placeres.
Taemin no comprendía lo que Minho le había dicho, no hasta que sintió la sacudida más cálida y confusa en la parte trasera de su cuerpo. Era extraño, los dedos de Minho presionaban con fuerza las nalgas de Taemin, separándolas. El piso desapareció bajo los pies de Taemin. El joven de cabello negro cerró los ojos y simplemente se dejó caer en el mar de sensaciones. En su vida pensó que algo fuese a ir tan profundo. Por un instante simplemente dejo su cuerpo y cayó de rodillas. Su pecho subía y bajaba, pero se sentía drenado. Se había corrido con solo aquellas nuevas sensaciones.
- Creo que te he descuidado un poco, mi amado Taemin.- murmuró Minho contra su oído, colocándose justo por encima del joven.
La polla de Taemin estaba reviviendo con una impresionante rapidez, dolía, buscaba el alivio, y no podía dejar de girar sus caderas para conseguir algo de fricción. Agarrando la parte superior del pelo de Taemin, Minho tiró a un lado, instándolo a inclinar la cabeza. Tan pronto como Taemin lo hizo, Minho lamió un camino largo y lento por la carne expuesta.
Nunca hubiera imaginado que Minho pudiera ser tan duro y sucio, pero maldito si no lo calentaba como nunca en su vida. Sólo rezaba para poder mantenerse a raya y no correrse, otra vez, antes de que el verdadero placer comenzara.
- Voy a golpear dentro de ti con tanta fuerza, que nunca olvidarás a quien perteneces.- prometió Minho con voz ronca. Taemin dejó escapar un sonido que era tanto un gemino como un ruego.
- Ah, Minho. Tal vez deberías buscar un lugar más privado.- sugirió la voz de Ren desde el ordenador. Un matiz de risas se filtraba por la bocina antes de volver a ser sumamente silencioso.
Taemin se quedó expectante viendo si Minho se ponía nervioso y se alejaba, así que cuando solo se hizo lo suficientemente hacia atrás para poner a Taemin de pie, fuera de la posible vista del ordenador, Taemin no sabía qué debía pensar.
Minho presionó sus labios en un beso tan caliente, que fue asombro que el sistema anti incendios no se accionara. Una vez que lo rompió, Taemin se humedeció los labios a la espera. Tenía los ojos vidriosos por la pasión, cada músculo de su cuerpo en tensión por la necesidad, y su cabello normalmente con un estilo perfecto, estaba lo suficientemente revuelto como para gritar lo que estaban haciendo.
Cuando se dio cuenta de que Minho miraba con cierta confusión hacia el computador, hubo un cierto brillo en su mirada.
- Desnúdate.- ordenó Minho.
- Minho, no podemos.- insistió Taemin intentando verdaderamente detener a Minho.
- Todos tienen un pequeño video escándalo.- susurró Minho.- Además dudo de que Ren y los demás sigan mirando, seguro han apagado el computador.
Minho se sacó el resto de la ropa en un tiempo récord, deteniéndose sólo lo suficiente para sacar la pequeña botella de lubricante de su bolsillo delantero.
Decidiendo que quería tener el control por un tiempo, Taemin cayó de rodillas y tomó la erguida erección de Minho. Con dedos torpes comenzó un masaje con lentitud. Tomándose su tiempo para admirarla, Taemin pasó un dedo por la parte inferior.
- Esto es lo que más me gusta de ser gay.- pensó osadamente Taemin, olvidando el posible espectáculo que estaba dando.
Taemin se abalanzó y se tragó la polla de Minho hasta la raíz. El salado y ligeramente almizclado sabor de su compañero explotó sobre sus papilas gustativas, y no pudo contener su gemido de felicidad.
- Has mejorado muchísimo.- jadeó Minho sujetando los oscuros cabellos de Taemin.
Taemin sabía muy bien que a Minho le gustaba tirar de su cabello mientras estaban en esa posición. Minho tenía una obsesión por los ojos azules y el cabello negro de Taemin. Tocaba su cabello en cualquier ocasión y miraba en silencio a Taemin en cada ocasión que tenía. Minho verdaderamente parecía estar enamorado de la apariencia de Taemin.
