Capítulo 47***
Pov Darick
Decir que estoy ansioso, nervioso o desesperado seria mentir, en realidad me siento confiado algo me dice que vendrá a la par de que todo estará bien, yo la amo de eso estoy seguro también sé que me ama, solo que no es muy confiada en eso, sé que tiene miedo, lo he pensado todo este tiempo y he caído en cuenta que yo la presiono no quiero eso, solo quiero que nos entendamos y nos apoyemos eso hacen las parejas.
Está casa la compre cuando no estaba, en realidad es para ella no había venido desde que regreso, me la pasaba aquí tratando de llenar el vacío de dejo su partida, está vacía esperando que ella la llene a su gusto, después de su llamada he llenado el lugar de flores y velas para ella, quiero que se sienta cómoda, que vea que me importa y me asegurare de dejarle claro que ella es la única que me importa.
Veo lo que he hecho y me siento satisfecho, salgo para esperarla fuera de la propiedad, cosa que demora solo unos minutos la mayor parte del tiempo la dedique a "decorar" estaciona su auto, me levanto pues estaba sentado, al acercarse lo hace despacio como si temiera lo que sea que pase aquí esta noche.
Se ve hermosa con ese vestido rojo, le queda bien, bueno, siempre está bien.
- Estas aquí. –habla de primero terminando con nuestro debate de miradas.
- Aquí estoy. –se pone nerviosa por mi respuesta- ¿quieres pasar? -le propongo para cortar con esta incertidumbre entre los dos, ella acepta en silencio mordiendo sus labios, me hago a un lado haciendo que pase ella primero.
Apenas abre se queda congelada apreciando lo que he hecho solo para ella, sonrió al ver que lleva su mano a su pecho jadiando por la sorpresa. Como no dice ni habla nada me acerco con cuidado colocando mis manos en su cintura, bajando mis labios a su oído, susurrándole unas palabras.
- Esto es solo para ti, bienvenida a nuestra casa. -se gira mirándome sorprendida.
- ¿Nuestra casa?
- Si, nuestra, la compre para ti, de hecho, está a tú nombre. -le explico sin soltarla.
- ¿Es tú manera de pedir disculpas? –me cuestiona queriendo alejarse, niego.
- Es mi manera de decirte que te amo y que eres importante para mí. -ella niega y se aleja de mí.
- Te besaste con ella -ni siquiera me mira- me sacaste en cara lo... -no dejo que termine porque atrapo sus labios con los míos, tomándola por la cintura ella lleva sus manos a mi pecho e intenta apartarme yo solo muerdo sus labios queriendo callar sus dudas dejándome entrar, finalmente lo hace me sigue el beso, la llevo hasta la pared más cercana donde la pego y recorro su cuerpo con mis manos, abandono sus labios con pesar, pero busco su cuello uno que muerdo y lamo a mi anchas.
- Eso... n...no es justo. –Habla entre jadeos- Es trampa.
- No le es. -sonrío contra su cuello porque sé que, si lo es, abandono su cuello y reparo su rostro, está toda sonrojada, con las pupilas dilatas y sus labios entre abiertos.
- Solo te amo a ti si la bese, pero de verdad Mei ella no me importa, solo tú. -trato de que vea la verdad en mi mirada, ella solo me aparta y busca su bolso unos pasos atrás, paso mi mano por mi cara frustrado supongo que se va, pero me sorprende al sacar la cajita que le tire ayer.
- Solo me aterra no hacer las cosas bien. -habla sin mirarme abriendo la caja y viendo los anillos que hay dentro- Una persona me dijo que las cosas también se pueden aprender sobre la marcha y tú una vez me dijiste que no estaré sola que tú estarás conmigo. -Me mira con lágrimas en los ojos.
- ¿Te quieres casar conmigo? –me pregunta montándome la caja donde solo está los anillos de boda, pero eso no llama tanto mi atención como que es su dedo está el anillo de compromiso que elegí para ella, me acerco y la beso.
- Eso lo pregunto yo. -le digo apenas nos separamos, le quito el anillo y sonríe nerviosa, me arrodillo frente a ella y le pregunto con el corazón en mis manos. -Mei no soy un santo y seguramente cometeré muchos errores, pero quiero cometerlos a tu lado, te amo y de eso no tengo duda, tú eres mi luz, mi sol, mis estrellas, mi vida, mi gran y único amor, cuando no estamos juntos es una agonía para mí por eso quiero saber si ¿quieres ser mi esposa y volverme el hombre más feliz del mundo? no del universo entero. Prometo hacer reír todos los días y estar para ti cada día, tarde y noche. –ella no deja de llorar y asiente mientras me tiende su mano nuevamente, no sé en qué momento he empezado a llorar también solo que nos besamos y reímos con nuestras frentes pegadas.
- Me haces feliz, siempre me haces feliz Darick. -Sus palabras calan en lo más profundo de mí, logrando que la cargue empezando a dar vueltas con ella en brazos mientras reímos, la bajo después de unas cuantas vueltas y nos besamos volviendo el lugar más romántico y perfecto de lo que ya lo es.
Subo las escaleras con ella en brazos nuevamente, arriba si hay una cama fue lo único que deje aquí por lo que venía cuando no estaba, esta habitación también la decore, la dejo sobre la cama llenas de rosas, me sonríe apenas la suelto.
- Seis meses, quiero que la boda sea en seis meses. –Ella asiente, mientras se corre para atrás acostándose completamente en la cama.
- Y un bebé. -menciona logrando que me detenga sobre ella mirándola dudoso, sé que no quiere eso- Si lo quiero- veo como duda- Bueno en realidad quiero más, pero empezar con uno está bien. -Sonrió como estúpido por sus palabras.
- ¿De verdad? –asiente- No quiero que lo hagas solo por complacerme.
- No quiero complacerte, hago esto porque también lo quiero, solo... me da miedo, es nuevo y no sé cómo ser madre ni esposa, pensé que lo aprendería primero y luego si podía hacerlo por eso te decía que no, no quiero arruinarlo, ni dañarlo quiero hacerlo bien porque me importa. -siento cada palabra sincera y es un calmante para mí, ella me descalibra.
- Vamos hacer las cosas a tú ritmo y si no estás conforme con algo solo dilo ¿está bien?
- Si, está bien, y seis meses me parece buen tiempo. -sonríe, besándome nublando mis pensamientos, más cuando empieza a desabotonar mi camisa teniendo acceso a mi pecho, sus manos cálidas logran estremecerme en lo más profundo de mi ser, y es que no toca solamente mi cuero sino mi alma.
Ella no solo saca lo mejor de mí, sino que logra hacer que me sienta diferente, con ella y por ella soy deferente, las cosas tienen color en cambio solo, solo es monótona la vida.
Poco a poco la ropa va quedando en el piso dejándonos en ropa íntima, ella está decorada con una hermosa lencería roja volviéndola una obra de arte, por mi parte no dejo de admirarla, quitando cada prenda con cuidado dejándome verla desnuda nuevamente.
- Eres la cosa más hermosa que existe. -le susurro a su oído provocando que su piel se erice completamente.
- Y tú eres muy sexy y guapo. –me dice bajando su mano al elástico de mi bóxer para bajarlo con ayuda de sus pies, está ansiosa yo también.
Me incorporo entre sus piernas y la embisto suavemente mientras la beso, subo de nivel cuando ya no puedo seguir con la tortura, ella arquea su espalda y muerde sus labios por la fuerza que ejerzo.
- ¡Ah...Darick! -grita cuando vuelvo arremeter con fuerza dentro de ella, araña mi espalda sin piedad, me prendo de sus pechos logrando que gima una y otra vez más alto, siento como se estremece debajo de mí empezando a temblar y solo la beso para ahogar sus gritos y gemido robándole el aliento.
Llegamos al clímax juntos quedando sudados, jadeantes y sonrientes la beso otra vez mientras salgo de ella con cuidado, me acuesto a su lado abrazándola y besando su cabeza.
- ¿Cómo le vamos a decir a nuestras familias? -me pregunta sobre mi pecho.
- Lo ideal sería hacer una cena. –Aunque no creo sea buena idea mi madre no estará de acuerdo- Creo que solo llevare a mi padre y hermanos. -me mira y asiente.
- ¿Te has dado cuenta de que cada vez que peleamos terminamos en la cama sin ropa? –pregunta besando mi pecho de forma juguetona.
- Yo no tengo problemas con eso, de hecho, me encanta. –pasamos el resto de la noche hablando sobre decoraciones y cuantos invitados queremos en la recepción que se dará para anunciar oficialmente al resto de la sociedad, se ve emocionada me encanta pensé que lo hacía para complacerme, pero noto que en el fondo ella también quería esto solo que como dijo tenía miedo.
