Mí experimento
Nota: Personajes de Masashi Kishimoto. Historia mía.
Advertencia: Escenas subidas de tono. Amor Yuri (¿Así se dice cuando son dos mujeres?)
Bueno que sé yo...
Disfruten!
Mí experimento
Siempre fue la niña buena. La de buenas notas, la educada y recatada. Siempre haciendo lo que esperaban de mí.
Mí padre esperaba que fuerza la mejor alumna. Lo hice.
Mí madre esperaba que fuera muy femenina. Lo soy.
Mí familia esperaba que dejara el apellido bien alto, y me encargue de ello toda mí niñez y adolescencia.
Mí padre esperaba que estudiará para médica en la universidad y así lo hice. Él estaba ansioso porque me pusiera de novia con el hijo de un amigo. Lo hice.
Toneri era otro títere de su familia. Siempre recto, siempre educado, con las palabras justas y correctas. Él estaba estudiando para ser abogado y ambos estábamos sumergidos en el estudio. Concentrados en darle a nuestras familias lo que tanto querían.
Yo veía a las otras chicas de mí edad, salir, emborracharse. Besar a chicos, estar con diferentes y seguir con sus estudios. Pronto comencé a preguntarme lo que se sentiría ser libre por una noche. Quería darle una probada a lo que nunca sería mío.
Cómo médica de laboratorio me manejaba con ensayo y error, y una noche decidí hacerlo. Simplemente sería un experimento. Mí familia siempre había querido lo mejor para mí. Quería demostrar que las chicas estaban equivocadas y mí vida era la correcta.
Compre ropa nueva, reveladora y ajustada. Me arreglé como ellas lo hacían y salí a una de las tantas fiestas de la universidad.
No puedo describir la forma que me sentí al ser el centro de las miradas de tantos hombres que jamás me habían mirada en esos años. Todos observaban mis piernas desnudas, mis tacones de aguja, mí vestido rojo, mí escote y mis labios. Por un momento me sentí avergonzada, pero una vez que los tragos entraron en mí sistema neuronal, me sentí más eufórica que nunca.
Baile y salté, canté y me apreté contra hombre desconocidos y atractivos. Mí corazón bombardeó con adrenalina, mís labios tenían un tirón constante. Los tragos habían sido lo suficientes para hacerme sentir libre, pero no para hacer una locura.
Hubo un hombre que me llamó mucho la atención. Él tenía el cabello algo largo y negro, su ropa era ajustada y oscura, mostrando músculos y piel pálida. Él me miró desde el otro lado y, como iba a ser mí única noche de locura y hasta me había puesto lentes de contacto para no ser reconocida después, fui directo a él.
Charlamos mientras él me decía que estaba en su último año de enfermería. Su voz era profunda y él era demasiado atractivo para mí propio bien. Él me dijo que se llamaba Itachi y yo le dije que era Hima, para cambiar un poco mí nombre. No pedimos apellidos y eso era perfecto para mí.
Bailamos apretados y rosando cada parte de nuestro cuerpo. Jamás me había sentido tan excitada, Toneri jamás me habría tocado de esa forma.
Pero el globo se pinchó cuando me beso.
Esperé un beso demoledor, uno que hiciera que mis entrañas se volvieran lava y mis piernas temblorosas. Pero no pasó. Fue sensual, fue algo tierno y lo odie. Toneri me besaba así.
Simplemente el experimento fue una mierda.
Sí, se sintió bien al principio, pero no fue lo que esperaba. Intentando ocultar mí decepción, le dije que iría al baño. Lo dejé en medio de la pista, podía sentir que estaba duro como una roca, pero todo lo que había sentido, se había enfriado con ese beso tan soso.
El baño era pequeño, pero no había nadie. Tenía dos retretes e ingresé a uno para aliviar mis riñones que estaban a punto de explotar por tanta bebida. Bajé mí vestido con un pequeño meneo mientras abría la puerta.
Me detuve en seco cuando ví que había otra mujer allí.
Me acerqué lentamente a lavarme las manos y darle otra repasada a mí labial y la miré disimuladamente.
Ella era rubia, su cabello era largo hasta arriba de su trasero apretado en un vestido negro. Y aunque su piel era algo bronceada, se notaba que su cabello era natural. Ella me sonrió por el espejo mientras se ponía máscara de pestañas negras. Sus ojos eran enormes y celestes.
Le devolví la sonrisa mientras me lavaba las manos.
Su boca era impresionantemente llena, jamás había visto una boca como la suya. Un extraño burbujeo comenzó en mí estómago mientras me sacaba las manos y seguía viéndola en el espejo.
Ella de verdad era muy bonita.
Ella guardo su rimel y sacó un labial, pero se detuvo cuando se dió cuenta que la miraba como tonta.
"Hola" dijo con una voz suave. " Me gusta tu vestido" sonrió dándome una mirada fuera del espejo.
Noté como sus ojos se quedaron clavados un poco más en mí escote. La mía también quedó allí, ella también tenía lo suyo.
"A mí el tuyo" fue lo que atiné a decir con mí voz más profunda.
¿Qué diablos pasaba?
Ella apoyó su cadera redondeada en el pequeño lavamanos, dejando su labial en el bolso.
"No recuerdo haberte visto. ¿Cómo te llamas"
"Hinata" dije sin poder evitarlo.
