Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 68

—Me estás diciendo que Lillie ahora es la más millonaria entre todos nosotros? —Nicolás gritaba eufóricamente, sin poder creerlo, yo estaba igual que el.

—Esa anciana, nunca me perdonó que dejara caer las cenizas del bisabuelo... debe estar disfrutando en el infierno, no solo me dejo con severos traumas en la cabeza, ahora también me dejó pobre — Pamela se lamentaba —por otro lado, Lillie me daras trabajo en uno de tus tantos hoteles? Así sea de barrendera, lo tomare gustosamente siempre y cuando tenga al hotel frente al mar.

—No entiendo que vio en Lillie, no me malinterpreten pero creí que no dejaría nada a ningún familiar, siempre creí que lo donaría a la caridad.

Daniel hablaba arrancado el césped, tirándolo a la boca de Nicolás que estaba abierta, se ganó un golpe.

—No lo sé, creo qué hay algún error en ese testamento y seguro que a mi no me dejó ni un lápiz.

—Lillie, eres estupida o te haces? —Pamela se escucha terriblemente enojada —Ese era Marcos Lanson, era el abogado de confianza de la abuelita y de la familia, definitivamente eres dueña de los hoteles y demás cosas.

Todavía no me cabía en la cabeza como y porqué Mila dejó tantas cosas a mi nombre, apenas me conocía y yo a ella.

—Pues creo que no lo pensó muy bien, imagínense, no puedo manejar mi propia fortuna de doscientos dólares en efectivo voy a manejar el hotel ese...

—Querida, no es "el hotel ese",en realidad son "esos hoteles" —Jenny aclaró.

—Que? Son dos? —pregunté aterrorizada, mirando a todos, ellos negaron —tres? —volvieron a negar, cerré mis ojos, torturada —cuatro?

—Lillie, me sorprende que no conozcas los negocios de la familia... son 19 hoteles, todos repartidos por distintos países.

Quería desmayarme, ya entendí por qué mis padres andaban muy torpes y distraídos. Cada que me veían me hacían una corta reverencia, ese más bien era mi padre.

—19? —repetí abrumada —¡Están locos, yo no podré manejar todo eso! —mire a Pamela —pero cuando estuvimos en su oficina solo mostró tres hoteles.

—Esos era los que estaban aquí en la ciudad —aclaró —Yo te ayudaría con tu fortuna, pero seguramente estaré ocupada con los supermercados que me dejó... desgraciada, cualquiera me deja la casa de la playa, pero no, solo me deja de herencia unos supermercados horrendos, que quiere? Que me ponga a vender frutas?

Pamela seguía renegando.

—Hola —Santiago se integró, dándome un corto beso en la frente —¿de que hablan?

—Hablábamos de toda la fortuna que ahora posee Lillie.

—¿En serio? Mila dejó algo tenebroso para ti?— preguntó seriamente.

—Tenebroso, tenebroso, no es como tal, solo tendrá que hacerse cargo de la cadena de hoteles y varios negocios más.

Santiago me miró, boquiabierto.

—Estoy sorprendido, creí que Mila donaría todo a la caridad.

—Eso mismo dije yo —Daniel comentó.

—¿Ya podemos dejar de hablar de eso? Me mata la cabeza...

—¿Irán a la fiesta? —Jenny preguntó, sacando un nuevo tema a relucir.

—¿Que fiesta? —pregunté.

—La fiesta, la fiesta que se celebra todos los años...

—ah si, muy informativo Nicolás, muy informativo.

—Es una fiesta, que todos los chicos de segundo año celebran días antes de salir a vacaciones.

—Es algo así como un ritual, solo para los de segundo —aclaró Pamela.

—Vendrás con nosotras, Lillie? —preguntó Jenny.

Lo que menos quería ahora era ir de fiesta, nov siendo recién había sucedido lo de Mila y Lucio.

—No lo creo —negué rápidamente —los veo luego.

Recordé al ver a mis padres que tenía una cita con la doctora Tate. Santi se levantó y me acompañó el resto de camino.

—Has dormido bien? —preguntó preocupado.

Yo asentí, seriamente.

—Santiago —me detuve antes de marcharme, ya sola a la cita —la noche qué pasó todo... esa noche dijiste que querías decirme algo, que es?

Santi abrió sus ojos, sorprendido.

—No, no es nada —negó seriamente —ya lo he olvidado de todas formas.

Yo asentí.

—Te veo después.

Me giré pero él me agarró del brazo. Se acercó a mi y me besó suavemente los labios.

—Lillie, sabes lo mucho que te amo?

Yo aún con mis ojos cerrados, asentí. Trataba de no llorar, últimamente todo me parecía triste y melancólico.

