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Capítulo 2 ***

Abro mis ojos lentamente, siento un pequeño ardor en mi mano izquierda, lentamente trato de incorporarme, pero soy detenida por mi ¿hermano?

— No espera, estás delicada, mejor quédate quieta, voy a buscar al doctor— menciona saliendo de la habitación, luego de un rato entra nuevamente junto al doctor, mis padres y los príncipes.

— Qué bueno que has despertado, estuviste tres días inconsciente, ¿cómo te sientes? — me pregunta el doctor.

— Ah... Bueno, como si me fueran disparado — menciono un poco mareada.

— Je, je, je supongo que si estás mejor— sonríe y se me queda viendo.

— ¿Me puede quitar la vía, por favor? — espero a que diga que sí, si no yo misma me la arranco.

— Por supuesto alteza— procede a retirarle el mismo con cuidado, noto como de a ratos se me queda mirando, solo logra ponerme nerviosa. Cuando al fin termina se retira dejándome con mis padres y los príncipes.

— Bueno, y ¿atraparon al responsable? — preguntó mirando a todos.

— Si ya está arrestado no te preocupes por eso, ahora solo recupérate— Dice Oceanidouss tranquilamente.

Amo la tranquilidad que transmite

— Gracias, pero ya estoy bien, si es por la herida ya está totalmente curada, recuerden que me regenero rápido, ya puedo continuar como si nada— menciona seriamente.

— ¿Segura? No queremos más incidentes, si no estás capacitada entendemos que te quieras tomar unos días— ahora es Darick el que habla.

Esos ojos por los Dioses deberían ser un delito.

— Hay mi príncipe, no os preocupéis, estoy de maravilla, pero no hace falta que demostréis su amor por mí— le digo al borde de la risa, sé que le molestara.

— ¡Mei! Santo cielo compórtate— dice mi madre realmente alterada por mi atrevimiento.

—ja, ja, ja hay por favor solo... jajaja— la risa no me deja hablar.

— Solo dice lo cierto, mi princesa— se sienta en mi cama agarrando mi mano, cosa que detiene mi risa inmediatamente – si hace falta que demuestre mi amor por ti— realmente me ha dejado perpleja a todos, de hecho nadie dice nada. No conforme besa mi mano para luego proceder a sostenerla con ambas manos, en eso la luna refleja directamente sobre la habitación y en eso nuestras manos juntas destellan un brillo azul, inmediatamente nos separamos.

— A... Bueno... Je, je, je... Al parecer tienes mejores bromas que yo... Je, je, je— me empiezo a rascar la nuca, miro al piso, pero la sensación que tengo no se va, solo trato de controlarla en frente de todos.

— Saben tengo hambre— digo lo primero que se me ocurre y de verdad tengo hambre.

— ¡Sí! ¿Por qué no bajamos todos? Ya la cena debe estar lista, nosotros nos adelantamos mientras tú te alistas, ¿ok?

— ¡Sí!

Se retiran y yo me apresuro a tomar un baño para luego proceder a vestirme con un vestido color crema un poco holgado, me coloco unas zapatillas y me dirijo al comedor sin dejar de sentirme, así es raro, no sé qué es. Simplemente, siento escalofríos y como algo en mi estómago, ¿qué será? Él y su presencia me ponen más nerviosa, y sin saber cómo estoy en el balcón del segundo piso, ya que estoy acá lo aprovechó para respirar profundo y mirar la luna, cierro mis ojos y trato de buscar un poco de paz.

— ¿No tenías hambre? —es él, me giró rápidamente, pero solo chocó contra su cuerpo tambaleando un poco haciendo que él me sostenga por la cintura y yo coloque mis manos en su pecho, eso me pone más nerviosa.

— Si solo me perdí. —arruga su entrecejo y dice sonriendo.

— ¿Dónde había escuchado eso antes? —Sorprendida, solo le digo

— ¿Te acuerdas?

— Por supuestos como olvidar a una pequeña de ojos tan lindos como los tuyos y que se atrevió a desafiarme— ladea una sonrisa haciendo que se vea más guapo

— Tú eres... Es que tú...— no logro articular nada coherente.

— ¿Yo qué? ¿A? ¿Muda otra vez? - En eso agarra mi mano nuevamente y otra vez ese brillo azul, pero con la diferencia de que en vez de separarnos él se acerca a mí aún más, con su otra mano toma mi barbilla, yo solo puedo respirar agitadamente y cerrar los ojos, aprovechando eso para rozar nuestras narices.

