El me correspondió el beso, sentí como sus manos se posaron sobre mis aún humedecidas mejillas.

Luego de unos segundos me aparte de él y caí en cuenta de lo que estaba haciendo.

—¿Qué sucede? —se incorporó.

—Esto está mal, ni siquiera te conozco, creo, y ya te —sin poder terminar la frase toque mis labios.—No se que pasa conmigo, lo siento.

—Está bien, ¿Cuál es el problema? —habló despreocupado.

—¿Cuál es el problema? Entonces ¿Besas a cualquiera que encuentres por ahí? —su pregunta me molestó.

—No quise decir eso —Rió incómodo.

—Pues no pareció así —Estaba exaltada, muchos sentimientos en un día.

—Tranquila Cornee no beso a cualquiera por ahí. Es solo que tu, yo no siento que seas cualquiera. —habló confundido.

—Para mi, si eres cualquiera —mi orgullo no me permitió ser sincera.

—Oh —susurró y luego miró el suelo —Entonces lo siento Cornelia.

—No tienes porqué disculparte, el error fue mío, ahora vete por favor —me crucé de brazos y mire hacia un costado, mientras lo observaba de reojo.

Dylan al igual que un gato se puso en cuclillas en el marco de la ventana, volteó a verme con tristeza y saltó hacia la calle.

《Fui una estupida, estupida, estupida.》

Me tiré sobre la cama boca abajo y ahogué un grito en la almohada.

Para lograr desviar mis pensamiento y conciliar el sueño comencé a contar ovejitas pero ellas lentamente se convertían en gatos negros de ojos azules.

《Si, una gran pesadilla.》

Por la mañana lo primero que inundó mi mente fue el beso que había tenido con el.

Me incorporé y me dirigí al baño, lave mi rostro e hice mis necesidades.

Al salir, ya más despierta note algo muy particular. Mi madre no estaba en casa.

《Creo que me sobre pase con ella ayer.》

Suspiré fuerte y me dirigí a la cocina para preparar mi desayuno.

—¿Dónde se habrá ido? —me pregunte para mi mientras le daba otro bocado a mis waffles.

Luego de pensar por unos segundos una idea se hizo presente en mi cabeza.

A veces para recordar necesitas ir al lugar ese el cual no recuerdas muy bien.

Muchas veces en mi mente se presenta un colegio sombrío, unos bosques oscuros, y un chico con orejas y cola de gato.

Si tan solo lo encontrara seguramente recordaría más cosas.

《¿Pero quién es? ¿Dónde lo encuentro?》

《Tengo que ir al colegio, aunque realmente no quiero-suspiro- tomé mi mochila, me puse mis rollers.》

Salí, cerré con llave y tomé camino al colegio.

Pude ver a Dylan en su forma gatuna caminando por la medianera a mi lado.

Lo mire molesta y apresure mi andar.

Claramente me estaba retando a una carrera ya que comenzó a correr.

Lo volví a mirar enojada y tome mas carrera.

Ambos exhaustos llegamos a la puerta del colegio.

《Nadie había llegado, es mi primera vez llegando primera.》

Volví a mirarlo y ya no estaba.

《Genial llegue primera y ahora estoy sola.》

Entre lento a la institución y solo algunos profesores estaban presentes.

—Alumna, llega temprano. — un hombre se me acercó.

《Será profesor de cursos menores al mío, supongo.》

—Si

—Busca a Sebastián

—¿Disculpe?

—Sebastián el té ayudará con tus recuerdos. Tú lo conoces —río.

—Sebastián

—Lo recordarás por sus bellas orejas y cola de gato —levantó una de sus cejas.

—Disculpe ¿Quién es usted? —estaba hablando del chico de mis recuerdos.

—Eso no es importante Cornelia, encuentra a Sebastián.

《¿Qué? ¡Desapareció! ¿No está? ¡Me volveré loca!》