Capítulo 17 ***
Pov Mei
Estaba tranquila y muy, muy feliz hasta que llegó esta loca a jalarme y gritarme, apenas iba a entrar, pues me devolví al auto, se me olvidaron unas cosas.
— ¡¡Perra mal nacida, ya debes estar feliz!! —yo solo la miro negando sin entender nada, cuando siento como me abofetea.
Por supuesto yo no me quede tranquila y me le fui encima golpeándola solo que a diferencia de ella lo hago a puño cerrado, ella me jala del cabello porque lo cargo suelto y como es largo lo aprovecha, en eso Darick me jala quitándome de arriba de ella con ayuda de Oss, mientras Fil la detiene para que no se me acerque.
— ¡¡Te vas a arrepentir de esto Mei, no te basto con solo romper tu compromiso, sino también fuiste por el mio!! —me mira con odio al igual que a Darick.
— ¿De qué hablas? —pregunta Filarion confundido.
Ay no.
— Ya va, ¿¡por eso rompiste conmigo!? ¡¡Claro, no me podías amar porque ya lo querías a él!! —Filarion me grita.
— ¡¡No le grites!! —le dice Darick, pero solo hace que suelte a Mara para ir a golpearlo y empiezan a pelear entre ellos.
— No... ya basta. —les digo a los dos separándolos— Fil hablemos. —trato de calmar las cosas.
— No hay nada de qué hablar, ya todo quedó muy claro Mei. —dice para entrar tirando la puerta.
— ¿Ya estarás feliz, no? —encaró a Mara— lárgate de aquí.
— ¡Feliz estaré cuando no estén juntos! —sin más se va.
Yo miro a Darick, pero solo tiene un golpe en la boca.
— Voy a buscar a Fil —le informo, pero me detiene Oss.
— No dejemos que se calme, no vaya a ser que se ponga como la última vez y termine esto peor. —hace referencia a la vez que me agarro del brazo.
Solo entramos y rápidamente Dally me recibe con un abrazo al cual correspondo.
— Bien, ya todos saben, pero igual les confirmo, Mei y yo estamos juntos y aunque admito que no es como tenía en mente quería que lo supieran porque son nuestros amigos. —les informa Darick a todos.
— Bueno, tampoco es como si uno no se diera cuenta, sobre todo cómo la mirabas esta mañana, igual podemos hacernos los sorprendidos y ya. —dice Ciro en forma de burla.
— A mí lo que me importa es que Mara entienda que ya no están juntos, porque ahora tienes 2 personas que simplemente se están viendo afectados por esto. —dice Luke seriamente.
— Si bueno... hay que arreglar las cosas. —digo en eso Darick se acerca y besa mi cabeza en forma de apoyo, justo las alarmas se encienden avisando que algo pasa.
Apenas llegamos a la sala de operaciones vemos como nos atacan a todos y no en un solo lugar, cada uno toma su respectiva computadora empezando a teclear ya una vez ubicados los lugares empezamos a llamar a la vez que cada uno se ocupa de su reino.
— Chicos, si alguien necesita refuerzos, solo llamen. —les menciono mientras bajamos las escaleras, solo asienten y cada uno se va.
Al llegar al reino veo que hay unos guardias que se dirigen al lado equivocado.
— Capitán, lleve sus tropas al este, cerca de la frontera, hay necesito de sus servicios, solo manténgalos a raya, mientras desalojamos a las personas que vivan cerca de allí.
— ¡Como ordene su alteza! —veo como da órdenes, pero antes de que se retire le pido un radio, la cual me facilita.
Me dirijo con mi supervelocidad al palacio dónde todos corren en sus respectivas tareas, pero detengo a uno de los guardias
— ¿Mi familia dónde está? —le preguntó deteniéndolo.
— Se encuentran rumbo al búnker de seguridad, su alteza, menos su padre, él se encuentra con el ministro de defensa. —me responde con simpleza.
— ¿Dónde?
— Sígueme —en eso salimos a la sala de operaciones donde hay altos rangos apenas me ven entrar, hacen sus respectivos saludos militares.
— Padre, ministro —los saludo— Tengo las ubicaciones exactas de los ataques son tres, pocas, pero masivas, ya mandé al Capitán Volkovy hacia el este, hay que reorganizar, mande a dos tenientes para asistir al Capitán, usted y mi padre pueden ir al centro donde está el otro ataque y el más importante lo tomo yo, al ser el más grande se necesita más magia. —les informa a la vez que muevo el mapa que hay sobre la mesa acomodando todo, pero lo que no me gusta es que nadie se mueve a mis órdenes.