— No debería, pero quiero... Quiero besarte... Quiero tenerte así y nunca soltarte... Quiero... No sé lo que quiero, pero, si sé lo que haré— alza mi barbilla para que lo mire, yo abro mis ojos, nos miramos azul con morado y sucede me besa.

Es un beso tan, tan tierno como si tuviera miedo de romperme, como si todo se esfumó a nuestro alrededor y solo somos nosotros dos contra todo pronóstico. Nos separamos mirándonos otro rato más mientras acaricia mi mejilla, vuelve a dejar un fugaz beso en mis labios y dice:

— Es mejor que bajemos, nos deben estar esperando Mei— solo asiento, no logro articular nada.

(...)

— ¿Qué tienes? Está muy callada y distraída desde la cena— menciona Volkodlak mi hermano mayor.

— Solo leo. —le digo sin prestarle atención

— ¿A si? ¿Madre que tan lejos se puede llegar en una lectura cuando se tienen 3 horas en la misma página? — dice sugerentemente, yo solo lo miro con ganas de matarlo.

— Ya chicos son hermanos...-

— Justo por eso debo molestarla madre, hay que aprovechar que está aquí, ¿no hermanita? -

Idiota

— Si hermanito. —hago hincapié en mis palabras, me levanto de mi asiento, dejo el libro en su lugar, me encamino a la salida cuando.

— ¿A dónde vas, Mei? Tú y yo tenemos que hablar. —me giro y la veo.

— A solas. —eso se lo dijo a mi flamante hermanito, el cual se levanta y me pasa, por un lado, empujando mi hombro.

— Rómpete una pierna. —lo dice solo para él y para mí saliendo de la habitación.

Me siento en frente de mi madre, la reina Parisa Crystalmist de Woodenclaw, una mujer que solo con mirarla sabes que tiene poder y uno muy grande.

— Creo que es hora de que hablemos de algo llamado sexualidad. — Me quedo en shock, solo nos miramos por unos minutos que parecen eternos.

— ¿Qué? No, no, no, no y no, yo ya leí los libros no hace falta. —digo mientras me levanto, ella solo me mira de una manera aterradora, yo solo me siento de golpe.

— Está bien, hablemos. —por las buenas cualquiera.

— Hay ciertas normas que quizás no conozcas, una de ellas es que personas que no son tu familia no pueden tocarte, no podemos viajar juntos en el mismo auto, tu hermano mayor viajará en un auto, tú en otro, tu padre y yo con los pequeños. No hay desvelos, no llores en público y nada de apodos. —Todo eso lo dice sin mirarme, solo sigue tejiendo, no sé qué.

— Como ya sabrás tu virtud es algo muy preciado, algo que solo es para tu esposo, nada más, esposo del cual tu padre, yo estamos encargados de buscarte y antes de que te rehúses debes recordar tu deber y obligación con el reino y la familia tú eres la princesa heredera. —dice todo eso con la diferencia que esta vez sí me mira.

— Pensé que eso esperaría más y que podría hacerlo por elección.

— No, tu padre y yo elegiremos correctamente, te digo todo esto porque vi cómo te besaste con Darick él ya está comprometido y además lo que pasó es una gran falta a esta casa y sobre todo a ti, da gracias que fui yo quien los vio. —está molesta.

— Yo no sabía de su compromiso.

—Ahora lo sabes, así que aléjate de él o yo lo haré. —deja su tejido y se levanta. —Otra cosa entre ellos está tu prometido para la unión de reinos, así que ve haciéndote a la idea. —se encamina para irse cuando la detengo.

— ¿Sabes qué es ese brillo azul? – pregunto dudosa.

— Olvídate de eso lo dicho, debes alejarte de él, ahora ve, te deben estar esperando. —dice finalmente y se va.

En efecto, todos me esperan, uso mi poder de traslación para aparecer a las afueras de las oficinas, cuando entro los primeros en recibirme son Filarion, Ciro y Luke con una agradable sonrisa, y pensar que con uno de ellos debo casarme.

— ¡Qué bueno que llegaste, te estábamos esperando, déjame mostrarte todo! - dice un muy alegre Ciro.

— Mientras tanto, yo preparé algo rico para comer. —Ahora es Filarion el que habla.

— Bienvenida. —es todo lo que Luke dice.

Es el más serio, me agrada.

— Bueno, aquí es la sala, al lado derecho encuentras una pared y pasándola está la cocina, como ves tenemos una piscina, solo que yo soy el que más la usa, los demás siempre están ocupados, vamos —me dirige al segundo piso— espero todo sea de tu agrado, tu cuarto lo dejamos a tu disposición así lo arreglas a tu gusto.

— Ok, gracias. —en eso llegamos al gimnasio— el segundo piso está dividido en 2 secciones, el lado izquierdo cómo ves el gimnasio y el lado derecho es una sala de cine.

— ¡Wow! ¿De verdad? —estoy totalmente sorprendida

— Sí, por supuesto, ven vamos al otro piso, allí están nuestras instalaciones.

— ¡Chicos! ¿En el recorrido? —dice un agitado, sudoroso y sin camisa Darick.

— Sí... De hecho sí, ya nos vamos al otro piso. —respondo tratando de no mirar de más, evitándolo totalmente.

— Bien, voy con ustedes después de todo ya terminé.

— No hace falta, Ciro ya me está enseñando todo. —le respondo.

Por favor no vengas.

En eso llega luke corriendo

— ¡Llegó tu pedido, ven a recibirlo! –

— ¿¡De verdad!? —Luke mi primo nos mira con cara de póker, si Luke y yo somos primos.

— ¿Te puedes quedar con él? – me pregunta Ciro, a lo cual yo solo asiento, en eso se va corriendo y Luke bueno solo nos examina de arriba abajo, se da media vuelta y se va.

— Discúlpalo, él es así. —interviene Darick una vez solos.

— Si lo sé, siempre ha sido a si recuerda que somos primos, mejor vamos.

En eso subimos al tercer piso, hay 6 computadoras, todas con equipos de última generación en tecnología, solo que hay una sola que está vacía por así decirlo

— Desde aquí nos encargamos de monitorear todos los 6 reinos, mantener el orden y la disciplina, cada uno de nosotros se encarga de su reino, pero si necesitas ayuda para lo que sea nos puedes decir siempre y cuando no estemos en misiones, las misiones pueden ser de horas, días o hasta meses dependiendo la gravedad del asunto. Estos expedientes de aquí son tus casos, tu padre mantuvo toda al día, ahora te toca a ti.

Yo aprovecho para ojear las 2 carpetas que hay acá en mi escritorio — ¿Me prestas donde apuntar? — Anoto lo que me hace falta para empezar con mis casos, realmente esto me emociona, quiero ayudar en lo posible y sé que es mucho lo que puedo hacer.

— Bien y ¿los cuartos? — le digo entregando su libreta con su bolígrafo, subimos nuevamente, pero hacia el cuarto piso, ya estando ahí veo siete puertas numeradas.

— La número 1 es de Oceanidouss, la 2 es de Luke, la 3 es de Ciro, la 4 es un cuarto de juegos— abre la puerta y me muestra, hay juegos de cartas, ajedrez, un televisor grande con varias consolas, un espacio de baile, un minibar, sofás, y una librería pequeña.

— ¿Ves? —yo solo asiento, salimos y seguimos el recorrido.

— En la 5 duerme Filarion, así que la 6 es mía y la 7 es tuya, somos compañeros de cuarto, y por último no menos importantes, es arriba, hay una azotea dónde hay espacio para hacer pizzas, las parrilladas son en la piscina y también se puede pasar una tarde agradable, ¿Quiere ir arriba? — me tiende su mano a la vez que me regala una sonrisa cálida.

— Sí claro. —le digo aceptando su mano, en eso subimos, pero con la diferencia que se coloca detrás de mí y me tapa los ojos.

— Espera, es mejor así. —me susurra al oído, yo solo me estremezco deteniéndome de golpe, cosa que hace que choquemos.

— Con cuidado no queremos que te lastimes. —vuelve a decir en mi oído, solo logro asentir. —vamos. —me guía al salir, siento la brisa de la mañana pegar en nuestros cuerpos, a lo que él lentamente retira sus manos de mi rostro quedando totalmente sorprendida.

— Darick es realmente hermoso. —camino admirando todo.

— Sabía que te gustaría.

— No— giro a verlo y me acerco – No me gusto... Me encanto. —él solo me sonríe y sin esperarlo me agarra por la cintura, se acerca a mí para besarme, pero yo lo esquivo.

— Será mejor que baje. —me safo de él y bajo rápido las escaleras para ir a mi habitación.

— Mei espera, no quise ofenderte... espera por favor... Mei. —me giro haciendo que choquemos nuevamente.

— ¿No quieres ofenderme? Ja... Eres realmente cínico, tú estás comprometido y me buscas para besarme, yo no estoy a tu disposición ni tampoco soy la segunda opción de nadie. —le tiro la puerta en la cara.

