Pov Mei

Se escuchan explosiones una tras otra a lo lejos en el reino, solo espero que los guardias puedan ayudar a las personas, resulta que la mitad de los guardias acá dentro están con Filarion, ¿lo peor? Ni su padre ha logrado hacerlo cambiar de opinión está amarrado, los pocos guardias que tenemos están acá con nosotros en el gran salón, de mi parte solo tengo 100 guardias más 50 por parte de Darick que nos deja 150 hombres. Lo malo es que son muchos más por parte de ellos si contar los que están atacando al pueblo, nos ganas en número, si pienso bien podemos salir de esta.

Suspiro para no perder el control entre lo que siento y la impotencia creo que me iré contra quien sea y como sea, mis hermanos menores se fueron en secreto hacer lo que más temprano les pedí, Merialeth y Volkodlak también se han ido, sirve de distracción que todos están intranquilos.

- Alteza ¿Cuáles son sus órdenes? –me pregunta unos de los ministros de mi tío- Este es su reino, usted debe dar las órdenes.

- Mujeres y niños saldrán de aquí. -en eso llega Ondina con Fay y Aine- las princesas los llevaran; llévenlos a las afueras del reino, que se refugien con el imperio Mitia. -ellas asienten y se los llevan.

- El resto nos dividiremos en 4 partes, sur, este, oeste y norte. -asienten- Mitia y Dreare se van juntos por el sur y el norte, ustedes limpiaran esas líneas dejando una vía de escape para el resto que no pueda salir y los pocos que queden acá.

- Entendido cuanta con eso prima. -Veo como Luke se organiza con su padre y Galater, que desde que se enteró que, su propio hijo ha ocasionado tantos desastres no me da la cara, sinceramente no lo culpo, pero ahora no es el momento.

- Imperio Raidne y Mach serán el corazón se quedarán acá serán...-dudo en lo que pienso, pero niego volviendo a la realidad- serán nuestro apoyo desde acá dentro, ustedes nos ayudarán a mantener el palacio en pie.

- Nosotros iremos por el este y oeste. -los miro y asienten, saco los talismanes que me dio Ehlrion y se los estrego a cada dueño- El eclipse todavía está haciendo efectos, usen sus poderes con cuidado y traten de ahorrar toda la magia posible, no sabemos bien que nos espera, tengan cuidado, esperen a que las trampas de mis hermanos caigan para que sepan dónde están ubicados.

- ¡Mei! –llegan corriendo Varuly y Varkolak- son como mil hombres los que hay afuera y han quemado gran parte del reino. -se ven agitados y jadean al hablar- queremos quedarnos para ayudarte en todo lo que podamos, somos muy buenos con la espada.

- No ya hicieron su parte, quédense aquí con ellos. -señalo a Ciro, Oss y sus padres, ellos no conforme asienten- Vigilen que no escape. -señalo a Filarion.

- Bien, partamos. -cada uno agarra su lado, por nuestra parte mi padre se va con Darick y D'arcy conmigo nos dividimos y escondemos, veo como se aproximan unos guardias buscando algo, de seguro mis hermanos, espero a que estén muy cerca para sorprenderlos, pero se me adelanta D'arcy matándolos él.

- Oiga eran míos. -lo miro mal, el solo sube sus hombros restándole importancia- menos mal su traje es negro.

- Entre menos mates mejor Mei. -me dice mientras avanzamos con cautela- No quiero que esto te dañe, sé que puede ser duro, pero pase lo que pase prométeme algo. -me detiene a medio caminar sin dejar de mirar a los lados en busca de una amenaza- Promete que nunca dejaras de ser tú.

- Lo dice como si tuviera la certeza de que lo peor pasara. -el suspira.

- Esto es una guerra contra ti, todo puede pasar y lo que tenga que suceder simplemente sucederá. -asiento no muy conforme.

- Se lo prometo, siempre seré la misma en especial contigo. -sonreímos y seguimos avanzando hasta llegar a la planta de los dormitorios, nos metemos en el cuarto de mis padres y nos encerramos allí, me adentro en el armario de ellos y saco espadas y armas de plata.

- Tenga cuidado puede lastimarse con eso, recuerde que es de plata. -le menciono preocupada.

- Se necesita más que esto para acabar conmigo. -suspiro asintiendo, jadeo de sorpresa al escuchar una bomba detonar dentro del palacio ¿Quién sabe que estará pasando?

