Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 27***

Estamos en el despacho de mi padre, mi madre se ha quedado con Lupu y nosotros investigamos que paso.

— Efectivamente, se ve como una mujer le da galletas a Fay y a Lupu, pero ella no trabaja aquí, Fay es grande, por eso no las comió, pero Lupu solo tiene seis años. —los miro a todos.

— Creo que deberías revisar cada rincón del palacio. —propone Luke.

— Ya lo mandé a hacer, los guardias buscan por todos lados cualquier indicio sospechoso. —responde mi padre.

— Debemos tomar medidas más extremas, vigilar a cada hora a todos, coloca guardias en cada salón hasta en los dormitorios de los empleados padre, no quiero más intromisiones. —le digo.

— ¿Y con los doctores? —pregunta Darick— ellos son los que manejan el historial clínico de toda la familia, alguno pudo filtrar la información y por eso sabe dónde atacar.

— Si tienes razón, verificaré las cámaras de seguridad.

— Hay otra cosa —habla Ciro— tu teléfono ¿Cómo es que nos enviaste mensajes a todos de que viniéramos, pero en realidad no lo hiciste?

— Ya lo destruí, seguramente con ayuda de alguien lo hackeo. —suspiro— déjame, compruebo todo, empiezo a teclear rápidamente dando con los videos necesarios y efectivamente se ve a la misma mujer metiéndose en los archivos clínicos mientras otra persona distrae al doctor y también se ve cómo se lleva mi teléfono y luego lo coloca donde estaba— Todo está muy planeado chicos, no hay margen de error.

— De ahora en adelante, que revisen a todos antes de entrar y antes de salir, cada persona que quiera entrar al palacio debe ser por invitación y bajo estricta vigilancia. —le hago saber a mi padre, él solo asiente y se va dejándonos solos.

Yo uso el teléfono de la oficina para llamar a Sergrey, mi jefe de seguridad, el cual entra a los pocos minutos, haciendo una reverencia.

— ¿Para qué me necesita alteza? —está vestido con su uniforme típico de seguridad, traje negro, camisa blanca.

— Quiero que llames a todo el personal del palacio y los coloques en el patio trasero, hablaré con todos. —le informo mirándolo detenidamente, ya no sé en quién confiar.

— Como ordene. —sin más se retira.

— Prima ¿Qué vas a hacer? —pregunta Luke mirándome con desconfianza.

— Lo que debí hacer desde un principio. —Me levanto de mi asiento estirando mi blusa.

— Mei, cariño, ellos no tienen la culpa, no puedes desquitarte con ellos. —me dice Darick

— Yo no pienso desquitarme con nadie, solo poner las cosas en orden. —sin más retrasos me dirijo al patio trasero donde aproximadamente hay 1300 empleados a disposición de la familia real.

— ¡Buenas tardes! —todos respondieron al mismo tiempo— Aquí hay 1300 empleados, 1000 atendiendo cada rincón del palacio y 300 guardias cuidándonos. —los miro detenidamente— pero todavía no sé en quién se puede confiar, por lo que he decidido hacer una pequeña modificación, todos están despedidos. —se miran entre sí.

— Mei ¿Qué crees que haces? —me habla Luke al oído, a lo cual solo recibe una mirada retadora de mi parte haciendo que retroceda.

— Solo si no encuentro a los responsables, para que me entiendan mejor quiero a todos en mi oficina para su carta de despido y solo si me gusta lo que me digan se quedan, si no —tuerzo una sonrisa— ya verán.

Como les dije cada uno pasa por mi oficina, solo que los chicos me ayudan, ellos les hacen las preguntas mientras yo los miro desde la computadora leyendo sus mentes para ver quién miente, al final solo damos con quince personas.

Entraban al palacio sin autorización, el resto no dijo nada, gracias a ellos y su silencio mi hermano está grave, además entre ellos están los que ayudaron a distraer al doctor.

— ¿Qué quieres que hagamos ahora Mei? —me pregunta Darick van a ser las diez de la noche y seguimos aquí en esto, todos siguen aquí, todos me dan su apoyo y lo están demostrando ser fieles a la Corona Lasare y a mí.

— Nada solo observar. —me dirijo con ellos detrás al patio central, esta vez donde están todos los empleados y con quince señalados como traidores delante esposados.