Taemin no se sentía atractivo, ni guapo. Pero Minho lo observaba como si fuese la creación más perfecta del Universo y eso lo hacía sentir profundamente amado.
A continuación, Taemin intento imitar la habilidad que Minho le había enseñado tan claramente, todo con el fin de volver loco a Minho. A medio camino, sacó el tiempo suficiente para agarrar el lubricante. Escurriendo algo en sus dedos, comenzó a chupar a Minho de nuevo al mismo tiempo que llegó por detrás y comenzó a estirar su propio agujero con su dedo.
- Si estás tratando de volverme loco, está funcionando.- gruñó Minho.- Me encanta que aprendes rápido y te vuelves experto en todo.
Mirando hacia arriba desde debajo de sus oscuras pestañas, Taemin le dio la mejor sonrisa que pudo. Luego bajó la mirada hacia la polla de Minho, líquido pre-seminal se filtró desde la punta de la polla y el sabor añadido puso a Taemin más duro y casi frenético por la necesidad. En ese momento estaba preparado para que Minho se hundiese en él.
Taemin casi lloró de alivio cuando Minho dio un paso atrás y le ordenó:
- Súbete a la silla y agarra la parte de atrás.-
El placer inundó a Taemin. Sonriendo, se apresuró a obedecer. Una vez que estuvo en su lugar, se puso tenso, esperando a ver qué iba a pasar. Hubo un sonido de presión cuando el lubricante se abrió de nuevo. Luego Minho estuvo detrás de él, la palma de la mano recorriendo su espalda.
- Te amo.- dijo Minho acercándose a Taemin con suavidad.- No tienes ni idea de lo mucho que te amo y de lo mucho que he esperado por ti.- añadió con la voz rota.
Taemin quiso girarse para mirarlo, sonaba triste y perdido, a veces sonaba así y le partía el corazón al joven.
- Estoy contigo. Aquí estoy y lo estaré por un largo tiempo.- respondió Taemin con suavidad, su voz grave parecía consolar a Minho.- Mi pobre niño perdido.- añadió.
Minho quedo absorto y fascinado por las palabras de Taemin. Era cierto, había estado perdido por tantos años y ahora, que su camino se había cruzado con el de Taemin, poseía un hogar, un destino, un amor verdadero.
Minho entró con un empuje suave. Taemin silbó en éxtasis, sus dedos excavando el cuero de la silla. Era tan bueno, tan caliente, pero quería más. Minho debía sentirse de la misma manera porque sólo se detuvo un momento antes de comenzar a moverse.
- Quiero escucharlo siempre. Di que vamos a estar juntos para siempre.- ordenó mientras aumentaba la presión sobre las caderas de Taemin.
- Siempre y para siempre.- gimió Taemin, sin importarle que sonara cursi.
- Mientras no estés a mi lado, cada vez que me siente en esta silla todo en lo que seré capaz de pensar es en mi hombre.- dijo Minho.- El hombre que me ama solo a mí, que me quiere a su lado, que piensa siempre en mí.
Esa revelación final empujó a Taemin nuevamente sobre el borde, gritando el nombre de Minho se corrió, su esperma pintó la parte trasera de la silla. Después de un par de empujones más, Minho se quedó sin aliento.
- ¡Maldita sea, estoy justo allí!.- gritó Minho.
Taemin dejó escapar un silbido cuando Minho lo hizo, la polla del hombre palpitando, llenado su orificio. Durante todo el tiempo, Taemin se aferró a la silla mientras pequeñas olas de placer bailaban por su cuerpo. Minho se detuvo sólo un momento antes de que le diera un beso en la nuca. A continuación, tomó la mano de Taemin y lo llevó al cuarto de baño. Allí, lo limpió con un tierno cuidado antes de llevarlo de vuelta a la silla. Una vez que se hubieron limpiado, Minho se sentó en la cama y tiró de Taemin a su regazo.