— ¿Estoy pintada o qué? ¿Por qué nadie se mueve? —pregunto realmente irritada.
— Disculpe alteza, pero el único que puede dar ese tipo de órdenes es su padre, es el Rey, usted solo es su hija. —me explica el ministro haciendo que pierda la paciencia que por cierto nunca tengo.
— ¿¡Está loco!? Haga lo que le dije y ya. —pero en vez de hacerme caso solo mira a mi padre, el cual solo me mira a mí, son el ceño fruncido, a la vez que hay un silencio sepulcral, todos nos miran.
— ¡¡Haga lo que ordena!! —Entonces solo hasta entonces que habla mi padre empiezan a atacar órdenes.
Como les dije, me dirijo hacia oeste, donde el ataque es más fuerte y es que a pesar de que muy pocos lo sepan, supongo que van por nuestras reservas de oro y armas, trato de ir lo más rápido que puedo, pero estoy agotada, no he tomado sangre en dos días, se me ha pasado, con lo que pasó y el cambio lunar ando necesitando sangre, me preparo para lo peor, y no me equivoco están extrayendo armas y el oro, no solo eso los guardias están muertos sin contar que los que me acompañan solo son 15.
Mierda.
Sin tanto protocolo le hago señas para que empiecen a rodear el lugar, quedándome solo con dos, entramos sigilosamente, pero como si supieran que estamos llegando nos caen con balas, sin contar que una me roza el brazo y para rematar es de plata.
Malditos infelices.
— ¡Son de plata, tengan cuidado! —les informo a los soldados por la radio.
Con mi brazo sangrando avanzamos, lo mejor que podemos entre tantas balas, creo que puedo aprovechar la situación, aprovechó que el sitio es cerrado y empiezo un conjuro de congelación, bajando la temperatura, cosa que afecta a ellos a nosotros no somos lobos, menos en mi caso ahora ando en faceta vampírica, pero igual no me afecta.
Veo como algunos empiezan a caer y más al pisar los charcos de agua, que están haciendo lo que quiero congelarlos, empiezo a agarrar armas.
— ¡¡Ataquen!!
Les ordenó nuevamente por la radio y eso hacemos, vamos atacando, unos dan la vuelta y nosotros nos dirigimos al corazón del búnker, solo que para entrar hay debe ser alguien de confianza, como me temía, al llegar el punto está abierto y el oro está esparcido, solo está la mitad el resto pienso que lo vi al llegar, es decir, vi oro, pero no sé si está completo, sin contar que las armas ya no están y claramente las que hay arriba y afuera no son todas.
Solo encontramos una nota:
"Querida, espero no comas ansias de vernos otra vez, se dé buena fuente, que todavía estás mal, tranquila, que, si me importa tu recuperación, solo que no demores tanto, quiero verte para terminar lo empezado, aunque jugar a esto del gato y el ratón me está gustando más, cuando me decida te aviso.
Por cierto ya me enteré, felicidades, rompiste dos compromisos solo para tener lo que querías dañar, por qué eso eres tú... daño, solo dañas sin importar que, muy buena la de tus amigos, con lo de la sangre humana y los hechizos, solo que eso solo te protege a ti y los tuyo ¿Qué? Vez, eres y siempre serás la perdición de y para todos"
PD: Yo también te extraño y pienso en ti en cada momento.
Te quiere tu asesino favorito.
A se me olvidaba, ya me llevé algunos.
Solo arrugo el papel, me ha dejado como estúpida, todos los ataques fueron distracción, solo quería dejarnos con las manos atadas, se llevó las reservas de oro y armas, las que nos quedan deben de tener muy poco armamento debido a los ataques, logró lo que quería que no me respeten, que ve vean como un fiasco, solo nos quedamos sacando los cuerpos y contando lo que queda.
— Princesa, solo queda la mitad del oro y dos cajas de armamento. —me dice uno de los guardias.
— Hay que trasladar esto al palacio, aquí ya no es seguro, el encargado se voló con ellos y las claves, debemos cambiar cada una y colocar a otra persona, mientras tanto hay que mover todo de lugar. — les digo sentándome en una de las cajas, pues, ya había dado la orden de sacar todo al exterior, solo esperamos a un camión para trasladar todas las cosas, nos lleva hasta el anochecer. El oro no es fácil de mover y menos de ubicar.