- Vámonos. – Salimos de allí con varias armas, pero al intentar bajar las escaleras no empiezan a disparar obligándonos a cubrirnos con un muro, cuando puedo disparo contra ellos dándole a uno, son siete los que subían, veo como D'arcy les dispara cruzando hacia el otro lado tratando de cubrir más campo, en eso tres caen por su mano.

Trato de calmar mi respiración y salgo disparando contra los tres que quedan logrando darles un tiro a cada en su frente logrando que caigan inerte sobre la escalera, lo miro y señalo que bajemos, al hacerlo tenemos que pasar sobre los cuerpos de los soldados traidores viendo como su sangre baña las paredes y los escalones. No puedo dejar de pensar que todo esto es horrible y que estoy matando hombres que juraron proteger a la familia hasta el final, ahora sé que los juramentos pueden ser en vano.

- Vaya por la izquierda, yo por la derecha. -le digo y asiente no muy convencido, pero igual lo hace, la planta de abajo es muy grande todo el palacio lo es, entre más nos dividamos es mejor.

Me dirijo con cautela hacia el patio trasero mientras D'arcy se va al delantero, sé que en esa parte no debe de haber muchas amenazas como aquí atrás, lo mande para allá apropósito no quiero que sigan muriendo inocentes.

Narrador Omnisciente

Mientras Mei se dirige a conocer su principal agresor, el rey D'arcy se peleaba contra 15 guardias luchando por su vida y para que no llegaran a su tan querida princesa. Por otro lado, estaba Darick, junto con Wolfgang peleando hombro a hombro contra unos 50 hombres, ya habían sufrido bajas como el ministro de defensa del Imperio Lasare, sin contar que el ministro del Imperio Vutteterra estaba herido.

Merialeth junto con Volkodlak lograron sacar en "secreto" o eso pensaban a los menos culpables, pero en realidad esa era la tarea de Mara, esa era su vía de escape para que ella saliera libre de todas las fechorías que habían realizado, los únicos culpables serian Sergrey y Filarion, solo jugaban el juego que ellos querían que jugaran, solo era un pasatiempo para ellos, desde destruir el reino hasta dejarlos acorralados; al final solo serian Reyes y herederos testigos de la gran masacre del Imperio Lasare.

Mei llega a lo último del corredor encontrándose algo que la dejaría atónita y es que ni es sus mejores sueños pensó volver a ver a su hermano Lupu, si ese pequeño que no salía de sus pensamientos. Ese sentimiento de culpa que crecía diariamente llenando su corazón de dolor e inexpresividad estaba ahí parado frete a ella mirándola con odio, el impacto fue tan grande que no pudo evitar caer de rodillas jadeando sorprendida.

- Lupu. -susurro.

En eso la rodearon 100 guardias todos apuntando hacia ella con armas de plata, Sergrey se abrió paso entre ellos y la miro con altivez, ella lo miro negando desorientada, él aprovecho eso para desarmarla e inyectarle una gran cantidad de plata en su sistema sanguíneo.

- ¿Qué crees que haces Sergrey? ¿Cómo te atreves? –tenía clara intenciones de golpearlo, pero ya era tarde, la plata empezaba hacerle efecto en su sistema sin contar que el eclipse todavía dejaba secuelas.

- Solo reclamo lo que es mio por derecho, esta es "Mi venganza" -la tomo del brazo fuertemente llevándola consigo al salón principal no sin antes dar la orden de que los trajeran a todos incluido el pequeño Lupu que ahora solo era un zombi.

Los zombis son seres que en realidad son esclavos del ser mágico (por lo general brujos) que los llama a la vida, solo pueden morir de dos formas, la primera matando a ese ser mágico y la segunda es matando a él zombi y ¿cómo se mata un zombi? Pues fácil, solo hay que destruir su cerebro.

Al llegar al salón central ya todos están allí como Sergrey lo pidió, a su lado una mareada y casi inconsciente Mei y detrás de ellos un Lupu en versión zombi, dejando a todos sorprendidos.

- Suéltala. -Demando el imponente Rey Wolfgang, pero solo logro que los guardias le golpearan, en eso llega un guardia.

- Hemos encontrado lo que nos dijo señor. -esperen 30 minutos y acaben con eso. -ordeno.