— ¿Ustedes quince creen que pueden contra mí? —les pregunto unos llorando y otros están molestos como si tuvieran derecho a eso, logrando que se escuchen pequeños murmullos entre todos.

— Si no pudiéramos contra usted, su hermano no estaría entre la vida y la muerte. —responde el mismo que ayudó a sacar los expedientes médicos.

— Nombre. —le digo, pero no responde nada, solo escupe a mis pies, veo como Darick se dirige hacia nosotros, pero mi padre lo detiene— Bien, tú serás el primero —sin ningún remordimiento le parto el cuello dejándolo caer sin vida.

— ¡Que quede claro que de ahora en adelante él sabe que meta con el Imperio Lasare, no solo está declarando traición a nosotros, sino también a los otros cinco reinos, de ahora en más somos una sola nación unida y fortalecida! —declara mi padre mientras los chicos solo lo apoyan con la mirada.

— Arrójenlos al mar. —le ordenó a los de seguridad.

— Princesa, por favor tenga piedad, perdónenos. —me ruega una chica del grupo, a lo cual bufo.

— No hay perdón, porque Yo soy Mei Woodenclaw y no tengo piedad con los traidores. —todos se quedan helados hasta mi padre.

Entro al castillo y todos vuelven a sus labores, nosotros nos dirigimos al despacho de mi padre en total silencio, mi cabeza palpita de dolor, estoy cansada, no he comido nada desde el desayuno en familia.

Me dirijo en silencio al stand de licor de mi padre, sacó una botella de vodka y me sirva una copita, me la tomo de un solo trago, la dejó en su lugar me trueno los dedos y me siento.

— Creo que no deberías tomar Mei, no en tu estado. —Me dice Darick molesto, aunque trata de disimular, ya conozco cuando está molesto.

Mierda lo olvidé por completo, la prueba, el embarazo.

— Si él tiene razón, no has comido nada. —sale Ciro con su apoyo incondicional en los "mejores momentos" y como si fuera un detonante siento unas ganas de vomitar que hace que me levanté de golpe y corra al baño a vomitar lo poco que bebí, siento como mi garganta arde debido al alcohol y los jugos gástricos.

— ¿Te sientes bien amor? —pregunta Darick apenas termino, yo solo asiento.

— Toma, te traje unas pastillas para el malestar. —dudo en tomarlas por si me cae mal a mi supuesto estado.

— Mejor no, voy a ducharme chicos y bajó a comer ¿ok? —Les propongo a todos el cual asienten.

— Te esperamos en el comedor. —dice Fil mirándome haciendo que los demás asientan, dejándonos solos a Darick y a mí.

— Toma, estás son... —niego— Mei tienes que hacértelas. —insiste

— No, no puedo, ahora no, mañana, ¿sí? Mañana, cuando estemos los dos juntos, no tengo el valor de hacerlo sola.

— Está bien, te espero abajo. —sin más sale del despacho, por mi lado voy a ver a mi hermano, sigue igual, pero menos hinchado, está rojo y con una enfermera que apenas me ve, hace una reverencia y nos deja solos.

— Hola peque, je, je, je te vas a poner bien, ¿sí? —limpio mis lágrimas antes de que llegue a él— Voy a hacer que pague por lo que te hizo, lo juro. —beso, su mejilla y poco a poco abre sus ojos, intenta hablar, pero no pude por el tubo de oxigenación.

— Está bien tranquilo, mi vida aquí estoy, aquí estoy, siempre voy a estar aquí. —le beso su carita roja haciendo que sonría un poco— No te preocupes, sé que te sientes mal, pero verás que dentro de poco ya todo va a pasar. —me mira como pidiendo una respuesta.

— Lo juro mi cielo, vas a estar bien, verás que saldrás de aquí y veremos un maratón de todas las películas que más te gusten, te lo prometo —lloro sin parar— vas a ver que vamos a comer muchos dulces —tomo su mano y se la beso— tomaremos gaseosas y haremos muchas, pero demasiadas bromas tantas que molestaremos a mamá y nos escaparemos en caballo como tanto te gusta. —sonrió a la vez que sigo llorando.

— Tesoro, déjalo descansar. —llega nuestra madre solo asiento.

— Eres el mejor hermano que cualquiera puede tener. —él solo asiente.

Tú eres la mejor hermana que cualquiera puede tener, te quiero mucho Mei

Leo su mente y sonrió.

— Yo también te quiero con todo mi corazón, siempre y para siempre, tomó su mano y lo sostengo con la mía— te voy a dejar dormir conmigo todos los días, solo no me cambies por Darick.

Él asiente, le beso la frente y salgo para bañarme y vestirme, me coloco un enterizo de jean claro strapless abotonado adelante, me coloco un reloj y unos tacones de color marfil, sin accesorios ni maquillaje no tenga ánimos, mi cabello solo lo ato en una coleta de caballo sigue igual de azul con lila.

Bajo las escaleras hasta el comedor donde sorpresivamente están los Reyes y sus hijos, casi todos solo falta Oss y Dally del resto todos están aquí, tanto que has colocado dos mesas más para la cena de todos.

— Mei que bueno verte. —se me acerca D'arcy abrazándome— lamento mucho por lo que pasan. —me dice al oído— estamos aquí para ti. —asiento.

— ¡Gracias D'arcy! —beso su mejilla y veo a Darick le sonrió a boca cerrada— Lo vi se despertó, creo que está mejor.

— Esperemos que así sea. —asiento entre los dos me llevan para tomar asiento.

Una vez sentados cada uno empieza con sus buenos deseos, estamos sentados de forma estratégica los niños en dos mesas mientras los adultos acá con nosotros.

— Lo bueno es que no todo es malo, tenemos una nueva pareja entre nosotros. —digo para que todos pongan su atención en mí, cosa que logro.

— Siempre tan linda hermana. —dice Volkodlak yo solo río.

— Yo solo dije que hay una pareja nueva, tú mismo te delataste. —le hago saber a lo cual se levanta y toma su copa en mano.

— Bueno, aprovechando que estamos acá reunidos, quiero hacer oficial mi noviazgo con Merialeth, quiero brindar por ti, por nosotros y por nuestro futuro incierto pero prometedor. —Todos tomamos nuestras copas y brindamos en honor a mi hermano y su novia.

— Bueno, ahora yo. —se levanta Darick por mi parte, solo lo miro con los ojos abiertos— quiero hacer formal mi noviazgo con Mei, pero eso ya todos lo saben. —la mayoría se ríe— mi demora hacerlo formal es porque no lo creí necesario, sinceramente en lo personal me parecía ridículo todo esto, el pararse así delante de todos y decir que tienes novia o te comprometes, pero tú Mei me has hecho cambiar totalmente de opinión, ya no me parece ridículo o innecesario ahora me parece importante. —hace una pausa.

Está nervioso

— Realmente me he enamorado de ti Mei. —me mira tomando mi mano y besándola, como está sentado a mi lado se le facilita— quiero hacerte feliz cada día de nuestras vidas, me pediste tiempo y ese nos sobra, esperaré lo que tenga que esperar. —mis ojos pican, pero de felicidad— Te amo. —sin más me levanto y lo beso delante de todos, logrando sus aplausos.

— Yo también te amo. —le digo, apenas nos separamos, tomamos asiento luego de nuestro brindis.

— Lo más crucial de una relación es saber sobrellevar los problemas y seguir adelante entre los dos, pero con ustedes. —señala D'arcy— he podido notar que pueden con mucho y más.

— Gracias por sus palabras su...-me mira sugerente— D'arcy.

— Vez, no es difícil, a ti tampoco te gusta que te digan Alteza. —me recuerda, solo niego mientras sonrió, llamó a una de las chicas del servicio, la cual hace una reverencia, apenas se nos acerca.

— Por favor llama a Sergrey, dile que me espere en el despacho. —le ordenó mirándola, ella solamente baja la mirada.

— Como ordene su Alteza. —se retira no sin antes hacer una reverencia.

— ¿Es cierto que delante de todos le partiste el cuello a un señor? —pregunta Shalia la madre de Filarion y Merialeth.

— Sí, es cierto. —me levanto, haciendo que los demás caballeros en la mesa también lo hagan— solo que él era un traidor —miro a todos— si me permiten tengo que retirarme.

— ¡Adelante! —dicen algunos, otros solo asienten, mientras tanto D'arcy corre mi silla para salir.

