20. ERES MÍO, YO SOY TUYO
En toda su joven vida, Taemin jamás había tenido una resaca tan violenta. Además de un día tan ajetreado. Solo llevaba una mochila con un cambio de ropa que Chanyeol, amablemente le compro, después de que Taemin hubiese vomitado sobre la ropa que vestía. Por alguna clase de manipulación, por parte de Chanyeol, las aerolíneas le habían permitido volar. Aún más, se encontraba en primera clase y demasiado desgastado para siquiera considerar todos los fallos de su plan.
La idea le había parecido a Taemin muy buena, en principio: Volar a Londres y obligar a Mimho a escucharlo, decirle frente a frente si habían terminado. Entonces Minho no podría detenerlo y Taemin buscaría recuperarlo, intentaría convencerlo de que le diese otra oportunidad, y Minho quizás hubiera aceptado. Incluso había pensado comprar dos botellas de Vodka en la primera vinatería de Londres, así podría intentar seducir a Minho y, o bien despedirse con un muy grato recuerdo, o reconquistarlo.
Quizás la resaca que padecía se quitase bebiendo más, pensó Taemin. Estaba cerca de aterrizar y se preguntó, no por primera vez, ¿dónde estaba su celular?.
- ¿Cómo es que existen personas que no toman nada para la resaca?.- preguntó Taemin en un susurro. Jonghyun y Kai jamás habían tomado nada para la resaca, y antes de que Kibum hubiese llegado a sus vidas, Jonghyun parecía perpetuamente ebrio.
Horas más tarde, Taemin se encontraba en Londres, caminando con un mapa, sosteniendo una mochila vacía pues la ropa limpia la llevaba sobre el cuerpo. Se había bañado y lavado los dientes en una habitación de renta por hora. Agradecía haber recordado llevar su cartera con las tarjetas de crédito, lo que le facilitaba más aquel viaje exprés.
Taemin se encontraba intentando recordar la última vez que estuvo en Londres. Había sido hacía unos años, cuando Ten aún no había nacido. Se despeinó con fuerza mientras se sentaba en una banca del parque Hyde.
Recordaba que Jonghyun siempre le había hablado del parque con los patos asesinos.
Según Jonghyun, esa pequeña mafia plumífera se deslizaba del agua al pasto en busca de robar y atacar a cualquier turista. Claro que Jonghyun siempre dijo que los patos sostenían armas en el pico y uno de ellos, el que tenía un puñal de doble filo, lo amenazo colocando la aguda punta contra su garganta. Sino le entregaba todo lo que llevaba, los asesinaría y ocultaría su cadáver en el lago.
Claro que todos lo creyeron uno de los surrealistas relatos de Jonghyun, y nada más. Pero cuando Taemin vio a una turista distraída inclinarse para acariciar a un pato, y otro de esos plumíferos animales se contoneo hasta su bolsa sacando de allí su pasaporte, Taemin reconsideró la historia de Jonghyun.
Taemin miró el mapa y recordó ligeramente que Minho siempre hablaba del hotel más cercano al parque Hyde, un hotel de cinco estrellas que el hombre de ojos verde-dorados parecía adorar. Miro el mapa y encontró tres tan cercanos que podías llegar caminando. Los visitaría y encontraría a Minho.
Sin embargo, al levantar la vista los Dioses le había llevado al hombre que anhelaba. Su cabello erizado en un peinado llamativo, puntas teñidas de purpura, azul y rojo, las raíces negras parecían acentuar su delicioso aspecto asiático. El gel que elevaba en picos su cabello contenía purpurina pues su cabello resaltaba tanto como el hombre.
Vestía casual, pantalones deportivos azules con líneas verticales verde hierba; una camisa sin mangas tan holgada que mostraba su desnudo pecho. Los zapatos que llevaba eran negros con corte de piel de víbora. Además, ante el frío ambiente londinense, llevaba un abrigo con detalles en lentejuela, que se encontraba abierto.
Ese era Choi Minho, el único, el inigualable, su estrella reluciente. Choi Minho.
* * *
Choi Minho no podía soportar la incertidumbre. Taemin simplemente se había desvanecido. La sola idea de haberlo perdido colocó en perspectiva el conflicto que los separaba. Había sido doloroso, le había herido, pero si lo consideraba profundamente, podía perdonarlo. Más que perdonarlo, podía avanzar con Taemin en su vida. No tenerlo por casi tres meses había sido más tortura de lo que fue saber sobre su desliz. Porque Minho había comenzado a pensar en aquel asunto como un desliz en la relación. No era una completa infidelidad y Taemin no había querido hacerlo. Tras la larga conversación con Nam-joon, la manipuladora de Taeyon mostró su marca.
Taeyon se había aprovechado de la vulnerabilidad de Taemin y había ofrecido la oportunidad para que Nam-joon hiciera un movimiento. Aquella serpiente había dejado acorralado al conejito, y no podía culparlo. Minho amaba a ese conejito, y sobre todo, amaba su inocencia.
Jonghyun observaba fijamente su teléfono celular mientras Kai se contactaba por mensajes con los demás, aquellos en Nueva York que enloquecían buscando a Taemin.