Ella debió haber notado mí mueca porque se rió.
"Mí nombre es Naruko. Enfermería, segundo año. ¿Y tu?"
"Medicina" tartamudeé.
Naruko simplemente me sacaba la respiración. Ella era demasiado bonita, su perfume me llegaba hasta donde estaba, pero sutil, dulce. Mis pezones se pusieron como cuencas y mí bajo vientre se apretó.
Mí piel reventó en piel de gallina cuando ella alargó su mano y paso sus dedos por mí brazo desnudo. Ella sonrió de una manera que me hizo sentir mojada.
"Eres muy bonita, Hinata. ¿Te lo han dicho?"
Yo tragué saliva. Negando con la cabeza y luego asintiendo. Una risa musical salió de ella y cerró sus dedos en mí mano.
"Vamos a bailar juntas" me dijo antes de tirarme hacia la fiesta de nuevo.
La música golpeaba mis oídos, las luces de colores me marearon un poco mientras ella me guiaba a la pista. Ni siquiera sabía que música estaba sonando cuando ella se volvió y comenzó a mover su cadera y sonreír a mí.
Naruko parecía brillar entre las sombras, sus movimientos eran sensuales mientras reía y rodaba mí cuerpo. Ella tomo un trago de un chico que estaba cerca y le dió un sorbo antes de pasármelo. Yo me detuve y le dí una mirada al chico, esperando que estuviera enojado, pero él comenzó a besar a la chica con la que estaba bailando. Simplemente no le importó que Naruko le robara el tragó.
El alcohol quemó mí garganta cuando bajó, pero tenía un gusto a cereza que me encantó.
Pronto me sentía flotar de nuevo, el calor y la música me llevaron a otro lugar, donde mí familia no existía. No había ojos juzgándome, ni metas, ni nada. Simplemente era yo, bailando con una nueva amiga. Vi parejas besándose, tocándose. Hombres excitados y mujeres dispuestas. Y yo simplemente me dejé guiar.
Naruko parecía igual de feliz y libre como yo. Sonreía y bailaba de la forma más sensual que había visto nunca.
Sin saber cómo pasó, terminamos bailando pegadas. Rosando nuestros pechos, tocando nuestras piernas. Ella era un poco más alta, pero no por mucho. Con todo el calor y el toqueteo no pude evitar sentirme excitada. Naruko era una diosa y ella sabía dónde hacer toques suaves para hacer que mí piel hormigueara.
Levanté mí mirada a ella, mirando a su tentadora boca.
Un sentimiento loco surgió de mí cabeza. Quería que me besara.
Simplemente contuve la respiración cuando ella me tomó suavemente de la cara y bajó su rostro para besarme.
Fue como si un rayo me atravesara. Su boca suave fue directo a lo que quería, mis piernas se sintieron débiles y sentí como me mojé más que nunca. Sentí mis pechos pesados mientras ella asaltaba mí boca de la manera más salvaje que había tenido nunca. Y yo le respondí.
Nos besamos con lujuria y deseo, nuestros pechos aplastandose, una de sus piernas entre las mías y una de las mías entre las suyas. Gemí cuando ella apretó su muslo contra mí coño mojado. Casi gritó cuando ella tocó con su rodilla mí clítoris palpitante.
Sí, me vine en medio de la pista mientras ella me besaba y bailaba. Refregando sus pechos con los mios y su pierna entre las mías.
Fue la sensación más eufórica y deliciosa que tuve nunca.
Y ese fue el resultado de mí experimento.
Me enamoré paso a paso de una mujer.
Naruko me buscó después de la fiesta y comenzamos a hablar, a contarnos nuestra vida.
Ella me dijo que sus padres eran muy liberales y estaban orgullosos de ella sin importar su deseo por el mismo sexo. Me explicó que siempre se había sentido atraída por las mujeres y no tenía miedo a demostrarlo.
Yo le conté de mí vida complicada. De mí compromiso.
Estaba tan asustada. Porque sabía que no podría seguir con Toneri. Yo no lo amaba, estaba enamorada de Naruko. Ella me hizo sentir cosas que jamás había experimentado.
Ella me apoyó cuando rompí mí compromiso. Ella estuvo conmigo cuando les dije a mis padre que estaría con Naruko. Ellos simplemente se volvieron locos y me echaron de casa, pero no me importó.
La familia de Naruko me abrió los brazos y me mostraron lo que era la libertad. Me enseñaron a encontrarme a mí misma.
Y está soy yo.
Una mujer que trabaja en un laboratorio. Que ama a una mujer enfermera.
No nos da miedo mostrar nuestro cariño, no me da vergüenza decir que la amo y tomar su mano.
Naruko fue lo mejor que me pasó. Ese experimento fue la mejor idea que tuve alguna vez. Ahora no puedo imaginar mí vida de otra forma, si no es con ella.
Y muy pronto nuestro mundo se agrandara, ya que estamos haciendo todo para adoptar y tener un hijo que llamar de ambas.
Naruko me enseñó que no importa dónde esté tu felicidad, debes buscarla y atraparla. Una vez que te ames a ti mismo y te respetes, todo vendrá a su debido tiempo.
Fin
Cómo estoy con los One Shots. XD un tema que nunca he tocado, pero me gustó el resultado. No suelo leer de este tipo, pero simplemente no pude contenerme a hacerlo.
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