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Abrazo Inesperado

-Hoooo asi que es el hermano de Itachi... sí que son diferentes totalmente- Naruto conocía a Itachi, de hecho eran muy buenos amigos, cercanos tal vez... no mucho pero si buenos amigos, ellos se habían conocido en este mismo lugar hace dos o tres años atrás, Itachi frecuentemente visitaba este sitio junto con su madre Mikoto ya que era muy buena amiga de la abuela de su querida Hinata-chan, además de eso donaban una buena cantidad de dinero para poder mantener la casa, ellos eran parte dueños del lugar podría decirse.

-Claro Naruto-kun cada uno somos especiales a nuestro modo, solo que Sasuke-kun aún es muy joven y su personalidad va cambiando conforme aun va creciendo- la sabiduría en el pequeño cuerpo de esa mujer dejaba a Naruto mas idiotizado, su capacidad de comprensión era nata, no era necesario pensar dos veces que ella realmente sería una buena madre algún día.

-Tú siempre sabes que decir Hinata-chan- el rubio dijo con mucha seguridad y con un leve sonrojo en sus mejillas - solo espero y ese chaval no te haga la vida un poco complicada, se nota a leguas que no está acostumbrado a la clase media baja-

-Yo hare que él se sienta como en casa- dio un sorbo de su sabroso té- solo es cuestión de darle tiempo, no es fácil a su edad separarse de su familia Naruto-kun- le dio una de sus típicas sonrisas -tú mismo sabes a lo que me refiero- y era verdad, el ojiazul había pasado por lo mismo pero era un poco diferente ya que a corta edad había sufrido la pérdida de sus padres y la única persona a su cuidado era su abuelo, había sufrido muchísimo sí, pero supo cómo crecer frente las adversidades. A comparación tenía en la casa a un chico arrogante y mimado que no sabía valorar nada, solo esperaba que las sabias palabras de su amada casera se volvieran realidad.

-Tienes razón Hinata-chan- nunca se atrevía a contradecirla, siempre perdía ante ella.

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Estaba en un montón de almohadas, su respiración era placentera, se había recostado y quedado en los brazos de Morfeo repentinamente, nunca había quedado tan exhausto desde esta mudanza, había sido el día más pesado y agotador que había tenido, si iban a ser así los días realmente serian sumamente fastidiosos. Al siguiente día por la mañana se había levantado tan bien, totalmente relajado, era un domingo toda la casa se encontraba en completo silencio pero totalmente impecable, pasaba por los pasillos y se dirigió al baño, por un ventanal a lo lejos diviso a la casera vestida como jardinera arreglando el jardín.

-hmmm- simplemente fijo su mirada a su destino sin importarle otra cosa, hasta que un grito se escuchó, con la duda y el asombro venían justo en la dirección que estaba la casera y para su sorpresa vio un gran desastre era ella con un gran montonal de arena para jardín encima de ella, como había sucedido... pues ni idea pero ella ahí estaba en apuros -sí que es muy despistada- sonrió de lado y sin pensarlo dos veces fue hacia ella.

-Sí que eres torpe para tu edad- la miraba como si de una persona madura se tratase, imponente claro pero con un cuerpo pequeño.

Hinata por otro lado lo miraba, pensaba que tenía facciones adorables, decían que los Uchihas tenían una estética hermosa, justamente era cierto Sasuke era lindo a pesar de su edad... ¿cómo habría sido Itachi en ese entonces? - ¿Que... que tanto miras?- se había puesto nervioso, aquella Hyuga tenía una mirada penetrante, no sabía cómo actuar ante esa mirada tan...

-Estaba viendo que eres muy lindo, Sasuke-kun- lo dijo sin pena

-¿Qué?- había escuchado bien, ella había dicho que era lindo...

- ¡Ven aquí!- le sujeto la mano y lo abrazo con mucha fuerza, Sasuke no sabía que hacer estaba todo entorpecido, Hinata no dejaba de restregarlo en su pecho. -Sasuke-kun es tan kawaii-

-¡De...detente!- no sabía cómo escapar, a pesar de que ella tenía un cuerpo pequeño era sumamente fuerte así que no supo que más y se dejó hasta que ella terminara, algo en su interior se reconforto ella era sumamente cálida y suave.

-¿Decías algo Sasuke-kun?- volteo a verlo y Sasuke fijo sus ojos hacia ella con un sonrojo notable, el no dejaba su posición actual estaba su rostro recargado en sus prominentes y suaves pechos -¿Sasuke-kun?- él observaba a la chica estaba realmente idiotizado y dentro de él estaba revoloteando algo que no lograba descifrar realmente. Hasta que ¡sas! Un balde de agua había caído en la cabeza de Sasuke, así mojándolo completamente y en su camino la parte delantera de la casera.

