Cap 34
Durante los siguientes dos meses Mark compró una casa en el interior del país, cerca de Texas, un viejo granero que, con el dinero traído desde reino Unido, reformó hasta convertirlo en una casa bastante decente si lo comparaban con el resto del poblado.
Mark pasaba varios días enseñando en la escuela primaria del lugar a niños y adolescentes, algo que al lobo le parecía insuficiente luego de venir de enseñar en una universidad. Mientras tanto y a modo de pasatiempo, se encerró para desarrollar varios proyecto especiales que en un inicio no parecían tener solución, uno de ellos era el de conseguir revivir a una fursona mediante la electricidad.
A pesar de que Mark no creía en eso, sus investigaciones empezaron a revelar ciertas maneras para conseguirlo, lo primero que descubrió es que el corazón funciona a base de latidos, latidos que producen electricidad, no pregunten cómo, o que funcionan mediante la electricidad. Esto explicaría por qué cuando estaba sentado sobre una silla hecha de un material nuevo derivado del petróleo, al levantarse y tocar metal de una barandilla, saltó una chispa pequeña que lo electrocutó.
Si te podías electrocutar significaba que un cuerpo podía cargarse, si un cuerpo puede cargarse significa que puede almacenar electricidad y de almacenar electricidad tendría más fuerza la idea de poder resucitar mediante una descarga eléctrica. Hasta ahora no se podía haber llevado a cabo ya que la electricidad era un concepto desconocido, sin embargo con los nuevos avances era más fácil obtener electricidad.
Una de las formas es mediante un pequeño motor a vapor conectado a una bobina que genera electricidad directa para poder ser usada en el telégrafo y en varios comercios para ser iluminados. Sin embargo, a pesar de ser más accesible, sigue sin ser muy eficiente a la hora de producir grandes cantidades de electricidad, por lo que Mark empezó a diseñar una estrategia como para hacer de su proyecto un éxito.
En su afan por lograr todo esto, el dinero que se trajo de Reino unido comenzó a disminuir a gran velocidad, tanto así que necesitó pedir dinero prestado a unos accionistas que fueron seducidos con este tipo de promesas. Sin embargo pusieron una condición, en un mes necesitaban pruebas de lo que estaba diciendo, de lo contrario no seguirían financiando el proyecto.
Mark encantado de la vida aceptó sin rechistar las exigencias de los inversores los cuales lo miraron con desconfianza, y hacían bien al desconfiar.
Fran: vas a dejar eso?
Mark: -agotado- necesito terminar el proyecto, esto va a funcionar y nos conseguirá más dinero, con ese dinero podremos vivir sin preocupaciones, como queramos, donde queramos... no me dirás que la idea no te gusta, cierto?
Fran: claro que me gusta, es solo que... me siento a un lado en todo esto, siento como que no vamos a seguir como era todo antes de irnos.
Mark: hey -le besa- no te preocupes por ello, te acabo de decir que cuando haga todo este proyecto y lo venda no necesitarás preocuparte por si no paso tiempo contigo, porque entonces tendré mucho más tiempo libre y podremos irnos juntos al teatro, la ópera, un viaje por el país, regresar a españa a ver a mis padres... Hay muchas cosas que podremos hacer cuando eso ocurra, pero primero, claro está, necesito terminar este proyecto y el tiempo, en este momento, no está a mi favor.
A pesar de la promesa, Mark pidió un mes más de prorroga para poder llevar a cabo ajustes más precisos, sin embargo esto se repitió un par de veces hasta que no quisieron seguir financiando el proyecto, querían ver resultados antes de seguir gastando dinero.
Mark empezó a guardar todos los planos y a llevarlos desde su casa hasta el salon de una universidad la cual había alquilado para la presentación, apenas podía sostenerlos sin que se cayeran de la cantidad que eran. Llegó a la habitación y tras ello puso sobre la mesa todo lo que sostenía para seguir con su trabajo y ajustarlo antes de que llegaran los inversores.
Helen: Señor, debería darse prisa. Nuestros agentes financieros ya no nos quieren dar más dinero, al menos no sin garantías de que ese invento suyo funcione, ya sabe sin pruebas no hay dinero.
Mark: no digas eso Helen, mi invento funcionará, la electricidad es el futuro de la furnidad! el progreso es inevitable, no pueden negarse al progreso, si no funciona hoy lo hará mañana, pero funcionará.
Helen: necesitan pruebas de que el dinero que invierten lo van a recuperar una vez el proyecto haya finalizado, no podemos seguir sin lograr avances y mostrárselos para poder desarrollar mejor el invento.
Mark: no te preocupes por eso, la prueba que quieren la van a tener, podrán decir muchas cosas, pero no dirán que soy un mentiroso y un estafador.
En ese momento, un gran lobo blanco entró algo preocupado por el profesor.
Fran: Mark, estas seguro de que ese invento funcionará? pienso que no va a traerte más que problemas.
Mark: no Fran, este será el invento del siglo, ven ayúdame a traerlo a la sala de actos de la universidad.
Fran: perfecto
Ambos lobos regresaron a la casa para llevar la máquina a la sala de la universidad.
Fran: deja, yo llevo eso, agarra aquello que... no sé qué es a decir verdad pero parece más ligero.
Los tres llevaron el invento pero la universidad no les dejó pasar, por ello tuvieron que trasladar el evento al consistorio donde les esperaban unos cinco furrys bien vestidos, ricos y con muchos intereses en que funcione el invento, aunque con dudas de que realmente funcionase; Mark no tendría dinero si esta prueba no les satisfacía y no daba resultados satisfactorios.
Fran: no quiero que te pase nada, ten cuidado.
Mark: no me pasará nada -le besa en la frente- no te preocupes.
En una especie de acto Mark presentó su invento a los acreedores y les demostraría que, aparte de funcionar, merecía la pena invertir en ese invento. Los primeros momentos dejaron claro que fuera lo que fuese no tenía intención de funcionar, a pesar de que los cálculos de Mark decían que sí. Los inversores no podían más que reirse por lo bajo ante la estupidez del lobo, y por no llorar en haber invertido en aquella cosa inutil.
Molesto, el lobo empezó a manipular varias palancas sin resultados visibles y favorables hasta que al tratar de manipular las palancas que controlaban la electricidad, recibió una descarga eléctrica tan fuerte que lo dejó tirado en el suelo, para el lobo todo se volvió negro en apenas unos segundos.
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