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Capítulo 33***


Estoy en el auto de camino al castillo.

— Sergrey apúrate. —le pido nuevamente.

— No puedo ir más rápido, alteza podríamos tener un accidente. —me repite otra vez.

— Debemos llegar, debemos llegar. —me repito a mí misma.

Apenas llegamos bajó del auto para correr al despacho Sergrey viene detrás de mí con su arma en mano, apenas entramos veo una nota que recojo rápidamente

"Donde tienes Paz"

— Es un maldito. —lloro de la importancia

— ¿Qué quiere que haga alteza? —por más que pienso no se me ocurre nada, nada.

— ¿Dónde tienes paz? No sé qué quiere decir.

— Debe ser un lugar que usted se sienta cómoda.

— En las colinas, donde hacemos picnics familiares. —le digo para salir corriendo a las caballerizas donde subo a mi caballo de siempre, empezando a galopar para llegar hasta el punto sin importar que tenga un vestido ceñido al cuerpo, cosa que hace difícil mano brear el caballo.

Apenas llego veo como mis hermanas están amarradas contra el árbol donde siempre nos sentamos a platicar y no solo eso, sino que tienen una bomba con solo dos minutos y contando.

Me acerco a ellas tratando de desamarrarlas, pero aparece un hombre con capucha negra apuntándome con un arma.

— Son de plata, así que no intentes nada. —me señala que me aleje, cosa que hago.

— ¿Quién eres? Déjalas ir. —le pido— ellas no tienen que ver en esto, me quieren a mí, está bien, llévame, no importa, llévame a mí, pero déjalas por favor.

— Toma. —me lanza un teléfono que tomó— contesta. —le sigo la corriente viendo que ahora solo queda un minuto.

— Déjalas, por favor, yo voy contigo, pero déjalas.

— Demasiado tarde, además quiero que me ames como lo haces con él, por eso ahora me fijaré mi objetivo en destruir su grandioso amor, así como a ellas, las haré volar en pedazos. —cuelga apenas termina de hablar, solo faltan quince segundos y las miro con horror mientras niego y lloro sin parar.

— Las amo, perdónenme... —sollozo sin parar— por favor, perdónenme, por favor.

7...6...5...4

El mismo enmascarado trata de cargarme para alejarme de allí mientras peleo porque no lo haga, merezco morir con ellas.

3...2...1

Explota haciendo que la onda nos impulse a ambos llenándonos de madera, tierra y sangre... La sangre de mis hermanas, siento como me duele todo el cuerpo, no puedo respirar y escucho un pitido agudo en ambos oídos que hacen que me duela muchísimo la cabeza, estoy aturdida.

Es mi culpa

No pude hacer nada

Es mi culpa

Ahora va por Darick

Alcanzó a ver cómo el hombre con máscara está inconsciente o muerto, no sé, como puedo me arrastro hasta donde está, dándome cuenta de que tengo varios pedazos de árbol incrustados en mi cuerpo y el más grave es el de mi abdomen.

Apenas llegó a él, le quitó la máscara sorprendiéndome al encontrar a Filarion debajo de ella.

Despierto, sudando y llorando, totalmente agitada, mirando a mi alrededor, palpando mi cuerpo rápidamente, me levanto y enciendo la luz, no dejó de temblar, busco mi teléfono y noto la hora son las 2:30 am.

Me siento en la cama tratando de asimilar todo, la explosión, el árbol, mi abdomen, mis hermanas, salgo de mi habitación para ir a la de ellas, al entrar veo que están las tres tranquilamente dormidas, respiro con un poco más de calma retirándome el cabello de la cara debido al sudor se me ha pegado.

— Alteza ¿Está bien? ¿Necesita algo? —aparece Sergrey de la nada asustándome— Disculpe, no fue mi intención asustarla, es que la vi corriendo y pensé que le pasaba algo.

— Sí eh no, eh... yo... estoy bien, solo que salí a...—miró la puerta detrás de mí— bueno, en fin, con permiso.

— Alteza disculpé, pero ¿puedo hacerle una pregunta? —me mira dudoso.

— Si claro dime. —me volteo hacia él notándolo nervioso.

— ¿Puedo tomarle el día de mañana? Sé que no es la hora y debe estar cansada, pero es el cumpleaños de mi hija, me gustaría estar para ella. —me explica.

— ¿Tienes una hija? —asiente— ¿Cuántos años tiene? —le pregunto con interés.

— Va a cumplir tres años, Alteza.

— Entiendo y sí claro que puede ir, es más tomate tres días, así estás en familia de seguro tu esposa debe extrañarte. —le mencionó recordando que lleva casi un mes acá y no ha tomado sino un solo día de descanso.