- Así que, quizás dimos un espectáculo.- conjeturó Minho.
- Odio los ordenadores.- farfulló Taemin, avergonzado por todo lo sucedido.
Quizás, como Minho había dicho, nadie estaría viendo aquello. Sabía que él no querría ver a Sulli y Jinki con sus respetivas parejas. Y seguramente Lily y Maia no querrían ver a dos hombres compartiendo un momento tan placentero.
Sin embargo, Lily Chen tenía la más grande de las sonrisas cuando Taemin la encontró en el aeropuerto, esperando a que descendiera del avión. Ren lo miró por un segundo antes de evitar mirarlo, su rostro enrojecido. Luna no hablaba y hablaba de una película aburrida que había visto, pero claramente lo hacía para evadir el tema. Todos sus amigos estaban en el aeropuerto, esperando por él. Jinki lucía demasiado serio, casi molesto. Sulli también parecía enervada. Ninguno dijo más que un cordial “Bienvenido”.
Aquello era terriblemente vergonzoso.
- A todos les pasa algo así.- le comentó Minho antes de despedirse en el aeropuerto de Londres, intentando apaciguar su vergüenza.
- Pero a mí no me pasan estas cosas.- insistió Taemin.
- Todo irá bien. No le des más importancia. Si Dios no quisiera que esto sucediera, no existirían problemas con los ordenadores.- dijo Minho haciendo que Taemin rompiese en carcajadas.
Taemin suspiró, tendría que vivir con ello. Al menos no había sido su madre quien miraba la pantalla.
O eso esperaba.
* * *
Jong Suk sonrió al ver a su novia moverse por toda la tarima. La música parecía ser tan natural en ella que podía verla triunfar en un parpadeo. Sodam se giró hacia el público, le envió un beso tronado y sonoro a través del micrófono antes de retornar a la estridente música. Jong Suk sabía que aquel beso iba para él pero a su lado cientos de fanáticos saltaron acogiendo el gesto.
Cuando el silencio que anunciaba el solo de batería comenzó, el teléfono de Jong Suk lo obligó a revisar la llamada.
- Lee Jong Suk.- dijo apartándose del concierto.
- Jong Suk, soy Minho.- dijo el hombre con cierta duda en la voz.- Tengo un problema.
- Taemin no está desaparecido, está en el concierto.- dijo Jong Suk con cierta mordacidad.
Jong Suk apreciaba a Taemin, era su primo, no el favorito pero lo quería mucho. Su primo favorito era Ten
- No cuelgues.- suplicó Taemin.- Creo que me siguen. Siento que alguien… me está siguiendo.
- ¿Algún fan?.- cuestionó Jong Suk, secretamente interesado en algo que pudiese aterrar a Minho, como suponía que estaba.
- Yo no tengo fans.- espetó Minho, hubo cierto silencio.- No desde que coloque en mi “Face” que estaba en una profunda relación con Taemin.- añadió.
- ¿Quién crees que puede ser?.- cuestionó Jong Suk.
- Estoy casi seguro de que es Lee Hyun.- respondió Minho.
Jong Suk quedó en completo silencio. Aquello era imposible, sus informantes tenían ubicado a su padre en Francia. No parecía haber dejado el país del vino. Sin embargo sintió una punzada de curiosidad.
- Voy a hablar con un detective de Londres.- comentó Suk modulando su voz.- Fue quien me inspiró para ser policía. Vino a Quantico no hace mucho y tengo una estrecha amistad con él. Puede ayudarte.- añadió antes de escuchar un crujido en el suelo. Al bajar la vista Jong Suk vio unas mancuernas.
Hyun le había regalado aquellas mancuernas no hacía mucho, fue un obsequio dado días después de la muerte de su madre. Las mancuernas estaban hechas trizas. Aquello no debía ser un presagio excepcional.
- Él te ayudará.- reiteró Jong Suk para después colgar.
Jong Suk observó las mancuernas por un instante más antes de negar con la cabeza. Suk no creía en las supersticiones. Quizás solo era paranoia de Minho.
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