John: hay mi cabeza...dónde estoy?

Emily: por fin despiertas, Spike ha dicho que te encontraras algo mareado después de estar un día dormido por un tranquilizante. Enserio, que tan problemático puedes llegar a ser?

John: Emily, tenemos un código blanco.

Emily: no, dime que no.

Spike: entonces mis sospechas eran ciertas! Jefe, se ha vuelto a llevar a cabo el "proyecto R"!

John: no chilles que me duele la cabeza.

Jefe: y bien, como ha salido?

Emily: recuerda lo que nos dijo Spike? Ese chico ha desarrollado y probado con éxito una máquina que ha logrado resucitar a una fursona.

Jefe: bien, digo mal, no sabemos sus intenciones, no queremos que se vuelva loco y se le ocurra dominar el mundo.

John: lo bueno es que sea de donde sea que consiguiera los recursos para llevarlo a cabo es prácticamente imposible que pueda llegar a hacer el proyecto en masa.

Emily: lo que significa que en ese caso lo tendrá difícil para crearse a un ejército de superfursonas, aunque no estamos seguros de sí sea necesario un ejército para ello en el caso de.

Spike: pues John lo trajo ayer a las instalaciones.

Jefe: que hiciste que?!

John: pensaba pedirle al experimento para poder investigarlo mejor y en caso de que se descontrolara poder detenerlo, pero se negó en redondo y cuando iba a avisar a Emily de que enviara a un grupo para traerlo me disparo el tranquilizante.

Emily: claro! Tu mejor idea fue amenazarle con quitarle su "experimento"!? En verdad te mereces haber estado un día durmiendo.

Jefe: basta de chácharas! Necesitamos más información acerca de nuestro código blanco, sabemos por lo menos sus datos?

Spike: he estado investigando y he sacado tres posibles sospechosos.

John: dime por lo menos de que raza son.

Spike: de hecho tengo más que eso; sospechoso nº1: Andrés Belmonte, 21 años, pastor alemán de pelaje café, 1.5m de altura.

John: es bajito, fácil de esconder, diría que puede ser él nuestro objetivo.

Spike: sospechosa nº2: Elizabeth Scarlett, 23 años, es una gueparda con manchas marrones, pelo castaño largo, 1.7m de altura.

Emily: yo me decantaría por los varones, ten en cuenta que muchos de los científicos preferirían haberse hecho un experimento así con un varón.

John: nunca he entendido eso.

Spike: sospechoso nº3: Francisco Javier de la Vega, 19 años, es un tigre de pelaje azul, con una cresta roja, algo muy poco corriente; 1.67m de altura.

Emily: como sabes que son nuestros sospechosos? Y de dónde has sacado sus datos?

Spike: no ha sido tan difícil de encontrar, solo he tenido que ir al archivo del ayuntamiento de los empadronamientos del día siguiente a cuando ocurrió, descarte los menores a 18 años pues todos ellos eran bebes recién nacidos. Otra cosa en la que me he fijado es que ninguno de ellos presentó fotografía, lo que le da más fuerza a que pueden ser nuestros objetivos.

John: bien, iremos mañana a la casa y...

Jefe: no John, esta vez para no estropear nada ira Emily, parece tener más tacto en situaciones "peligrosas" y de máxima preocupación.

Emily: está bien, pero que se supone que debo conseguir? Digo sé que tenemos que hacer pruebas con su experimento pero le pido que nos lo dé o que colabore o algo así?

Jefe: lo que consideres oportuno, pero hazlo.

Emily: si jefe!

Jefe: pues eso, vas mañana.

Al día siguiente

John: parece que está en la casa.

Emily: ya sabes que hacer no? Estarte quietecito aquí y no hagas nada, no sea que lo fastidies, otra vez.

La gata se acercó a la puerta del edificio y llamó al timbre

Mark: un momento!

La gata esperó a que el dueño abriera la puerta pero pese a la espera, la puerta no se abrió.

Ding-dong

Mark: si, ya voy!

Al poco la puerta se abrió y Mark saludo a la mujer.

Mark: oh señorita Emily, que sorpresa verla por aquí!

Emily: puedo pasar?

Mark: claro, quiere tomar algo?

Emily: si, un café por favor.

Mientras esperaba al café la gata intentó hablar acerca del experimento.

Emily: el agente John fue disparado y sedado por 24 horas, sabe usted algo?

Mark: disparado? Por dios, se encontrará bien supongo.

Emily: fuiste tú quien lo hizo verdad?

Mark: disparar a alguien es algo que aún no he hecho. Por lo tanto no he podido ser yo.

Emily: tú eras el único que estaba con él en el momento del suceso, por lo tanto has tenido que ser tú.

Mark: jeje, no comprendo su acusación si ni siquiera portaba ningún arma en el momento, tampoco había ninguna a mi alcance.

Emily: no llevabas nada aparte del...reloj, el arma está en el reloj!

Mark: chica lista, pero tranquila, no la usare contra usted, no sin un motivo.

Emily: quiero verlo.

Mark: -se lo piensa- quítese todo, a excepción de la ropa claro.

La chica hizo lo que le pidió el lobo y se desprendió de todo objeto que normalmente lleva un agente.

Emily: no es necesario que me esposes.

Mark: no quiero que te acerques a él, ni que le toques y para asegurarme esto es lo que se me ha ocurrido, o prefieres que use una cuerda?

Emily: creo que con las esposas es suficiente.

Ambos caminaron en dirección al laboratorio donde se encontraba Fran, la mujer se impresionó al ver al gran lobo blanco que, contra todo pronóstico para poder ser escondido, era completamente lo contrario a lo que le habían dicho en el cuartel.

Emily: wow. Es...muy bello.

Mark: si, pocos se lo han dicho, yo entre ellos.

Emily: puedo preguntar algo?

Mark: adelante.

Emily: nos gustaría saber más acerca de tu "amigo" asique, podrías darnos más información sobre él?

Mark: su nombre es Fran, mide 1.9m, es un lobo blanco, y tiene una edad física de 23 años, es lo máximo que te puedo decir.

Emily: entiendo, supongo que si te propusiera venir con nosotros para investigar más te negaras, verdad?

Mark: si ya sabe la respuesta para que pregunta.

Emily: puede ser peligroso.

Mark: según me dijo tu compañero el efecto secundario principal es la superfuerza, aunque no sé cómo si nadie antes lo había conseguido.

Emily se quedó un rato más observando al gran lobo y como Mark le ayudaba con las suturas que le provocaban algo de dolor, sanándolas.

Emily: creo que es hora de que me vaya.

Mark: bien, ahora le ayudo con las esposas.

Al poco tiempo de terminar se quitó las esposas y recogió sus pertenencias para salir de la casa una vez hecho eso. Entró en el coche que le había llevado al lugar y su acompañante condujo hasta el cuartel, la poca información obtenida la compartió con sus superiores.