Una vez terminado me espera una no grata reunión con los demás Reyes, seis para ser exactos, sin contar sus cinco hijos y esposas.
— Entonces nos atacan a nosotros para robarlos a ustedes y la niña encargada solo nos dice eso. —la primera en decir algo es mi querida suegra Azeman.
— Yo de verdad lo lamento Mei, pero esto está fuera de control, murieron varios soldados y destruyeron casas sin razón y para nada, se te escaparon. —Nastiurna la madre de Oss
— Una chica no puede hacer lo que un hombre, ¿no crees que por algo se te pidió casarte? —Shalia la madre de Filarion, con dolor, punta y rabia en sus palabras.
En eso entra un guardia corriendo con un papel en mano, me lo entrega.
— Acaba de llegar y no es todo, está a nivel internacional la noticia. —Sin tanto preámbulo lo veo, es una foto donde aparecemos Darick, Filarion, Mara y yo, con el encabezado más lindo "la rompe corazones" sólo seguidos de estas palabras: "No le bastó con romper su compromiso, sino que también fue a romper el de la querida Mara Afal dejando no uno sino dos corazones rotos, comprobando que las más calladas son una amenaza"
Excelente, excelente.
Tiró la hoja solo para seguir con sus reclamos, yo solo me siento cansada, con hambre y quiero callar a todos de golpe.
— ¡Muy bien, Mei ya solo te faltaba colocar a mi hijo en ridículo, a no perdón ya lo está! —nuevamente Shalia y sus comentarios.
— ¡Ya mamá, déjala bastante tiene para que vengan con sus comentarios también! —sale Filarion defendiéndome— Además eso no es cierto, ella y yo decidimos terminar con nuestro compromiso por otros motivos personales que a nadie solo a ella y a mí nos conciernen.
— ¡¡Bueno, si no tienen más gratos comentarios me gustaría hablar!! —todos se callan, pues me toco gritar porque empezaron a discutir unos con otros— Excelente, bueno, de verdad, lamento que por mi culpa se les hayan dañado unas propiedades caras y que nunca utilizan, si no me equivoco eso fue lo que les destruyeron. —los miro a todos— si pedí un informe detallado que ya me entregaron. —se los tiro al suelo sentándome en la mesa del comedor.
— A por cierto, referente a sus acusaciones señoras, lamentamos los heridos y más a nuestros muertos, porque si hubo muertos, pero solo fueron soldados del Clan Lasare únicamente siete en total, del resto solo están heridos. Y referente al robo bueno por los momentos solo toca esperar a conseguir más armas del resto estamos desprotegidos o eso piensan. —les digo a todos.
— ¿A qué te refieres con eso Mei? —habla D'arcy.
— En ese lugar solo había un parte del verdadero oro y armamento, pero supongo que también ellos lo saben, por algo se tomó la molestia de dejar esta nota. —la saco y Darick la toma maldiciendo para luego leerla en voz alta.
— En fin, señores, señoras, aquí solo nos pusieron a jugar como niños y caímos como tontos, además los únicos perjudicados verdaderamente somos nosotros, ustedes no. —al fin todos se callan.
— El oro lo moví a un paraje más seguro y la única con acceso a él, soy yo, referente a las armas, bueno ya llamé a unos contactos, resulta que el mundo de las inversiones abre muchas puertas, y si me disculpan tengo que ir a enfermería. —me levanto para irme, pero mi padre me detiene.
— Todavía no tan rápido, uno la prioridad es que estés bien y apenas te dispararon, tenías que salir de allí y buscar ayuda no a estas alturas y dos ya di una orden para que tomen en cuenta tus operaciones, en otras palabras, tengas voz y voto. —asiento agradeciéndole con la mirada.
Ahora si me dirijo a la enfermería, solo que escucho pasos detrás de mí, al voltearme veo a Filarion.
— De verdad lamento el comentario de mi madre Mei. —me alcanza y empezamos a andar juntos.
— No está bien, en parte tiene razón, yo no te dije toda la verdad Fil y lo siento. —llegamos a enfermería donde me sientan en una camilla y empiezan a quitarme la chaqueta haciéndome jadear del dolor y mareándome a la vez por la pérdida de sangre.
— ¿Estás bien? —me pregunta preocupado ayudando a la ropa, pues tenía una camisa de manga larga, cargaba el uniforme solo que llevaba pantalón en vez de falda.
— Ha perdido mucha sangre, buscaré bolsas para darle. —se va la enfermera dejándome sola con Fil.
— ¿Y?
— No... estoy mareada... tengo sueño. —le digo recostándome sobre su pecho, realmente tengo mucho sueño, todo esto me está pasando factura. En eso llega otra vez la enfermera donde me cura la herida, para luego entregarme la bolsa de sangre que no demoró en tomar completamente, sintiéndome un poco mejor.
— ¿Mejor? ¿Te ayudo en algo? —me pregunta ayudando a bajarme de la camilla, mientras me mira atentamente, yo solo noto que tengo un top deportivo como brasier.
— Eh, si estoy bien... gracias de verdad... ahora... yo me voy. —le digo tratando de zafarme de esta situación tan incómoda.
— Espera... yo quería disculparme por mi actitud esta mañana, no debí reaccionar así, tú fuiste clara, nunca prometiste amarme ni mucho menos tienes que darme explicaciones. —me dice mientras me sostiene del brazo, acercándose más de la cuenta a mí.
— Está bien... solo que, si yo estoy con él es porque lo amo y no quiero hacerte daño a ti ni a Mara, no es mi... nuestra intención, pero en el corazón no se manda y por más que me quise negar a quererle simplemente no pude sin darme cuenta me enamore de él, solo lamento lastimarte, pero de amarlo no, jamás. —me sincero.
— Yo lamento que no me ames a mí. —me dice mirándome dolido.
— Fil. —me coloca un dedo en mis labios-
— Shh, no... yo no te lo digo por lo que pasa, yo lo digo porque, así como tú no pudiste evitar amarlo, yo no pude evitar amarte a ti, solo espero que sus demonios no te dañen como a muchas otras, Darick no es un hombre de amar, él solo busca obtener beneficios y ya, nada más. —me molesto.
— ¡Te equivocas, él me ama, lo sé! —le digo tratando de alejarme de él, pero me lo impide acercándome otra vez a él.
— Te equivocas, o ¿por qué crees que dejó a Mara? —lo miro extraño mientras forcejeo con él.
— ¿De qué hablas? —me extraña que diga esas cosas— es tu amigo, entiendo que te moleste que estemos juntos, pero de allí a hablar mal ya es diferente.
— No es diferente, yo no estoy hablando mal, solo la verdad, él se burla de todas las mujeres que "quiere" —hace comillas con sus dedos— eres solo su juguete nuevo, y bueno, si yo me equivoco ¿Por qué no ha dicho nada sobre ti? ¿Por qué aún no son novios? Por lo mínimo. —me pregunta haciéndome dudar.
No... No, él me ama.
¡Si tú lo dices!
No es momento para tu sarcasmo, conciencia.
No es momento para ser idiotas, él es su amigo, él sabe cosas que tú no, además tiene razón.
— Yo... mejor me voy, estoy cansada y... —me interrumpe.
— Y no quieras tapar el sol con un dedo Mei, sabes que tengo razón. —me suelto de golpe muy molesta.
— No, no la tienes y ya basta, si vas a estar hablando cosas así, será mejor que no me hables. —le determinó totalmente molesta.
— ¿Lo vas a poner a él, antes que a mí?
— No estoy poniendo a nadie sobre nadie, sino que no quiero este tipo de conversaciones... ya te dije, lo amo. —Y sin motivo me jala contra él nuevamente besándome, mordiéndome el labio en el proceso, trato de zafarme, pero estoy débil, él aprovecha eso para sujetarme fuertemente, lastimándome.
— Yo estoy buscándote y resulta que te encuentro muy ocupada. —al fin me suelta dejándome sorprendida y agitada.
— Darick... yo, esto no es lo que parece, déjame explicarte. —Me llenó de nervios por lo que vio.
— No hay nada que explicar, todo está muy claro. —se le va encima a Fil golpeándolo, trato de separarlos, pero parece imposible.
— Eres un infeliz, se supone, somos amigos y ¿la besas? —lo golpea más fuerte.
— Darick por favor déjalo, ya basta. —siguen sin escucharme y para completar aquí en enfermería ya no hay nadie.
