Cap 18
Carlos: Mark, despierta!
Mark: no Fran!
Todos se quedaron mirándole con una extraña cara.
Carlos: jaja, que gracioso Mark, tu pequeño primo tercero no está en clase.
La profesora estaba de brazos cruzados enfrente del joven lobo.
Profesora: Mark, llevas tres días durmiéndote en mis clases!
Mark: si, si, déjeme dormir.
Profesora: Mark al despacho del director!
Todos: QUE!?!?
Profesora: que pasa, he dicho algo raro?
Delegado: no pero sorprende que le mande al despacho del director a alguien que siempre ha hecho todo bien.
Mark se había levantado de su asiento pero a los dos pasos se cayó al suelo y se durmió nuevamente.
Carlos: jaja, creo que no tiene fuerzas ni para irse al despacho del director.
Profesora: si sigue así entonces tendremos que llamar a sus padres.
Mark: - se despierta- llamar a mis padres?
Profesora: si, exactamente; ahora al despacho del director!
Mark: está bien...
Nada más llegar al despacho y sentarse en una silla se quedó dormido una vez más, al poco tiempo llegó el director, un búfalo bastante mayor que se quedó impresionado cuando vio a uno de sus alumnos dormido, ya había visto que muchos hacían trastadas, o pintaban la pared o se dedicaban a buscar exámenes, pero nunca que se quedaran dormidos.
Director: ejem.
Mark: -despertándose- eh? Director!
Director: a que se debe tu visita? Vienes a quejarte por algo?
Mark: la profesora me envió aquí.
Director: -sorprendido- que la profesora te mandó venir?!
Mark: me dijo que por haberme quedado dormido en sus clases pues que viniera.
Director: entiendo, sabes, eres el único alumno que lo envían por haberse dormido. Eh?
Se volvió a quedar dormido por tercera vez. Fran da bastante trabajo y esa noche dio aún más de lo que podía dar, el resultado es no dormir en toda la noche y quedarse dormido en clases.
Director: por eso te enviaron, entonces tendré que hablar con tus padres.
Mark: -despertándose- ha-hablar con mis padres?!
Director: sip, no podemos tolerar una conducta así y más aún si dices que no es la primera vez.
Mark: vaya molestia.
Director: sé que no es agradable pero es lo que hay.
El joven lobo regresó a su clase y para variar, esta vez no se durmió en absoluto, lo hizo nada más llegar a casa y subirse a su habitación.
Fran: ya estas –lo ve durmiendo en la cama- en casa.
El gran lobo cogió el teléfono y llamó al amigo de su creador, Carlos.
Carlos: si?
Fran: hola Carlos, soy Fran; me gustaría pedirte un favor; puedes venir y prepararme la comida?
Carlos: adivino, Mark se ha quedado dormido nada más llegar a casa.
Fran: si, y no ha preparado la comida.
Carlos: pues va a ser que yo no sé cocinar; espera que llamo a Diana que ella si sabe, puede que te ayude.
Fran: gracias!
A los pocos minutos una chica husky llamó a la puerta, sin mucho esfuerzo preparó lo primero que encontró en la nevera y se marchó del lugar. Fran comió solo, sin poder conversar con Mark como solía hacer cuando regresaba de la escuela. Tras terminar de comer se subió a la habitación de su creador y se acostó junto con él, rodeándolo con sus grandes y fuertes brazos, como si fueran a venir a llevárselo.
Se despertó solo, no había nadie más en la habitación, pero pudo escuchar a alguien hablar en el piso de abajo.
¿?: Es enserio? Mira, no tengo tiempo ahora de eso, ya tengo suficientes problemas –cuelga- dios, vaya día, ah! Fran, despertaste al fin.
Fran: desde cuando no estas durmiendo en la cama?
Mark: desde hace diez minutos. Oye tengo que decirte algo.
Fran: que es?
Mark: -sonrojado- repite lo del sábado.
Fran: seguro que quieres?
Mark: te parece que realmente no quiera?
El grandote se le acercó hasta estar casi, literalmente, encima suyo y es que la enorme diferencia de tamaño hacia que necesitara agacharse para darle lo que pedía, un beso, simple y corto pero necesitado beso.
Mark: -sonrojado- gracias, mis padres van a venir mañana.
Fran: y quieres que me quede escondido, verdad? Entiendo.
Mark: no, no quiero eso; ya inventaré algo para ellos pero no quiero que te escondas, no vas a estar escondido mientras ellos estén.
Fran: quieres que este contigo?
Mark: si, pero antes debes saber una cosa.
Fran: que cosa?
Mark: ya no me lo puedo aguantar más, Fran, yo... yo te cree; soy en parte, tu creador.
Fran: no entiendo.
Mark: ven –llegan al laboratorio- tu como tal, nunca exististe, eres una creación mía, compuesta por varias partes de otras fursonas, combinadas en una a la que di vida.
Fran: eso no es posible.
Mark: no te has preguntado porque no te acuerdas de más cosas que hiciste? No pensaste en porque no tienes recuerdos de cuando eras pequeño, un crio o un adolescente?
Fran: yo pensaba que era porque había perdido la memoria y que algún día me acordaría.
Mark: ya te respondo yo a eso, nunca fuiste un crio o un adolescente; bueno, no como tú. Todas las fursonas de las que conseguí tus brazos, piernas, cuerpo y cabeza si tuvieron infancia y adolescencia. Tú no debido a que nunca fuiste un crio.
Fran: porque me cuentas esto?
Mark: porque ya no me lo puedo callar más, no hace mucho que te creo y siento que si no te lo cuento voy a reventar!
Fran: puedo saber la razón?
Mark: estar solo, no tener a nadie que te quiera, ser utilizado y siempre estar dando para recibir un buen revés que te deja para el arrastre. Esa es la razón, tienes una función y es el quererme, estar conmigo y no separarte de mí.
Fran: por eso no puedo salir de casa?
Mark: la razón principal es porque no eres alguien normal del todo. Si la gente te descubre vendrán a por ti, y si yo apenas me puedo defender de los matones no voy a poder defenderte!
Fran: me quieres?
Mark: estoy en proceso, si no te quisiera no te hubiera creado, ahora no lo ves más lógico?
El contrario se empezó a reír levemente, no podía creerse lo que acababa de decir, Mark había cogido una silla y la había puesto enfrente de él, se subió en ella para estar a la altura del grandullón y se le acercó para susurrarle.
Mark: pero lo estas consiguiendo.
Y acto seguido le dio un abrazo que duro un par de minutos seguido de un beso en la mejilla.
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