Capítulo 1***
Mi madre me contó que cuando nací lloro, mi padre me dejo en sus brazos, luego de verificar que efectivamente era niña se encerró en su despacho, no salió ni comió por una semana, que de hecho me fue a ver cuándo ya tenía tres meses antes se reusaba tener todo contacto conmigo, nunca dice por qué, fueron temporadas difíciles supongo.
Y bueno, a mis 5 años me gustaba meterme en problemas, era la única manera que tenía de ver a mi padre, un señor escalofriante e imponente a la vista de todos para mí, solo una máscara que usar para con los demás. Recuerdo bien, el día que me defendió ante el gran consejo estaba en su despacho cuando llegaron a interrumpir.
— Su majestad, el consejo va a empezar, debemos apresurarnos— le decía hankis su fiel consejero, asiente suspira y me mira.
— ¿Prestaste atención a todo lo que te dije Mei?
No
— Si papi... Perdón majestad, si majestad — niega, se levanta y se va, yo como toda niña tranquila de 5 años lo sigo por los pasajes ocultos del palacio y es que en la biblioteca real se encuentran cosas realmente interesantes como por ejemplo como burlar a todos los guardias mediante pasajes ocultos, claro eso solo está en la sección prohibida, pero bueno si tiene un letrero grande en letras doradas que dice no entrar ¿cómo resistirse a entrar? Nadie puede juzgar.
Luego de llegar al gran salón de reuniones secretas ya no tan secreta, porque déjenme decirles si yo con 5 años pude dar con este salón ¿quién no? Me escondo bien, no quisiera que supieran que estoy acá, los problemas que atraería serían muchos.
— ¡Ella no es la primogénita, ella es tu segunda hija y de por menor mujer, es un insulto a nuestras costumbres ¡— grito el ministro o ¿será el concejal?
Se levantó mi padre molesto, camino hasta él y lo golpeó, yo cubrí mi boca totalmente asombrada, jamás había visto a nadie tan furioso, se giró, arreglo su traje y dijo:
— Ella es mi hija, tiene nombre es Mei Arasari Woodenclaw Crystalmist es una heredera del Clan Lasare, es mi heredera así lo quiso la luna y el sol, ninguno de ustedes es digno de decir lo contrario, en dado caso el que se atreviese a hacerlo ya sabe lo que le espera - mira al hombre inconsciente detrás de él— mi hija será la más grande de entre todas las mujeres y hombres, más grande de los que estamos aquí reunidos de eso me encargaré yo, y si es por su entrenamiento, pues será el mismo que el de un heredero, porque eso es, mi heredera. —
Los mira a todos determinadamente y sale, dejándolos a su vez perplejos, luego de unos minutos todos van saliendo, supongo que aprobando lo que mi padre menciono. Espero a que todos se vallan para salir de mi escondite, cuando al fin estoy afuera alguien me dice.
— ¿Acaso no te han enseñado a no espiar niña? — jadeo por la sorpresa me quedo mirándolo sin poder decir nada, solo pienso en una cosa ¿Por qué no me regrese por donde vine? A sí, da al despacho de mi padre y a estas alturas ya debe estar hay – y de paso eres muda, bueno así no andarás de chismosa. —me giro rápidamente y le digo.
— Yo no soy chismosa. — baja su mirada, y lo veo haciendo que el mundo se detenga, y ahí está el hombre más guapo que he visto.
Como si vieras a muchos.
Sus ojos son dos zafiros que te invitan a perderte en un mar de aventuras sin fin, llamando al peligro, uno muy, muy incentivan te, y es que a mis 5 años creo que ya conocí a la perdición.
— Y... Yo... Yo solo me perdí. —
¿De verdad? Es lo más tonto que has dicho
— Aja y porque no mejor vas a buscar alguna muñeca, así dejas de husmear niñita, ve a buscar a tu madre, deja de molestar. —
Arrogante muy arrogante.
Suspiro, me agarro el puente de la nariz, me preparo para responder, pero escucho pasos colocándome alerta, me escondo detrás del ojiazul, veo que llega un guardia de papá, hace una reverencia
— Disculpé su Alteza real, estamos buscando a la princesa Mei ¿no la ha visto?
—No sé quién es la princesa Mei. —
Ahora si me ofendió este idiota huy quisiera golpearlo, espera dijo ¿alteza real?
— Bueno, es una niña de cinco años con ojos violeta y rubia— veo como se tensa y yo aprovecho para salir de atrás de él.
— Bueno, me perdí y llegué hasta acá— le digo de la forma más inocente.
— Alteza real, por favor, acompáñeme su madre la necesita. — dice un poco nervioso, algo está mal supongo, igualmente lo sigo, no sin antes darle una última mirada al idiota de ojos azules hermosos.
¿En serio?
Llego al despacho de mi madre, ella está llorando
— ¿Qué pasa mami? — realmente me empiezo a preocupar. Me ignora para preguntarle al guardia.
— Estebam ¿está todo listo?
— ¡Sí, majestad! — Se agacha a mi altura y dice.
— Tienes que ser fuerte, él te va a llevar a un lugar seguro, aquí ya no lo es....
— Pero mamá...
— Pero nada vete... rápido, váyanse. — me abraza fuerte y me mira, no logro descifrar su mirada. En eso llega mi padre con más guardias.
— ¿Qué haces acá? No permitiré que te la lleves — Le dijo mi madre muy angustiada, tomándome en sus brazos.