—Tengo que irme.

Los últimos días estaba evitando casi a todos a decir verdad. No me sentía del todo bien cómo para entablar una conversación real con alguien más, ni siquiera tenía todas las ganas de hablar con Santi. Él lo sabía y trataba de darme espacio, pero sabía que él me entendía.

—Buenas tardes, Lillie —Saludó la mujer —¿Como van las cosas?

—Bien... mal —nunca podía mentirle a esta señora.

—Como sobrellevas la muerte de tu bisabuela y del ex esposo de tu abuela?

—Creo que bien, digo, no puedo borrar esas imágenes de mi mente, cada que paso por la puerta, puedo ver claramente la sangre y recuerdo todo... es...

—Es normal —completó ella —es normal que tu cerebro repita esas imágenes, eso pasa cuando vives un hecho demasiado traumático... estas durmiendo bien? —yo negué —debes tratar de relajarte, si quieres gritar hazlo, puede ayudar mucho... debes buscar entretenimientos, cosas que te ayuden a pasar el mal trago con lo vivido.

—Cree que no intento hacer eso? Ni la televisión me distrae, siempre termino recordando y sintiendo la sangre correr por mis pies.

—Entiendo —anotaba cosas en su cuaderno, como siempre —oí que se leyó el testamento de la señora Mila, qué hay con eso?

Sabía perfectamente que mis padres ya le habían informado de todo.

—Creo que mis padres deberían venir y hablar por mi, ya que le comentan todo lo que sucede.

—No, ellos no dijeron nada. Lo leí en el periódico.

—¿En el periódico?

Asintió.

—Si, en el periódico, creí que te gustaba leerlo.

Si, me gustaba leer el periódico, hasta que cierto día, hablaban de la pelea en el bar con ese Elio cara de nalga.

—Últimamente no he tenido tiempo para leer el periódico...tampoco ganas.

—Estas bien con ser una de las herederas mayoritaria?

—Ahora todos me ven como a una chequera, con muchos ceros a la izquierda. La mayoría espera mucho de mi, eso me presiona mucho, pero si, todo está bien.

La doctora me dio una leve sonrisa.

—Estarás bien, luego todos olvidarán que eres una cheque de gran cantidad y no te preocupes por la presión, aún eres menor de edad y profesionales se encargarán de mantener toda tu fortuna en perfectas condiciones para cuando accedas a ella.

—Ahora más que nunca, deseo que el tiempo pase lento como una tortuga.

—Has hecho actividades nuevas? La última vez que viniste dijiste que pintarías un poco.

Si, eso dije creyéndome Picasso, terminé siendo un total desastre, seguro los niños sabían pintar mejor que yo.

—Lo hice y salió horrible, la pintura no es lo mío.

—La pintura es para todos, no tiene que ser perfecta, es una de las mejores maneras para expresar lo que sientes, como te sientes y que otras personas puedan entenderte mejor. Lo que tú ves como una cosa horrenda, muchos otros lo verán como la obra de arte más bonita del mundo.

Era increíble cómo está mujer ayudaba con mi confianza, que desaparecía cada vez que la necesitaba.

—Hay algo más que quieras decir?

Lo pensé.

Según mi cerebro dice que si. Mis nalgas ya dormidas de tanto tiempo estar en esta silla, dice que ya no hay más por decir.

—No, nada más.

—Te veré la próxima semana.

Asentí, me despedí y me levante de la silla.

—Y no te olvides de divertirte un poco y dejar de lado los malos pensamientos.

Asentí, convencida de que sería buena idea aceptar las recomendaciones de la doctora Tate, ella me agradaba mucho.

—Bien, cómo está mi nueva millonaria favorita?

Mi padre saludó, muy contento.

—Felipe compórtate, ya son muchas babosadas con eso de la herencia, Melina está harta de tanta mismo cuento.

Sonreí.

—Aún sigue siendo su hija, la que apenas tiene veinte dólares en sus bolsillos.

—Creí que tenías doscientos...

Mi madre comentó, simulando que contaba dinero.

—Si, es que compre un televisor portátil...

—En serio? No lo he visto.

—Es que... no llegó nunca.

—¿Te estafaron? Ja,ja,ja!

Mi padre se burlaba de mi desgracia.

—Sigue siendo la misma ingenua de siempre, sin ofender, pero no eres muy buena para los negocios.

—Muchas gracias por confiar en mi.

—Yo no confiaría ni mi celular en ti, querida hija —dijo mamá.

Haciendo reír a mi padre.

—Lo decía con sarcasmo.

Nota de Sara: Aquí Sara, informando del más allá o más acá, no lo sé. Solo venía a decir que quisiera ser como Lillie... millonaria. Ciao.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro