En el camino a casa Helen comenzó a hablar de las maravillas sobre el circo, los increíbles trucos de magia que la habían impresionado y lamentando haberse ido tan pronto (apenas 90 minutos después de entrar)

Helen: me hubiera gustado haber estado más tiempo, por qué nos hemos tenido que ir tan pronto?

Mark: has pasado por la  "casa de los horrores"? Sabes que allá tienen encerrados a fursonas con defectos y no tan defectos? y esperas que me quede más tiempo?

Revisor: siguiente parada Stadhampton, pasajeros que no vayan a bajarse en la próxima parada abstenerse de moverse por los vagones por favor, repito, siguiente parada Stadhampton los pasajeros que no vayan a bajarse abstenerse de moverse por los vagones por favor, muchas gracias.

Una vez llegado a la estación del tren ambos furrys llegaron a casa de forma instantánea, cenaron rápido y tras eso se prepararon para salir a dar una vuelta. Mark se vistió con una larga chaqueta marrón oscura, sombrero de copa, bastón y un farolillo junto con varias cerillas. Helen se trató de vestir de la misma forma para no ser reconocida y además de farolillo y cerillas Mark le pidió llevar dos llaves inglesas de su taller.

Helen: llevamos como dos horas caminando, a donde vamos señor?

Mark: vamos a ir al circo, no puedo permitir que ese lobo negro se quede allá encerrado, voy a liberarlo, lo traeré conmigo, le daré una mejor vida y con suerte nadie se dará cuenta.

Helen: claro! nadie se dará cuenta que con nosotros empieza a vivir un lobo negro cuando nunca ha vivido nadie más con nosotros. Usarás una varilla para abrir la cerradura? esas cosas no son fáciles de abrir sabes?

Mark: ya sé cómo abrir sin necesidad de una varilla para abrir cerraduras, usaré las llaves inglesas que te he pedido.

Helen: pero esas cosas no sirven como llaves falsas!

Mark: no necesito una llave falsa, solo necesito romper el candado.

Caminaron en la oscuridad hasta llegar al circo, eran las 3 de la madrugada y la fogata del centro del circo todavía seguía encendida pero no con la misma intensidad como si alguien estuviera vigilando el fuego. Al rededor de la zona había varias jaulas en las que posiblemente estuviera en alguna de ellas, pero no podía usar el farolillo durante mucho tiempo para no ser descubierto.

Helen: bien, muchas jaulas, poco tiempo para revisar todas, abrir la correcta, sacarle y marcharnos. Una idea para ello?

Mark: separarnos y buscar, te parece poco? el circo se va mañana por lo que se levantarán más pronto para recoger. Si no nos lo llevamos hoy, no sabremos donde se irá para poder llevarnoslo.

Helen: y por qué no abrir todas? puestos a llevarnos uno por qué no mejor todos?

Mark: claro, uno es sospechoso, diez o más es gritar quienes se los han llevado.

Ambos furrys se separaron para buscar la jaula del lobo negro, busqueda que se complicaba más al ser de pelaje negro pues se camuflaba más entre la oscuridad y se debía casi acceder adentro de la jaula para saber la especie.

Se acercó a la jaula de mayor tamaño esperando haber acertado a la primera y ahorrarse más tiempo para salir del lugar de forma más instantánea. Tras chasquear los dedos y encender un fósforo pudo ver el interior de la jaula, no era. La jaula pertenecía a la pareja de más peso, ambos cerdos, y estaban cubiertos por una sábana de un color oscuro por lo que el color de piel de ambos porcinos se camufló fácilmente.

Mark: mierda! este no es! espero Helen lo haya encontrado.

Por su parte Helen se encontró con varias jaulas pero ninguna de ellas pertenecía al lobo, cada una pertenecía a alguien que se le podría parecer pero desafortunadamente no era la jaula correcta.

Mark nuevamente siguió buscando jaula tras jaula hasta finalmente encontrar una la cual estaba demasiado cerca al circo, pero no en una zona de luz sino de oscuridad para dificultar la visibilidad de la jaula (para que este no logre escapar sin antes hacer el suficiente ruido como para despertar a los guardias y así evitar el escape)

El lobo sacó ambas llaves inglesas y las colocó entre el metal que unía ambas puertas metálicas, tras esto hizo un poco de palanca hasta escucharse un "crak", el candado había cedido y la puerta se pudo abrir sin dificultad. Aquel lobo negro se sorprendió e intuitivamente se echó hacia una de las esquinas tratando de evitar a Mark.

El joven lobo por su parte se acercaba de forma cautelar con palabras suaves, diciéndole que se iban a marchar, él estaba ahí para llevárselo de ese lugar... Pero el gran lobo no confiaba en él, seguía echándose hacia atrás con la esperanza de hacer la jaula más grande y así poder alejarse más del lobo.

Mark: hey! no tengas miedo, no voy a hacerte daño, no te preocupes, te voy a sacar de este lugar, si?

Revisó la cadena del cuello pero en esta ocasión no tenía ningún candado, por ello decidió romper directamente la cadena en su amarre a la jaula, introdujo ambas llaves inglesas una vez más y tras hacer fuerza durante un tiempo, al final cedió pero no sin hacer un estruendoso ruido a metal roto. El ruido despertó a dos guardas de seguridad del circo, como era de esperar, y comenzaron a investigar la procedencia del ruido.

Mark: venga, vámonos -agarra la cadena y tira de ella para llevarse al lobo.

Helen: Señor, no lo encuentro, oh!

Mark: ya lo tenemos, vámonos rápido los guardas se nos echan encima!

Como era de esperarse ambos guardas se percataron de los movimientos de los intrusos y se dirigieron directamente hacia ellos.

Mark: seguid! yo me encargo de ellos.

El lobo comenzó a caminar como si nada hasta llegar a encontrarse con los dos guardas.

Guarda: hey! tú! que haces despierto a estas horas?

Mark: buenas noches, he salido a caminar un rato, quieren algo?

Guarda 2: sí, has visto a un lobo negro grande?

Mark: un lobo grande negro? no no me suena, aguarden! me pareció ver un gran bulto yéndose por esa zona, vengan conmigo, les guiaré. 

Mark comenzó a guiarlos justo por el lado contrario por donde Helen se estaba llevando el lobo, pasado un tiempo el lobo se deshizo de ellos y fue regresando hacia el camino de vuelta a casa.

Helen y el lobo mientras tanto, se escondieron en unos matorrales de una encrucijada donde esperaron cerca de 15 minutos a Mark. Una vez este apareció comenzaron a caminar deprisa hacia a casa para no ser expuestos mucho tiempo, en ese tiempo el sol empezó a salir por lo que los farolillos dejaron de ser útiles para los últimos 20 minutos del trayecto.