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Capítulo 52***

Pov Mei

Los días han pasado lentamente. es que estar encerrada dentro de cuatro paredes a pesar de la compañía de mi madre, Darick su padre y hermanos sigue siendo un encierro. Suspiro mirando el techo son como las tres de la tarde, ya me tienen mareada con tanta cosa, que si las flores, que si el lugar, definitivamente ya me ofuscaron.

- ¿Y bien qué opinas? –me miran todas y por todas me refiero a mi madre, mi suegra, mis cuñadas y mis hermanas esperando mi opinión para los preparativos.

- A Darick le gustan las rosas rojas, pero a mí, las orquídeas, hagamos una combinación entre ambas, además podemos mezclar entre rojo, negro, blanco y dorado así los dos estaremos conformes.

- Me parece bien, bueno apenas puedas levantarte hay que hacer la prueba del vestido de novia. -asiento feliz y nerviosa, es una mezcla rara pero maravillosa.

- Bueno dejémosla descansar espero te mejores rápido Mei, con permiso Altezas, Majestades. -habla Carla mi organizadora de boda.

Se van de a poco en poco dejándome sola con mi suegra, ella solo me mira de pie.

- ¿Sabes dónde está mi hijo Mei? –otra vez con eso, todos los días viene con un comentario nuevo, que si Darick no me quiere, que si me utiliza, que está con Mara y ¿lo peor? Bueno delante de todos es la suegra más feliz y orgullosa.

- Déjeme adivinar... ¿con Mara? –la miro molesta- Por favor retírese, este podrá ser su palacio, pero estoy en la habitación de mi prometido y no creo que a él le guste saber lo que hace su madre a sus espaldas.

- ¿Me amenazas? ¿Enserio crees que va a preferirte a ti sobre mí? –pregunta con altivez.

- Le pido amablemente que se valla. –la miro con total indiferencia.

- Disfruta de su cama mientras puedas niña. –se da media vuelta y se va, suspiro cansada mental y físicamente y aunque el reposo me ha servido me sigo sintiendo débil.

Escucho como suena mi teléfono al verlo siento como un frio recorre mi espalda, es él.

- ¿Qué quieres? –le pregunto de mala manera.

- A ti. -siempre responde lo mismo- Bueno y saber ¿cómo te tratan en el Imperio Vutteterra?

- De maravilla, es más ya me estoy acostumbrando a estar aquí después de todo no falta mucho para ser su esposa. -lo encaro.

- Te escucho muy segura.

- Lo estoy.

- Eso es bueno, ya que tienes los días medidos. -trata de intimidarme, pero no lo logra, no cuando voy un paso adelante, aunque me costó un poco logre que mis hermanos junto con mi madre se fueran- ¿Qué paso? ¿te has quedado muda?

- Solo que tus palabras no me gustan. –intento seguir su juego- ¿Qué quieres para detener esto?

- Valla eso si me sorprende... bueno... me gustaría que cancelaras la boda. -me petrifico al escuchar sus palabras.

-No puedo hacer eso. -le hablo sinceramente.

- Si puedes, ya lo hiciste una vez yo no te quiero con él te quiero conmigo. –No puede ser, no, no es cierto, respiro agitadamente empezando a templar... es...es, Filarion, son sus palabras– Dame una respuesta mañana, te llamare a esta misma hora, procura estar sola.

Cuelga dejándome totalmente sorprendida, es verdad tenía mis sospechas de que fuera Filarion, pero con esto me lo confirma ¿estará con mi suegra? ¿con Mara? O ¿está solo? Si es así cual sea que sea la respuesta es grave, muy grave, es traición por dónde se vea eso se paga con muerte, y no solo eso, para poder acusarlo necesito pruebas contundentes, aunque si él me ha dicho cosas no es 100% confiable, necesito más que solo un comentario, se puede tomar cómo celos y ya.

Si es cierto mis sospechas él mato a mi hermano y pagara caro por eso, así tenga que destruir todo a mi paso, ya está bueno, debo pararme de esta cama y dar la cara fuertemente, esta boda se da si o si, así deba casarme a escondidas no me importa, pero no les daré el gusto ni a él ni a nadie.

Me levanto lentamente de la cama, me dirijo al baño a ducharme, rayos todavía me duele el cuerpo, pero en esa cama no voy a lograr nada debo seguir mis planes adelante, salgo en vuelta en una toalla encontrando a Darick sentado en la cama.

- Hola amor mio. -me recibe con una sonrisa gigante, así ha sido todos estos días, dormimos y amanecemos abrazados, se va sonriente y llega igual, sin contar que siempre me llena de besos, algunas veces peleamos, pero son tonterías.

- ¡Hola! ¿Cómo te fue? -le doy la espalda para ir a cambiarme, por su grito sé que fue al baño.

- Por un demonio Mei, ¿Cuántas veces te he dicho que no mojes todo es baño?

- Las mismas que yo cuando te digo que subas la tapa del inodoro, y la sigo consiguiendo abajo y con orine, cochino. -le respondo tranquilamente, dejo caer la toalla en el suelo para empezar a vestirme, llega cuando ya casi termino.

- Deja de dejar todo tirado Mei, dejaste tú ropa sucia tirada en el baño ¿si sabes que hay un cesto de ropa sucia? –asiento aguantando mi risa– Mira nada más por Dios Mei, la toalla no va en el piso mucho menos si está mojada.

- Ya deja eso ya lo recojo, siempre dices lo mismo. -lo acuso.

- Y siempre consigo tirado todo. - vuelve a quejarse

- Ajá y tú dejas la crema de dientes destapada, te lo he dicho muchas veces igual lo vuelves hacer, así que deja el dram por un poco de ropa.

- Y tu dejas tu cepillo de cabello lleno de cabello, y no es drama es que me gusta el orden y tú eres desordenada.

- Pero si para eso es el cepillo, y yo no soy desordenada, solo que me fastidia recoger todo a cada rato.

- Hay por favor, limpiarlo no te cuesta nada.

- Me cuesta lo mismo que a ti no hacer lo que no me gusta. –entrecierra sus ojos.

- Babeas toda la almohada y comes rápido como si fueras un animal. -mi boca se abre en una gran "o"

- Y tú no duermes solo das vueltas sin parar y me despiertas todo el tiempo, sin contar que pesas una tonelada y te me subes encima, ah, pero no hablemos de tú aliento a putrefacción, chupa sangré. –lo miro mal cruzando mis brazos sobre mi pecho.

- Me tienes todo mi armario invadido -señala su alrededor- está todo lleno de tus cosas, ni si quiera se para que tienes tantas cremas.

- Eso no es tú problema, las necesito y punto, además eso mantiene mi piel hermosa e hidratada. -lo desafío con la mirada.

- Pues no las quiero y punto -hace comillas con sus dedos- y ya que soy tan chupa sangré, pues ahora quiero ser mala sangré. -Agarra tres con clara intención de botarlas.

- ¡No te atrevas Darick! -lo miro incrédula, pero no demora nada abriendo tres frascos y botándolos en el piso.

- ¡¡Ahh!! –exclamo sorprendida- ¡¡Estas loco!! -le grito fuera de sí, le agarro su colonia favorita y se reviento en el piso- ¡¡Para que sientas, animal!!

- ¡¡La loca eres tú!! –agarra más de mis cremas y vuelve a tirarlas en el piso totalmente molesto, molestándome aún más a mí.

Agarro sus corbatas favoritas y las quemo con mi poder– ¡¡Eso es para que no toques lo mio, idiota!! –él se molesta y agarra mi maquillaje.

- No te atrevas son de marca Darick, esas son ediciones ilimitadas, no te atrevas. -las rompe delante de mí, retrocedo dos pasos.

¡¡Mi maquillaje!!

Lo miro incrédula pasándole, por un lado, me dirijo a nuestra cama y me tiro boca abajo, llorando. Me daño mis cosas sin piedad, ni se porque lloro, pero lo hago.

- Mei ya deja el drama, siempre es lo mismo te colocas a sacarme la molestia luego te haces la víctima. –no le respondo nada solo sollozo- ¿Estás llorando? ¿por un maquillaje? ¿es enserio? Deja el drama Mei, no es para tanto.

Me levanto molesta y le lanzo las almohadas con fuerza, él solo retrocede esquivándolas.

- Eres un idiota, baboso sin razón y no te soporto. -cada palabra era una almohada a su cuerpo.

- Ya deja mujer, quédate quieta. –trata de esquivarme, en eso entra su padre al cuarto y una le cae a él, jadeo totalmente sorprendida dejando de llorar.

- Bueno yo que venía a ver que hacían, pero ya me contestaron. -empiezo a llorar otra vez– Bueno ¿y que le hiciste? ¿porque lloras Mei? –me abraza confortándome.

- Él me rompió mis cosas, me dijo desordenada y exagerada. –hipo sollozando- Es un grosero y cochino. –lo señalo haciendo un berrinche.

- ¿Yo? si tú eres la que deja todo tirado y rompiste mi fragancia favorita.

- Tú me botaste mis cremas y mi maquillaje. -lo señalo

- Esperen, ya va ¿están peleando por...

- Porque deja todo tirado. -responde Darick.

- Ya lo iba a recoger, solo que eres un desesperante. –mi suegro empieza a reírse- No es gracioso, mi maquillaje ere de edición ilimitada, y mis cremas son importantes, además dijo cosas muy feas de mí.

- Nada que no sea cierto. -sigue diciendo.

- Eres un ser horrible, ya no te quiero.

- Bueno ya, darick discúlpate con ella. –interviene D'arcy

- ¿¡Qué!? ¡¡yo no pienso disculparme!! -Darick luce alterado, inconforme y molesto.

- Si no lo haces recojo las cosas de Mei y me la llevo. –le dictamina su padre- Mira cómo está llorando Darick discúlpate, ella necesita descanso no estar así por tú culpa.

- Eso es puro drama, no tiene nada. –Se gana una mala mirada de su padre, resopla y se dirige a mí- Discúlpame Mei. –niego.

- Ni siquiera lo dices de verdad, eres horrible y desesperante, es más yo me voy. -le digo mirándolo mal, él niega y suspira.

- Está bien... amor lo siento no debí botar tus cosas, ni decir eso de ti, exacto por lo de la comida si comes mucho. –su padre lo golpea en el cabeza, este solo se encoge de hombros- ¡Pero si es cierto!

- Ya déjala. -solo alza las manos en señal de rendición.

- De igual manera planeo irme. -Ambos me miran.

- ¿Qué? claro que no, de ninguna manera te vas. -Habla D'arcy mientras tanto Darick solo me mira mal.

- Déjanos solos padre, mi prometida y yo tenemos que hablar. –él lo mira dudoso.

- Estaré afuera Mei, cualquier cosa me dices y lo pongo en su lugar, y tú recuerda que es mujer no me hagas quedar mal. –se retira dejándonos solos.

- Bien, primero deja el show que no hay tarima Mei y segundo estoy cansado de tus dramas Mei solo quiero volver y descansar, tú siempre tienes uno nuevo cada día. –me quedo callada porque es cierto, pero yo no tengo la culpa de que a él todo le moleste y a mi molesta mucho su actitud.

- No es drama a ti todo te molesta, es mejor que me valla, además ya he estado mucho tiempo aquí también necesito salir del encierro. -le explico lo mejor posible.

- No te vas. – ruedo mis ojos dirigiéndome al armario- Mei es enserio no te vas, no quiero que te vayas. -Habla a mi espalda, pero decido ignorarlo empezando a empacar mis cosas.

- Me tengo que ir, ya he descansado bastante Darick, además solo discutimos.

- Eso no es cierto, la pasamos muy bien.

- Cuando hacemos el amor del resto solo peleamos. –le recuerdo y es cierto solo discutimos y si la pasamos muy bien durmiendo y en otras cosas, pero el hecho de estar encerrada me estresa.

- No te gritare más. –me promete.

- No son solo los gritos, tú te vas y yo me quedo encerrada organizando todo sola, te recuerdo que la boda es de los dos. -lo miro- Darick tengo que irme debo seguir adelante con mis planes, después tendremos tiempo para estar juntos, además estamos en secreto otra vez. -Si, todos suponen que él duerme en otra habitación.

- Estaré más al pendiente lo prometo.

- Él me volvió a llamar Darick necesito irme. –le confieso.

- No me importa quiero que te quedes.

- No puedo.

- Eres realmente molesta Mei, nunca puedes hacer lo que te dicen, siempre tienes que hacer lo que tú quieras, sabes perfectamente que puedes hacer eso desde acá, si te pido que te quedes no te quedas, si te pido que recojas el desorden no lo haces, es muy, muy molesto. –Está molesto otra vez.

- A ti todo te molesta y me irrita, no entiendo ¿cómo puedes ser tan gruñón? – suspiro molesta- De verdad me tengo que ir.

- Como te dé la gana. –se voltea y escucho como sale tirando la puerta, suspiro negando, en eso entra D'arcy.

- Antes de que diga algo, no me voy por la pelea, sino que ya creo que es hora de que regrese a casa este encierro no es para mí.

- Lo sé, se perfectamente que eres un alma libre, más bien me extraño que no lo hayas hecho antes. -sonríe amablemente.