— No, ella y yo no estamos juntos desde antes de tener a la niña. —me dice haciendo que me sienta mal por imprudente.

— Disculpa, no quería incomodarte.

— No lo hace.

— Eso es bueno. —Nos quedamos en silencio un rato, pero como a mí me gusta hablar— No me llames Alteza, es muy formal, dime Mei solamente. —sonríe de medio lado.

— No creo que a su padre le guste eso, mucho menos a su novio Alteza. —me dice mientras se rasca la nariz

— Yo no te pregunte si a ellos les parece o no solo te dije que me llames por mi nombre, le informo pasando mis manos detrás de mí.

— Está bien... Mei, pero ¿qué haces despierta a está hora?

— No puedo dormir. —le confieso a medias— igual ya me voy a mi habitación. —sin tanta demora me doy la vuelta para regresar, pero me toma de la mano sorprendiéndome.

— No confié en todos Mei. —me suelta, pero se me acerca— El tiempo que tengo trabajando aquí noto que usted, bueno tú confías en todos, eso no es bueno, no todos la quieren, hay muchos que solo buscan el mejor momento para dañarla.

— Supongo que sabes quienes son.

— Sí, pero eso ya será mañana o bueno en unas horas. —noto que se me queda mirando mucho colocándome nerviosa.

— ¿Y tú? ¿Eres de total confianza?

— Yo jamás haría algo que te perjudicara, créeme. —sin más de repente me besa, como me agarra desprevenida, me congelo solo que reacciono y lo empujo lejos de mí.

— Lo siento. —trata de acercarse

— No, déjalo. —me doy la vuelta para ir ahora sí a mi habitación.

— Mei de verdad discúlpame yo...-trata de justificarse, pero ni palabras tiene.

— Déjalo es mejor así. —le cierro la puerta en la cara y cierro con seguro, no supongo que entre, pero de todas maneras es mejor así, después de todo nunca imaginé que mi guardaespaldas personal me besara y esto cambia mucho, él se encarga de toda mi seguridad, ahora me voy a sentir incómoda.

Agarro mi teléfono y le marco a Darick, me siento mal por ese beso, me siento culpable, contesta a los tres tonos.

— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

— Solo necesitaba escuchar tu voz, tuve una especie de sueño donde morían mis hermanas y de paso... —dudo en decirle.

— ¿Qué pasó mi vida? Dime.

— Filarion, él aparece, ahí como ayudando a este hombre anónimo, no sé, pero ¿debería confiar en él? No sé qué pensar es un sueño, pero se sintió muy real, tengo miedo, ¿y si de verdad pasa?

— ¿Te parece si voy mañana temprano? Ahora no creo poder ir, sabes que hay mucha seguridad, apenas ponga un pie, ahí les dirán a tus padres, no creo que sea bueno.

— Si entiendo, además ese es otro tema, no considero que en el palacio haya personas de confianza. —le digo recordando lo que me dijo Sergrey.

— ¿Después de lo que hicisteis?, ¿todavía se atreven a desafiarte?

— Al parecer sí.

— ¿Cómo estás tan segura?

— Intuición, lo sé, estoy paranoica, pero tampoco puedo evitarlo. —Decido no decirle de donde saque la idea.

— No es paranoia, es precaución. —me da la razón.

— Bueno, igualmente me voy a ausentar unos días por lo de México, quiero dejar todo listo antes de irme, además también está el evento para celebrar lo de los proyectos, son muchas cosas.

— Lo sé, pero necesitas también un poco de tiempo para ti, despejar la mente, ¿no piensas?

— En estos momentos no, lo que necesito es enfocarme en dejar todo bien preparado a la espera de un nuevo ataque. —camino sin parar.

— Mmm, bueno si es lo que quieres. —noto su tono de voz diferente.

— ¿Está todo bien? Te escucho raro.

Quiero que viajemos Mei. —suelta sin más dejándome indecisa, últimamente no sé qué hacer— ¿Mei?

— No considero que sea el momento.

Podemos hacerlo con tu hermano y su novia, saldríamos los cuatro a Europa. —me propone.

— No lo sé, opino que deberíamos hablar de eso luego de que regrese de México.

No te veré por dos meses.

— Lo sé, pero es necesario, me necesitan.

Yo también te necesito, por eso quiero que viajemos juntos, quiero que pasemos tiempo juntos.

— Darick, tengo responsabilidades y tú también no puedo irme así, no más a pasear contigo y menos con mi hermano ¿Quién se va a encargar de todo?

— ¿Tu padre? Es el Rey tú solo la princesa si se puede no digas que no.

— Después lo hablamos, ahora no.

