Tras haber continuado hablando durante un tiempo, Fran cometió el error más grave que alguna vez haya podido cometer, por primera vez en todo este tiempo fuera del circo, su posible vuelta al mismo era más real que una pesadilla lejana, y de ser una pesadilla lejana empezaba a cercarse cada vez más, solo había una pregunta en su cabeza, se volvería realidad?

Harry: entonces... tú eres el espécimen que huyó del circo? me pregunto cómo lo hiciste?

Fran: seguir negándolo a estas alturas es inútil, va a enviarme de vuelta al circo? me enviará a otro nuevo?

Harry: lo supe desde hace mucho tiempo Fran, solo... no tenía confirmación de ello, Mark me lo dejó en claro con sus respuestas, contradictorias y sin sentido.

Fran: entonces sabes que lo del oso es algo inventado?

Harry: de qué estas hablando?

Fran: sí, lo del ataque de oso, lo de los guardias muertos por el ataque de un oso, eso sabes tambien que es mentira?

Harry: Fran... los dos guardias del circo sí fueron encontrados muertos de verdad, y sí murieron por el ataque de un oso.

El gran lobo se quedó de piedra ante la revelación del agente, no podía creer que en verdad fuera cierto, pensaba que fue idea de Mark hacer ver algo así para evitar problemas y hacer el asunto más olvidadizo.

Harry: Fran? estas conmigo?

Fran: oh, Harry, lo siento solo... me he quedado en mis pensamientos y... no sé que decir.

Harry: antes me habías dicho que recuerdas algo de esa noche, cómo fue?

Fran: bueno, recuerdo ver algo, estaba oscuro y asustado, no sabía a donde iba, ni quien me llevaba, escuchaba la voz de Mark y Helen de vez en cuando, de repente me encontré con Helen escondido tras unos arbustos algo grandes para evitar ser vistos, de ahí a unos 5 o 10 minutos Mark apareció y nos fuimos.

Harry: mmm, tal vez Mark les guiara al oso, estoy seguro de que él tuvo algo que ver con lo ocurrido, algo me dice que estoy en lo cierto pero... por mas veces que haya repasado el caso no le veo ninguna solución, hay algo fallando en todo esto, no tiene sentido si lo lees de principio a fin.

Fran: Bueno, Mark siempre dice "dale un enfoque diferente", recuerdo una vez cuando me pidió meter varias piezas en un cuadrado de manera que no hubiera un espacio libre, estuve horas intentando muchas posiciones, de repente me dijo esa frase y comencé a ver todo de otra manera hasta lograr con la posición adecuada.

Harry: suena a algo que Mark diría en todo momento, tal vez debería interrogarle de nuevo, ese lobo oculta más cosas de las que sus lindos y dulces ojos pueden hacerte ver.

Fran: insinúas algo?

Harry: Mark sabe algo que no nos está contando, pero no logro dar con esa información, sea lo que sea que oculte es una pieza clave en todo este puzle y de seguro con ella todo encajará mejor.

Ambos dieron media vuelta en su paseo y comenzaron a regresar al pueblo.

Fran: entonces no me vas a delatar?

Harry: que? no, claro que no, el jefe del circo dio una descripción muy detallada y por como te has comportado y he visto con mis propios ojos, tú no encajas en absolutamente nada, es más, tu pelaje es blanco, a proposito de eso, Mark ha teñido tu pelaje?

Fran: no, mi color natural es el blanco, esos del circo me daban varias "duchas" al mes, una vez por semana con una especie de jabón, decían que resaltaba mi pelaje y eso atraía a más gente al circo y de esta forma ganaban más dinero.

Harry: no me sorprende en absoluto, los circos hoy en día se inventan cada cosa para atraer a mas gente y ganas más dinero, lo último que me queda por ver es que el furry más alto del mundo en realidad use extensiones de piernas para parecer más alto.

Continuaron hablando y caminando de regreso a la casa de Mark, no sin antes asegurarse de que nadie estaba cerca para escucharles hablar mientras caminaban.

Helen: oh, señor Harry! ha pasado algo con Fran? el señor González no estará contento de haber ocurrido algo.

Harry: no, no no, no ha pasado nada, estábamos... dando un paseo, nada más.

Mark: oh, entonces no te importará quedarte un rato más por aquí a tomar el té.

El lobo de baja estatura apareció de detrás de Helen para saludar al oficial, el cual correspondió al saludo del lobo (un apretón de manos), dicho esto el oficial aceptó la proposición y fue guiado por el dueño de la casa hasta una mesa donde se sentaron los tres, Helen por su parte solo llevó el té y se fue a continuar con otras tareas interrumpidas por el momento.

Harry: gracias por el té Mark, es muy amable de tu parte.

Mark: no me des las gracias, de qué hablaban ustedes dos?

Fran: yo...

Harry: nada en especial, ya sabes, sobre mi trabajo en la oficina de oficiales, no nos cuadra varias cosas de la investigación y supuse que Fran podría ser interrogado.

El lobo tomo un sorbo de su té mientras miraba de reojo al oficial, relajado dejó su taza sobre la mesa.

Mark: no sabía que interrogabas a todo aquel que tuviera presencia a partir de X día.

Harry: él apareció al día siguiente, por lo que debía preguntar. Sin embargo no obtuve nada interesante.  A propósito de ello, si te preguntase de nuevo responderías lo mismo?

Mark: la pregunta misma ofende, no entiendo que ganaría mintiendo sobre mi testimonio.

Harry: bueno, quizás tú directamente no, pero tu amigo sí - toma un sorbo de su taza- aún así no necesito hacerte más preguntas, lo más probable es que cerremos el expediente y se quedará en el olvido, nada de lo que preocuparse.

Mark: me alegro que vaya a olvidarse todo este asunto, por otra parte no estoy de acuerdo en dejar pasar la oportunidad de atrapar al oso, habría sido un acontecimiento muy importante, tan importante como para impulsar la economía de la ciudad, se ha quedado bastante... atrasada.

Harry: sí, no es una ciudad muy prospera, algo así habría venido bien -se termina su té- ahora debo irme, no os metais en problemas.

Mark: definitivamente no oficial.

El oficial se marchó del lugar dejando a ambos lobos en silencio.

Fran: Mark... yo...

Mark: no pasa nada, tenía sus sospechas, no por nada es de los mejores oficiales. Haré lo necesario para evitar que regreses con el circo, y no pienso fallarte.

El lobo blanco se levantó de su asiento y abrazó a su salvador.

Mark: ay! cuidado, bájame!

Cuando dejó de abrazar a Mark, este se quitó parte de la camisa para mirarse el brazo izquierdo, vendado casi en su totalidad. Tras revisar que no hubiera rastros de sangre se volvió a poner la camisa para terminar el té y dirigirse, de nuevo, a su laboratorio.