- Quizás esté en tu loft.- señaló Kai, inclinándose ligeramente. Poseía una belleza melancólica, Minho podía verlo, pero también una determinación digna de su familia.
- Quizás esté en el hospital.- Jonghyun se encogió de hombros y continuó mirando hacia su teléfono.- Ya sabes, porque ha estado muy, muy enfermo.- añadió arqueando una de sus rectas cejas negras.
- ¿Es verdad eso?.- preguntó Minho, dirigiéndole una mirada a Kai. El joven de rasgos asiáticos inclinó la cabeza y oculto sus facciones detrás del ordenador portátil frente a él.- No es verdad.- añadió seguro de sus palabras.
Minho pudo respirar con más ligereza al comprobar en las facciones tensas de Kai, que toda la conversación sobre una posible enfermedad en Taemin, era una mentira más creada por Jonghyun.
- Si fuese un tipo de novela más fantástica, te diría que Taemin ha quedado embarazado y ha decidido huir con su bebé, el único recuerdo de su amado Minho.- respondió Jonghyun, poniéndose en pie y moviéndose teatralmente por la habitación. Hizo una reverencia hacia Minho y añadió: - Taemin vendría hasta aquí para decirte sobre su amado retoño y después se marcharía.
- Creo que eso es biológicamente imposible.- se burló Kai.
- Solo biológicamente.- señalo Jonghyun antes de dirigirse hacia Minho.- La verdad es que tuvo un simple resfriado. Si fue al médico e incluso frecuento su casa por unos días. Parecía que Yoona estaba segura de que tú y Taemin volverían a estar juntos.
- Así que todos saben sobre el pequeño desliz de Taemin.- espetó Minho.
- Es Taemin.- señalaron a la vez Kai y Jonghyun.- Siempre dice la verdad o lo intenta, es directo y acepta sus equivocaciones. Siendo sincero, creo que hasta Yoona comentó que estabas siendo muy infantil. Tampoco fue como si conspirara con tu ex novia para reducir tu inmortal vida.- añadió Jonghyun encogiéndose de hombros.
Minho miró directamente a Jonghyun por varios minutos hasta que lo noto. Jonghyun estaba leyendo un libro en su celular, así que la teatralidad nata afloraba cuando leía. Minho sacudió la cabeza seguro de que Jonghyun era incorregible.
- Sabes, Kai y yo bajaremos a tomar una fuerte bebida.- dijo Jonghyun dejando de lado su teléfono celular.- Estoy cansado de negocios, drama y tú mortificándote por haber perdido a Taemin. Si quisiera escuchar más dramas, vería “Los Hidalgos de Verona”. Que curiosamente, está en escena en la compañía teatral “From Now On”.- añadió dirigiéndose hacia la puerta. Kai lo observó por unos segundos antes de ponerse en pie y seguirlo.
- Esa compañía no existe.- puntualizo Minho.
- Eso no lo sabes.- señaló Jonghyun con una sonrisa.
Los minutos en soledad comenzaron a trastornar a Minho. La sola idea de no ver nunca más a Taemin era difícil de siquiera ser una opción. Amaba al nephilim estúpido. Adoraba cada rasgo contrastante en el joven de cabello negro. No solo era atractivo, que era muy importante para Minho, si no que podía conversar con él casi de cualquier cosa.
Minho era consciente de que tenía secretos. Sabía que había muchas cosas que no le contaba a Taemin, que lo trataba con demasiado cuidado, y era porque en su vida tan compleja, jamás había atesorado tanto a alguien como atesoraba a Taemin. Pero quería una relación profunda, completa, única. Quería otorgarse completamente a Taemin, y que este le entregase hasta su último aliento.
Taemin era el primer hombre al que amaba con más intensidad de lo que había querido nunca. Y es que para Minho, le era sumamente fácil quedar prendado del joven de ojos azules. Una vida, una familia, todas las más grandes alegrías vivirlas en brazos de Taemin.
El teléfono celular de Jonghyun interrumpió sus reflexiones. Alguien le llamaba, así que Minho respondió la llamada sin revisar.
- ¿Jonghyun?.- preguntó la grave voz de Jong Suk. Minho detestaba a Jong Suk, pero fue muy cuidadoso en responder amablemente.
- No, soy Minho. Jonghyun no está aquí.- respondió Minho, miró la pantalla e iba a cortar la llamada cuando la voz de Jong Suk surgió con más intensidad.
- Bien. Necesitaba hablar contigo.- dijo Jong Suk, había ciertos gritos de fondo. Amber parecía discutir con Chanyeol, pero Minho no les presto mayor importancia.- Tengo ubicado a Taemin. Y no creerás dónde está.- añadió con cierto orgullo en la voz. Sin esperar a que Minho respondiera, el detective prosiguió.- Taemin se encuentra en Londres, para ser justo y exacto, según la ubicación de su “GPS”, está a un par de cuadras del Parque Hyde.- añadió.
Minho no quiso escuchar nada más. Colgándole a Jong Suk, tomó su llave electrónica y su abrigo – cuyos botones de lentejuela se encontraban bordados – salió rápidamente de su habitación, cruzo el ancho y elegante pasillo, esperó impaciente al ascensor, que se encontraba vacío. Presionó el botón de la planta baja, espero incapaz de acelerar el movimiento del artefacto, hasta que las puertas se abrieron.
Minho corrió por el lobby hasta los portales del hotel, solo pensaba en ir al parque, encontrar a Taemin. El hombre, de alguna manera, había llegado hasta Londres sin que nadie lo notase. Lo buscaba, Minho sabía eso.
Sus largas piernas acortaron la distancia en minutos. El parque era muy grande, era un punto turístico, pero podría encontrarlo incluso en una multitud mucho mayor. Lo encontraría incluso en la luna o Marte. Entonces, una mano lo sujeto del brazo con fuerza, el tirón lo hizo chocar con el extraño unos centímetros más bajo que él.
Su cabello era ligeramente más largo, las puntas negras lucían deslucidas, su tez blanca era más pálida, pero allí estaban esos hermosos ojos azules. Esa expresión decidida, protectora, valiente y sensual. Ese era su hombre. Podía ser un nephilim estúpido, pero era su nephilim estúpido.
No pudo contener la necesidad, no pudo detener su cuerpo, que ardiendo por una caricia de su hombre, se entregó al deseo de besarlo. Al principio Taemin se sorprendió, podía verlo en su hermoso rostro cincelado por los Dioses, pero después el joven acepto el beso y se presionó contra Minho.
Sus brazos envolvían a Taemin con cariño, las manos de Taemin entrelazadas en la espalda de Minho, su esbelto cuerpo parecía haber sido creado para acoplarse a Choi Minho. En cualquier otra circunstancia Minho actuaría con orgullo, intentando mantenerse apartado del joven, buscando reaccionar altivo. Sin embargo, la distancia y el miedo a perderlo habían hecho que Minho no deseara apartarse de su hermoso Taemin.
- Yo… Tú no contestabas mis mensajes, llamadas, notas, todo.- dijo Taemin mirando hacia el moreno pecho desnudo de Minho.- Además te estaba buscando.- añadió sonrojándose.- ¿Por qué no contestabas?.
- Taemin…- fue lo único que Minho pudo decir. El hombre no había considerado aquella respuesta.- Estaba molesto, triste y… me rompiste el corazón con tu desliz.- añadió con suavidad mientras recorría con las puntas de los dedos la quijada de Taemin. Sus dedos, obsesionados con devorar al hombre que tenía frente a él, se deslizaron por la barbilla de Taemin hasta desembocar en su garganta. Había un ligero estropicio morado, pero no le presto más atención.
- Yo de verdad lo lamento.- suplicó Taemin apartándose de Minho. El hombre más alto enfoco toda su fiereza en Taemin. El aspecto lamentable que su amado nephilim le rompía el corazón, pero la sinceridad de aquel hermoso rostro descongelo el alma de Minho.
- Ven, debemos hablar sobre todo.- dijo Minho tirando del brazo de Taemin. El joven, como era natural en su estirpe, se soltó del agarre y parándose en seco negó con la cabeza.
- Yo solo quiero que sepas que has sido lo más valioso en mi vida.- dijo Taemin, sus palabras poseían la fuerza y franqueza que había robado el corazón de Choi Minho.- Yo te amo, profundamente, yo me equivoque y por ello te he perdido. Comprendo que no puedas volver a confiar en mí, y lo acepto.- añadió. Entonces ambos quedaron en silencio.
Minho lo consideró por unos minutos, ¿verdaderamente no podría volver a confiar en Taemin?. No, la verdad era que podía confiar en él. Taemin había sido creado bajo todas las cualidades que buscaba en un hombre, incluso el hermoso cabello negro y los resplandecientes ojos azules. Poseía una belleza que dejaba sin palabras a Minho, las expresiones más sinceras y la risa más angelical. Si Minho pudiese creer en el amor predestinado, juraría que Taemin era el suyo.
La verdad era que Minho sí podía confiar en Taemin. Incluso, si hubiese mayor distancia entre ellos. Los errores siempre enseñan duras lecciones. Minho era joven pero había vivido días terribles, siempre se había sentido joven con un alma ancestral, siempre había sentido como si hubiese vivido siglos en completa soledad, hasta que encontró a Lee Taemin.
La verdad era obvia para Minho, quería de regreso al hombre. Se entregaría completamente a él, le revelaría cada atroz momento de su infancia, su alocada juventud y su vida sería solo de Taemin.
- Necesito hablar en privado contigo, Taemin, para decidir…- Minho dudo y frunció el ceño ligeramente.- Para que ambos podamos decidir si continuamos con esta relación o… terminamos.
- ¿Quieres… darme otra oportunidad?.- preguntó Taemin tan abiertamente asombrado, con la esperanza brillando en la mirada, que Minho solo quería besarlo profundamente.
- Necesitamos hablar de ello.- añadió extendiendo la mano. Taemin no dudo en entrelazar sus dedos con los de Choi Minho, y el hombre de ojos verde-dorados apreció la luz en aquella perpetua eternidad de sombras.
* * *
Kai había recibido un mensaje de Minho, diciéndole que había encontrado a Taemin y ahora necesitaban un tiempo en su habitación para decidir el destino de su relación. El joven de cabello ligeramente teñido de gris, sonrió ante la idea de ver a un amigo tan cercano, como lo era Minho, feliz de recuperar a su gran amor.
No había pasado ni dos minutos cuando una llamada de un número desconocido hizo a su teléfono celular vibrar.
- Kim Jogin al habla.- dijo Kai mientras miraba que Jonghyun, dando un largo suspiro se ponía en pie, acercándose a él.
- ¡Mi hijo!.- gritó Amber.- ¿Minho ha encontrado a mi hijo?.- añadió elevando ligeramente más la voz. Kai colocó la llamada en alta voz, aprovechando que se encontraban de regreso en la habitación, donde se hospedaban.
- Más bien, Taemin lo ha seguido hasta aquí.- espetó Jonghyun con una sonrisa torcida. Kai arqueo las cejas y después acallo una risa.
- Ambos están conversando.- dijo Kai, calmando la necesidad de reír.
- Bien, bien.- Amber no sonaba para nada sosegada.- Taemin pronto regresará y todo habrá sido una pesadilla de la cual despertaré. Creo que tendré que darle algo a Minho, en agradecimiento por haberlo encontrado.- añadió.
Kai no pasó desapercibido que Amber se dirigía a Taemin, un joven de 23 años, como si hablase de un niño de 10 años. Era peculiar la manera en la que parecía demasiado despegada de Sulli pero a Taemin parecía adorarlo.
- ¿Tendrás que darle algo?.- preguntó Jonghyun subiendo y bajando las cejas con picardía.- Porque no le das a tu primogénito, ya sabes, parece tan apegado a él que es mejor hacerlo así. Además he escuchado que muchos brujos piden como retribución a un primogénito.- añadió haciendo el comentario con su acento británico. Acento que solía desaparecer cuando se encontraba en Nueva York.- Merlín seguramente también te hubiese pedido a tu primogénito.
- Eso no fue gracioso.- espetó Amber.
- No, no lo fue.- respondió Kai.- Hay muchas otras formas de burlarse y haces un pésimo chiste británico. No es gracioso.- añadió con cierta seriedad.
- Dices eso porque los patos quieren manipular tu cerebro con sus ondas positrónicas.- Jonghyun comenzó a mover las manos alrededor de la cabeza de Kai y sonrió.- Esos patos están buscando transformarse en CyberPatos y cuando lo hagan… conquistarán el mundo.- añadió en tono profético.
- Saben, llamaré a Choi Minho.- Amber sonaba exasperada pero más tranquila de lo que había sonado en llamadas anteriores.
- ¿Crees que lo resuelvan?.- preguntó Kai, conectando el teléfono al cargador.
- No lo sé.- Jonghyun se encogió de hombros.- Convertirse en patos digitalizados debe ser muy difícil.- añadió arqueando las cejas y sonriendo como un triunfador.
Kai negó con la cabeza pero no podía molestarse con Jonghyun. El hombre era su mejor amigo, su otra mitad, y era ligeramente gracioso.
* * *
Taemin atravesó el portal de la habitación. La amplia sala de recepción mostraba aquello detalles británicos que la hacían minimalista. Minho siguió caminando y abrió las puertas que daban a su habitación. Al ver la cama de cuatro postes y la blanca colcha, el corazón del joven se aceleró desbocado. Una probada de aquellos labios no había sido suficiente.
El teléfono celular de Minho – un modelo nuevo, pudo notar Taemin– comenzó a sonar con el tema icónico de Darth Vader. Minho miró la pantalla pero apagó el teléfono, cerró las puertas y se giró hacia Taemin.
Taemin devoraba la perfecta apariencia de Minho. Lo deseaba, necesitaba tocarlo íntimamente, perderse en la morena piel de caramelo, besar los estilizados y torneados brazos de Minho. Podía percibir plenamente la tensión entre ambos, como si necesitasen pertenecerse uno al otro sin más interferencias. Sin embargo el joven de cabello negro no era tan estúpido para perderse en el placer antes de arreglar las cosas.
- Te deseo.- murmuró Taemin, su mano derecha sujetando su brazo izquierdo, buscando aferrarse a la realidad del momento.
- Siempre eres así.- dijo Minho, su sublime mirada verde-dorada irradiaba deseo.- Siempre dices lo que otros piensan, sin notarlo, solo lo haces. Es refrescante.- añadió inclinándose contra uno de los cuatro postes de la cama.
- Mi mente está en blanco.- murmuró Taemin dando un par de pasos hacia Minho.
No era como la primera vez en la que el deseo y la inexperiencia guiaban los pasos de Taemin. Era distinto. Ahora Taemin sabía que podía besar a Minho de manera que la erección, siempre dispuesta, desertase con rapidez. Podía rozar con la punta de sus dedos la piel caramelo y pasar la lengua sobre ella, besar suavemente el oscuro pezón estimulando al hombre. También sabía perfectamente que el deseo en Minho nunca parecía detenerse.
Taemin se detuvo justo frente a Minho y le sonrió, algunos mechones oscuros se esparcían frente a sus ojos, cubriéndolos ligeramente. Tenía que cortarse el cabello pero no había tenido interés en hacerlo.
- Te deseo muchísimo.- insistió Taemin.
No hubo respuesta, no hubo más reacción que un jadeo proveniente de Minho. Taemin extendió la mano y con la punta de sus ligeramente largas uñas, araño el bronceado pecho desnudo de Minho. La mano de Minho fue rápida, sujetó con fuerza la muñeca de Taemin mientras lo observaba paciente y dubitativamente.
Minho colocó la palma de la mano contra los ojos de Taemin, cubriéndolos completamente.
- No soporto ver tus ojos.- murmuró Minho con la voz cargada de deseo a penas controlado.- No tolero verte.- añadió.
Aquello hirió a Taemin. Sería una despedida, pero sería la mejor despedida, para ambos.
Taemin empujo a Minho contra la cama y colocándose sobre él llevo las manos del flamante carisma sobre su cabeza. Minho parecía genuinamente confuso, pero había deseo puro en su mirada.
Taemin no perdió la oportunidad. Se inclinó por completo besándolo profunda y apasionadamente. Sus labios devoraban a Minho de una manera que jamás lo había hecho. Buscaba perder al hombre con el recuerdo más maravilloso que pudiese tener.
Taemin no dudó ni un segundo. Se quitó la playera con tal facilidad que no esperaba aquello. Minho simplemente parecía fascinado de un lado completamente nuevo del nephilim. Después, notando que Minho no había hecho lo propio sobre sí, le quito la camisa desvistiéndolo con cierta premura. Como si en algún momento el hechizo se desvaneciera y Minho recuperase el sentido. Si camisas, completamente necesitado, Taemin se hundió entre los brazos de Minho, disfrutando de la sensación del contacto de piel contra piel. Era suave. Era duro. Estaba caliente. Era decadente. Era perfecto.
Minho estaba relajado, entonces se dio la vuelta y se quedó encima de Taemin. Tomando las muñecas de este en una de sus manos, las sostuvo sobre la cabeza de Taemin, imitando lo hecho por el joven no hacía mucho. Atrapándolas.
- ¿Deseas esto?, ¿deseas esto conmigo?.- preguntó Minho desabotonando el pantalón de Taemin.-¿Me deseas solo a mí?.
- Solo a ti, Minho.- respondió Taemin, intentando robarle un beso a su hombre, pero este evadió el contacto.- Siempre será solo a ti.- añadió ligeramente decepcionado por no lograr besarlo.
- Mantén tus manos aquí y no las muevas. No importa qué.- ordenó Minho con voz áspera.
- Haré lo que desees.- concedió Taemin. Estaba siendo demasiado directo pero sería la última vez que Minho lo tocara y no desaprovecharía el placer de ser uno con Minho.
En ese momento, Taemin estaba tan excitado que habría dicho que sí a todo. Minho podría haberle pedido que saltara desde el edificio Chrysler, y Taemin le habría dado un gran ‘¡Sin problema!’. Minho le soltó las muñecas y, como el buen chico que era, Taemin mantuvo las manos en su lugar, a pesar de que era difícil hacerlo una vez que Minho empezó a besar lentamente todo su cuerpo.
Empezó con la garganta antes de seguir hasta el pecho. Cuando llegó a los pezones de Taemin, este casi rompió la formación. Se sentía tan bien que quería enhebrar los dedos en el cabello de Minho e instarlo a... Pero Taemin convocó hasta la última gota de su auto-control y se mantuvo en su posición.
Entonces Minho, comenzó a moverse aún más abajo. En primer lugar, se tomó tiempo para lamer cada centímetro de los abdominales de Taemin, incluso yendo tan lejos como para dibujar un círculo alrededor de su ombligo. Los pantalones pronto les estorbaron a ambos.
Minho se levantó y los dejo caer con un estilo característico del enigmático hombre. Entonces lentamente liberó de la pesada tela el cuerpo de Taemin. El joven lo hubiera ayudado pero cuando intentó incorporarse, Minho presionó su pecho contra la cama. Libres las largas piernas de Taemin, Minho deslizo sus estilizados dedos sobre la lampiña piel de Taemin.
- Siempre puedo decirlo.- comentó Minho.- Eres hermoso.
Cuando Minho retomó su lugar sobre Taemin, el joven de cabello negro podía ver los oscuros pozos verde-dorados que eran los ojos de Minho. Lo deseaba, perdía el control por tenerlo, quizás incluso lo amase. Taemin giró la cara para no verlo. Sentía la caricia de su lengua deslizarse sobre su piel y cuando se acercó a la polla de Taemin, este le dio una sacudida interna a su cabeza. Seguramente, Minho no esperaría que mantuviera sus manos sobre su cabeza si llevaba las cosas tan lejos. Eso sería, sin duda alguna, tortura.
Entonces, justo cuando estaba seguro de que no había manera de que Minho lo torturara de esa manera, un acogedor calor rodeó su polla y dejó escapar un grito de placer mientras se arqueaba en la cama. Pero una cosa seguía siendo cierta, ni una sola vez movió sus manos fuera de lugar. Él no decepcionaría a Minho. No lo decepcionaría de nuevo.
Durante todo el tiempo que Minho recorrió lentamente el cuerpo de Taemin, el joven solo podía pensar que extrañaría al hombre. Extrañaría su aroma, dulce, terrena, mágico, pura adrenalina y placer.
Minho se quedó allí durante un tiempo, haciéndole una muy buena felación antes de moverse de nuevo hacia arriba. Al mismo tiempo, continuó frotando su cara en todo el dulce cuerpo de Taemin, alternando el movimiento con mordidas de amor y lamidas. Taemin gimió y se onduló debajo de él, pero nunca, ni una vez, movió sus manos, siendo un buen chico y siguiendo sus órdenes.
Una emoción embriagadora recorrió a Minho por saber que tenía tanto control sobre su amante. Eso le hizo preguntarse simplemente qué otras cosas podía decirle a Taemin que hiciera. No sería el adiós para Minho, era la reconciliación y vaya que tendrían la mejor reconciliación.
- Hueles tan bien.- dijo Minho mientras lamía un camino hasta el esternón de Taemin.- Hueles como mi Taemin, y es un olor maravilloso del que jamás podría cansarme.- añadió degustando el placer carnal de tener por fin a su hombre.
Minho estaba diciendo la verdad. Taemin tenía un toque de tierra que Minho podría aspirar para siempre. Era único de Taemin y Minho era adicto como si fuera la droga más fuerte conocida por el hombre.
Minho siguió subiendo hasta que estuvieron cara a cara otra vez. Apretó sus labios en un beso duro. Taemin inmediatamente se abrió a él, su boca permitiendo que la lengua de Minho lo tocara y acariciara. Taemin sabía tan bien como olía, y Minho no pudo contener su gemido de aprobación. Tendiendo la mano entre ellos, Minho agarró en un puño las dos pollas y comenzó a masturbarlas. Taemin se quedó sin aliento contra la boca de Minho antes de que dejara escapar un gemido de los suyos, pero continuó manteniendo sus manos en su lugar, como si estuvieran atadas allí con cadenas.
Continuaron liándose, sus lenguas deslizándose juntas, mientras Minho los masturbaba. Entonces, justo cuando sintió que Taemin llegaba al borde, Minho retiró su mano. Taemin dejó escapar un grito de protesta.
- ¿Por qué te detienes?.- preguntó Taemin con la mirada azul y cristalina perdida en Minho.
- Por ahora es un castigo.- susurro Minho contra la oreja de Taemin.- No te preocupes, te correrás muchas veces más tarde, pero la primera vez será cuando esté dentro de ti. Ahora date la vuelta y ponte sobre tus manos y rodillas.- ordenó mordiendo ligeramente la oreja, aquello encendía a Taemin y Minho lo sabía.
Una vez más, Taemin obedeció rápidamente la orden. Una vez en posición, Minho se acercó a la mesita de noche y cogió su botella de lubricante. La había comprado guiado por la infelicidad, pensando en llevarse a la cama a algún joven que pudiera hacerle olvidar a Taemin por unas horas. Jamás la había utilizado, le falto mucho para poder llevar a cabo su intento de venganza. No lo había hecho porque en el fondo, Minho sabía que regresaría con Taemin.
Abriendo la tapa, derramó una copiosa cantidad. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que Taemin se había divertido a solas – al menos Minho esperaba que fuese a solas – así que quería asegurarse de que estuviera bien preparado.
Minho deslizó un dedo dentro, teniendo cuidado de observar cualquier signo de malestar. Cuando lo único que consiguió fue un gemido de placer de Taemin, sonrió para sus adentros, y luego poco a poco empezó a meter y sacar el dígito.
- ¿Te gusta?.- le preguntó necesitando alguna aprobación verbal por parte de Taemin.
- Lo amo.- respondió Taemin con un silbido.
Minho tomó eso como el permiso para añadir otro dedo, extendiendo a Taemin aún más. Este se balanceaba contra su mano, una fina capa de sudor rompía a lo largo de su cuerpo. Finalmente, Minho sintió que Taemin estaba listo para él. Lo que era bueno, porque en ese momento su polla estaba tan dura que estaba en el punto de quiebre. Sacó sus dedos y alineó la punta de su polla en la entrada de Taemin.
- He esperado mucho tiempo para esto.- dijo, justo antes de penetrarlo.
Taemin dejó escapar un agudo gemido de placer, su espalda arqueada mientras clavaba sus dedos en la cama. Minho hizo una pausa para darle tiempo a adaptarse, pero Taemin no quería saber nada de eso. Se empujó contra él.
- Tómame, ya.- exigió.- Has el amor conmigo.
Parecía que Taemin no quería ser sumiso en ese momento, y Minho estaba encendido por esta nueva faceta de Taemin.
Agarrándolo por las caderas, le dio las embestidas que estaba pidiendo. Taemin clavó los dedos aún más en la cama y dejó caer su cabeza, dejando escapar un grito de placer tan fuerte que sería un milagro si todo el Hotel no venía corriendo a ver qué pasaba.
- Sí, justo así.- gimió Taemin, sus caderas se derretían contra Minho y el flamante carisma estaba disfrutando de este nuevo e intenso Taemin.- Ahí mismo. ¡Ese es el lugar!.- añadió buscando un ritmo propio.
Así que Minho se aseguró de golpearlo una y otra vez bajo este nuevo ritmo. Al mismo tiempo, alcanzó y agarró la polla de Taemin, acariciándola al ritmo de sus embestidas. Taemin dejó escapar un sonido parecido a un gruñido, y luego se corrió, cuerdas calientes cubrieron la mano de Minho y la ropa de cama debajo de ellos.
El sonido era tan sexy que envió a Minho sobre el borde. No se parecía a nada que hubiera oído antes. Gritando el nombre de Taemin, dio un último empuje y se corrió, su polla llenando el apretado culo de su novio.
Taemin colapsó, llevándose a Minho con él.
- Es la mejor despedida que he tenido.- jadeó Taemin, cansado y decadente.- Claro que es la única despedida que he tenido.
- Mi estúpido nephilim, esto no es sexo de despedida.- murmuró Minho, se levantó y arrastró a Taemin con él.- Es sexo de reconciliación. Y Quiero una ducha contigo. Te prometo que si vienes incluso te lavaré.- añadió en un tono seductor que prometía demasiado.
Hubo un momento de estupor antes de que Taemin se incorporara y mirase directamente a Minho. El hombre se acomodó de lado, se levantó ligeramente sobre el codo, recargando la cabeza sobre la mano observó al asombrado joven. Extendió la mano y con los dedos tiró ligeramente del oscuro cabello en la frente de Taemin.
- Te perdono.- dijo Minho.- Yo te perdono porque sé que tuviste un error, uno que puedo perdonar.- la seriedad cubrió los rasgos de Minho.- Pero no todos tus deslices pueden ser perdonados.
- No espero equivocarme más.- respondió Taemin bajando la mirada.- No quiero que me abandones. Cuando nos… separamos, - Taemin frunció el ceño inseguro de cómo referirse a la ruptura que habían tenido.- yo no sabía cómo recuperarte. Vi que podía salir de esto. Yo puedo seguir viviendo sin ti en mi vida.- añadió.
Aquellas palabras fueron dolorosas de escuchar para Minho. Sentía que todo podía perderse, pero no quería que fuese así.
-Yo puedo seguir viviendo sin ti, pero no quiero hacerlo.- continuó Taemin.- Yo te quiero en mi vida, yo quiero amarte, quiero un futuro juntos.- Taemin enfoco su completa atención en Minho y añadió:- ¿Tú quieres pasar el resto de tu vida conmigo?.
Aquello había sido increíblemente nuevo y profundo. Habían existido tantos otros en la cama de Minho, tantos otros en los brazos de Minho, pero ninguno había querido pasar toda una vida con él, ninguno había pedido compartir amaneceres y anocheceres.
- Eres muy joven.- respondió Minho acariciando el cabello de Taemin.- Solo llevamos un tiempo. Pídeme matrimonio cuando llevemos cinco años viviendo juntos.- añadió robándole un tierno y meloso beso a su hermoso Taemin.
- Puedo esperar cinco años.- respondió Taemin.
La separación había hecho magia en ambos. Minho ahora comprendía más claramente el tesoro que tenía y Taemin había descubierto una muy asombrosa faceta, una muy seductora faceta. Era más seguro en sus actos, más decidido, y mucho mejor amante. Esto último lo disfrutaría Minho a fondo.
- ¿Has pensado que tal vez, en alguna vida pasada, fuimos conejos?.- preguntó Taemin, rodando bajo Minho.- Aun estoy en racha.- añadió presionando las caderas contra Minho. El flamante carisma de ojos verde-dorado sonrió y rozando con la nariz la garganta de Taemin suspiró.
- Lo que se dice de los conejos es todo mentira. Ellos no copulan tanto.- respondió Minho encogiéndose de hombros al presionar ligeramente la rodilla entre los muslos de Taemin.- Solo soy un hombre viviendo la apasionada vida con mi joven novio, un muy ardiente hombre de cabello negro y ojos azules, que además aún no pasa de los 25 años.- añadió arqueando la espalda para sentir plenamente a Taemin.- Además, cualquiera en tu lugar no dejaría de acostarse conmigo.
Una risa cálida y cristalina surgió de ambos. Los problemas podían resolverse, discutirse o solo colocarse a un lado, pero los errores siempre debían enmendarse.
* * *
Amber se encontraba en la vacía y oscura cocina. Su mirada iba de la cafetera eléctrica a la puerta trasera, la que conducía a un pequeño patio donde Ten solía jugar con el gato de Minho. Kkong, contoneándose y elevando la peluda cola, entró en la habitación, le dirigió una mirada a Amber, y sintiendo el aura de ira que irradiaba de ella, retrocedió lentamente antes de correr hacia algún lado de la casa.
Tras la huida de Kkong, Chanyeol entró en la cocina. Su cabello platinado se encontraba revuelto y la camisa negra que utilizaba para dormir estaba arrugada. Chanyeol ignoró a Amber, camino hasta el frigorífico, saco el envase de jugo de naranja, se sirvió un poco en un vaso, y se sentó frente a Amber, en la isla de la cocina.
- ¿Sigues molesta?.- cuestionó Chanyeol.
- Lo hago.- respondió cortante Amber.
- Taemin tenía que ir en busca de “aquel tipo”.- Chanyeol hablaba con soltura y desinterés, lo que molestó más a Amber.- Si lo buscaba, y él lo perdonaba, Taemin estaría feliz. Si lo evitaba por más tiempo, Taemin probablemente terminaría haciendo lo mismo, solo que más tarde.- añadió.
- Y tú sabes sobre tardar, ¿no?.- Amber hablaba de la manera afilada en la cual ganaba casos en la corte.
- Yo estaba enamorado de Seulgi.- concedió Chanyeol encogiéndose de hombros.- Fue mi primer amor, fue mi primer mujer, fue mi primera esposa. Era importante en mi vida.- Chanyeol se detuvo, bebió el jugo y sonrió.- En esos años creía que no había una mujer mejor para mí. Tú eras mi amiga, y tú, a tu forma, estabas encaprichada con Son Man. Nuestros caminos se dividieron al dejar la Academia, y me rompieron el corazón.
- Yo me case con Son Man porque era… complaciente.- murmuró Amber avergonzada de sus palabras.- Lo amaba, porque era fácil amarlo, viví a su lado feliz porque me permitía ser yo misma. Pero nos distanciamos, me distancie de él porque note sus debilidades, lo abandoné a pesar de compartir una cama con él. Lo perdí y me humillo enamorándose de alguien más. Y entonces, cuando pensé que todo estaba perdido… llegaste tú.- añadió confusa por sus propias palabras.- Y comenzamos nuestra pequeña aventurilla.
- Seulgi amaba a Mark, y Lucian – o Mark, como quiera llamarse ahora – pudo darle aquello que yo jamás logré.- Chanyeol sonrió con cierta nostalgia, sus ojos siempre parecían crueles, pero Amber sabía que no lo eran.- A veces sucede, Amber, a veces elegimos caminos diferentes y tenemos vidas distintas. Pero debemos admitir que si no somos felices, tenemos que retirarnos. El amor y la felicidad deben mediarse y no podemos poseer más de uno o de otro, pues a pesar de no parecerlo, no son lo mismo.- añadió con la razón que la madurez de los años y dos matrimonios fracasados, podían ofrecerle.
- Taemin es tan joven.- murmuró Amber.
- ¿No lo fuimos todos alguna vez?.- Chanyeol sonrió con la misma nostalgia que Amber parecía sentir.
- Minho puede arruinar su vida. Puede hacerlo equivocarse.- insistió Amber.
- O puede darle lo mejor de la vida.- Chanyeol señaló hacia el piso de arriba.- Tu camino al lado de Son Man jamás fue el correcto, pero nunca podrías vivir sin los hijos que has tenido. Yo no elegí bien ni la primera ni la segunda vez, pero tuve dos hijos.- añadió desviando la mirada.
Amber estaba por asentir cuando las palabras la sorprendieron. Dos hijos. Jimin, que ahora vivía con Charlotte y parecía ver en ella, y en Henry, a sus padres más de lo que los veía en Chanyeol. Pero y el segundo hijo… Entonces claramente pudo ver las similitudes entre Luna y Chanyeol, aquellas igualdades, los delicados rasgos que permanecen en cada rama familiar. Y Amber comprendió que en el momento en que Amber había nacida, Seulgi ya estaba casada con Mark.
La verdad fue abrumadora pero también tan humana. Incluso ella había dudado de la paternidad de Ten.
- Creo que nos pertenecemos.- murmuró Amber.
- Deja que Taemin vea por sí mismo si el viajar a Londres en busca de un gran amor será solo un relato de sus años juveniles que le contara a sus nietos, un nostálgico relato de su primer amor, a pesar de haber unido su vida a la de otro.- Chanyeol hablaba con cierta ligereza, como si pudiese ver el futuro en el fondo de aquel vaso de jugo.- O, será un relato de amor persistente.
- La vida es una locura.- espetó Amber tomando de un trago su café, deseando que hubiera sido algo más fuerte.
- Pero eres una mujer fuerte. Esas locuras no son nada para ti.- se burló Chanyeol encogiéndose de hombros.
Amber quería hablar sobre el informe que le había entregado Jong Suk, sobre Lee Hyun perdido y posiblemente subsidiado por crueles entidades. Pero no quería arruinar aquel momento, uno en el cual tenía un compañero que la comprendía y que podía ofrecerle su apoyo.
Y es que al final del día, eso es lo que todos buscan, un aliado, un compañero, un amigo, con el cual contar, en el cual confiar y que pueda calmar las olas de la incertidumbre que día a día pueden devorarte.
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