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Capítulo 48***


Pov Mei

Decir que estoy feliz es poco, estoy extasiada, maravillada y creo flotar en el aire uno que es de solo amor, esperanza y mucha, mucha, pero mucha felicidad, en estos momentos estoy en mi habitación admirando mi anillo de compromiso con una sonrisa boba que no he podido sacar de mi rostro, suspiro como por milésima vez, me reincorporo en mi cama cuando escucho unos golpes en la puerta.

- Adelante. –entra mi cuñada ya lista para dormir.

- Hola ¿puedo? –asiento dándole permiso de entrar y sentarse en mi cama.

- ¿Qué pasa? –le pregunto amablemente, aunque ya sé por dónde va.

- ¿Qué es lo de mañana? ¿estás embarazada? –me mira expectante.

- No, y lo de mañana tendrás que esperar hasta mañana. -le saco la lengua y me hago la indiferente.

- No seas mala dime. -pone cara de niña pequeña haciéndome sonreír más, ya me duele la cara de tanto sonreír.

- Me pidió matrimonio y dije que sí. -le digo en un susurro, pero me le voy encima cuando empieza a gritar, asustando a los guardias que entran junto con mi hermano.

- ¿Qué pasa? ¿están bien? -pregunta alterado mi hermano, pero cuando ve que estamos en una posición comprometedora nos mira extrañado y los guardias igual.

- Estamos bien, tranquilos es que mi cuñada solo se emocionó mucho y grito. -les digo bajando de mi cuñada ya que la tenía debajo de mí son mi mano en su boca.

- Bien, salgan. –le ordena mi hermano a los guardias que hacen una reverencia y se retiran.

- ¡¡Par de locas las dos, van a matarme!! –ahora es mi hermano que está molesto y camina de un lugar a otro.

- Ya calma hermanito solo estábamos hablando.

- Eso no es hablar, es gritar. -casi que apuñala a mi cuñada con la mirada- Ve, busca la bebé y quédate con ella.

Ella solamente se levanta triste y hace una reverencia para ambos retirándose.

- No tienes por qué hablarle así, es hiriente y ella te ama. -le reprocho acabando con mi burbuja de felicidad.

- Es mi esposa no te metas. –me responde frio.

- Entiendo que tengan problemas y por eso le hablas así, pero no está bien hermano ella te ama y tú la lastimas con tus comentarios, se nota que está triste y...

- ¡¡Te he dicho que no te metas!! –me grita callándome ante sus palabras, asiento.

- Bien, buenas noches, retírate. -ahora soy yo quien no quiero verlo y le hablo fríamente como él a nosotras.

- No te molestes Mei, solo - suspira- estoy agotado.

- Ni ella, ni yo tenemos culpa de lo que sea que te pase, mucho menos si no nos hablas que te pasa. –le digo con rabia.

- Hablare con ella ¿está bien?

- Eso mismo dijiste la otra vez. -le recuerdo.

- Hay problemas Mei, siempre los hay no es solo uno, ya lo sabrás cuando te cases. -sus palabras no me gustan y ¿si es cierto? ¿sí solo hay problemas en el matrimonio? Niego ante esa idea.

- Por muchos problemas no te da derecho a tratarla así, parece que la odias en vez de amarla ¿es eso? ¿ya no la quieres?

- Por supuesto que no, yo la amo. –responde con tanta rapidez que no dudo de su palabra.

- ¿Entonces es por ella? ¿Por la muchacha de la cual nunca quieres hablar? –se queda callado, si es eso.

- Deja el pasado hermano, el pasado nos evita seguir adelante, no caigas en los errores de muchos, yo incluida. –es cierto mis miedos del pasado me ataban a no seguir adelante, sino fuera por eso hace rato ya estaría casada con Darick– Se que soy la menos indicada para decir esto, pero no dañes lo que tienes por algo que ya no está, ni será.

- Lo entiendo hermana, pero me es difícil dejar todo de lado, si me case con ella fue por su embarazo sino ella estaría lejos de mí justamente por esto no la quería cerca, la amo, pero también amo a esa mujer. –su confección me deja helada y no solo por sus palabras sino porque Merialeth está detrás de él y a escuchado todo lo que ha dicho, como ve que miro detrás de él se voltea encontrando la mirada de Merialeth vidriosa por las lágrimas en sus ojos, carga la niña en sus brazos, se aferra a ella con fuerza.