- Debo admitir que sin ustedes no fuera sido posible nada de esto y es que al ser prácticamente invisible sus conversaciones fueron de mucha ayuda. -miro a Mei y la tomó de la barbilla, ella luchaba por mantener los ojos abiertos- Sin ti menos, tanto que me defendiste y mira hasta donde nos llevó.

- Te vas arrepentir de esto. -le dice mirándolo con rabia, él la deja caer al suelo.

- Si, sería interesante saber ¿cómo? -la miro desde arriba mientras ella solo estaba en el piso batallando para poder respirar tranquila y es que por la cantidad suministrada le causo taquicardia.

- Déjenme les explico, por favor pónganse cómodos, ¿no? bien. -los miro a todos como su fueran menos y es que así los veía él- Todo esto tiene un inicio de hace casi diez años atrás, dónde usted es el protagonista. -señala a Wolfgang.

- ¡¡No metas a mi esposo en tus ideas retorcidas traidor!! –le grito la gran Reina Parisa.

- Definitivamente son madre e hija defienden lo indefendible, ¿sabía usted que su esposo le fue infiel? ¿Y qué de eso nació una niña llamada Anna? -todos quedan en silencio ante sus palabras- ¿lo pude negar majestad?

Todos en ese momento miran a Wolfgang atónitos por la confesión de Sergrey, hasta Mei lo mira con dolor cuando él no se atreve a negar nada.

- Mi hermana Anna y este tipo que se la da de gran señor tuvieron un romance, pero cuando se aburrió de ella simplemente la boto como si fuera nada dejándola embarazada, ella murió durante el parto dejándome con una bebé recién nacida y un odio latente, mi tío Hankis siempre le fue fiel ¿y cómo le pagaste? -le pregunta con fuego en la mirada- Solo te estoy devolviendo el favor, así estaremos a mano.

- ¿Hankis era tú tío? –pregunta Mei abatida por la concesión de Sergrey, sintiéndose menos mareada, pero si más cansada- ¿y que tiene que ver ellos con esto?

- Haces muchas preguntas, que bueno que estoy de humor. -se acerca a ella agachándose a su altura tomándola por la barbilla- Hankis en efecto era mi tío ¿sabes porque lo mate? -el mueve la cabeza de Mei negando, ejerciendo más presión- Porque se enteró de mis planes y quería decirles la verdad, eso no me convenia, ni tampoco el hecho de que no me tomaste enserio. -levanta a Mei de mala manera volteándola para que vea a Lupu, acercándose a su oído- Por eso él está muerto, por. Tú. Cul. Pa. -ella se queda callada sin poder evitar mirarlo ya que el ejerce presión para que no puede voltear la cara, en eso ella cierra los ojos con la barbilla temblorosa debido a sus ganas de llorar y es que no hay peor tortura que la tortura mental.

- Abre los ojos Mei. –ella se niega a su pedido haciendo que se moleste aún más y la empuja fuertemente contra el suelo.

- Tu problema es conmigo déjala. -intervine Wolfgang, pero Sergrey niega.

- Si es contigo el problema, pero ¿dejarla? Jamás ella ahora me pertenece, digamos que la tomare como un pago por daños y perjuicios.

En eso Mei trato de aprovechar que Sergrey estaba distraído con su padre y tomó el talismán que había dejado guardado por si algo así pasaba, ella pensó en un escenario donde no tuviera magia o usaran la plata en su contra y los acorralan, este fue el caso ya que habían matado a todos los ministros de defensa para dejarlos indefensos o eso pensaban, ella tomo el talismán sacando el poder que guardaba allí recuperándose poco a poco de la inyección de plata que le había dado minutos atrás.

- Eso no va a suceder, tú no te vas a llevar a Mei. -intervino su madre- primero tienes que acabar con nosotros. -en eso empieza a escupir sangre junto con un líquido verde y espeso.

- Ah si se me olvidaba, gracias a su conversación de esta tarde pude saber lo del árbol, con eso que estaba tan ocupados recordando cosas de padre e hija, no se dieron cuenta de quien los perseguía. -se burló mientras la Reina Parisa caía en el piso mientras moría lentamente, sus hombres tenían la orden de talar el árbol completamente e incendiar el jardín privado.

