Estoy afuera de la casa de Derek esperando por el, resulta que lo llame por teléfono para que nos vieramos aquí. Preferi hacerlo asi porque temo encontarme con la mirada agria de Perla.

Escucho que la puerta de abre y veo la figura de Derek marcandose tras ella.

-Hola Derek -le digo esbozando una ligera sonrisa-

-Hola Monica -responde en tono neutral-

-¿Podemos ir a otro lugar? Es que no quiero que tu hermanita salga y me vea aquí.

-Sigues con eso, creí que eso ya estaba olvidado -dice el y me siento menospreciada-

-¡Es ella que "sigue con eso" Derek! Ella fue la que cree que no soy buena para ti.

-Bueno quizá y tenga razón -dice Derek y siento que la rabia se me sube a la cara-

-Si eso crees ¡esta bien! ¡No quiero verte mas! -le grito y me doy vuelta para marcharme-

-Mónica -dice Derek sosteniendome del brazo-  Yo tampoco puedo verte pero no me ves gritandote y haciendo un drama.

-Estas mal sabias -le digo mirándolo con desconcierto-

-Deja que valla por mi bastón y vamos a donde tu quieras -dice Derek-

Luego esboza una pequeña sonrisa y agrega:

-Que mi hermana tenga razón no significa que deba hacerle caso, al fin y al cabo ella solo es mi hermana no mi madre.

(****)

Estoy en mi restaurante favorito "El dolar de plata" en mi mesa de siempre, la del fondo a la izquierda, solo que la mesa no es la de siempre tiene algo diferente, algo especial. Recorro el lugar con la mirada, esta casi lleno. Cuando llegue solo habían dos mesas vacías: una ubicada en el centro reservada por una familia rica que aun no llegaba como es costumbre de los ricos el reservar lugares que no van a ocupar solo por presumir sus sucias riquezas y la mesa del fondo a la izquierda la que estaba alejada y de las 200 mesas que había en el restaurante -incluyendo las de el piso de arriba- era la que estaba en la zona mas oscura, mas lejos de la gente, mas intima.

La historia de la mesa del fondo es una que no puede quedarse sin contar y que merece ser oída.

-Resulta que esta mesa era reservada por amantes que no querían ser vistos y por escritores que buscaban inspiración para sus obras de pasión y lujuria pero pasado un tiempo las relaciones fuera del matrimonio se fueron haciendo mas publicas y los escritores se dedicaban a escribir de su propia experiencia y con experiencia la imaginación esta de mas. Los dueños del restaurante "un pesadisimo italiano y su dulce esposa cubana" decidieron remodelar el restaurante y eliminar la mesa del fondo pues ya la gente no la frecuentaba y solo suponía perdidas para ellos pero una joven diseñadora de ojos brillantes les imploro que no movieran la mesa de su lugar y que mucho menos iluminaran la zona en la que esta se hallaba los dueños no entendían porque a la joven le gustaba esa mesa tan oscura y "fea" pero la joven insistió y les explicó que allí habían nacido sus mejores diseños, que ahí había llorado sus penas y que ahí había compartido con sus amigos sus mejores risas, les dijo que allí recibía a su madre cuando iba a verla porque la luz solía herir sus ojos y solo ahí en esa mesa del fondo ella podía mirarla a los ojos y darle fuerzas para seguir. Los dueños conmovidos decidieron remodelar todo el lugar excepto una pequeña parte que era ocupada por una mesa que una joven diseñadora decidió salvar.

-¿Entonces esta es tu mesa especial? -interrumpió Derek mi historia-

-¿Que te hace pensar eso? -le digo entre risas-

El era razón de que mi mesa de siempre luciera tan diferente, el apuesto e intrigante Derek Steel.

-¿Y porque nadie mas la ocupa? -pregunta Derek con interés-

-Pues porque le pago $80 dólares al mes a Alex, el mesero, para que diga y anote que la mesa esta reservada todos los días aunque casi nadie se interesaría por ella aunque no fuera así.

-Entonces así la tienes para ti siempre que quieras y sin tener que hacer una reservación ¡porque siempre la tienes reservada! -dice Derek entre carcajadas-

-Si, y después de que me he hecho conocida por no decir famosa este lugar a ganado mas fama por tenerme aquí como su cliente estrella, con decirte que una famosa revista publico un articulo sobre mi mesa poco lujosa y mi aparente humildad.

-Pero aun así le pagas al mesero -dice Derek con voz confundida-

-No lo hago por el lugar, lo hago por él, es un buen chico y se lo merece.

-Tienes un corazón de plata -dice Derek maravillado-

-¿Y por que no de oro?

-Por favor Mónica no seas tan pretenciosa -dice Derek y ambos soltamos la risa-

En definitiva me gusta este Derek.

-¿Que van a ordenar? -interrumpe Alex-

-Hola Alex ¿como te va? -le pregunto sonriente-

-Muy bien señorita Sanders -responde Alex un poco timido-

-Ya te he dicho que me llames Mónica ¿que es eso de señorita?

-Perdón Mónica -contesta el chico-

-No te disculpes y dime como sigue tu madre.

-Mucho mejor, gracias -responde sonriente-

-Me alegro mucho, saludala de mi parte.

-Y que van a ordenar tu y el señor? -pregunta ya mas confiado-

-El señor es Derek, vamos a querer mi plato -le digo mientras anota en su libreta-

-También tienes un plato reservado -pregunta Derek-

-No, es enserio su plato, la esposa del dueño se lo dedico después de que salvo el restaurante de la crisis -contesto Alex- se llama "fuera luces" señor Derek.

-Ahorrate el señor llámame Derek -dijo Derek ofreciéndole la mano a Alex para saludarlo, solo que su mano apuntaba a otra dirección-

-Alex Rosé, mucho gusto Derek -respondió efusivo Alex moviéndose un poco para estrechar la mano de Derek-

-Disculpa la torpeza -dijo Derek confundiendo al chico-

-Es que el es ciego -le dije para sacarlo de su confusión-

-Me encanto hablar con ustedes y espero volver a verte Derek, ahora voy por sus ordenes -dice Alex retirándose-

Luego de un rato vuelve Alex trayendo dos "fuera luces" una botella de vino cosecha 92 y una cesta con pequeños panes.

-Que disfruten la comida -dice Alex y se retira luego de darle las gracias.

"El fuera luces" tiene dos platos en uno hay lomo de cerdo en crema blanca y pastelón de plátanos maduros y en el otro hay filete en una cama de pechuga de pollo con salsa agridulce" es una delicia culinaria que en compañía sabe mejor.

(*****)

Luego de la cena conduzco hasta la casa y Derek viene a mi lado hablandome de lo rica que estuvo la comida, como si yo no lo supiera, ya es de noche y la luz de la luna me enamora con su belleza.

-Hasta luego -le digo a Derek acompañándolo a la puerta de su casa como hacían los chicos cuando yo era niña-

El me toma por la cintura  y yo me abrazo a su cuello dejándonos fundir en un apasionado beso lleno de pasión y con sabor a crema y vino.

Me separó y lo miro sabiendo que el no puede verme, le acaricio la mejilla y lo beso tiernamente antes de tocar el timbre pero antes de poder hacerlo la mano de Derek sujeta la mía y volvemos a besarnos.

-Quiero pasar la noche contigo -me dice al oido-

-¿Y tu hermana?

-Sabe cuidarse sola, puede pasar una noche sin mi -responde él en tono firme- pero hoy quiero hacer el amor contigo.