— Espera yo te acompaño. —me dice Volkodlak siguiéndome— ¿Qué vas a hacer?

— Terminar lo que empecé. —llegamos al despacho donde Sergrey está afuera esperándonos— síganos.

Entrando en el despacho los hago tomar asiento.

— ¿Qué hizo con los cuerpos Sergrey?

— Su alteza... —lo interrumpo.

— Dime Mei solamente por favor. —a lo que solo asiente.

— Mei, los cuerpos están en la morgue con tres de mis mejores hombres.

— Ok, que los quemen y tiren sus cenizas al mar, no quiero que puedan usar sus cuerpos para convertirlos en zombis. —le informo.

— ¿Y sus familias? —pregunta mi hermano Volko.

— Ninguno tenía, creo que por eso decidieron traicionarlos, no tenían nada que perder. —explica.

— Si tenían, la vida, por favor, ve entre más rápido mejor, así no le damos oportunidad de actuar. —se retira haciendo una reverencia.

— ¿En serio?, zombis? —pregunta de vuelta Volko mientras nos vamos de regreso al salón.

— Hay que estar preparado para cualquier cosa, los zombis son muertos vivientes cuyo cadáver ha sido devuelto a la vida a través de un oscuro ritual. Desde hace cientos de años, hechiceros y chamanes han levantado cadáveres a través de rituales de vudú con el único fin de convertir estos cuerpos putrefactos en esclavos.

La magia negra y la nigromancia consiguen convertirlos en verdaderos autómatas que, privados de toda inteligencia o humanidad, son capaces de llevar a cabo las órdenes más perversas. —le explico detenidamente.

— Entiendo muy perspicaz hermanita. —me abraza por los hombros, llegamos al comedor donde varios están riendo, otros bebiendo y comiendo, por mi lado mi cabeza duele, casi ni comí realmente no tengo apetito.

Veo como varias enfermeras corren y otras se devuelven mirando hacia nosotros, yo me acerco lentamente temiendo lo peor, mis padres se percatan y me siguen.

— Majestad, Alteza... —nos mira de forma indescriptible, llamando la atención de todos— su hijo tuvo una crisis y... lo siento.

Todo en ese momento se me detiene, dejo de sentir, de respirar, de escuchar y corro, corro hasta donde él está y al llegar solo veo como desconectan los aparatos y lo empiezan a tapar con una sábana blanca.

— No, no, no, no, ¿qué hacen? Déjenlo —lloro empujándolos— conéctelo él no... —sollozo— él no está muerto, él está bien —lo tomo en mis brazos— ¡¡despierta, por favor, despierta!! —me ahogo con mi propio llanto— hermanito no, tú no, no me dejes, no puedes dejarme.

— Amor... ven, déjalo, ya no podemos hacer nada. —Darick me está tratando de bajar de la camilla, pero no lo dejo.

— ¡¡No déjame, tengo que estar con él, se lo prometí!! —intenta jalarme para que lo deje— por favor – lloro más intenso y gritó tratando de sacar mi dolor del pecho, pero no puedo.

— ¡¡Darick duele, duele mucho!! —él solo me abraza mientras lloro desconsoladamente.

— Ven, no te hace bien estar así, ven por favor, ven conmigo, deja a los doctores hacer su trabajo. —niego aferrándome al cuerpo de mi hermano.

— ¡Vamos a ver películas, despierta, tenemos que verlas, tenemos que molestar a todos, vamos ven... ven! —le hablo a Lupu— ¡¡levántate!!

— Está en negación, hay que dejarla. —dice mi padre.

— Yo no niego nada, él no está... —ni siquiera puedo decir la palabra, siento como me agarran entre Darick y mi padre y me tratan de bajar de la camilla.

— Mi princesa, por favor bájate. —me pide mi padre jalando de mí, pero tampoco cedo.

— No, esto es mi culpa, solo mía. —les digo sin dejar de llorar, pero solo siento como meten algo en mi brazo y al voltear veo que fue Darick el que me inyecto, provocando que mis párpados pesen y poco a poco los vaya cerrando hasta sumergirme en una oscuridad de la cual no quisiera despertar, aquí no siento nada, no hay dolor, no hay culpa, solo es la oscuridad y yo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro