Damián era un deleite para sus ojos ver aquel chico de figura tan fornida sin la camisa puesta dejando ver cada bien tonificado músculo, su piel canela sudada y su cabello alborotado. Todo de el era perfecto, ella escondía su rubor bajo el libro que estaba leyendo hasta que ese chico adictivo apareció frente a sus ojos. Supo bien dismular su afilada mirada sobre el sensual espécimen que entrenaba en la cancha donde ella estaba antes de que el llegará.

Rachel la rara de la escuela Hogwarts, la antisocial y la solitaria "ave" que amaba leer a solas en ese lugar, era misteriosa y oscura, a él le agradaba el misterio, le agradaba resolver enigmas y le gustaba estar en la oscuridad la mayoría del tiempo. Y ella se convirtió en un enigma misterioso y oscuro que le llamo la atención por ser tanto ruda como difícil. La chica Ravenclaw sería para el.

Damián arrogante a la hora de hablar, llenándose la boca y el pecho de orgullo que ella quería pisotear, todos los demás siempre fueron diversión y el se convirtió en una extraña adicción que quería tener en sus manos. Era extraño que hasta con sus hermanos fue fácil, demasiado fácil para mantenerla interesada.

Rachel se escondía bajo esa sudadera enorme que cubría su cuerpo y su rostro bajo la capucha, pantalones pegados de tela negros que marcaban sus piernas que solo el había notado, ella era su nueva obsesión, la veía como nadie se atrevía a ver por miedo a salir lastimados. Ella era peligrosa y todos lo sabían en la academia, pero a él le encantaba el peligro. Si perteciera a los Slytherin definitivamente sería la dueña del mundo.

Damián seria para ella, lo enredaba y lo atraía en sus juegos, no dejaría que nadie más tocará lo que suyo sería muy pronto "disfruta querida, pronto llegará el fin de tu cuento de hadas" pensó al ver a la oxigenada rubia Kara Damvers de la casa Slytherin, hacercarse  al chico y besarlo, todo tenía su fin y ella forsaria el fin de esa relación. Apretó el agarre del libro mientras el la penetraban con la mirada mientras besaba a Kara.

Rachel tenia ese cuerpo que solamente una vez pudo ver sin una prenda por accidente al entrar en la habitación equivocada, sería suyo, aún recuerda bien ese accidente que fue un deleite para el al ver las delicadas manos pasar sensualmente desde su cuello a sus pechos y luego a sus caderas, despertando en el las ganas de poseerla. Sin embargó no lo hizo sabiendo que perdería el juego contra ella, ese que iniciaron ambos segados de celos y amor por el otro.

Damián definitivamente no era como sus hermanos, Richard callo en el juego de el maestro y la alumna cuando fue profesor en de posiones, Jason cayó en el juego de la botella al estar expulsado una semana y Tim, un inosente juego de cartas llevo a follarselo sobre la misma silla en la que se encontraba sentado, ninguno pudo olvidarla nunca. Pero Damián era completamente diferente a ellos un verdadero manjar que aún no había podido probar, un reto.

Damián/Rachel el truco de los celos era utilizado por ambos, el salía con la rubia y solo la besaba cuando Rachel los veía, pero se le quedaba viendo fijamente, Rachel comenzó a cambiar de a poco usando cosas más atrevidas dejando al descubierto la piel que el quería probar, los escotes, las faldas, y los shorts que usaba después de clases y descansaba leyendo en cualquier lugar, lo hacían rabiar en furia al ver cómo los demás comenzaban a verla con interés, como si fuera un pedazo de carne de una sola noche, imbesiles que ni en sueños la tocarían si el estaba para protegerla.

Damián siempre vigilante y atentó, grosero y al mismo tiempo un caballero con intelecto superior, tenía cerebro y eso le gustaba, era tan difícil que la obsesión por el se convirtió en algo más fuerte. Lo vio, le gustó, lo quería para ella, se obsesiono, se enamoro y sería para y de ella costara lo que costara. Enserio anelaba no sólo una noche, anelaba un vida y quizás más con el.

Raven por supuesto que era bella, sensual, pero también era lista, era abrumante para el pensar en su siguiente movimiento, todo el tiempo que la veía por los pasillos con su nuevo look extremadamente sexy, pero lugubre en tonos oscuros y marcando su figura, la chica se veía jodidamente bien y no podía hacer mucho cada vez que los bastardos que querían tocarla se le quedaban viendo con ese nuevo caminar tan seguro que ahora tenía. Nada, más que golpearlos con discreción en Quidditch y mandarlos a la enfermería.

Damián estaba perdiendo el juego, y está noche era en definitiva "la noche" en la que el juego por fin daría a su fin, el baile de navidad llegó, y con el mejor vestido que tenía llamaría la atención del chico, pegado al cuerpo resaltando sus curvas escotado en el pecho dejando poco a la imaginación, llegó junto a su hermano que también estudiaba en el lugar sabiendo lo diabólica y perversa que su hermanita podía llegar a ser siempre que se proponía algo nuevo, debía cuidaba.

Rachel, astuta sin dudas, con mucho talento y sobretodo perversa en sus planes, nadie sabía leerla y el lo hacía con una observación, sus pasos seguros y su mirada sería le daban la impresión de ser la dueña del mundo, mientras Marck, el chico se encargaba de cuidar a su hermana a petición de Sebastián, el padre de los Skas. Los que prácticamente tenían tanto o más que los Wayne. Eran los últimos menores en la familia Skas y futuros dueños de todo lo que el apellido significaba. Poder.

La forma en la que ellos llegaron al lugar fue una manera tan empoderada que a leguas se les noto a muchos un cosquilleo de temor.

Damian tenía su mirada pegada a ella mientras todos se abrían paso ante ella, sabiendo el peligro que significaban los hermanos Skas, le gustaba el poder que tenía en manos, pero siempre se ganó todo lo que tenía, lo que significa y lo que era, nunca lo tuvo de gratis en la boca, porque?, Porque era independiente y una luchadora. Y eso se lo demostraría a su enamorado está noche.

"Toma a una, baila y no llames la tanto la atención" le dijo a su hermano luego de tomar de la mano al chico más cercano para guiarlo a la pista de baile, su hermano asintió con una mirada sería y tomo la mano de la chica que se supone era novia de Damián Wayne, Poco le importo la mirada de la chica llevándola a la pista de baile cerca de su hermana. Pero ella no decía nada ya que era una chica muy materialista que sabía que los Skas llegaban a valer más que los Wayne. A Damián ni siquiera le inmutó que su pareja andará de coqueta con uno de los hermanos Skas, el pensaba en algo más importante.

Rachel muy lista y todo pero también ingenua si creía que caería de esa forma, el chico con el que bailaba no dudaba en acariciar sus caderas al menor movimiento, lo enfurecía, y ella lo empero cuando aprovecho la distracción de su hermano para llevarse al chico a el pasillo de las habitaciones, muy risueños para su gusto. Los siguió sin pensarlo demasiado, si el pobre creía que la tendría estaba muy equivocado.

Damián estaba cayendo en el juego, lo vio por el rabillo del ojo seguirlos a ella y al pobre iluso que se llevó con ella para atraerlo a su trampa. Serró la puerta detrás de ellos sin seguro sabiendo que tenía que pasar algo, dejo al chico en su cama diciéndole que se cambiaría para darle una mejor experiencia. Fue a su baño y cambio sus aretes se quitó el vestido negro remplanzandolo por un juego de ropa interior negra y una bata con diseño natural dorado, cambio su collar y se dejó los tacones.
Suspiro negando levemente "parezco una perra" dijo en voz baja, lo que tenía que hacer para que el chico no sospechara era demasiada molestia para un don nadie, salió del baño y con la bata desabrochada dejo ver su piel ante al chico, se acercó sensualmente a el y lo beso corriendo su labial un poco.

"maldición cariño, creo que me has puesto en marcha" dijo lamiendo su labio inferior, dicha fracé fue escuchada del otro lado de la puerta asiendo que Damián explotará y sin pensar abriera la puerta de una forma brusca.

Rachel la hermosa chica que tenía en frente se exibía frente a otro chico, cuando abrió bruscamente la puerta ella volteo afilando la mirada asía el, como si de verdad no lo quisiera allí, como si fuera la víctima y no hubiera planeado todo apropósito, buena mentirosa.