— Déjame cargarla, me arrebato de sus brazos para alzarme él. — juro que siempre te voy a proteger de todos y todo. — a su vez me llevaba a la puerta alejándome de mi madre y asustándome en el proceso.
— ¡Nooo! dámela, no... Pu... Puedes hacer eso, ¡es... Solo una... Niña! — decía mi madre mientras no dejaba de llorar y era sostenida por varios guardias.
— ¿A dónde vamos papi? — solo se quedó callado, me llevo a las afueras del palacio donde estaban los del consejo y el ojiazul. Me dejo en el piso, se agachó a mi altura, solo me miro sin decir nada. — ¡Papá! ¿Qué pasa?
— Ellos te llevarán a un lugar. —me informa de forma triste, aunque lo disimula muy bien.
— Princesa, acompáñenos— dice alguien, pero yo solo lo miro a él descifrando su dolor y es que en las miradas de las personas se puede saber mucho. En eso me agarran del brazo e intentar jalarme, yo hago uso de mi poder y lo lanzo lejos con solo mover mi mano, me acerco de regreso, le agarra la cara con ambas manos nuevamente haciendo uso de mi poder, pero esta vez leyendo su mente, todos quedan sorprendidos, lo sé por sus jadeos.
— ¿Sabes usar tus poderes? - yo solo lo puedo pensar en lo que vi, tanto que mi cabello se oscurece, si cambia de color según la emoción y la de ahora, es algo que jamás había sentido, es rabia, es odio, es dolor tanto que no lo quiero ver más, no quiero volver al castillo donde me han mentido todo el tiempo, es solo un lugar donde me han preparado como si fuera un animal esperando el mejor momento para acabar conmigo.
— Hija, por favor no hagas esto más difícil, sube al auto— lo miro una última vez, suspiro cierro mis ojos, me giro, abro mis ojos lentamente alzando la mirada, camino hasta el auto y veo mi reflejo, ahora tengo el cabello castaño oscuro se debe a la represión de mis sentimientos, yo misma abro mi puerta y me subo al auto.
Bueno de ese día ya han pasado diez años y si como dije no los volví a ver literal se olvidaron de mí, me mintieron, me defraudaron, me metieron en un internado para entrenarme para ser un soldado, deje de ser la niña de papi para convertirme en una máquina de matar que si entiendo perfectamente a mis 15 años que es necesario son la heredera del trono Lasare, he aguantado humillaciones, burlas, golpes porque si, más de una vez me golpearon solo para que me fuera con tal de no ver a una mujer acá, así de machistas son, eso me ha hecho fuerte más fuerte que ninguno tal como él lo dijo.
Desde mi partida solo llegan noticias de grandiosos bailes de la casa Lasare donde se les ve feliz sin mí, donde solo presumen de sus otros hijos, no han venido, ni una sola vez, la verdad, no entiendo por qué solo sé que este día es la graduación y por fin saldré de aquí porque a pesar de haber aprendido tantas cosas como usar mis poderes a la perfección, combates de cuerpo a cuerpo con armas o sin armas, idiomas, normas de la realeza y demás, en fin saldré de aquí solo espero a la entrega de títulos.
Todos los grandes clanes están acá empezando por mi familia, el clan Lasare que sí que ha crecido.
Madre mía tengo 7 hermanos.
Le sigue el clan Vutteterra o mejor dicho vampiros egocéntricos, por cierto, está el ojiazul irritante y presumido, el clan Mahc (magos y hechiceros), el clan Dreare compuesto por los exigentes Elfos, el clan Raidne que son las Sirenas y por último no menos importante los Mitia el reino Hada de donde proviene mi madre.
(....)
— Ahora pido que sus Altezas reales herederos de los clanes pasen al frente y den unas palabras— menciona el director de la Academy of Aragetnerry
¿Qué? ¿Este no tiene nada mejor que hacer?
Igualmente, nos colocamos de pie con nuestros respectivos uniformes de gala, un pantalón negro, camisa blanca, corbata morada y blazer negro, cada una con sus insignias distintivas, en mi caso unas medias pantis negras con falda hasta la rodilla, camisa blanca, corbata morada y el mismo blazer, pero con pocas insignias, a y a diferencia yo llevo botas largas negras y ellos zapatos negros de vestir.
El primero en decir algo es Oceanidouss Astassec el rey del imperio Mahc, seguido de Darick Deathtoe del imperio Vutteterra, de tercero Filarion Dazorwyn imperio Dreare, Ciro Viteuil del imperio Reaine y Luke Crystalmist del imperio Mitia. Mierda mi turno Mei Arasari Woodenclaw del imperio Lasare.
Me coloco en frente de todos sin saber que decir, solo toca improvisar – El día de hoy es un nuevo comienzo para todos y cada uno de... Nosotros... hoy no solo es una graduación más, es...— en eso veo una luz brillante, escucho un carraspeo miro y es Luke haciendo señas, me giro nuevamente al público – he disculpen, como decía, es un día... Donde la prosperidad y la esperanza reina convirtiéndose en nuestro mañana— en eso veo otra vez el pequeño destello que logro descifrar como un arma y por la distancia supongo que debe ser un francotirador, no solo eso se para quién va dirigida.
— ¡Todos abajo ahora! - grito, no sé cómo paso, pero solo sé que me balanceo sobre mi madre justo a tiempo para recibir el impacto, solo escucho gritos, siento como alguien me agarra y llora, tomo se vuelve negro.
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