Está bien, pero ni supongas que daré mi brazo a torcer, te quiero llevar allá y eso haré así te secuestre. —me hace reír con sus cosas.

— Está bien, vamos, pero solo un mes y ya, tenemos responsabilidades con las que cumplir.

A no, dos meses o ya verás. —Me amenaza.

— Está bien dos meses, ahora te dejo, voy a descansar, besos te amo.

— Yo igual, cualquier cosa me vuelves a llamar.

Dejo mi teléfono en la mesita de luz y me meto al baño para ducharme estoy toda sudada y pegajosa por despertar así, al salir noto que son las cuatro de la mañana al final decido colocarme solo ropa interior y meterme a la cama durmiendo rápidamente.

Escuchó unos golpes a lo lejos despertándome.

— Mei párate ya es tarde, si eres holgazana despierta. —es Volko tocando como si se fuera acabar el mundo.

— Ya voy, ya voy. —me levanto y abro la puerta.

— ¿Pero qué mierda Mei? —me mira con horror mientras me froto los ojos y bostezo— vístete desnudista. —reaccionó y le lanzo la puerta en la cara.

— Me rompiste la nariz desnudista. —me grita.

— Se me olvidó que estaba así perdón. —me meto a mi armario y me coloco un vestido mangas largas negro con apertura en mi pierna, el vestido llega cuatro dedos arriba de mi rodilla.

Me maquillo nude y tacones negros y perlas, al salir está mi hermano con cara larga, me jala a la salida donde está Sergrey esperándonos, al mirarlo me siento incómoda por el beso y agradezco que mi hermano esté aquí si no no sabría qué decirle.

Noto que me mira de vez en cuando a través del retrovisor, mi hermano dice cosas, pero no logro escuchar nada de lo que dice, no le prestó atención, solo le hago señas a Sergrey para que deje de mirarme.

— ¿Si me estás escuchando? —me pregunta.

— Sí, sí. —le respondo.

— ¿Por qué razón saliste así? ¿Por qué estabas encerrada? ¿Estabas con alguien? —ahora sí estoy muy, muy incómoda.

— Uno estaba sola, dos se me olvidó que estaba vestida así y tres porque sí es mi cuarto. —le respondo con indiferencia.

— ¿Quién duerme en ropa interior? —pregunta mirándome dejándome en evidencia ante Sergrey.

— Tú no tienes derecho a juzgarme cuando sé que duermes desnudo. —le sacó en cara.

Gracias mami por tus comentarios locos

— Por eso, es incómodo.

— Lo único incómodo es que esté diciendo eso son Sergrey aquí —lo mira— disculpa como que se cayó al nacer. —Le digo a Sergrey, él solo sonríe.

— No se preocupe Alteza, hagan de cuenta que no estoy. —lo miro extrañada.

— Bueno, ya resuelto todo, bajemos, ya llegamos.

Y si en efecto ya llegamos, nos bajamos y entramos a la oficina donde no encontramos a nadie a simple vista, así que subimos hasta mi escritorio donde le explico todo a mi hermano, hacemos planes y decidimos partir la semana entrante porque en tres días es el evento de celebración.

— ¿Ya está todo listo para el evento hermanita? —me pregunta acostado en mis piernas, estamos en mi habitación.

— Casi solo faltan pequeños detalles, pero en general sí, ya están todas las edificaciones, de hecho, ya están en funcionamiento, no vi prudente esperar más para su funcionamiento. —le acarició el cabello mientras hablamos.

— Qué bueno.

— Volko, Darick quiere que vayamos con él a Europa, quiere que vayas tú con Merialeth.

— Eso me parece bien, solo que después de México.

— Quiere que vayamos dos meses. —le hago saber.

— No te escucho feliz. —se levanta para mirarme a la cara.

— Es que no me parece buena idea ir y dejar a nuestros padres solos, ese hombre está por allí esperando el mejor momento. —en realidad lo que tengo es miedo que en mi ausencia les hagan daño.

— ¿Y te parece mejor dejar de vivir solo por miedo? —me cuestiona.

— No, pero...

— Pero nada mujer, tu novio te está invitando a ti y a tu hermoso hermano junto a mi chica a viajar dos meses y tú dices que no, ¿estás loca? Si yo fuera tú le digo que sí, es más ni siquiera dejo que termine la oración. —me hace reír con sus cosas.

— Le dije que sí, solo que no estaba muy convencida, pero tú ya lo has hecho. —le hago saber— Es más, deja, lo llamó para saber por qué no ha llegado.

Cojo mi teléfono y le marco, contestando al tercer todo.

Hola, mi vida, buenos días. —me alegra escuchar su voz.

