Cap 10
Mark: así, cuidado con las piernas, bien; un poco más a la derecha, perfecto. Bien ahora adentro.
El cuerpo fue introducido en el tanque que posteriormente se llenó del líquido conector especial.
Carlos: en las ocasiones con la paloma no le pusiste en ese líquido.
Mark: sí que lo hice, solo que en ese momento se la inyecté en su organismo, como si hubiera bebido agua. Funcionó, algo que no me esperaba para nada pero bueno.
Los truenos y relámpagos resonaban por todo el "laboratorio" haciendo que de vez en cuando se fuera la luz. El pobre husky temblaba de miedo en esas veces que se iba la luz, pues ya había tenido experiencias no muy agradables con los truenos y cortes de luz.
Mark: que no te de miedo un simple trueno.
Carlos: me da miedo que se vaya la luz luego de uno.
Mark: no te preocupes, esta casa tiene una doble estructura eléctrica que, en caso de irse, se activa la segunda red con luces de emergencia y parece como si no se hubiera ido. Cuando mi abuelo la compro era normal que se cortara la luz, harto de tener que estar pendientes de eso, diseño la segunda red para esas ocasiones. Ya casi no se usa pero funciona perfectamente.
Un relámpago iluminó el cielo e hizo que se fuera la luz, en ese instante la red paralela se activó y volvió la luz mientras que en el resto de la ciudad tardo varios minutos más.
Mark: ves, sigue funcionando; bueno vamos al lio que si no se me escapa.
El lobo activó la máquina y el marcador puso una cantidad, muy baja, de energía, pero pronto usaría la potencia de mil voltios para funcionar a pleno rendimiento.
Mark: ahora, activa el "atractor de energía"
Carlos: el que?
Mark: la antena para atraer a los rayos, si ya sé que no soy muy bueno poniendo nombres a mis inventos, no me lo tienes que recordar; actívala!
La máquina generó un campo electromagnético que hizo que las brújulas de la casa se volvieran locas, los rayos caían cada vez más cerca de la casa pero ninguno impactaba en el lugar que el inventor quería.
Mark: necesita más potencia, necesito esos rayos!
Cada vez se desencadenaban más rayos y el impresionante espectáculo fue captado por ciertas cámaras de seguridad, sin duda alguna, al día siguiente en las noticias se mostraran esas imágenes, Mark se mostraba cada vez más furioso, estaba llevando su máquina al límite y no recibía el impacto de ningún rayo.
Carlos: Mark, déjalo, no va a pasar nada! Están lejos de nosotros. Es como intentar ver un cometa con una lupa.
Mark: claro! Bien hecho Carlos, una cometa nos puede ayudar a recoger la energía.
El joven izó una cometa lo más alto que pudo y la unió a la máquina, en vez de usar las varillas de plástico las sustituyo por unas de cobre para atraer a los rayos, y vaya que funciono porque no pasaron ni treinta segundos cuando el primer rayo impacto en la cometa chamuscándola en el acto.
Mark: sí, sí! Pero no es suficiente –baja una palanca para aumentar la potencia del "atractor de energía"- sin embargo, ahora puede aumentar su eficacia.
El temporal trajo consigo bastante viento y alguno que otro momento de lluvia pero no muy fuerte. Los rayos se producían cada vez con mayor frecuencia y esto le dio aire al científico que esperaba que, de un momento a otro, empezaran a impactar en la antena.
Fue entonces cuando la máquina alcanzó el límite máximo y de pronto se desencadenaron siete rayos en diferentes zonas cerca de la casa, todos iban a impactar en algún pararrayos de los edificios más altos y en alguno que otro árbol alto de la zona, pero la máquina hizo su efecto y los siete se desviaron hacia la antena que, tras un gran calambrazo, absorbió la energía de los siete relámpagos enviándola a la "máquina E".
Esta registró una enorme cantidad de electricidad en su panel de control de energía y Mark pudo ver cómo, finalmente, estaba a punto de terminar su proyecto definitivo. A partir de ese momento varios rayos más impactaron en el "atractor de energía" lo que hizo que aumentara la potencia de la máquina y, llegados a cierto punto, alcanzara su límite.
Carlos: Mark! Si no lo activas ya, se sobrecalentara y perderás todo el progreso!
Mark: solo un poco más, un poco más... ahora, Carlos activa el conversor; finalmente mi proyecto está –tira de la palanca- terminado.
Tras conectar definitivamente la corriente, el cuerpo empezó a recibir muchísima energía, tanta que la sobrante se fue de regreso a la red eléctrica de la casa y el contador empezó a retroceder, pero de un momento a otro, la energía que estaba en la casa era demasiada y ni siquiera el que se extendiera por la ciudad fue suficiente para evitar que las bombillas estallaran por la sobrecarga energética. A los diez segundos, que es en lo que la "máquina E" terminaba su trabajo, todas las casas en un radio de 200km sufrieron una subida de tensión y se cortó la luz.
Carlos: no veo nada –se enciende la luz de emergencia- hum, tenías razón, esa red funciona.
La máquina se enfriaba luego de agotarse toda la energía, Mark drenó el líquido del tanque y lo abrió rápidamente para que, si estaba vivo, pudiera respirar. Ante tal momento, Mark decidió comprobar si había funcionado y estaba vivo, o por el contrario no se había acercado siquiera a un resultado favorable. Puso su mano sobre la parte izquierda del pecho del contrario y sintió, además de que el cuerpo comenzaba a tener temperatura, unos golpes periódicos.
Mark: esta...está vivo, jaja, está vivo! Carlos tráeme esa toalla de allá, rápido.
Su amigo le llevó la toalla y este envolvió, como pudo, el cuerpo del gran lobo blanco. Cuidadosamente comenzó a limpiarle el líquido conector pues no sabía si las suturas habían sanado y no quería provocarle daño al lobo en caso contrario.
Carlos: como piensas llamarlo?
Mark: se llamará Fran.
Afueralos relámpagos resonaban sin cesar, Carlos tuvo problemas a la hora de regresara casa, pues no quería ser objetivo de esas peligrosas "armas" que te dejaban marca como de un tatuaje. Finalmente cerca de las once llegó a casa y no se fuecon las manos vacías, sus padres le echaron una buena bronca por la tardanza.
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