Sueños Húmedos
El despertador sonaba a la hora habitual de todas las mañanas, Jung se colocó en pie estirándose y abriendo la ventana de su habitación visualizando el gran mar que no tenía a mucho de distancia, su mirada estaba llena de confusión, hasta el momento de girar su cabeza y ver a Hara saliendo del baño, portaba un vestido de color blanco que resaltaba sus atributos como mujer.
—Cariño, que bueno que has despertado, tengo una sorpresa para ti...
La joven se retiró aquella única prenda que portaba su cuerpo y sus manos se envolvieron en los hombros contrarios, juntando sus labios con los de él.
—Feliz aniversario amor... Yo soy tu regalo, disfrútalo...
El susurro de Hara era provocador, Jung quien se había mantenido en silencio, pero con una sonrisa, empezó a besar aquellos carnosos labios de la morena que tanto lo enloquecían, sus manos se paseaban por el cuerpo que tan bien conocía, era una sed de placer que demostraba que ambos se necesitaban.
En un vaivén Hara se encontraba sobre Jung estando ambos al desnudo, la fricción en sus cuerpos producía chispas por el excelente movimiento de saltos que esta tenía. Sus manos estaban ubicadas en el pecho de Jung y los gemidos habían inundado la habitación y sus cuerpos se habían convertido uno solo en el sexo.
El clímax llegó para ambos que en un fuerte gemido que resonó en las paredes, cayendo ambos en un abrazo mientras sus respiraciones se controlaban, la mirada de Hara era intensa y llena de amor.
—Te amo, mi esposo...
—Te amo... Hara...
Un irritable sonido hizo que este hiciera una mueca que al abrir sus ojos y alzarse levemente agitado, encontrándose sentado en su cama, lo hizo caer en cuenta que todo lo que había sentido había sido un sueño. Su rostro se tornó levemente rojizo al visualizar a la mujer con que había estado soñando con una licra y un top de entrenamiento, así como se encontraba algo sudada.
—Jung, pensé que no despertarías, ya es super tarde, alístate que tu padre me ha llamado que tienes una reunión en una hora.
—¿Reunión? ¿Qué horas son? —mira su reloj notando como marcaban las seis de la mañana, lo cual hizo que saliera de las sábanas rápidamente buscando lo necesario para tomar una ducha rápida, pero al ver que la chica lo miraba ahora él, arqueo su ceja con cierta confusión. —¿Por qué me miras así?
—¿Qué estabas soñando cochino? Trata de no demorarte en bajar eso o llegarás tarde.
Deja escapar una pequeña risa algo traviesa antes de salir de la habitación en dirección a la propia, Jung miro su entrepierna, sabía que ese sueño había causado estragos en su cuerpo, ahora tenía un problema que solucionar, por lo que bufa un poco entrando a su baño.
Media hora más tarde Hara se encontraba en el comedor esperando a que Jung estuviera totalmente listo, portaba un vestido de mangas largas color blanco con un cinto y sus tacones negros, su cabello estaba suelto y con su joyería habitual, se veía como toda una mujer de negocios. Se encontraba mirando en su celular algunos reportes enviados a su correo cuando Yona se le acercó con una taza de café, la cual coloco en la mesa junto a un papel en vuelto. Tras tomar su taza, visualizo el papel mal envuelto tomándolo así en sus manos para poderlo abrir y sorprenderse por el contenido.
Señorita Hara, debe tener cuidado con Jung Kim, no es quien aparenta ser, por eso es necesario que por su bien se vaya de esta casa, o él le hará daño.
—Esto debe ser una tontería, ¿esa estúpida se atreve a amenazarme? Me va a escuchar.
Con un par de zancadas Hara ingresa en la cocina donde se encontraba Yona lavando los platos, la joven se puso a su lado y posiciono el papel frente de la empleada mirándole con molestia, al parecer el mensaje no había sido de su agrado.
—¿Se puede saber que significa esto Yona? ¿Qué son estas amenazas?
—Señorita, no me malinterprete, no es una amenaza, eso se lo puedo jurar.
—¿Entonces por qué me has dado esto? Y peor aún, de expresarte de Jung de esa forma, él no es una mala persona.
—Señorita, usted no conoce al señor Jung, él es peligroso y...
Yona queda en silencio al sentir los pasos de Jung entrando en la cocina, su semblante se veía algo serio, por lo que Hara queda confundida por aquellas palabras y luego el silencio.
—Ya estoy listo, ¿nos vamos? Tenemos poco tiempo y es necesario que también estés en esa reunión Hara, en la empresa desayunamos luego.
—Claro, solo voy por mi bolsa y te alcanzo.
Sonríe grandemente hasta verlo salir de la cocina en dirección al garaje, por lo que mira nuevamente a Yona tomándola del brazo, arqueando así su ceja derecha.
—Mira niña, no sé qué tienes en mi contra o que piensas quién soy yo, pero no me vas a venir a amenazar, así que esta conversación no ha terminado, ten mucho cuidado con quién te involucras.
Sin más que decir la suelta y se retira a la sala por su bolsa antes de salir con Jung al auto, al subir este se sentía algo inquieto al estar junto a la mujer, que ella lo mira con cierta picardía recordando el incidente de esa mañana.
—Y bien, ¿me dirás que estabas soñando?
—No estaba soñando nada, sabes que a veces eso se levanta solo, solo tuve que ir al baño y se bajó.
—Sí, claro, estabas soñando conmigo, ¿no? Por qué llegue a escuchar antes de entrar que decías mi nombre. —ríe un poco.
—No, no eras tú, y no estaba soñando nada, así que no preguntes más.
—Está bien, hagamos que te creo don gruñón.
Deja escapar una última risa antes de mirar por la ventana. Jung acomodo su corbata evitando ponerse nervioso por la situación, solo recordar el sueño le hacía morder su labio inferior de forma inconsciente, sabía que estar cerca de Hara sería peligroso, pero negaba ligeramente con su cabeza espantando aquellos pensamientos injuriosos.
Después de veinte minutos se encontraban ingresando a la empresa y subiendo a la sala de juntas, Hara ingreso primero que Jung saludando en lo que este había sido detenido por Kang, quien notaba la intensa mirada de su amigo ante la chica.
—¿Por qué tanta miradera? ¿Ya no está enojada por vivir contigo?
—Creo que no, pero no es por eso Kang... ¿Qué probabilidad existe que Hara vuelva conmigo? ¿Cómo lo ves tú?
—Bueno, aún tendría que ver un poco más sus acciones para darte una respuesta, solo ha pasado un día y ya te tiene mal esa mujer.
—¿Mal? Eso es poco, hoy he tenido un sueño húmedo con ella... —suspira un poco y más por el rostro de sorpresa. —Fue un sueño muy real que me dejo con secuelas al despertar.
—Jung, esa mujer no se ha salido de tu cabeza, pero debes tener cuidado, no puedes ser tan lanzado o Hara únicamente jugará contigo.
—No he sido lanzado y ya está jugando conmigo, es demasiado cruel, ¿se nota mucho que la quiero de vuelta conmigo? Ayer fue un día pesado...
La palmada de Kang intento animarlo un poco, Jung estaba entre la espada y pared. Su espada se llamaba Sook Han, y su pared Hara Soo, dos mujeres con las que tenía una disputa, una por odio y otra por amor, su carga en vez de alivianarse se aumentaba y su mente estaba en otro lugar por eso.
Durante toda la reunión, Jung se veía en un estado de automático, respondiendo sin cuestionar o buscar diferentes respuestas. Todos los presentes se dieron cuenta de que el jefe no se encontraba para nada bien, pero con su semblante de seriedad nadie se atrevía a pregunta que le pasaba, Jung desde hace cinco meses cambio tanto que decidió hacer lo mismo con el personal, tomando una que otra mala decisión, acto por el cual Hara después de la reunión se citó a solas con él en su oficina.
—Jeong me acaba de llamar que ha estado revisado los libros de contabilidad y me ha comentado que algunos movimientos no cuadran, también estaba revisando las redes junto a los programas de publicidad y no están bien... Jung, ¿qué paso en estos cinco meses?
—Jenner y yo tomamos una serie de decisiones sin pensar, por eso mi padre los quería de vuelta, ustedes son los indicados para este tipo de cargos, desde que se marcharon la empresa había sufrido de caídas, no había podido estar muy pendiente de ella y Jenner ni hablar.
—Entiendo eso, y no te preocupes, pero para poner todo en orden necesitaremos su ayuda, por lo que necesitaré que sean ambos excelentes colaboradores.
—No te preocupes por eso Hara, yo encantado de colaborar y poner todo en orden, sabes que nunca me ha gustado el desorden y por un descuido no puedo permitir que la empresa de mi padre decaiga.
—Lo sé, eso me gusta mucho de ti, nos vemos después, yo pediré el desayuno en mi oficina, tengo mucho que trabajar,
El vaivén de sus caderas lo dejaron hipnótico gracias al vestido que portaba, Hara siempre ha tenido buen gusto para la vestimenta, era algo que le encantaba a Jung, puesto que en cada traje que se ponía lograba resaltarla entre las demás mujeres.
—Ay Jung... ¿Qué harás con esta mujer?
Deja escapar un pequeño suspiro para poder tomar asiento en su silla presidencial y pedirle a Irene, su secretaria, que trajera su desayuno, hoy sería un largo día, y muchas preguntas seguro tendría que responder junto a su hermana. Los hermanos Soo no eran de quedarse con unas simples suposiciones, por eso eran excelentes empleados, permitiendo que a la vez su padre confiara en ellos, su mayor temor era que Hara y Jeong se terminaran de enterar de la demanda impuesta por Sook, porque no sabría si serían capaz de creerle y no darle la espalda ni a él, ni a su familia.
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