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Capítulo 42***


Pov Darick

Apenas se fue, fui a buscar a mi padre por ayuda, para mi desgracia él dijo que no podía ayudarme porque muy a mi pesar él es su padre, sin más remedio me dirijo hasta su palacio, pero ella ya no está allí, lo único que me recibe es su padre molesto por mi presencia como si me importara.

— ¿Dónde está? —lo agarro de su saco— me importa una mierda que sea su padre ¿Dónde está mi Mei?

— Tranquilízate, solo la estoy protegiendo, me han amenazado con matarlos a todos, si no me la llevaba lejos, la estoy protegiendo.

— Bien, pero ¿dónde está?, quiero verla. —Le exijo soltándolo.

— No te diré, en un año viene confórmate con saber eso. —Tenemos una guerra de miradas hasta que golpeó su escritorio y lanzó sus mierdas al piso, llegan sus guardias apuntándome con armas como si eso me importara o afectara.

— ¿Un año? ¿Está loco? Quiero verla se lo exijo. —Le gritó, pero sus guardias me detienen, él muy cobarde, solo se apoya de ellos para enfrentarme— Cobarde, nunca has luchado por ella, solo la haces a un lado como si te estorbara, ¿se te olvida quién es?

— Llévenselo. —Determina y ellos obedecen a su orden, no me queda más nada que hablar con ese tipo conociéndolo, sé que nunca dirá nada, y si la encontrará va a hacer todo lo posible porque no me le acerque.

Cuando estoy de salida me encuentro a su madre, se nota que ha llorando, ella es fuerte, ha perdido dos de sus hijos y sigue de pie.

— Déjenlo, yo lo escolto. —Les dice a los guardias que me sostenían "acompañándome" a la salida, me sueltan, hacen una reverencia y se van, ella me indica que la acompañe al patio trasero y la sigo.

— ¿Qué quiere, señora? —Sí, no estoy de buen humor y menos para dramas de ¿quién sabe qué?

— Búscala, si alguien puede encontrarla eres tú, búscala y llévatela lejos, tan lejos que nadie sepa de ella, prefiero saber que está contigo que, a merced de mi esposo, él es cruel, no sabes de lo que es capaz, yo pensé que había cambiado, pero no, me equivoque, me la quito una vez y lo ha vuelto hacer —me mira suplicante— Ella sufre cada día, ya no es una niña inocente como cuando me la quitó, poco a poco su humanidad se está perdiendo, ayúdala. —Me quedo impactado por sus palabras.

— ¿Por qué hasta ahora hace algo? —Le pregunto dudoso.

— Yo no tengo voto con todo lo que tenga que ver con ella, si hablo solo pagan mis otros hijos, yo sé que parece que no la quiero, pero no puedo protegerla, mis otros hijos también me necesitan. —Niego mientras me río de ella.

— ¿Es en serio? ¿De verdad me está dando una excusa tan mala?, ¿sus otros hijos? ¿Cuándo ha sido una madre para Mei? ¿Cuándo? —la cuestiono— Usted solo hace lo mejor para usted, no importa si la lanzan por un precipicio le daría exactamente igual, ella es solo un instrumento para ustedes.

Me aparto de su lado dejándola sola, salgo de allí más molesto que nunca, me regreso a la oficina a darles la noticia de Mei, llamó a su hermano para ponerlo al tanto y se ofrece ayudarme solo que no lo veo conveniente, su esposa está embarazada es un blanco fácil de manipulación.

25 de diciembre

Es mi cumpleaños y no me interesa nada, solo la quiero a ella, si pudiera cambiar todo mi dinero y poder por ella lo haría sin dudarlo ni un segundo, ya nada es igual, tengo en mis manos una de sus blusas aspirando su aroma, me he infiltrado en su habitación, los chicos son pacientes conmigo nunca estoy de buen humor solo quiero golpear cosas.