Entro a mi habitación y lo dicho, solo hay una cama con un armario, solo suspiro y salgo otra vez ya no está seguro, debe estar en su habitación mejor así, bajo todas las escaleras y están todos hay hasta Darick.

Lo que faltaba.

— Que bueno que bajaste Mei, ven a comer. —Es Oceanidouss ahora solo le voy a decir Oss.

— Es que iba a ir a comprar unas cosas que necesito. —le digo un poco apenada.

— Bueno, ven y luego yo te llevo. —ni modo de negarme es muy tierno.

— Está bien. —le digo sentándome en la mesa y junto a mí se sienta Darick.

(...)

— ¿Te molesta si te acompaño todo el tiempo? –me mira insistente.

— Oss... bueno, no te molesta, ¿qué te diga así verdad? - pregunto un poco asustada debido a que los apodos están mal o prohibidos, mejor dicho.

— No, claro que no, pero ya sabes mejor, solo que quede entre nosotros.

— Si está bien, pero volviendo al tema quieres estar todo el tiempo pegado a mí, por qué te mandaron, ¿no es así?

— ¿Es tan obvio? —dice totalmente apenado.

— Solo dame una hora ¿Sí? —solo asiente.

— Te espero en la cafetería. —se aleja.

(...)

Llaman a mi puerta.

— ¿Puedo pasar? Creo que necesitamos hablar.

Darick

Solo me limito a ignorarlo y terminar de arreglar unas cosas

— Ok... Bueno, de verdad lo siento, ¿sí? Fui un idiota, no debí intentar besarte, ¿ok?

— ¿Lamentas haberme besado, mentirme o intentar besarme otra vez? - me volteo y me sorprendo al ver la puerta cerrada.

— No te mentí... solo omití lo del compromiso, no es como que uno ande contando esas cosas a todo el mundo. —me dice un poco irritado.

¿¡Yo soy todo el mundo!?

— Primero yo no soy todo el mundo, segundo yo no te pedí un beso, tú me seguiste y me lo diste... Y... Pues si... Yo... Te seguí el beso, pero más allá de contar o no contar tu deber es respetar a tu prometida y no usar a las personas por x razón o razones.

— Yo no la amo. —dice totalmente apenado

— ¡No te cases!... sé que es nuestra obligación, pero vamos, yo no quiero casarme mucho menos con alguien que no sienta nada por mí. —digo entre triste, desesperada y molesta.

Se sienta en mi cama yo junto a él, como no hace nada solo me recuesto a descansar y suspirar mientras miro el techo.

— No es tan fácil y lo sabes... pero tienes razón, no puedo hacer como si nada. —vuelve a hablar mientras también se acuesta a mi lado.

En eso nos miramos y nos quedamos así un buen rato, a la vez él juega con mi cabello— ¿Por qué no lo dejas rubio? Se te ve hermoso, no digo que así castaño no sea lindo porque lo es solo que... no sé... es más impresionante. —menciona mientras me mira directamente.

— La verdad es que escondo los sentimientos, por eso es de ese color... hace mucho, no muestro lo que realmente siento. —digo y me acerco un poco más a él.

— ¿Por qué los escondes? —pregunta realmente intrigado a la vez que se acerca más a mis labios.

— No quiero que me lastimen, si no saben lo que siento no pueden lastimarme... No otra vez. —digo mirando sus gruesos labios.

— Yo no quiero lastimarte ¿Me crees? — me pregunta pasando su mano por mi cintura dejándola en mi espalda baja.

— ¿Debería hacerlo? —pregunto totalmente ida.

Sin más une nuestros labios en un beso nada tierno si no necesitado y cargado de deseo, tanto deseo que se sube arriba de mí. Nos seguimos besando un tiempo que para mí fue eterno, mi eterna perdición, siento como poco a poco baja la intensidad de sus besos para acariciar mi piel bajo la blusa haciéndome estremecer, a la vez que me gira y hace quedar arriba de él, nos separamos un momento solo para retomar nuestra eterna perdición.

— Realmente no sé qué haces conmigo... solo sé que no quiero que acabe— me dice besándome otra vez, volviendo a girar para otra vez quedar arriba de mí.

— Tampoco quiero que acabe nunca. —digo mientras le doy acceso a mi cuello, retira mi blusa completamente mirándome totalmente embelesado.

En eso abren la puerta

— ¡Prima! ¿Crees que puedas ayudarme con alg...? —nos mira sorprendido totalmente.

— ¡Luke! —decimos ambos.

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