- ¡No te atrevas! –le dice cuando intenta tocarla.

- Mery porque no me das la niña. -me mira con dolor.

- Pensé que eras mi amiga, pero ya veo que primero eres hermana. –baja la mirada- Todo este tiempo sabias que no me ama y, aun así, me decías que si lo hace me decías que lo entendiera y apoyara.

- Yo te amo. -trata de acercarse, pero se aleja.

- ¡No, no lo haces! ya escuché suficiente. -se acerca a mi cama y agarra su teléfono que ni sabia estaba allí, para luego salir de la habitación totalmente molesta y dolida.

- Habla con ella sinceramente, pero primero deja que se calme si hablas con ella ahora será peor. –asiente angustiado, intenta irse, pero lo detengo- Hermano, intentara irse es lo seguro, yo en su lugar lo haría no lo permitas has lo que sea necesario, pero no debe irse, sí se va tendremos una guerra con el Imperio Dreare, no podemos permitir eso. –Asiente sabiendo que tengo razón su padre se mantiene al margen solo porque están casados y hay una bebé de por medio, pero si ella se va y le dice lo que ha escuchado no dudara en levantarse contra nosotros, es lo que él más desea desde que deje a su hijo plantado.

Suspiro agotada por esto, ahora ella solo me vera como una traidora ya no confiara en mí, rayos cuando todo iba bien, reviso mi teléfono encontrando un mensaje de buenas noches que no demoro en responder, me acuesto y duermo.

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Ya lista para partir me veo en el espejo y me encanta como me veo, un vestido con apertura profunda en mi pierna color dorado con escote corazón, maquillaje nude y mi cabello recogido en un moño alto decorado con una tiara de diamantes, al bajar las escaleras los hombres se ven mucho más guapos que de costumbre, siempre van en traje pero esta vez se esmeraron y todos llevan sus tiaras hasta la pequeña Accalia que llena una pequeña decoración de perlas en su cabecita vestida con un hermoso vestido blanco con detalles de mariposa dándole un toque de hada mística, (que es gracias a su hermosa abuela), la cual lleva un hermoso vestido negro pegado a su espectacular figura con decoraciones doradas, ella si lleva el cabello de medio lado, que a diferencia de Merialeth lleva su cabello a medio recoger combinado con un vestido gris de infarto, si la maternidad le sentó de maravilla, las que faltan son las trillizas que como siempre con sus vestidos pomposos e idénticos, junto con un peinado parecido al mio.

Nos dirigimos al auto, donde mis padres se van en uno, mis hermanas y los gemelos en otro, le pido a Volkodlak se vaya con ellos, para yo quedarme a solas con mi cuñada y sobrina, una vez solas solo me ataca con sus palabras.

- Sea lo que sea no me interesa, mentirosa. –Sus palabras realmente me duelen.

- Por favor no me llames así, te tengo gran estima Mery te quiero y no quiero que sufras, por eso siempre lo he tratado de convencer de que hable contigo.

- Eso ya no me importa, ya dejo en claro que la quiere a ella ni siquiera sé quién es, pero siempre está molestando. –me mira con rabia.

- Lo sé, por eso quiero hacer un plan con tu ayuda para abrirle los ojos. -le propongo

- No quiero tu ayuda, solo quiero que me dejen tranquila.

- Escúchame. -le pido- Aléjate de él has que te extrañe, pórtate seca y distante, sé que te costara, pero es la única forma de que el piense que quiere, que desea, si un recuerdo del pasado o su presente y futuro que eres tú y su hija.

- Ya paso una vez antes de casados y no soluciono nada.

- Si lo hizo, yo estaba con él pensaba en ti siempre.

- Lo dices para que no me valla, pero déjame decirte que es lo que hare a penas termine este almuerzo.

- No puedes hacer eso Merialeth, piensa en mi sobrina ella ne... -me interrumpe

- No intentes chantajearme con mi hija no te atrevas Mei, me iré y es mi última palabra.

- No intent... -me vuelve a interrumpir.

- No quiero escucharte más, déjalo. -Cómo me pide me callo, está molesta y creo que necesitaremos recurrir a la fuerza, si se va iniciara una guerra no puedo permitir eso, mi deber es para con mi reino.

El resto del viaje es silencioso e incómodo, apenas llegamos está la familia Deathtoe esperándonos afuera, veo como Darick se acerca al auto donde se encuentra mis padres saludando, seguido de nosotras y por último mis hermanos, al bajar besa mi mano.

Entramos y todos nos sentamos cómodamente en la gran mesa, presidida por el Rey D'arcy a su mano derecha mi padre y madre a la izquierda su esposa seguida de Darick a su lado estoy yo, enfrente de nosotros sus dos hermanos, para luego estar mi hermano su esposa y mis otros cinco hermanos.

Comemos con charlas triviales entre reinos y una que otra broma entre los más pequeños.

- ¿Cómo los diferencias? Es decir, son idénticos y se visten igual. –Interviene Azeman la madre de Darick, realmente es una mujer hermosa de cabello y ojos negros, tan blanca que le da un aire de pulcritud increíble, pero en su mirada se ve oscura y dura como sin sentimientos definitivamente Darick lo heredo de ella.

- Pequeños rasgos. -Responde mi padre.

- Si por lo menos Varuly es un poco más alto, pero solo se diferencia si están juntos y de pie o también uno tiene un lunar en la parte baja del cuello y él otro no. -Menciona mi madre- Entre las trillizas es más complejo casi no hay diferencias, por lo menos Ondina es la mayor, le sigue Fay y por último Aine.

- Ondina suele tener el cabello recogido y le gusta las joyas. -señalo y se percatan que es la que más joyas trae de las tres, sonríe mirándome cómplice (si son mis joyas siempre las toma)– Fay le gusta el cabello suelto y no llevar nada, es sencilla, mientras Aine le gusta el rosa y siempre esta manchada con algo. –justo ven que lo que digo es cierto Fay esta manchada, todos reímos por eso.

- Solo fue un pequeño incidente, además yo no tengo culpa que me gusten los animales. –se defiende ella.

- A mí también me gustan los animales. -Habla la hermana de Darick, Amaranth.

- ¿Qué animales te gustan? –pregunta con interés.

- Los exóticos, son muy llamativos. -responde con un brillo especial en los ojos.

- Mi hermana Mei tiene un Ligre, dos Zorro de Fénec y un Pangolín. -me atraganto con la comida. -responde Ondina.

Mierda

La miro con los ojos muy abiertos, se supone que no diría eso, Darick me da golpes en la espalda hasta que logro respirar bien.

- ¿Desde cuando tienes esos animales Mei? -pregunta mi madre alterada.

Ya valió madres, mierda...

- Están el en castillo de invierno. -Responde Aine por mí.

- Si una vez nos llevó con Lupu, montamos a los leones y todo ¿hermanita puedo llevar a Amaranth? –pregunta Fay.

- Eso lo decide sus padres, niñas. -miro a mis padres que están mirándome nada bonito me quiero encoger y/o salir corriendo de aquí.

- ¿La dejara Majestad? –le preguntan a su padre este acepta, asintiendo. – ¡¡Qué bien!!

- ¿Cuándo podemos ir? –ahora me miran a mí.

- Ah... bueno. -miro a mis padres y a mis suegros, ninguno dice nada- Podemos ir Mañana. -Propongo.

- Me parece bien de hecho, podemos ir todos y verlos. -Propone Darick a los que todos asienten.

- Si me gustaría verlos en persona, a mí también me gustan. -Habla Azeman poniéndome feliz ella nunca me habla solo me mira desaprobatoriamente, el que me hable ahora es un gran avance.

- Me da gusto de hecho, están es ese palacio porque mande acondicionar cada espacio especialmente para ellos. -Miro a mis padres- Y está noche llegaran más.

- ¿Qué le llegara Alteza? –pregunta mi suegra nuevamente.

- Unos Saltamontes rosa, Patos mandarín y Ranas Atelopus, llegaran en diversos colores. -le informo y asiente conforme.

- Bueno ya está, ahora si me permiten quiero hacer el anuncio de está comida. –Habla Darick llamando la atención de todos, se coloca de pie tendiéndome su mano para que haga lo mismo– Para nadie es un secreto qué amo a Mei es mi razón, mi motivación, quiero compartir mi vida con ella por eso aquí delante de todas las personas que queremos, te pido nuevamente que seas mi esposa. -No puedo evitar sonreír, todos saben que aceptare.

- Sí, sí quiero. –sin importar nada lo beso, escucho como aplauden y nos separamos sonriéndonos mientras nos miramos, nuestros padres no demoran nada en felicitarnos.

- Realmente me da gusto que tú y mi hijo se vayan a casar, sé qué juntos son un gran equipo. –me habla el rey D'arcy mientras me acoge en un cálido abrazo.

- Gracias, sé que nos quiere felices. -le respondo dulcemente y es que en todo este tiempo le he agarrado gran cariño.

- Y lo serán. –Veo como mi padre habla con Darick, escucho como le dice que me cuide muy bien ya que soy la más preciado que tiene.

- ¿Ya eligieron una fecha para la boda? –pregunta Azeman, realmente me asombra su actitud.

- Si, dentro de seis meses. -Asiente satisfecha y hasta aliviada.

- Bien hay que ponernos de acuerdo para todos los preparativos de la boda y la recepción de celebración para el compromiso. –Ahora la que habla es mi madre.

- Yo quiero formar parte. -habla Amaranth y mis hermanas la apoyan.

- Si, claro que sí, entre todas lo haremos. –les informo poniéndolas felices, de reojo observo que Merialeth está triste, pero trata de sonreír.

- Bien en una semana ¿les parece bien para la recepción? –asiento dándole la razón a mi suegra.

Nos quedamos charlando de cosas triviales hasta que me aparto apreciar el jardín, me llama la atención las rosas negras que lo decoran, solo rosas negras y rojas le da un toque sombrío, pero muy hermoso.

- La boda entre mi hijo y tú, solo es apariencia. –escucho una voz detrás de mí al voltear noto que es Azeman.

- ¿Eso es una pregunta o...? –dejo al aire la frase ya que no sé qué quiso decir.

- Es una afirmación, yo no estoy de acuerdo con este matrimonio, solo apoyo esta locura porque me lo pidió mi hijo, si por mi fuera ni tú ni tu familia estaría aquí. -habla con tanta frialdad que me sorprende, adentro mostro algo muy diferente, pero veo que esta es su verdadera cara.

- Le agradezco su sinceridad Majestad, pero ni usted ni nadie impedirá está boda, es mi boda, es mi felicidad y hare cualquier cosa para defenderla. Sé que usted prefiere a Mara y no le preguntare porque, pero si le diré que amo a su hijo, si no me cree está bien no espero que lo haga, tampoco espero que algún día apruebe esto que tenemos él y yo, pero si le pido es más le exijo que no se entrometa, si no va a poyarnos no nos estorbe. -Uso su misma frialdad en cada una de mis palabras, para mi sorpresa sonríe de medio lado.

- Tú crees que podrás con todo esto, pero no es así Mei solo eres una niña ¿realmente sabes a lo que te enfrentas? –niega- no pienso meterme, pero el tiempo me dar la razón, solo te veo como el capricho de mi hijo si puedes ser bonita, puede que hasta seas su amante preferida, pero no eres la única que ha pensado que ya lo tienen todo. –No entiendo la magnitud de sus palabras, pero si de algo estoy segura es que se equivoca.

- Eso no es cierto, él y yo nos amamos. -la encaro.

- Si te ama tanto que cuando no estabas... -me mira de forma burlona- ¿Sabías que Mara estuvo en su cama y más de una vez? ¿Quién sabe que habrá pasado entre ellos?

- Eso no es cierto. –No, no lo es el no haría eso.

- Es tan cierto como que hace tan solo dos días se besaron y mira qué casualidad te ofrece matrimonio ¿Qué es un salvavidas? O ya se ¿Es una manera de alejarlos? ¿Si tanto te ama porque permite que siga a su alrededor? O mejor aún ¿Por qué la beso? –me quedo callada, no sé qué decirle cada palabra dicha es como una daga a mi garganta y en todo mi cuerpo.

- Si justo eso pensé, tú solo eres una más para llevar a la cama niña, hazte un favor y termina esta farsa antes de que hagas el ridículo delante de todos. -me mira de arriba abajo- Aunque pensándolo bien solo sería una cucharada de tú propia medicina. - Se va dejándome con la cabeza hecha un lio.

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Por acá les dejo la vestimenta.... 

Así iba Mei

La querida Reina Parisa

 Su Alteza Real Merialeth 

Vestimenta de la pequeña y hermosa Accalia

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