Se queda dormida casi al amanecer aprovecho para darme una ducha y vestirme, la dejo tranquila y me voy en busca del desayuno, voy a la tienda más cercana y compro lo necesario, me regreso y sigue dormida la tapo bien con la sabana y reviso mi teléfono apenas van a ser las 7 de la mañana.
- ¡Estás vestido! –levanto la vista de mi celular y ella solo agarra la sabana contra su cuerpo, su cabello está un poco desarreglado dándole un toque muy mañanero.
- Deberías dormir más, solo has dormido 3 horas.
- Tengo hambre. –se sienta a mi lado y le tiendo la comida, al terminar se va al baño saliendo unos minutos más tarde ya arreglada con un enterizo largo con mangas largas y transparentes de color blanco, combinado con uso tacones del mismo color, veo como recoge su cabello en una coleta alta y solo coloca brillo en sus labios.
- ¿Qué? -me pregunta apenas termina.
- Estás hermosa. -Sonríe por mis palabras- Organizare todo para que esta noche nos reunamos, pero antes iremos a las tiendas cercanas para ir amoblando esta casa ¿está bien?
- Perfecto.
Sin tantos preámbulos abordamos su auto dejando el mio con rumbo a la cuidad, estamos un poco alejados, quería un lugar tranquilo para nosotros, al llegar vamos a una tienda de electrodomésticos y no pasa mucho tiempo para que empiece a elegir comprar una cosa, otra y otra, veo como lleva varios televisores, una nevera inmensa, ni hablar de la lavadora... ah y la secadora, lleva microondas, cocina, plancha, equipo de sonido, en fin, ya me mareo con tantas cosas, al pagar no me sorprende el precio de igual no me importa solo que este feliz.
- Vamos falta más. -me jala para otra tienda de enfrente a la que estamos creo es de muebles- A por cierto en está pago yo, la casa es de ambos los gastos igual.
- Ni para discutir eso, no quiero otra guerra mundial. –sonríe y me besa, entramos y elige varias camas que, por los invitados, si lo que yo quiero es privacidad, elige camas pequeñas, no sé para qué, un juego de comedor inmenso, creo que no jugaba con lo de varios hijos o ¿será por lo de invitados? en fin, lleva y lleva alfombras, cojines, lencería de camas. Terminamos pasado el mediodía.
Nos vamos a un restaurante a almorzar, luego manejo a una venta de pinturas y elegimos los colores de la casa, elegimos pintarla nosotros mismos de todas maneras todo lo que se compró no llega sino hasta la próxima semana.
Llegamos nuevamente a nuestro hogar, me gusta como suena eso, entramos y empezamos a recoger todas las velas y rosas para colocarnos manos a la obra.
- Creo que debo quitarme esto es blanco, se manchara. -No termina la frase cuando queda en ropa interior delante de mí, trago grueso excitado no hay nada que me guste más que verla en ropa íntima o de preferencia desnuda, me acerco a ella sigilosamente esta distraída colocándose unas de mis tantas camisas
Por dios esas le quedan mejor
- Me estas provocando nena. -susurro a su oído tomándola de la cintura, ella jadea por la intromisión, sé que le encanta que le hable al oído.
- No aguantas nada. -sonríe con malicia.
- ¿Es apropósito? –pregunto sorprendido que llegara a esto en vez de pedirlo solamente.
- Si. -se voltea mordiendo sus labios, me tira en la cama y se sube sobre mí- Quiero estar contigo.
Sonrío sobre sus labios besándola para empezar con mi tarea: complacerla. Meto mis manos por debajo de mi camisa que le queda a mitad de muslo acariciando su piel, ella desabrocha mis pantalones bajándolo junto con mi bóxer, se aparta su panti y se introduce mi miembro cerrando sus ojos.
Me encanta la vista que tengo de ella, sus mejillas sonrojadas, ojos cerrados y labios entre abiertos, rápidamente nos empezamos a mover en sincronía hasta llegar al clímax uno que no demora por lo excitados que estamos, al terminar se acuesta sobre mí respirando agitadamente.
- Nena eso fue...
- Impulsivo lo se. -Está escondida en mi cuello, apuesto todo lo que sea que esta sonrojada.
- Maravilloso diría yo. -Me volteo dejándola debajo de mí- ¿Puedo saber a qué se debe? –la provoco solo para hacerla sonrojar más.
- Anda dilo. -la provoco ella solo se tapa la cara con ambas manos.
- Tenía ganas... ya déjame. –sigue con sus manos en la cara, se las aparto delicadamente y la beso relajándola.