Tres meses

Faltan días para su cumpleaños, definitivamente me voy a volver loco sin ella, mi familia buena, mi padre es un apoyo, sabe lo que es perder a la mujer que ama, pero mi madre se ha vuelto un dolor de cabeza constante, más de una vez ha llevado a Mara para qué "compartamos" declinó siempre su oferta, pero es desesperante ver su insistencia, al final del día solo discutimos una y otra vez ¿Cómo estarás tú nena? Apuesto que te encantaría ver el bebé de Oss es un hermoso niño como su padre, aunque con los ojos de su madre, hay veces que lo cuido, pero nunca lo cargo me da miedo, en cambio, estoy seguro de que ella se la pasaría con ese hermoso espécimen de arriba para abajo y más de una vez tendrían peleas por no querer soltarlo.

Seis meses

Ya sé dónde está, entre todos la encontramos, pero como dijo su padre no nos deja acercaros, ya lo hemos intentado, pero cada vez solo sale Sergrey con hombres diciéndonos que nos alejemos, sin mencionar que su padre personalmente amenazó con una guerra entre clanes si la sacábamos de allí, nos ha dejado con las manos atadas, no por no darle frente, sino porque sería una masacre para todas las naciones.

Nueve meses

Definitivamente, solo existo, aunque trato de llevar todo con calma, ya nació el bebé de Volkodlak y Merialeth es una hermosa niña rubia de ojos negros, ya no tengo ánimos de nada, solo quiero golpear cosas, por eso me la paso entrenando sé que faltan solo tres meses, pero para mí y apuesto lo que sea que para ella también es una tortura, quisiera poder decirle que la extraño, que la quiero en mis brazos, que necesito besarla me estoy volviendo loco por ella, ya no aguanto más. En estos momentos me encuentro en el gimnasio de mi palacio, ya ni ir a la oficina me llama la atención, he descuidado todo, mi padre me ayuda, pero no es igual, nada es igual sin ella no.

— ¡Así que aquí estás! —Otra vez lo mismo, ¿es que no entiende?

— ¿Qué quieres Mara? —Le pregunto ya cansado de su actitud.

— Consentirte, sé que estás triste, yo puedo ayudarte. —Me abraza de espaldas, al girarme noto que está en ropa interior, definitivamente ya perdió la cabeza, suspiró cansado y la alejó de mí.

— Ya te dije que no me interesa nada contigo, no te quiero entiéndelo de una vez por todas. —Trato de no gritarle, pero me es difícil.

— Solo déjate llevar cielo, sé que quieres estar relajado. —Me sorprenden sus palabras, déjate llevar, es algo que le decía a mi Mei, sin darme cuenta de cómo ella me está besando el cuello, pero rápidamente la empujo lejos de mí, tomándola de las muñecas.

— ¡¡Ya te dije que no!! —Le gritó empujándola lejos, casi se cae— ¡¡Deja de acosarme, déjame en paz, no te quiero solo la quiero a ella!! —veo como empieza a llorar y en cierta forma me da lástima, pero ella se lo busca.

— ¡¡Ella no es nada, nada!! —Me grita fuera de sí.

— Deja de arrastrarte por mí, no te quiero, deja a mi madre en paz, deja de meterme en lo que no te importa. —Veo como su vestido está en el suelo y se lo tiro— Vístete y lárgate de aquí. —Si soy duro, pero es la única forma en la que no le he hablado, quizás así entienda.

— Te vas a arrepentir de esto, te lo juro. —Se viste y se va, por mi parte llamo a los guardias y le doy la orden de no dejarla entrar más, no importa si viene con mi madre, ella no puede entrar y punto.

Un año

Nos han informado que hoy abra un evento en el palacio Lasare espero verla hoy, hoy si estoy de buen humor me alisto, me coloco un traje de tres piezas de negro y partimos para allá, al llegar el muy imbécil de Wolfgang nos reúne solo para avisarnos de unas nuevas reformas, no me interesa dejo de escuchar.

— ¿Mei cuándo regresa? —Le pregunto interrumpiendo su discurso barato de no sé qué.

— En seis meses más. —Me mira indiferente, no le respondo nada, solo me levanto y me voy.