- Madre. -Mei intento levantarse, pero no pudo y aunque ya no estaba mareada, ni con ganas de vomitar y podía ver mejor, no tenía fuerzas para poder levantarse, Ehlrion y Oceanidouss intentaron ayudarla, pero no podían hacer mucho solo aliviar su dolor. Mientras los guardias bajo el poder y ordenes de Sergrey destruían el árbol logrando que apenas terminaran la Reina Parisa muriera, provocando que en esos momentos solo agonizara del dolor.

- Perdóname Parisa, perdóname, yo me equivoque, actúe muy mal y ahora... -el gran Rey Wolfgang hay delante de todos lloraba como un niño pequeño mientras sostenía a su amada esposa mientras moría lentamente en sus brazos, a la vez que los gemelos Varkolak y Varuly lloraban mientras eran consolados por su tío y primo- Te amo Parisa y eso nunca cambio ni jamás cambiara. -Ella intento decir algo, pero no pudo ya que la sangre y la sabia del árbol no la dejaban hablar ni casi respirar, aprovechando el momento beso sus labios sin importarle llenarse de sangre a la par que ella dejaba de respirar, dejando solo un cuerpo frio, gris y sin vida.

Mei sentía la impotencia correr por su cuerpo, fue tanta que logro levantarse, pero Sergrey fue más rápido y ordeno a Lupu apuñalarla por la espalda, logrando que cayera arrodillada y gimiera de dolor, ella se sacó el cuchillo viendo que era de plata, logrando que la herida fuera más dolorosa y le costara sanar.

Todos estaban abatidos habían perdido a una Reina, mientras Wolfgang se sentía culpable y miserable ya que sus errores del pasado lo llevaron a eso, D'arcy había perdido a la mujer que siempre quiso en silencio, Oleander había perdido a su amada hermana, mientras Luke, Mei, Varuly y Varkolak habían perdido a una amiga, madre y confidente algo que jamás se podrá remediar, solo les queda afrontar la realidad tan cruda e irreal para todos en ese momento.

Mientras ellos se debatían adentro con los sentimientos encontrados, a las afuera del palacio se encontraba Mara con la misma bruja que anteriormente les había ayudado la vez que secuestraron a Mei, preparando un ritual de Modificación de poder para que ninguno pudiera usar su magia, y ya que el eclipse les ayudaba con descontrolar sus poderes les fue más fácil para ellas.

- No debería estar aquí, pueden verte y no sería bueno para la última parte del plan. -le aseguro la bruja a Mara, ya que ella estaba al tanto de cada uno de los movimientos, en realidad ella era la mente maestra de todo este plan ¿Por qué? porque ella es una antigua enemiga del Reino Mitia. Ella fingió su muerte esperando el mejor momento de su anhelada venganza.

- Ya me voy, solo vine a dejarte lo que me pediste. -respondí Mara entregándoles unas pociones que la misma bruja había preparado para este momento- Volkodlak y Merialeth se han ido, pero las trillizas vienen de regreso escuché que no se quedarían de manos cruzadas.

- Eso es bueno, porque aquí las estaremos esperando. -sonrió- tanto que Mei se esforzó por alejarlos y ellos mismos volvieron a cavar su propia tumba.

- Si. -respondió inconforme Mara y es que una cosa es que ella junto con Filarion querían destruir a Mei, pero otra muy diferente era matar a su familia, eso les parecía extremo solo que no podían decir nada o los muertos serian ellos.

- Deja el drama que esto también te beneficia, ahora largo. -sin más nada que hacer Mara se regresó a su casa junto con su madre y padre, esperando al amanecer donde todo se acabaría.

Al mismo tiempo las trillizas Ondina, Fay y Aine, regresaban por los pasajes secretos del palacio.

- Creo que es una mala idea mejor vámonos, es lo que nos ordenó nuestra hermana. -Hablo Ondina muy nerviosa- Debemos ir a Rusia allá debe estar Volko con la bebé y Merialeth

- No podemos dejarla sola. -Respondió Fay preocupada por sus padres y hermanos.

-No está sola, el plan es volver, estamos a mitad del camino regresemos, estos pasajes puede que ya no sean seguros o incluso que haya personas en la salida. -hablo Aine.

- Entonces váyanse ustedes, yo regreso. -les comento Fay encaminándose al palacio.

- No puedes hacer eso. -trataron de detenerlas sus otras dos hermanas.

En eso escuchan un ruido proveniente de uno de los túneles de salida que dan hacia el interior de palacio.

- Encuéntrenlas deben estar por acá. -escucharon las voces de guardias reales y se miraron asustadas.

