Veo mi refrigerador vacío y no puedo evitar pensar en Derek Steele y en lo que paso en el supermercado, como me sentí extasiada aun antes de que me besara y como se me subió la temperatura antes de que el pusiera sus manos sobre mi.

Derek me había dicho que tenia ceguera progresiva así que motivada por mis dudas abrí mi computador y comencé a investigar. Según Google Derek llegaría a un punto en el que no podría ver nada a menos que se sometiera a un tratamiento represivo, buscando mas me encontré con que no había cura para lo que el padecía, eso me saco de mi onda neutral, estaba comenzando a sentir cosas por Derek que no me había permitido sentir por nadie mas y bajo ningún concepto podía dejar que el siguiera viviendo en la oscuridad si yo podía hacer algo para ayudarlo, en ese momento me prometí hacer todo lo posible por ayudar a Derek y así también me convencía a mi misma de que tenia otro motivo para pensarlo mas que la mera atracción que sentía por el.

Si estoy cerca de la vida de Derek Steele sera para ayudarlo con su ceguera y no para tratar llevarmelo a mi cama -me dije aparentemente decidida- luego de hacerme esta "firme promesa" tome mi bolso y salí decidida a buscar algo de comer para calmar mi estomago que clamaba con insistencia por comida.

Llegue al restaurante de la esquina llamado el "Dolar de plata" y me sente en mi mesa de siempre, en el fondo a la izquierda; el local estaba prácticamente vacío y era normal ya que a las dos de la tarde nadie acostumbra salir a comer, sin embargo en las noches este se llenaba hasta no caber un alma mas. Pedí lo de siempre: carne, ensalada y una copa del mejor vino del restaurante, para muchos esto es una cena pero para mi es un almuerzo o una merienda y no es que coma como animal sino que me gustaba disfrutar de lo que me gustaba cuando yo lo quisiera porque ¿de que me sirve el dinero sino puedo darme el lujo de satisfacer mis gustos? Me gusta vivir cada día como si fuera el último, sacar mi cristalería cara para desayunar, tomar té en una copa, comer galletas con tenedor y cuchillo, preparar mesa para dos cuando voy a comer sola, son cosas como esa lo que le da valor a mi existir, el poder mandarle regalos caros a mi madre sin que sea un día festivo o enviarle arreglos florales a la tumba de mi padre, cosas como salir de compras para desestrezarme y regar mis plantas solo para ver a Derek en su ventana. -Su orden señorita Sanders -me dijo Alex, el mecero, al momento que ponía los platos y el vino en mi mesa- le sonreí y después de darle las gracias se fue a tomar el pedido de otra mesa.

Terminado mi plato pedí la cuenta y deje algo de propina para Alex, el es un joven muy trabajador y desde que lo conozco esta trabajando en este restaurante, -Adiós Alex, cuidate -dije al abandonar el local- el a su vez me recompenso con una limpia sonrisa "que chico tan simpático" -pensé al subir a mi coche-