- Eso me encanta, toma lo que quieras de mí, todo yo es tuyo. -Le digo bajando de ella arreglando mi ropa, ayudándola arreglase.
- Ven vamos. -la invito a bajar para empezar con la pintura, nos toma el resto del día pintar la casa, gracias a nuestros poderes y más de Mei terminamos de pintarlo hoy a pesar de ser grande la casa, ya satisfechos nos duchamos juntos y vestimos para partir a nuestras casas respectivas no sin antes asegurar que estuviera bien y sus padres no la castiguen.
- Buenas noches. -decimos apenas llegamos al comedor tomados de la mano.
- Al fin llegan. -Nos dice su madre muy sonriente ella es una buena cómplice, pero su padre por otro lado está molesto, con una señal manda a sentarnos lo cual hacemos en silencio.
- ¿Y bien dónde estaban? –nos pregunta apenas nos sentamos, todos colocan las miradas sobre nosotros.
- Estábamos en una casa que le compre a Mei, majestad. –Se sorprenden y se miran entre ellos.
- Tenemos una noticia que darles. –Informa mi pequeña a sus padres.
- ¿Cuál es? –pregunta su padre entre molesto, dudoso y preocupado, me levanto bajo su atenta mirada.
- Quiero invitarlos a todos cordialmente a mi palacio mañana a un almuerzo, allá les diré los nuevos acontecimientos. –Mei me sonríe, antes de venir le pedí que guardara el anillo quiero que mañana se lo vean, pero cuando se lo entregue nuevamente por los momentos quiero hacer todo formal, ella se merece eso y más.
- De acuerdo mañana estaremos allá. –asiento disculpándome para luego retirarme ahora si a mi palacio, debo preparar todo para mañana.
Apenas llego mi familia también está en el comedor aprovecho para darles las noticias.
- Buenas noches padre, madre, hermanos... Mañana he decidido invitar a la familia Woodenclaw al palacio para un almuerzo, les pido que me acompañen y apoyen he decidido pedirle matrimonio a Mei, su familia y ella vienen por eso. –les informo haciendo que se alegre y feliciten.
- Por mi mejor al fin llegara alguien con quien jugar, Mei me cae muy bien. –habla Amaranth.
- Si mi futura cuñada aparte de ser hermosa es inteligente, lo malo es que eligió al feo de la familia. –le golpeo el hombro suavemente- No te ofendas, pero soy el más hermoso y todos lo saben.
- Claro que no la más hermosa soy yo ¿verdad que si papi? –Amaranth siempre manipulando.
- Si mi princesa tú eres la más hermosa. -Habla mi padre complaciéndola.
- Eso solo lo dice por ser tú. -mi hermano Argares siempre desafiándola parecen niños, bueno casi lo es a pesar de tener 18 años.
- Yo no estoy de acuerdo, tú deberías es casarte con Mara no con ella. -dice muy tranquila mi madre, suspiro para no explotar.
- Madre ya basta por lo menos dime ¿Por qué no la aceptas? ¿Por qué te empeñas en querer a Mara? si sabes que no me importa, que no la quiero. -ella me mira molesta.
- Mei es una niña Darick, no sabe lo que quiere solo es caprichosa en cambio Mara ella es más centrada y educada, Mei solo juega a ser Reina. –me habla levantándose de la mesa.
- Lo sé, sé que son diferentes, sé que Mei es joven y caprichosa, pero justamente eso es lo que amo de ella y te equivocas ella podrá tener sus errores, todos los tenemos, pero ella es una excelente monarca y no tengo dudas de cuando tome el poder formalmente será la mejor Reina que cualquier Imperio pueda tener, sus ideas han cambiado y evolucionado a los pueblos. Madre sé que quieres a Mara, pero ¿acaso no me quieres más a mí? ¿no quieres mi felicidad? Pues ella es mí felicidad, ella es a quien amo y espero que lo respetes, sino estás de acuerdo está bien lo entiendo, pero respétalo y apóyame. –nos miramos largo rato en que nadie dice nada.
- No opinare más, no estoy de acuerdo, pero... -suspira- estaré en el dichoso almuerzo. -La abraso feliz por su repuesta.
- Bien quiero que preparen comida especial para ellos y sobre todo postres para los niños. -les ordeno a los empleados presentes.
- En una semana se realizará un baile en honor a la feliz pareja. -interviene mi padre.
- Si, pero supongo ustedes junto con sus padres se encargarán de eso. -Asiente dándome tranquilidad, al final dentro de seis meses al fin será mi esposa.
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