Perla y yo seguimos la música a través de un largo pasillo que nos condujo a un cuarto que por su aspecto supongo a de ser el estudio, estando allí la música se intensifico ya que habíamos llegado al lugar de donde esta provenía. Ya dentro recorro la habitación con la mirada y encuentro pinturas, varios retratos de una misma mujer, algunos lienzos sin usar y unos cuantos instrumentos musicales: una guitarra, un violín, una flauta, una batería de exhibición, algunos micrófonos y un piano con un hombre sentado en el tocando la hermosa melodía que me tenia presa, como desee en ese momento ser aquel piano para ser tocada por tan majestuoso pianista con tal destreza y dejar que mi cuerpo sea llevado por el vaivén de la música.

Perla se acerco a Derek y le toco la espalda en un gesto de que hiciera una pausa e inmediatamente este respondió parando de tocar y cesando así por completo la música que emanaba del piano. -Derek tenemos compañía -dijo Perla como si el no pudiera percatarse de ello- poniéndose de pie Derek se giro hacia mi con apoyo de su hermana y aunque su mirada se había posado en la mía me percate de que aún no me miraba y de repente una luz brillante me deslumbró a pesar de que el estudio continuaba prácticamente a oscuras.

Derek no me había mirado antes y no me miraba ahora porque no podía, su mirada parecía muerta porque así estaba y por ende no pudo ver cuando tropecé el día de la mudanza así como no había forma de que me halla notado cuando lo observaba desde mi jardín o desde la entrada de mi casa cuando salia a caminar y el estaba como siempre parado en su ventana con sus ojos inexpresivos parados en la nada. -Derek Steele, mucho gusto -dijo el mientras me extendia la mano -Mónica Sanders, el gusto es mio -dije mientras estrechaba su mano y en cuanto la toque sentí una suave descarga eléctrica que iba desde mi mano hasta mi espalda y recorría todo mi cuerpo, no se cuanto tiempo tarde para soltar su mano pero me parecieron horas. -Señorita Sanders se que esto le parecerá raro pero me gustaría tocar su rostro, no me malinterprete solo quisiera familiarizarme con su él -dijo con una sonrisa calmada- mire a su hermana y ella secundo su sonrisa y luego añadió -es como se relaciona, como guarda los rostros para reconocer a las personas, -algo así como una foto mental -dije ya entendiendo- El caso es que no sabia si podría soportar el roce de sus manos por mi rostro ya que a pesar de haber descubierto su realidad no dejaba de exitarme aquel hombre, es mas ahora que sabia que no podía verme me excitaba aun mas. -Esta bien tocame -dije tratando de disimular el color que tomaban mis palabras.

Perla condujo suavemente la mano de Derek hasta mi cara y me pidió que cerrara los ojos -y así lo hice- luego con ambas manos Derek comenzó a recorrer mi rostro comenzando con mis mejillas y siguiendo por mi frente, mi nariz, mis ojos cerrados hasta encontrarse con mis labios entreabiertos para luego pasarse a mis orejas calientes, subir por mi pelo suelto y seguirlo hasta mis hombros donde volvió a subir por mi cuello y termino repasando los contornos de mi rostro. Cuando el retiro sus manos de mi cara permanecí con los ojos cerrados por unos momentos para luego abrirlos lentamente, recuperar el aliento y permanecer en silencio, -Le aseguro señorita Sanders que su rostro ya ha sido gravado en mi memoria y no voy a olvidarlo nunca -dijo Derek con una sonrisa- es usted una mujer muy hermosa -concluyo -Por favor Derek dime Mónica -le dije mientras le tocaba el hombro en señal de confianza- El paseo su mirada sobre mi cuerpo pero no me altere porque estaba muy segura de que no podía verme y me dijo con voz suave pero firme -Por que estas sudando Mónica ¿acaso estas nerviosa?