-Tu niñato aléjate de mí Oneesan ahora mismo- una pequeña voz había reclamado alejarse de la casera -como te atreves a restregarte de esa forma tan vulgar, tu... pequeño pervertido-

Sasuke volvió a la realidad, no sabía que había pasado...bueno ciertamente si sabía pero no era momento de ponerse a pensar en ello ya que estaba sumamente mojado de pies a cabeza y por culpa de una molestia tamaño enorme con una voz chillona y gritona, voltio a divisar aquella persona y estaba en un error...ok... era una molestia grande en un cuerpo diminuto. -tsk-

-¡Ha...Hanabi!- su pequeña hermanita Hanabi Hyuga con tan solo 10 años de edad era sumamente posesiva con su Oneesan, la protegía de cualquier depravado sexual que hubiera alrededor aunque este tuviera casi su edad.

-No vez Oneesan que estaba tocándote este... ¡depravado!- se había dirigido a Sasuke de una manera amenazante, mientras tanto él estaba que cargaba una cólera tremenda hacia esa chiquilla.

-¡Cómo me dijiste enana molesta!- era el colmo, lástima que no podía golpear a una niñita...

-DE-PRA-VA-DO- lo había dicho de nuevo -así que aléjate y vuelve de donde viniste, ahora tengo que cuidarla de ti... ¿no bastaba solo con el rubio idiota?- a lo lejos Naruto salió por los gritos que resonaban en toda la casa, llego y escucho lo que había dicho Hanabi.

-¿He?, ¿porque yo?, ¿qué he hecho?- se señalaba así mismo.

-No te hagas el inocente Naruto-niisan, sé que husmeas en el cuarto de mi Oneesan cuando no está o la espías cuando se baña asqueroso degenerado- Naruto entro en shock esas eran acusaciones muy fuertes.

-¡Na...Naruto-kun!, eres un desvergonzado- exclamaba Hinata tan indignada de esos hechos, sabía que Hanabi casi nunca mentía... casi nunca...

-Cla...claro que no Hinata-chan, yo te respeto mucho para hacer eso no soy eso que dice Hanabi- se defendía de esa mentira, tenía que salir de esto como a diera lugar no quería un mal contexto de él hacia su Hime.

-Bueno mientras sean peras o manzanas tu enano te he visto con las manos en la masa... o mejor dicho ¡tu cara en los pechos de mi Oneesan!- lo dijo tan fuerte y acusativamente, Naruto estaba en sorprendido por lo afortunado que era ese mocoso y Sasuke estaba por explotar definitivamente este lugar no sería su hogar nunca, después de este día trataría de irse de esta pocilga. Odiaba a su hermano Itachi lo odiaba desde este momento por traerlo a este lugar, por obligarlo a salir de su querido cuarto, de sus demás cosas, de su paz. Estaba por retirarse y dejar a esos locos atrás cuando...

-¡Ya basta Hanabi!- Hinata alzo la voz dirigiéndose a la pequeña- no te expreses así Sasuke-kun, simplemente fue un abrazo de mi parte- se puso a su altura y apretó uno de sus mejillas haciendo que la mini Hyuga se quejara -así que jovencita ve y discúlpate como debe ser-

-Pero Oneesan- reclamo

-Estoy esperando Hanabi o te llevare con Otoosan, sabes que no debes estar aquí sin su permiso- resignada no tuvo de otra.

-Hmmm ok...- en ese instante en que Sasuke estaba por irse, ella se acercó a él y se disculpó con una reverencia muy rápida -disculpa... por todo y el mal entendido...-

-Hmmm- fue la respuesta que dio Sasuke no tenía más que decir, total ya se había calmado de lo molesto que estaba, ahora tenía que bañarse y cambiarse si no tomaría un resfriado. -como sea-

-Pfff arrogante- dijo en susurro su hermana estaba loca en defender a ese niño, pero bueno su hermana era así...

-Hinata chan... hmm- carraspeo --que dices si salimos alguna parte, yo invito- ahí estaba de nuevo ese rubio, Hanabi fue directamente hacia su Oneesan y se la llevo.

-Lo siento Naruto-kun será después... tengo que llevar a Hanabi con mi padre- le dio una sonrisa y se despidió.

-Bueno... se hizo el intento- se retiró resignado hacia la casa.

Mientras tanto dos Hyugas caminaban por las calles, estaban muy calladas, Hanabi por su lado odiaba ese silencio, así era cuando se dirigían a la casa de su Otoosan realmente su Oneesan no disfrutaba mucho ir a ese lugar. -Oneesan, ¿porque no regresas con nosotros?- ahí estaba otra vez esa platica, ella insistía en que regresara a que tomara su lugar pero Hinata no aceptaría eso.

-No creo que pueda Hanabi, sabes que no soy bien recibida- lo decía con una voz quebrada, y su mirada perdida con esa luz que la caracterizaba.

-Todo por esos Uchihas...- susurro la pequeña un poco molesta, ya no quería seguir con la misma plática, ya no quería.

-Todo por Itachi-kun- se dijo así misma, esa era su motivación para poder resistir cualquier cosa, todo por su querido Itachi-kun...

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