- Ok vámonos. -está ves fue la misma Fay quien procuro regresar.

- ¿Pero hacia dónde? Parece que estamos rodeadas ¿no escuchas? -les dijo Aine a sus otras dos hermanas.

- A las caballerizas, estamos cercas de ellas. -señalo a su derecha Ondina- Es por allá, salgamos tomemos caballos y vayamos al imperio de nuestro tío, hay podemos abrir un portal para ir con nuestro hermano.

Y así hicieron las tres princesas, corrieron hacia las caballerizas, solo que los guardias las vieron y las persiguieron logrando acorrálalas dentro de las caballerizas, pero Fay fue más rápida y se convirtió en loba lanzándose sobre los cinco guardias que las tenían acorraladas, mientras los otros poco a poco se acercaban al mismo lugar, Ondina sello la entrada de túnel con magia usando la naturaleza a su favor, sellando las puertas del pasaje con plantas.

Aine desató a los caballos para poder irse, solo que en eso se escuchó un disparo dejando alertando a Ondina y Aine, voltearon rápidamente y lograron ver a su hermana Fay muerta con una herida de bala de plata en su corazón, fue tanta su pesar y dolor que no dudaron un segundo en usar su magia contra el guardia ya herido por su hermana matándolo en ese momento, viendo como su cuerpo explotaba llenándolas a ellas y al lugar de sangre.

Por un momento se quedaron impactadas de lo que habían hecho, luego al reaccionar solo se miraron entre si llorando y lamentando la muerte de su compañera, se arrodillaron hasta donde ella estaba abrazando y besando su mejilla dejándola en ese lugar ya que debían irse para ponerse seguras.

- Vámonos no demoran en llegar más. -Habló Aine escuchando los golpes contra la puerta del túnel secreto que daba a entender que ya habían llegado allí y querían salir por ellas.

- Sí -Salieron cabalgando hasta la frontera del Reino Mitia encontrándose con el árbol de su madre destruido se miraron entre sí ellas sabían que significaba, su madre había muerto. A ellas tres les gustaba estudiar la naturaleza con su madre, por lo tanto, sabían el significado de aquel jardín secreto, sin poder dejar de llorar se encaminaron lo más cerca posible a la frontera y con el poco poder que les quedaba abrieron un portal hacia Rusia donde Nicolay las esperaba junto con Merialeth y la pequeña Accalia.

- ¿Y Volkodlak? -preguntaron una vez los guardias del ruso bajaron las armas, ya que no sabían quién podía pasar, ellos debían esperar lo peor eran las ordenes de Mei, que más temprano lo había llamado informándolo que debía estar listo para cualquier cosa.

- No sé, pensé que vendría con ustedes. -les hablo Merialeth sin evitar preguntarse ¿qué le había pasado? ¿y por qué estaban llenas de sangré? - ¿Están bien chicas? ¿Y Fay? -ellas solo lloraron y la abrazaron dando a entender la terrible noticia.

- Nuestra madre está muerta, vimos su árbol destruido. –Informa Ondina separándose de ambas para decirle la noticia a Merialeth, que no pudo evitar llorar ya que durante ese tiempo ella llego a querer a Parisa como una segunda madre.

- Siento por lo que están pasando chicas, pero deben entrar acá afuera hace mucho frio y deben cambiarse. –les comunico el ruso Nicolay.

- ¿No vas a ir por mi hermana? -le pregunto Aine, el solo negó.

- Mis ordenes son cuidarlas a ustedes, yo no puedo pasar a su reino solo sería mi muerte. -ellas entendieron y se regresaron a dentro esperando que las horas pasaran para tener noticias. Él solo era un humano que podía morir fácilmente.

De regreso en el palacio, la bruja que en realidad tenía por nombre Náyade entro en el gran salón sorprendiendo a Wolfgang y a su propio hijo Oleander.

- ¿Madre? ¿pero cómo es posible? -pregunto Oleander muy abatido.

- ¿Usted? -pregunto Mei extrañada mirando a su tío- ¿es tú madre? -pregunto entre jadeos por la herida que no le dejaba de sangrar- Pero si usted es...

- Es la bruja que te hechizo, la misma que va a destruir esta equivocación y tú abuela.

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Acá les dejo a Náyade, antes de que digan algo recuerden que los personajes son inmortales por ende son bellos, hermoso y jóvenes. 

¡Gracias!