Pero eso ya no le podía importar menos, y eso era porque estaba molesto, "hey!, Sal de aquí Wayne, aquí estamos un poco ocupados" dijo el chico insinuante parándose dirigiendo su andar a su mujer. Antes de poner una mano sobre su piel, Damián lo tomo del brazo arrastrando lo fuera de la habitación.

Lo tiró afuera de la habitación serrando con fuerza y echando cerrojo, escuchando al chico bufar molesto he irse "que quieres aquí Slytherin" dijo la suave voz de Rachel trayendo lo a la realidad, volteo y frunció el seño. "Cubre te... Intento de bruja" dijo al verla aunque eso era lo último que quería que hiciera.
Ella por el contrario se deslizó la bata por los hombros dejando que está callera al suelo, Damián contuvo la respiración al ver nuevamente ese cuerpo de diosa frente a el, era muy atrevida pero el no caería tan fácil.

"Ups" dijo con sarcasmo. "Nadie me dice que hacer" aseguro ella acercandose le, paso sus manos por el pecho de el y lo rodeo examinando lo como un tigre a su presa. El se quedó quitó disfrutando secretamente del tacto. Ella se colocó detrás de él y se acercó a su oído, "que es lo que querías aquí?" Pregunto con voz suave pasando sus manos por sus hombros quitando el traje de gala dejando que cayera  al suelo, se le pegó y camino hasta estar frente a el.

"Apártate si no quieres que lo haga yo mismo" amenazó el, ella por el contrario sonrio
"Felicidades Wayne" dijo tomando sus manos y acercándose a su cuello respirando su aroma, "la copa de los tres magos y llevas la delantera" en un rapido movimiento ella lo beso, el ya no podía contenerse, tenía que hacer algo y ella pagaría su osadía. El correspondió el beso de una manera salvaje y posesiva, ella se asombro por eso pero rápidamente le encontró el ritmo.

El la alzó de el tracero sacándole un jadeo que el aprovecho para meter su lengua en su boca degustando el sabor de esta, ella enredo sus manos en su cabello y sus piernas en su cintura cuando fue alzada. Disfruto llevarla a la cama tocando cada parte de ella, ya no aguantaba mas, debía calmar está sed de ella, su piel su amor, todo, o éso quería hacerla creer.

Cuando la dejo caer a la cama le quitó las panties y le abrió las piernas llevando dos de sus dedos a su boca para lamerlos ante la mirada fija de la chica los saco y los llevo a su entrada.
Ella apretó las sábanas cuando el movimiento rmpezo, el la tenía sujeta de la cadera con fuerza disfrutando de los gemidos que Rachel soltaba. Lo estaba disfrutando tanto. Di un salto de placer al sentir como Damián aún con sus dedos trabajando acercó su boca para lamer.

Que más daba?, Esa mujer seria parte de su familia en venganza de aver perdido el "juego", ella apretó de forma seducta sus dedos dentro de ella asiendo que el acelerará sus estocadas de sus dedos contra ella, tocando en específico un punto que la llevo al cielo, el saco sus dedos y su lengua ocupo el lugar bebiendo todo de ella.

Al terminar se separó gadeante de ella, la miro con el seño fruncido mientras ella sonreía levemente en burla. El no lo resistió y la aparto de el, tomo su traje y fue al baño para limpiarse, Rachel se levantó rápidamente y tomo su bata para cubrirse con ella. No lo entendía, se supone que el ya había caído en sus manos o no?, Que carajo le pasaba?.
Lo vio salir del baño y acercarse a la puerta.

"Que-" la interrumpió.

"No soy como los demás que han estado en tu cama Rachel" abrió la puerta.

Ella se quedó callada.

"Date a respetar... Esta es tu última oportunidad, y quizá... Solo quizá, te dedique mi victoria en el torneo de los tres magos" dijo saliendo de su cuarto.

Que había pasado?, Era una declaración de amor?, Se burlaba de ella?, No supo porque, no supo cómo ni cuando sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas, y extrañame no se sentía triste. El estaba dándole una oportunidad de ser mejor persona?.

Y si eso era así?, Entonces.... "Aprovechare la oportunidad,... Cambiare" susurró para si misma limpiando sus lágrimas, ser la mejor versión de si misma ahora sería su nueva meta, sería no por el, aunque tuviera razón, cambiaría por ella.