Maldita sea, desgraciado, infeliz.

Mi padre al cabo de un rato se me acerca, me abraza dándome su apoyo, me alejo de todos y me encuentro con Merialeth, se nota triste y está con la niña en brazos.

— ¿Estás bien?, ¿necesitas algo? —Niega meciendo a la niña.

— Ya me enteré lo de Mei, lo siento. —Sé que sus palabras son sinceras.

— Gracias, ¿Cómo está? —le pregunto a la pequeña.

— Accalia está bien, solo que es inquieta, supongo es de familia. — Me río por su comentario.

— Si ellos son así. —Recordando las travesuras de Mei y lo fastidioso de Volkodlak.

— Vamos al salón, antes de que el padre controlador me regañe por no estar a su vista. —Me dice, y si Volkodlak desde que nació Accalia no la deja ni un segundo, todo el tiempo quiere saber ¿dónde están?

Al llegar al salón justamente Volko está buscándolas cuando me ve con ellas, respira tranquilo, me agradece con la mirada y nos reunimos hablar de cosas triviales hasta que escuchamos un estruendo llamando la atención de todos, hay es cuando la veo me deja sin palabras y sonrió como bobo, se ve molesta y me encanta lleva un hermoso vestido dorado resaltando cada curva, camina decidida hasta donde está su padre.

— ¿Qué crees que haces? —Se levanta molesto de su trono, nadie dice nada.

— ¡¡Guardias!! —entran a su llamado— Llévenselo al calabozo, déjenlo un año —lo mira desafiante— Es un traidor. —Le grita, ellos se acercan acatando su orden, pero su padre desenfunda su espada contra ellos.

— ¿Qué piensas qué haces Mei?, ¿te has vuelto loca? —Pregunta su madre alterada.

— ¿Ahora si tienes voz? —la cuestiona logrando que baje la cabeza.

— Llévenselo. —Lo desarma con sus poderes, los guardias aprovechan para esposarlo y llevárselo a rastras del lugar directo al calabozo, se voltea a ver a todos están sorprendidos, nadie dice nada ni parpadean.

— Primero que nada, muy buenas noches —sonríe— y para los que no han entendido esto es un golpe de estado, así que invito cordialmente a reunirse conmigo en mi despacho —voltea mirando a su hermano— tú también vienes, sigan con la fiesta después de todo es una celebración.

Como pide la seguimos hasta su despacho unos molestos, al entrar la miramos interrogantes a la espera de su explicación, pero al quedarnos callados noto con un poco de sorpresa su mirada, esta cambiada simplemente diferente, ya no parece mi Mei la de mirada dulce e inocente ahora solo veo odio y determinación.

— ¿Y bien? Dinos con que nos sorprenderás ahora. —El primero en hablar es mi padre queriendo terminar con esto de una vez por todas, no sé lo que quiere, pero sea lo que sea la apoyaré.

— Solo para informarles que ahora el poder es mío, disculpen la manera de informales Majestades —nos mira a todos— Pero como sabrán, la ira de una mujer es la ira de lucifer. —Sonríe de medio lado dando a conocer un lado oscuro, uno que no sabía que tenía.

— Mei eso no es así de fácil, no puedes llegar solamente y dejar a nuestro padre preso como si no fuera nada. —Interviene Volkodlak intentando mediar con ella, solo hace que sus estrellas se marquen tensando a todos en la habitación, es una máquina de tiempo que, si no se trata bien, explota.

— ¿Padre? Yo no tengo padre, solo un Rey que gobierna y muy mal de hecho. —Lo mira sobre su hombro con todo el desprecio posible, ¿sentirá eso también hacia mí por no haberla sacado de allí?

— Él tiene razón Mei, tú no puedes tomar el poder. —Dice su Majestad Galater, ella solo toma asiento con elegancia mirándolo con indiferencia.

