¿Perdón? -le digo a Derek mientras siento que las piernas me fallan y el pulso se me acelera -Te pregunte porque estas nerviosa. -No que estaba ciego ¿entonces como diablos se dio cuenta de que estoy sudando como puerca en desierto ardiente? Sera que todo fue un engaño y si puede ver. -Yo sudan sudando -dije evidenciando mi aparente nerviosismo -Si tu, perdona que te lo diga es que lo note cuando toque tu rostro y ahora que pusiste tu mano en mi hombro pude notar que estas temblando -no pude hacer más que quedarme muda y dejarlo hablar- Mónica que yo este ciego no significa que no me percate de las cosas igual que cualquier otra persona, espero que no sea por mi condición que estés nerviosa porque creeme que no hay razón para estarlo -solo atine a decir gracias para luego pasar a despedirme de Perla y agradecerle por el café y por su hospitalidad, en cuanto a Derek espere estar a una distancia prudente para despedirme con las sencillas palabras -Hasta luego, espero volvamos a vernos pronto Señor Steele. Me di vuelta para irme pero una voz me detuvo -Mónica -era Derek ¿que quería ahora? Me iría a decir que se había dado cuenta que tenía la boca seca o el pelo alborotado de tanto rascarme la cabeza por lo nerviosa que me ponía cuando lo tenia en frente o algo así. -Si -respondí -Por favor dime Derek, ahorremonos lo de señor.

Le Sonreí sin decir nada y sin mirar atrás tome camino rumbo a mi casa llena de vergüenza y frustración.

No entendía que me había pasado en casa de los Steele, yo nunca pierdo el control de una situación y menos si había un hombre involucrado. Pero es que Derek Steele con sus manos suaves y su armoniosa voz me hizo perder los estribos, me hizo sentir como una adolescente a punto de dar su primer beso. Cuando me acaricio el rostro, cuando escuche mi nombre en sus labios, cuando me llamo para atacarme con mi propio juego al pedirme que lo tuteara definitivamente ahí fue cuando deje de sentirme dueña de mis acciones y me comporte como una colegiala inmadura.

En fin había fallado en mi misión ya que fui a conocer a mi vecino para comprobar que era un tonto por no voltear a verme y salí convencida de que es un hombre fascinante, lleno de virtudes y digno de conocerse a fondo. Definitivamente la limitación visual de Derek no parecía influir en sus capacidades ya que el pintaba, tocaba el piano y además demostró ser muy culto y educado. Pero a pesar de todo no podía interesarme en un hombre como Derek, y no por sus limitaciones sino por sus virtudes, no estaba lista para embarcarme en una relación en la que sabia que no iba a tener el control de las cosas, además de que no sabia si le interesaba a Derek ya que muy probablemente no era su tipo de mujer ideal, como su actitud me hacia dudar de lo que podría sentir por el pero lo mejor es dudar de todo y no dar nada por sentado, en definitiva y debía seguir con mi vida y olvidarme de lo que nunca fue ni nunca podrá ser.

Todos los misterios respecto a los ojos y la mirada perdida de Derek habían quedado resueltos cuando me entere de que es invidente pero una duda persistía en mi quien era la mujer de los retratos en el estudio de Derek, esa bella mujer rubia, alta, guapa y llena de vida que parecía ser la protagonista y la inspiración de Derek Steele.