- Realmente lo voy a extrañar. –me sincero.

- Yo también, pero recuerda que de igual manera vas a regresar en unos meses, yo que tú no me llevo todo. -Señala el armario y tiene razón, así que decido regresar algunas cosas llevándome menos de la mitad.

- Bien creo que es hora de irme, gracias por todo. -Beso su mejilla en forma de despedida.

- Sabes Mei, la vida de casados es difícil, pero ustedes se aman no hay nada que no puedan superar juntos de eso estoy seguro. –me dice mientras me abraza.

- ¿Cree que se le pasara pronto? –le pregunto preocupada- De verdad debo irme, sabe que no está bien que este aquí, mucho menos durmiendo juntos ya abusamos mucho con que usted nos cubra. –le digo preocupada.

- Tranquila hablare con él. -me dice reconfortándome un poco. Asiento retirándome, salgo y está Sergrey esperando por mí.

- ¿A dónde quiere que la lleve? -pregunta amable como siempre.

- Al cementerio, por favor.

Pov Darick

Realmente estoy molesto, ella solo se queja ¿acaso no ve lo que hago? Si es cierto tengo mis cosas, pero ella también, ella deja todo tirado, bueno sé que está cansada, pero ¿siempre tiene que hacerlo? Entro en mi despacho molesto tomando el primer licor que encuentro, me acerco a la ventana y veo como sube al auto con el imbécil ese de Sergrey, estrello el vaso contra alguna pared, en eso entra mi padre.

- No, no quiero tus palabras raras. -le miro molesto.

- Son consejos, no palabras raras.

- Da igual. –me sirvo otro vaso- Es una niña mimada e irritante, solo llora por todo.

- Si le gritas es normal que llore, y tú sabias desde el principio lo mimada que era, por favor es una princesa ¿Qué esperabas? -lo miro mal, para no admitir que tiene razón.

- Que se valla es mejor. -es lo único que digo tomando más licor.

- ¿Sabes cuantas veces me he disculpado con tú madre sin saber que he hecho mal? Así es el matrimonio vete enterando. -sonríe, molestándome mucho más- Ellas son así, difíciles e incomprensibles, pero de igual manera la amamos, a por cierto ya envié a alguien para que limpiare el desastre que hicieron y yo que tú le compraba de nuevo sus cremas y maquillaje junto con unas flores de preferencia sus favoritas. -me dice retirándose, suspiro al aire.

- Quizás tenga razón, llamare a Oss él me puede ayudar de igual manera la quiero conmigo. -le digo al aire sacando mi teléfono llamándolo, pero no responde, en eso entra Mara últimamente viene seguido para darme unos papeles o solo por saludar.

- Hola, buenas tardes ¿Cómo estás? –se ve tan alegre tan diferente a mí que todavía sigo molesto ¿Por qué tengo que darle la razón?

- Hola, bien ¿papeles? -asiente, me los enviaron para que los firmaras. – Si a ella la utilizan los chicos para traerme el correo ya que no me la pasaba mucho en la oficina por ella, ni eso me agradece, tomo los papeles leyéndolos rápidamente y firmándolos.

- Oye perdón por meterme, pero ¿estás bien? Digo hay vidrios en el piso. -señala al que era un vaso, pero gracias a mis rabias por una rubia termino allí en el piso.

- Si solo se me callo. -miento

- Bueno, con permiso. -dudo, pero al final le digo, de todas maneras, la última vez sus palabras me ayudaron y ella es mujer quizás sepa.

- Espera -se detiene- Si paso algo -se gira dándome la cara, le señalo el sofá para que se siente, me voy con ella sentándome a su lado.

- Dime, te escucho.

- ¿A ti te molestaría que te rompan el maquillaje o tus cremas? –me mira raro luego niega.

- Molestarme no, empezaría una guerra eso es sagrado para toda mujer. -mierda creo que la regué, medito sus palabras en silencio.

- Bien y si... bueno es solo una pregunta hipotética ¿Cómo soluciono algo así? –me mira lazando una ceja.

- Pues como "respuesta hipotética" -hace comillas con sus dedos- Trata de remplazar todo lo antes posible y una cena romántica, como quien no quiere la cosa. -mueve sus manos restándole importancia, la que si tiene.

- Bien ¿y dónde puedo conseguir maquillaje de edición ilimitada? –me mira incrédula.

- ¿Estás loco verdad? Edición ilimitada, probablemente ya no existe ¿Qué hiciste? -me pregunta levantándose mirándome con reproche.

