Cap 43
El teléfono sonaba insistentemente, en la casa apenas se escuchaba más ruido que ese y del viejo reloj de péndulo. Mark algo adolorido y muy dormido bajó hasta la sala para descolgar.
Mark: -dormido- si?
¿?: hola, hola cariño!
Mark: mama, para que llamas?
Alya: te tengo una gran noticia, estamos de viaje para allá.
Mark: si, sí; QUE! Como que venís hacia acá?
Paul: dile que no chille que le estoy escuchando.
Alya: estamos ya de viaje, creemos que podemos estar para las doce del mediodía, sabemos que estarás en clase pero bueno, haremos tiempo por la ciudad.
Mark: -sarcástico- fantástico.
Alya: te dejamos que tengo el móvil cargando y se me acaba la batería. Chao!
Mark: adiós, mama –cuelga- éramos pocos y pario la vieja.
Se subió a la habitación para empezar a prepararse para ir al colegio, pero el celo le pegó fuerte ese día y los calores no los podía calmar de la misma manera que otras veces, con un poco de agua fría.
Cogió su teléfono para llamar a su amigo y decirle que ese día no podía ir a clases.
Mark: Carlos, puedes decir que no voy a ir hoy? No me encuentro muy bien.
Carlos: es por el celo, verdad? Está bien, cuídate y no hagas cosas raras.
Mark: más de las que ya estoy haciendo? no creo.
Fran: no asistirás a clases, verdad?
Mark: no, me está pegando muy fuerte el celo hoy, espero que se acabe pronto.
Fran: no te gusta el calentón que se siente cierto?
Mark: hoy es horrible, otras veces es más soportable.
En clase
Oliver: hola.
Carlos: hola, como te encuentras?
Oliver: genial, no está Mark? Supuse que ya habría llegado.
Carlos: se quedara en casa hoy, el celo no se lo está poniendo nada fácil hoy. Necesita de ya sabes para eso.
Oliver: es horrible no tener a nadie que te ayude, creo que los celos desincronizados son más duros que los normales.
Carlos: pues no debe de estar pasándolo nada bien.
Las clases terminaron, estaban en el descanso y Oliver se encontraba solo en el baño. Pero su soledad termino cuando la banda de matones entro en el lugar, todos con una gran sonrisa en la cara. El lobo gris ya se veía venir que era lo siguiente e intentó salir del lugar disimulando que no había pasado nada, pero ninguno de ellos le dejo dar más de dos pasos.
Tiburón: vaya, vaya, vaya. Pero si esta nuestro gran amigo cerebrito. La otra vez tuviste la ayuda de ese hijo de la gran puta que te libro de tu merecido.
Mono: esta vez no será así –le da un puñetazo en la cara- quien vendrá ahora a salvar al cobarde?
Oliver: sois vosotros los cobardes, tres contra uno; yo no me escondo junto con otros para ser más fuerte. Solo os metéis con los más débiles porque si lo hacéis con alguien de vuestra altura perdéis.
Tiburón: caya puto! Me vas a comer todo lo que tengo aquí como no te calles.
Oliver: tiene gracia, un amigo me enseñó a ser inflexible en estas situaciones; parece que eso os pone nerviosos.
Mono: enséñale quien manda jefe!
Tiburon: eso esta hecho!
El chico fue golpeado nuevamente en su estómago; igual que la primera vez, se retorció de dolor luego de caer al suelo.
"Mark: Intenta mantener la compostura ante ellos, después de muchos golpes aprendes que esta postura fastidia a los matones al ver que no te afecta sus golpes."
Las palabras del su rival resonaron en su cabeza, podía intentar poner en práctica su consejo a fin de cuentas, no tenía gran cosa que perder.
Oliver: aparentemente –se levanta- no aprendieron nada sobre la lección de mi amigo, un consejo; como vuelvan a golpearme se las tendrán que ver con el lobo blanco, ahora si me disculpan tengo a una clase que asistir y vosotros un castigo que cumplir.
Los tres se quedaron mudos y dejaron pasar al lobo gris, esperaban que no hablara con el chico grande y musculoso que dejo en el suelo a su jefe, el tiburón era uno de los chicos más fuertes y resistentes de la escuela, para hacerle daño había que ser mucho más fuerte y ese lobo lo era.
Carlos: vaya te tardaste un poco... y esa cara?
Oliver: los matones volvieron a hacer de las suyas.
Carlos: pero como has salido sin casi ningún rasguño?
Oliver: tu amigo tuvo razón en algo, si les muestras que te importó poco entonces enfurecerán porque no están consiguiendo lo que querían, y si a esto le sumas la ayuda de terceros más fuertes que ellos pues no les queda más remedio que aguantarse.
Carlos: ojala a Mark le hubiera pasado lo mismo.
Oliver: esto lo aprendí de él, siempre debe haber alguien que intente y sufra para que otros no lo hagan.
En casa de Mark
Eran cerca de las doce y los padres del joven no aparecían por ninguna parte, supuso que les volvió a pillar el atasco.
Mark: otra vez que no llegan, se habrán comido otro atasco.
Fran: pero normalmente no hay, estas seguro que dijo que estarán para las doce?
Mark: sí, vamos, estaba muy dormido como para decir una respuesta coherente, si me hubiera preguntado cualquier cosa seguro le respondo con lo primero que se me vino a la cabeza.
Fran: es típico de ti cuando estas muy dormido, mira son esos.
Alya: hola chicos!
Los cuatro: Mark! Fran!
Mark: hola pequeñines, que tal el cole?
Igor: he sacado sobresaliente en todas las asignaturas!
Dan: yo he sacado notables.
Fred: no me han dado notas.
Ray: he suspendido matemáticas y ciencias naturales.
Fran: vaya hay una amplia variedad para las notas, no Mark?
Paul: pues es normal, por cada sorpresa buena viene otra mala.
Alya: ya los conoces, parece mentira que no sepas que cada uno actúa diferente al otro en muchas materias.
Mark: pasad, no os quedéis fuera; ya te ayudo con las maletas.
Paul: no es gran cosa, espera coge mejor esta que es de tus hermanos y así la subes a su habitación.
Fran: te ayudo con esa, déjame subirla a mí.
Los familiares se metieron en la casa y deshicieron las maletas en sus respectivas habitaciones.
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