— ¿Y me va a pegar otra vez para detenerme? —Lo reta en frente de todos como si fuera nada— Ya me cansaron, quien esté de acuerdo que se quede el que no se puede ir. —él es el primero en irse, pero se detiene en la puerta al escuchar sus palabras— Pero directo al calabozo a acompañar a mi padre. —Sonríe mirándolo con diversión la cual me gusta, ya va siendo hora de que alguien lo ponga en su lugar.

— ¡¡Eres una insolente!! —Le grita con una clara intención, solo que Filarion lo detiene, ya que está más cerca.

— No te atrevas a hacerle nada. —intervengo haciendo que se quede quieto, puesto que igual seguía con ganas de pegarle, ella mira a todos con diversión.

— Ya basta Mei, libera a nuestro padre. —Suspira irritada.

— ¿Qué parte de que se queda ahí, no entendiste? –lo mira— A ver te explico un golpe de estado, es justamente eso quitar el poder y tomarlo, además deberían estar agradecidos —nos mira a todos asintiendo— No estoy haciendo una masacre bien pude entrar y matarlos, tiene una seguridad pésima eh, con razón nos robaron en nuestras narices, eso será lo primero reforzar todo otra vez, aunque pensándolo bien tampoco es tan deficiente, yo me sé todas las contraseñas, después de todo lo cree yo.

— Sé que estás molesta, pero no es la manera... hermana, por favor recapacita. —Respira cerrando los ojos tratando de calmarse.

— Te voy a encerrar en un cuarto por un año sin comunicación, lejos de todos, luego te llamaré y te digo que te dejo seis meses más, ¿te parece razonable? —Habla entre dientes, nosotros nos miramos entre nosotros, mientras busca en los cajones encontrando su teléfono marcándole a alguien.

— Tomen él portal que les acabo de abrir, entra en mi despacho, te necesito aquí. —De solo imaginar quién es, me molesta, lleva muy poco tiempo para qué entre por la puerta un molesto Sergrey y sin importarle nada los demás, le grita.

— ¡¡Te vas a medianoche dejando una nota!! ¿Te has vuelto loca? —Lo mira divertida.

— Yo nací loca, tienes vacaciones, ve a con tu hija, déjame a alguien de tu confianza. —Él niega.

— ¿Qué necesitas?, solo pide. —Los miramos interrogantes y yo estoy que voy y le parto la cara, solo para llevármela lejos de todos y hacerle el amor.

— Que te vayas con tu hija, eso necesito, no te preocupes, creo que ya te demostré que puedo sola, a ti y a todos. —Nos miran expectantes.

— Como ordene. —Dice yéndose al fin

— Espera... ahora soy la Reina, así que por la sombrita. —Le dice divertida, logrando que él ría y niega largandose de una vez por todas, al fin.

— ¿Se supone que tenga miedo? —La reta delante de todos, logrando que quiera matarlo y si no lo hago es porque mi padre me detiene. Se levantó de la silla y ordenó a nuestros padres retirarse diciéndoles que llamen a una junta extraordinaria del consejo, quedándose solamente con nosotros.

— Mei ya basta deja a nuestro padre, sé que estás molesta, pero no puedes hacer semejante ofensa, lo has humillado delante de todos. —Ella solo oscurece más su mirada.

— Solo le devuelvo el favor, tú no lo entiendes, no sabes el verdadero peso que llevo sobre mí, tú no sabes todo lo que me ha hecho, tú solo has estado aquí tranquilo con la familia, tus amigos, esposa y tu bebé, tú no sabes que es la soledad, el abandono, el que te humillen día y noche no sabes nada, solo lo que él ha decidido mostrarte, tú solo callas y bajas la cabeza como nuestra madre, así que, si estoy molesta, muy molesta y si te atreves a defenderlo otra vez me desquitaré contigo.

Nos deja a todos sin palabras, especialmente a mí, siento como me recorre la rabia todo lo que ha soportado ella sola, solo porque su padre y ese hombre anónimo han querido, la han vuelto una persona llena de rencor y odio.

— ¿Ustedes de qué lado están? —Nos pregunta con la mirada fría, sin interés.

