Jung, salió de su oficina avisándole a Irene que cancelara los pendientes que tenía y los aplazara para el día siguiente, no eran muchos y podían esperar. Subió a su auto y varias notificaciones llegaron a su móvil notando que eran reacciones a un par de fotos de Hara donde se mostraba cocinando un delicioso pastel, su sonrisa no pudo ocultarse, pero sabía que cuando su esposa empezaba a hornear era porque estaba preocupada.

Puso en marcha el auto en dirección a la casa, seguramente ha de pensar que él la va a odiar por el asesinato de Sook, pero para Jung lo que más le importaba era la tranquilidad de su esposa, y más estando solo a pocos días de su juicio, ese día sí que le preocupaba un poco, a pesar de que tenía distintos cargos aún, Jeong no ha terminado de acomodar la contabilidad, así que tenía el contra de que su ex contador estaba declarando a favor de los Han.

Minutos después de pasear por la carretera, aparco el auto en el garaje ingresando por la puerta que da en dirección a la cocina para observar a su contraria ligeramente llena de harina colocándole la temperatura al horno dejando escapar su suspiro. Él con sus grandes manos rodeo el cuerpo contrario haciendo que la menor dejase escapar un pequeño grito, el cual fue ahogado por el robo de un beso, las manos de Hara se colocaron inmediatamente en el pecho contrario que al separarse se sorprendió por verlo tan temprano en casa.

—Me has asustado, ¿qué haces aquí? Aún no acaba tu turno.

—Decidí escaparme para estar contigo, igual no tenía mucho que hacer, tengo que venir a cuidar de mi esposa y que no se preocupe por tonterías.

—Jeong ya te debió enseñar el video... Te juro que no pensé... Solo... Solo en ese momento lo hice, tenía miedo de que ella me matara antes... Te juro que no...

Los labios de ambos se volvieron a unir en un beso que no dejo terminar de hablar a la menor. El cuerpo de Jung se apegaba totalmente a su contraria quien estaba contra el mesón de la cocina, los brazos de la joven rodearon su cuello. Su beso demostraba mucho amor, no era para nada acelerado, eran aquellos besos de apoyo que se solían dar cuando se necesitaban de forma emotiva.

—Yo creo en ti... Eres la mejor esposa... —susurro ligeramente en los labios de la mujer tras separarse y juntar sus narices frotándolas entre sí. —Si no lo hacías tú, lo fuese hecho yo... Esa mujer se condenó al involucrarse contigo, así que no te preocupes, esto solo será un mal recuerdo...

—Te amo...

—Te amo más, eres mi vida Hara... Mi prioridad...

Un nuevo beso se formó en la pareja, quienes compartían ese amor que, a pesar de las caídas, era un apoyo incondicional. Para Hara, haber matado a Sook era una tortura que durante semanas escondió por temer perder a su esposo, el hombre que más amaba, pero aquellas pesadillas acabaron, Jung la acepto aún con ese gran peso, y solo era un secreto que quedaría entre la familia Kim Soo.

Las pruebas del homicidio fueron eliminadas y nadie puede culpar a Hara, ni los esfuerzos de Daniel Han, por manchar su nombre eran creíbles, esta chica tenía un poder en su forma de ser que pasaba por inocente en cualquier contexto. Hara era una mujer muy buena que le gustaba ayudar a los demás, estar rodeada de niños o animales, era una de las socias de las fundaciones Kim, así que, durante su mes de recuperación, sus salidas laborales eran únicamente a estos espacios, y eso fue uno de los pluses en la ayuda a su esposo.

—¿Crees que alguien más se entere de lo que hice?

—Cariño, ¿no ves las redes sociales? La gente te ama, mi imagen se ha mejorado mucho más y se está desmintiendo todo lo que Sook había puesto en mi contra, entre ella y tú, ella está loca y tú eres una víctima más.

—Creo que tengo algo de miedo...

—No tienes que temer, no estás sola.

La sonrisa de seguridad que siempre caracterizaba al mayor permitió que su esposa se tranquilizara un poco, mientras ellos no dijeran nada, el caso de Sook Han simplemente quedaría como un suicidio al no poder escapar de aquel acantilado del cual habían caído.

Y así fue, los días pasaron con mayor tranquilidad, el secreto de la pareja había sido enterrado en lo más profundo de la memoria de aquellos que lo conocieron, existen situaciones más importantes en las que ocupar aquellos espacios que en una muerte. 

Hara aprovecho que solo quedaba un día antes del juicio para llevar a su esposo a la fundación, todos aquellos beneficiados por la fundación "Creer", de la familia Kim, habían aportado con sus firmas para una carta que será llevada al juzgado como prueba de que es un hombre íntegro y que colabora con la fundación sin irregularidades algunas.

—Están todos en el patio, cariño.

—Admito que tengo algo de nervios, puedes salir conmigo... ¿Sí?

—Claro, te voy a acompañar siempre que lo necesites, mi amor.

La pareja entrelazó sus manos en un agarre antes de salir juntos al patio del recinto donde se encontraban todos, Jung tomo el micrófono ofrecido para poder ser escuchado, por lo que sonrío tras observar a su esposa a su lado y luego aquellos que tanto amaba ayudar que le daban una cálida bienvenida.

—Antes que nada, les quiero agradecer por todo lo que han hecho por mí, por querer ayudarnos a limpiar aquella imagen que Sook mancho durante cinco meses, y quizás un poco más, pero quiero que sepan que mañana será el juicio, por lo que no sabemos qué decisión tomara el juez. Quiero que también tengan presente, que mi agradecimiento es profundo y que no se preocupen, independiente de que situación acontezca, mi esposa aquí presente, es la que va a seguir encargándose de ustedes, porque así como para mí, para ella cada uno de ustedes es importante.

—Espero haya justicia y no lo condenen, usted es un excelente hombre, señor Jung, y para mayor complacencia, tiene una mujer a su lado que se ve que lo ama a pesar de las dificultades.

—Usted lo ha dicho mi señora, elegí sabiamente a la mujer con quien me case, la amo como no tiene idea y para mí es la mujer perfecta.

Jung levanta un poco a su boca el agarre de sus manos mientras deja un beso en el dorso de la contraria, la cual lo recibe con una sonrisa y un beso en su mejilla. Aquellos que presenciaban el acto tan romántico aplaudían ante la pareja que termino por abrazarse; unos pequeños, se acercaron con dibujos que habían hecho previamente con ayuda de Hara para Jung, todos estaban a la expectativa de lo que pasaría con su caso, pero una vez más se demostraba que todos amaban a su esposa, puesto que ninguno la atacaba o siquiera dudaba frente a las acusaciones, si no al contrario, la apoyaban confiando en que es una excelente mujer. Y es que Hara lo es, es la mejor mujer que ha conocido este joven, fuera de sus errores, puesto que ninguno es monedita de oro para no haber cometido algún desliz, quizás no haya cobrado vidas, pero ese es un detalle que entre los dos han de superar y olvidar.