- No me mires así estaba molesto, yo que iba a saber que era importante. –le respondo levantándome por igual.

- ¿Le dañaste el maquillaje a Mei? –asiento levantándome.

- Junto con sus cremas. –le confieso, ahora la que se levanta es ella mirándome incrédula.

- Estás muy loco hasta para mi es mucho, el maquillaje para las mujeres es como la sangre para nosotros los vampiros, es muy importante ¿si me entiendes? -me siento de golpe en el sofá desganado y totalmente fracasado.

- ¿Si crees que se le pase? –se sienta a mi lado.

- Si, solo cómprale un maquillaje que se parezca y ya. -se queda pensando hasta que se levanta otra vez- ¡Ya se! puedes comprarle la nueva edición ilimitada, saldrá en unos días, de hecho, tengo dos boletos para la inauguración se quieres vamos juntos, pero eso si prepárate vas a ver de todo. –me propone a lo que asiento esperanzado.

- Sería muy bueno, moveré mi agenda, me llamas.

- Claro, pero ve vestido de manera casual y yo que tu llevo tenis. –besa mi mejilla- Piensa en que será divertido el mundo del maquillaje es increíble y a las mujeres nos encanta.

2 días después...

- ¡Esto es una locura! ¿Cómo pueden actuar así? –menciono al ver la segunda chica lanzarse sobre otra por un labial- ¿Aquí no existe la seguridad? –sigo mirando a todos lados buscándolos, pero estos solo miran desde afuera muy tranquilos.

- Preocúpate más bien en agarrar todo y llevarlo a la caja puede que se va cerca, pero el camino es peligroso. –le hago caso agarrando sombras, labiales, base y otras cosas que ella me señala, hasta unas cremas que si de manos, codos, pies ¿eso existe? ¿no es solo crema corporal? Esto es una locura. Al llegar a la caja el precio me sorprende no por el dinero sino, que ¿cómo una cosa tan pequeña puede valer tanto? Pagamos y nos retiramos al estacionamiento dejando atrás unas cuantas mujeres agarrándose del cabello.

- Parece inhumano todo esto ¿Cómo lo permiten?

- Marketing. -menciona restándole importancia, ella está feliz con lo que lleva- ¿Has hablado con ella?

- No, pensé primero en llevarle esto y luego buscarla ¿Por qué?

- Solo por saber. -asiento deteniéndome para abrirle la puerta, entra cierro y tomo mi lugar.

- Bien y ¿quieres ir a otra parte? –le pregunto interesado.

- Estas muy amable ¿debo preocuparme? –me pregunta sonriente.

- No solo quiero agradecerte por ayudarme. -le respondo encendiendo el auto.

- Vamos a una tienda de ropa.

- Bueno, pero yo pago, es lo mínimo por ayudarme. -asiente de acuerdo, coloco el auto en marcha y nos vamos a las tiendas de Prada y Gucci. Se baja feliz eligiendo conjuntos de aquí y allá, yo hago lo mismo pensando en Mei, al final pago todo retirándonos al coche nuevamente.

- Gracias de verdad. –me abraza antes de subir al coche.

- No fue nada. -le digo restándole importancia, se separa un poco mirándome con un brillo especial le sonrió conforme, en eso de la nada me besa sorprendiéndome la tomo de la cintura para alejarla, pero muerde mi labio logrando que habrá mi boca empezando a seguirle el beso y en vez de separarla la acerco más, la acorralo contra la puerta del vehículo sujetando su cintura con fuerza ella gime entre mis labios encendiéndome más, sube sus manos a mi cuello jalando mi cabello como me gusta, la cargo y enreda sus piernas en mi cintura mientras seguimos besándonos sin reparo, nos separamos jadeantes por el ruido de un auto, nos mirándonos de manera inexplicable mientras la bajo, por su cuenta se arregla el vestido que se le subió por mi arrebato

¿Qué rayos acaba de pasar?

Ella solo niega abriendo la puerta del vehículo entrando rápidamente, suspiro tomando mi lugar dejando las bolsas atrás, cuando pienso en decir algo ella me interrumpe.

- Solo maneja y has como que nunca paso, tú te vas a casar y yo... solo arranca. -Hago lo que me pide regresando al Imperio Vutteterra, apenas llegamos ella se va rápidamente, suspiro maldiciendo al aire, me paso la mano por mi rostro varias veces.

Mierda, pero ¿Qué acabo de hacer?

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