— ¿¡Amigos!? Eso fue antes de quitármela, no te bastó con jugar con Mara, también la quieres a ella. —se voltea golpeándolo rompiendo varias cosas a su paso.
— ¡Cállate, tú no sabes nada! —le grita de vuelta a la vez que le pega más fuerte.
— ¡Ya basta! —al fin logró separarlos abriéndome más la herida.
— Sí sé, ella me contó lo que le hiciste, tú solo te la llevaste a la cama y luego la botaste. —le grita sorprendiéndome.
— ¿Qué?, ¿eso es cierto? —pregunto entre adolorida y sorprendida.
— Mei... mi amor... deja... yo... —trata de explicarme, pero con sus palabras vagas solo lo confirma.
— ¡Es cierto! —retrocedo pegándome a la pared, solo puedo pensar en la vez que hicimos el amor, yo me entregué a él y ella también.
Solo juega con las mujeres.
Solo espero que sus demonios no te arrastren como a muchas otras, Darick no es un hombre de amar, él solo busca obtener beneficios y ya, nada más.
— Mei, yo solo quería... —me dice Fil tratando de acercarse a mí, pero Darick lo empuja para agarrarme.
— No me toques, mentiroso... claro, por eso tantas largas para romper el compromiso... ¡Por qué te acostabas con ella! ... ¡Por eso me fue a reclamar! —lo encaro molesta.
— ¿Ya ves lo que haces? —le grita a Filarion.
— No te atrevas a reclamarle, cuando lo que ha hecho es ver la clase de persona que eres. —lo enfrentó metiéndome en el medio.
— Clase de persona ¿yo? ¡Tú eres la que se estaba besando con él, mientras anoche me decías que me amabas!... —Sin poder evitarlo, lo abofeteó, fue como un reflejo automático, desencadenando mis lágrimas, las limpió rápidamente y con fuerza aguantando las demás que quieren salir junto con esas, se me ocurren tantas cosas que decirle, pero nada sale de mi boca, así que solo corro hasta mi habitación donde me encierro y dejo salir toda mi frustración del día.
Escucho como tocan mi puerta, pero no me interesa hablar con nadie, solo sé que al final la abren y escucho unos pasos.
— ¡Ay Mei! Por dios mira como estás. —entra Dhalleeah, supongo que me veo horrible, llena de tierra y sangre, sin contar que seguro estoy todo roja, por tanto, llorar, sin importarme nada, me lanzó a sus brazos.
— ¡Ya aquí estoy, aquí siempre voy a estar! Déjalo salir, saca todo eso pequeña. —me dice para hacerme llorar más mientras me acaricia el cabello suavemente, haciéndome acordar de anoche que me entregue a él, también me acariciaba el cabello igual.
— No hagas eso, por favor, me recuerdas a... —ni siquiera puedo, ni quiero pronunciar su nombre.
— ¿Quieres decirme que paso? —asiento para empezar a contarle lo que pasó anoche y lo de hace rato, ella solo se me queda mirando.
— ¿Y?, ¿no vas a decir nada? —le pregunto un poco preocupada.
— Es que no sé qué decir, realmente pensé que te amaba, se veía en su mirada... bueno en la mirada de ambos, ¿y si es mentira? Puede ser solo para separarlos, es decir, ella está enamorada de él y Fil de ti.
— Si fuera así él lo hubiera desmentido y no lo hizo.
— Sí, pero también puede ser que se haya acostado con ella antes de estar contigo. —se levanta y empieza a dar vueltas en la habitación.
— Si fuera así no le hubiera dado tantas largas para romper el compromiso, además él no dijo nada.
— Tampoco le diste tiempo, solo lo atacaste. —se levanta de hombros.
— ¿De qué lado estás?
— El tuyo, solo que esto no me cuadra, es decir ella va sale el anuncio ese, luego él te besa y luego sabes lo de ellos, yo creo que lo planearon y ustedes cayeron, porque de paso en vez de tratar de explicarte solo te reclamo un beso que ni diste. —me explica haciendo que me dé cuenta de su trampa.
— Tienes razón, ¿sabes qué? Necesito tu ayuda. —le digo levantándome y cogiendo unas cosas.
— ¡Lo que sea, solo dime! —le explico lo que tiene que hacer mientras yo me arreglo.
Querían guerra, guerra tendrán...
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