Mark: odio los días de familia.

Las vacaciones empezaban bastante bien para la pareja de lobos, sus padres y sus hermanos habían aparecido en un coche con un gran remolque totalmente lleno de maletas con ropa para el verano, comida y otras cosas.

Igor: hermano! -le abraza-

Mark: que tal estás Igor? -corresponde al abrazo-

Ray: hola, hay algo de comer? me muero de hambre.

Dan y Fred: nosotros también -entran en la casa-

Mark: para tener 24 años no parece que sean muy maduros, por lo que veo.

Fran: tú eras igual a su edad, no andes quejándote.

Mark: lo siento pero yo a una edad más temprana vivía solo y me hacia todo, haz uso de tu memoria.

Alya: sí, todavía no se han independizado, por lo menos tenemos a Igor que parece el más inteligente de los cuatro.

Mark: me pregunto a quién habrá salido.

Paul: pues a mi que para eso soy el padre.

Mark: no lo decía por eso, entrad, en poco tiempo va a refrescar y necesitareis una chaqueta para estar fuera de casa.

Subieron al piso de arriba y comenzaron a deshacer las maletas de sus hermanos, asignándoles una habitación a cada uno y también a sus padres.

Fran: se van a quedar mucho tiempo?

Mark: pero si parecías el más interesado por la visita!

Fran: si, digo no, quiero decir, está bien que tu familia esté con nosotros mientras todavía no hemos resuelto ese problema?

Mark: ah! te refieres a eso, en verdad yo también estoy preocupado pero... disfrutemos de las vacaciones, si? ya habrá tiempo para ocuparnos de ese viejo.

Paul: a quien llamas tu viejo? solo tengo 63 años!

Mark: papa! no te han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

Paul: sí, pero tú no sabes que es de mala educación hablar mal de la gente a sus espaldas?

Mark: y quien te ha dicho a ti qué estamos hablando de ti.

Alya: cariño deja al niño hablar, es su casa, no querrás que te eche de ella como ha hecho otras veces, no?

Paul: si están hablando de mí tengo derecho a enterarme.

Fran: se le ve un poco ido.

Mark: la edad no perdona.

Los padres bajaron con cuidado las estrechas escaleras de la casa hacia el piso principal, Paul a sentarse en el sillón y ver la televisión, Alya por el contrario, y no pudiendo aguantar no hacer nada, se metió en la cocina para preparar algo para picar.

Paul: Cariño! donde estas?

Alya: en la cocina preparando algo, que quieres?

Paul: estate quieta un rato mujer! estamos de vacaciones, no es nuestra casa asi que deja que Mark sea quien haga cosas en la cocina y tú sientate en el sofá.

Alya: ay no sé, me siento como si fuera inutil si no ando haciendo algo.

Paul: luego andas quejándote de si haces esto, si nadie hace lo otro, si nadie colabora en la casa... Si no te puedes estar quieta ni un solo segundo, poco más y te traes la plancha para planchar por el viaje!

Alya: bueno algo tendré que hacer no?

Mark: a ver, qué pasa ahora?

Paul: tu madre, que no se está quieta ni un segundo, me descuido y ya se ha metido en la cocina para preparar la cena.

Alya: eso no es cierto!

Mark: mamá, papá ya está bien los dos! no lleváis ni una hora en casa y ya estamos discutiendo, salid un rato al bar y así habláis con los del pueblo, seguro lleváis mucho tiempo sin veros y eso os mantendrá ocupados.

Ambos padres se marcharon de la casa al bar luego de ponerse una chaqueta para no pasar frío pues en las noches refrescaba tanto que parecía otoño. En casa se quedaron ambos lobos respirando un poco de tranquilidad.

Mark: y por eso odio los días en los que la familia se reúne.

Fran: cachorrito, disfruta lo que tienes ahora, tus padres no estarán para siempre y lo sabes.

Mark: sí pero no quiero estar todo el rato discutiendo, si no es por una cosa es por otra y no quiero recordarles como unos padres gruñones y que discutimos por tonterías a todas horas.

Fran: -abraza a su pareja- pasa más tiempo con ellos, tal vez encuentres cosas en común por las cuales no se puede discutir.

Mark: he salido a mi abuelo, mi padre y yo somos como el agua y el aceite, hace años lo hubiera intentado, hoy se que no funcionará.

Fran: entonces no te molestes -le besa la frente- disfruta de estos momentos pues no tendrás más en un futuro y la edad nos afecta a todos.

Mark: sí, vamos a ver si podemos hacer algo este verano.

A la mañana siguiente Mark despertó a toda la familia a las 7 de la mañana, algo que no gustó a ninguno.

Dan: joder hermano, podrías habernos despertado mas tarde?

Mark: no, porque nos vamos a pasar un día de camping.

Fred: no quiero.

Mark: vas a querer, porque si no duermes en el patio y las noches no son para nada cálidas en verano. O peor, te mando de vuelta a tu casa.

Fred: mis amigos no estan en la ciudad, me aburriría mucho!

Mark: entonces estas actividades son lo que necesitas!

Tras conducir por dos horas y andar por otra extra, llegaron a un gran lago donde ya había muchas fursonas acampando, los cuatro hermanos no aguantaron las ganas de ponerse su traje de baño y meterse en el lago más que nada para refrescarse pero también para divertirse un rato. Los dos padres se tumbaron en una tumbona y disfrutaron del relajado ambiente del lugar, el pinar que rodea el lago ofrecía un lugar a la sombra en la cual resguardarse del sol y parece ser que disfrutaron bastante del lugar.

Para el anochecer casi todo el mundo en el lugar se había ido pero ellos seguían disfrutando de ese día de acampada, a pesar de recorrer de vuelta dos kilómetros antes de llegar al coche, el viaje andando pareció ser más rápido y de menos tiempo, lo que los animó a todos a querer ir de nuevo otro día.

Mark: -conduciendo- y que tal lo hemos pasado?

Todos: muy bien!

Mark: genial, mañana iremos a una cascada por la cual te puedes tirar, no es muy alta pero mucha gente suele hacerlo.

Igor: según la altura puedes saber la profundidad a la que te sumergirás si te tiras.

Mark: por supuesto, y si a eso le sumas un impulso la profundidad es mayor.

Fran: omite las cosas inteligentes en el viaje de vuelta por favor.

Todos en el interior soltaron una carcajada antes de continuar el viaje cantando y disfrutando del paisaje.