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Avergonzado


Había imaginado que tenía que limpiar su propia habitación, como le habían dicho anteriormente tenía que ser un poco más independiente, capas su propio hermano aria que eso pasara... bueno estaba equivocado esta vez, la habitación estaba pulcra, así que solo acomodo sus cosas en las cajoneras y varios sitios donde veía lugar, pareciera que esa habitación estaba hecha para él, era tranquila y la ventana dejaba ver la puesta de sol, paz y armonía como su verdadero hogar... -Nunca será como mi verdadera habitación- decía y decía en voz alta, no le importaba si molestaba a los demás habitantes, si es que había...

-Creo que tendré que tomar un baño, tendré que relajarme he idear la manera de poder salir de esta situación- se decía él mismo, dirigiéndose a la habitación, recorrió el pasillo y diviso un puerta corrediza, era extraña ya que todas las habitaciones tenían puertas normales, con seguro y esta era diferente, parecía una puerta antigua del lugar, pero no estaba descuidada en absoluto, Sasuke se paró en frente de ella y como era normal en un niño su curiosidad gano. Decidió abrir esa puerta y averiguar que había del otro lado, tal vez era una bodega o un lugar donde guardaban cosas que no se usaban, era una puerta no restringida ya que no tenía ni llave en ella, así que con valor se aventuró decidiendo abrirla de golpe...

-Haaa~- se escuchó un agradable gemido después de haber abierto tan brusco la puerta, su sorpresa fue única ya que era lo que menos se esperaba encontrar- Sa...Sasuke-kun podrías... hamm... ¿necesitas algo?- decía la cacera con las mejillas sonrojadas como tomate, ella no le tomaba importancia a lo que estaba pasando ella lo veía normal, él era un simple niño y por obvias razones no pensó nada más, Sasuke por otro lado estaba estático, estaba viendo bien, había visto el cuerpo de su mamá pero bueno... no se comparaba a nada de lo que estaba viendo ahora, una figura esbelta tapada con un simple conjunto de ropa interior que dejaba nada a la imaginación, nunca pensó que habría una mujer con ese tipo de cuerpo y eso que había visto a su madre varias veces cuando era pequeño, estaba en una edad en que todo eso que decían ser de adultos cobraban sentido ahora, Sasuke estaba experimentando algo muy extraño. – ¿he? Sasuke-kun ¿te pasa algo?- en vez de desmayarse hinata se acercó al chico inmóvil, le estaba preocupando, pero este al verse acorralado se fue de inmediato y cerró la puerta.

Su corazón latía a toda velocidad, su cabeza estaba tan caliente que no sabría si en realidad se estaba enfermado, no podía dejar de respirar tan agitadamente, que había sido todo eso... como diablos tenia ella la seguridad de que nadie entraría así como así a su habitación... como diablos sabría el que esa era una habitación, tomaba más que nada esa idea. –¿Cómo diablos paso esto?- estaba muy muy avergonzado, no paraba de respirar, así que opto por encontrar el baño y darse una ducha, una larga y fría ducha para dejar todo esto en paz.

Habían pasado las horas y Sasuke había regresado a su habitación, ya no quería ver más a esa mujer, no era que le cayera mal o la odiara si no que ahora con que ojos iba a mirarla. Así que decidió no salir durante todo el día, bueno esa era su idea hasta que... tocaron su puerta.

-¿Sasuke-kun, he estado preocupada, estas bien?- lo había llamado como si su madre fuera, pero él no diría nada, talvez si no hablaba y pensaba que estaba dormido se iría... -he preparado onigiris rellenos de tomate, me preocupa que no cenes- iba a ignorarla pero su estómago lo traiciono, escuchar onigiris y tomates juntos hacia que su estómago y su apetito se despertara. Tenía que luchar contra su estómago, sentía mucha más vergüenza en verla que nada más. – Te esperare abajo para cenar, tomate tú tiempo-

-Tks... como si da por hecho que bajare...~gruñido de estómago~- maldito estomago ruidoso.

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Mientras tanto hinata estaba preparando la mesa con esos deliciosos onigiris, ella amaba cocinar era lo mejor que se le daba y además de ello amaba hacer postres y dulces, sus favoritos eran los rollos de canela las cuales se esmeraba mucho en hacer todas las tardes, no solo para ella si no para compartir. Justo en ese momento Sasuke dio su aparición, sentándose de golpe en una de las sillas, la más alejada de ella, fijando su mirada en un punto donde sus ojos no se cruzaran... pero su olfato le dio un estirón al centro de la mesa, ahí estaban redonditos y gorditos, tan apetitosos como los hacia su madre, ciertamente sus favoritos.

-Hooo Sasuke-kun, ¿son tus favoritos verdad?- lo decía tan emocionada de que alguien más comiera su comida.

-¿Cómo sabes que son mis favoritos?- era lógico que había sido su madre.

- Mikoto-san me lo dijo, me indico que te gustaría ver ese platillo regularmente, espero te gusten no son como los de ella pero me esforcé mucho para que quedaran similares- claro... como si llegara a suceder, regularmente no aceptaba otra comida que no fuese de su madre, pero a como están las cosas era mucho mejor no ser exigente o si no se podría morir de hambre.

-Hmm- fue su repuesta, agarro uno de ellos y dio el primer bocado, su mirada estaba puesta a la nada y de un instante había mordido mucho más un bocado mucho más grande de ese onigiri para comerlo, Sasuke de alguna manera recordó a su hogar en ese onigiri, realmente estaba delicioso, era mucho más delicioso que el de su madre, nunca pensó que eso pasaría, pero obviamente no diría tal cosa.-Están regulares-

-Hooo bueno no creo alcanzar la cocina de Mikoto-san- hinata era sencilla y simple, obviamente ese comentario no le preocupo, ella admiraba mucho a esa mujer, ella sabía que quería ser como ella en un futuro.

-¿Y dime en este lugar vive más gente?- su curiosidad se activó de nuevo, hasta la vergüenza y el acontecimiento anterior había pasado en segundo plano ya que estaba concentrado en su comida.

-Bueno... sobre eso, hay más huéspedes aquí pero por lo regular están trabajando por la tarde- así que si había más gente y por lo que escucho eran personas mayores, por lo menos no los vería muy seguido, era de su agrado.

-Sabes me agradaría que los conocieras son personas muy agradables, tal vez encuentres cosas en común con ellas-

-Como si eso pasara- se decía internamente Sasuke, a él no le gustaba mucho la interacción con personas.

-Estoy en casa Hinata-chan- había llegado una persona, se escuchaba su voz desde la entrada de la casa, escuchando sus pasos apresurados el sujeto se dirigió directamente a donde estaban ellos dos.

-Lo que faltaba, una molestia más- susurro por su adentros, se escuchaba que era una persona muy ruidosa, volteo para ver quien llegaba y diviso a un joven de aproximadamente 20 años de edad, era rubio y tenía finta de ser extranjero.

-Naruto-kun bienvenido, siéntate ya está la cena- quien era ese, por lo visto la cacera le tenía mucho afecto, parecían una pareja de casados, sin embargo la diferencia estaba en que ella atendía a Sasuke de igual manera que a ese sujeto.

-Claro Hinata-chan, tu comida es tan sabrosa...- se dirigía hacia ella de manera demasiado meloso para el gusto del morocho, quien se creía ese sujeto realmente parecía un gran Dobe- ¿he? ¿Y este mocoso quién es?- lo había llamado mocoso, eso a Sasuke no le agrado, dirigieron su mirada uno estaba extrañado de ver a un chiquillo ahí y el otro estaba ofendido y molesto por la manera en que lo había llamado... una lucha interna se desato, podrían verse las descargas eléctricas recorrer por sus miradas.

-van a cenar o regalare esta comida- había sonado molesta, no le gustaba que los inquilinos pelearan, ella tenía una regla todos tenían que llevarse bien. Los dos al escucharla se tensaron como iba a ser tal aberración en desperdiciar así una rica cena, Sasuke se acomodó y siguió con su rico alimento, mientras que el rubio lloriqueo, vio a la casera voltearse indignada hacia otro lado y el simplemente se sentó y pidió disculpas.

-Go...gomenasai Hinata-chan- con esas palabras hinata volteo y le dio una sonrisa hermosa la cual naruto comenzó a cenar mucho más a gusto, había sido perdonado... de que... no lo sabía pero ahora no le importaba.

-Pff Dobe- susurro el azabache justamente para que el ojiazul escuchara, estaba mofándose de el por doblegarse a esa mujer, se veía que pedía a gritos la atención de ella. Naruto estaba irritado ese mocoso se las pagaría más adelante, no le caía bien se miraba que era un niño mimado y ahora para su des fortunio era seguro que estaba a cargo de su quería Hinata-chan.

-Naruto-kun- ella hablo suavemente cuando puso un plato y una taza de té caliente en su lugar.- te presento a un nuevo huésped, él es Sasuke-kun estará por un tiempo aquí hasta que termine sus estudios, así que sería bueno que los dos se llevaran bien porque se verán muy seguido- puso sus manos en sus hombros cosa que a naruto le encanto, se notaba que le gustaba que la casera lo tocara, Sasuke se asqueo al ver ese acto.

-Claro Hinata-chan hasta seré como un hermano mayor para él- Sasuke lo miro con una ceja alzada, hermano mayor... muy apenas y alcanzaba el rango de un gran DOBE.

-yo no necesito hermanos, ya tengo uno y es mucho mejor que tu gran DO-BE.- lo dijo en voz alta y después se retiró a su habitación, no dijo nada ni se despidió cortésmente, pero ya había arrasado completamente con la comida hasta no dejar ninguna bola de arroz, el rubio refunfuño a tal acto infantil que pensó que sería una lata tratar de ser cercano, pero solo por su Hinata-chan lo intentaría. De un momento a otro se había dado cuenta que ese mocoso no le había dejado nada de cenar.

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