— Sabes que te apoyamos, nunca hemos estado de acuerdo en cómo se han llevado las cosas Mei, solo que podrías venir y darme un abrazo en vez de mirarme como si me quisieras matar. —El primero en hablar es Oss, se quedan mirando por un largo rato hasta que ella se levanta y lo abraza fuertemente logrando que todos respiremos calmadamente.

— Estoy estresada, no han sido días buenos o no casi todos. —nos explica a lo que lo suelta— Y, ¿cómo es? ¿Puedo verlo o verla? ¿Qué fue? —pregunta con ese brillo en la mirada que enamora.

— Es un niño, se llama Kamali, el nuevo heredero de la casa. —Todos sonreímos feliz de tenerla de vuelta, mientras su hermano se mantiene a un lado debatiendo todavía entre ¿qué hacer? O ¿cómo reaccionar?

— Bien chicos regresen a la fiesta, Volko cálmate y luego hablamos. —poco a poco despejan la habitación, solo que me quedo mirándola mientras ella revisa un libro, el cual estoy a punto de lanzar lejos, pero, en cambio, me dirijo a la puerta y colocó el seguro volteandome para encontrarla detrás de mí.

— Casi me asustas. —La tomó de la cintura sonriendo.

— Mentiroso, es imposible sorprender a un vampiro... te extrañé muchísimo. —Sin reparo alguno me besa tiernamente llenando cada vacío que ha dejado con su ausencia— Te amo Darick, eres una de las cosas que me mantuvo cuerda todo este tiempo.

— Es una agonía estar sin ti. —Dejo besos en su cuello, la cargó hasta llegar al sofá, dónde la coloco encima de mí a horcajadas—. Extrañaba todo de ti, tus besos, tus miradas, tus berrinches, tus locas ganas de hacer lo contrario, nada fue igual, sin tu calor, sin tu olor, vivía por vivir, necesitado de ti, me mudé a tú cuarto buscando tu olor, ese que calienta mi frío corazón, uno que solo tú puedes hacer latir, te amo Mei nunca dudes de eso y, si no te saque de allí fue porque de verdad no pude, entre tu padre y Sergrey se encargaban de alejarnos siempre.

— ¿Sergrey? —suspira negando— mi padre manipulo a todos, a mí me tenía amenazada con destruir a todos ellos, incluida su hija, no podía salir, así como si nada, hasta que me canse de llorar en los rincones y tome la decisión de revelarme, tenía miedo de que cumpliera su amenaza y los dañara, además también está ese hombre que seguramente no demorara en volver y más sabiendo que tome el poder.

— Estaré aquí para ti mi vida. —La acarició mientras la admiro.

— Siempre, hoy, mañana y siempre y para siempre. —Me dice para volver a besarme, apoderándome de sus labios, tomándola con fuerza y hambre desmedida, poco a poco la ropa nos estorba solo que unos toques en la puerta nos interrumpen, nos separamos y sonreímos sobre nuestros labios mientras nuestras respiraciones son un asco ni hablar de su cabello y vestido que está "un poco" abajo y por mi parte bueno estoy igual y peor, mi corbata está en el suelo junto a mi saco, mi camisa está desabotonada y mi chaleco igual— Creo que golpearé al que esté tocando.

Nos acomodamos la ropa tan rápido como podemos y trato de peinarla, agradezco que use labial anti transferible si no sería peor, abre la puerta y es Sergrey me molesto enseguida, él siempre está metido en todo.

— Disculpe Majestad, pero su madre la busca. —Informan, ella me mira y solo asiento para que vaya tranquilamente.

— Creí que te habían dicho que tenías vacaciones. —Le digo rudamente, apenas quedamos solos.

— Sí, pero ella me necesita y eso no lo cambias tú. —Me mira desafiante.

— Yo mismo me encargaré de que estés lejos. —La amenazó.

— Eso está por verse. —Me reta molestándome aún más.

­Salgo furioso, ese idiota se cree la gran cosa, piensa que tiene todo el poder solo porque mi Mei confía en él, me voy a encargar de quitarle la venda de los ojos, ese idiota, ocultas cosas, lo presiento.

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