— Hola, buenos días, ¿dónde estás? Llevamos casi toda la mañana aquí y no llegas. —le pregunto sonriendo como boba y jugando con mi cabello.

— Ya me dio ganas de vomitar tanta cursilería, me voy a la cocina. —me informa Volko mientras sale de mi habitación haciéndonos reír a los dos.

Estoy llegando, estaba ocupado con unos asuntos que prefiero hablarnos en persona.

— ¿Está todo bien?

Sí, lo está, ya llegó.

— Está bien, aquí te espero.

Sin más cuelgo decido bajar para asaltar la cocina con Volko y en efecto llega Darick que apenas me ve me besa.

— ¿Ya le dijiste? —asiento— Bueno, solo falta Merialeth.

— Yo le digo, le encantará. —Aparece mi hermano con un pastel en la boca y uno en cada mano— Gracias cuñado, ya me caes bien. —se va dejándonos solos, aprovechamos eso para sentarnos en uno de los sofás.

— Amor, pasó algo que quiero que sepas de mí. —se nota serio y preocupado.

— Dime te escucho.

— Hay un problema en el palacio con mis padres, debido a que mi padre al parecer está enamorado de tu madre o eso es lo que dice mi madre.

— ¿Qué? No, mi madre sería incapaz de hacer algo así. —la defiendo levantándome de mi lugar.

— Cálmate, no digo que esto sea culpa de tu madre, solo que como antes todos eran amigos y pasaron cosas entre ellos, mi madre nada furiosa, cree que mi padre y tu madre son amantes, además no me quiere cerca de ti.

— ¿Qué cosas pasaron? Y ¿lo vas a hacer? —le pregunto con duda, después de todo es su madre.

— No, claro que no tú eres mi vida, ella puede ser mi madre, pero yo soy un hombre y no puede prohibirme que esté contigo. —me asegura besando mi mano.

Me cuenta la historia de nuestros padres y quedo sorprendida, no sabía nada de eso, si había notado como D'arcy miraba a mi madre, pero pensé que era admiración nada más.

— ¿Estás bien? —me pregunta con cautela, pero antes de responder aparecen Dally, Oss, Ciro, Luke y Fil, colocándome muy incómoda, pues me hace recordar el sueño de anoche.

— Buenas, Buenas, ya llegué yo. —Dally hace una entrada icónica.

— La que faltaba. —me levanto abrazarla— ¿Cómo te has sentido? —le hago referencia a su embarazo.

— Algunas cosas pequeñas. —La noto muy feliz y me encanta.

— Todavía no puedo creer que ustedes supieran y no me dijeran nada. —Oss haciéndose el ofendido como siempre.

— Ella tenía todo el derecho de guardar el secreto, somos amigas y las amigas se guardan secretos. —responde Dally por mí.

— Ya va, ¿Qué secreto le guardas tú a Mei? —pregunta Darick haciendo que todos fijen su atención en nosotras.

— Eso no importa, porque es eso... secreto. —le digo para molestar por los momentos, no tengo secretos.

¿Y el beso de anoche qué?

¿¡Ah todavía existes!?

Darick me mira entrecerrando sus ojos.

— Bueno, tarde de chicos, mujeres fuera. —Habla Oss dejándonos con la boca abierta.

— ¿Estás corriendo a tu recién esposa embarazada?

— Ya murió. —Me hago a un lado al igual que todos, solo que saco mi teléfono y empezó a grabar.

— Amorcito, yo necesito tiempo con mis amigos. —Oss retrocede mientras Dally se le acerca lentamente haciendo que caiga sentado en el sofá y ella se le acerque agarrándolo de la corbata.

— Bien, solo espero que recuerdes esas mismas palabras más tarde. —Sin más lo suelta volteandose, yo termino de grabar y guardo mi teléfono.

— Esto vale oro. —les susurro a los chicos.

— Pásamelo. —me responde Fil.

— Sí.

— Vámonos Mei. —me ofrece su mano, la agarro antes de que algo malo pase.

— Espera, ¿Volko te quedas? —él asiente.

— Yo lo llevo de regreso. —interviene Darick dejándome tranquila.

Nos salimos y Sergrey está esperando como siempre, me acerco al auto, él abre la puerta, pero cuando voy a entrar Dally me detiene.

— Espera, hagamos nuestro día de chicas, vamos a la ciudad y llama a Merialeth seremos nosotras tres sin chicos y nada que nos moleste necesitamos relajarnos ¿Qué dices? —me propone.

— Que es una excelente idea, yo voy por Merialeth nos vemos ¿en?

— ¡¡Venezuela!! Vámonos tres días, regresamos justo para el evento.

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