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Ascensor

6:00 a.m. en la habitación de Jung.

Suena el despertador a lo que una mano detiene aquel irritable sonido. Jung, se sienta en su cama, se estira y por consiguiente se pone en pie con tal calma para abrir su ventana, permitiendo que los rayos del sol penetren dentro de la oscura habitación. Con sus ojos observaba cada espacio del patio trasero, notando que en su gimnasio privado se encontraba Hara haciendo ejercicio, se veía espléndida que no pensó dos veces en cambiarse de ropa e ir a acompañarla.

—Buenos días, Hara.

—Buenos días, Jung, creo que se te han pegado las cobijas, pensé que ya no hacías ejercicio. —sonríe la joven mientras se acomodaba sobre la caminadora.

—Normalmente, empiezo a las seis, de tanto estrés ya no me da para despertarme antes.

Confiesa franco, empezando con un pequeño estiramiento matutino, queriendo impresionar a su contraria con su cuerpo bien formado, pero esta solo se mantenía concentrada en su rutina, por lo que sus intentos resultaban en vano. Era necesario jugar con sus sentimientos, así que dejo caerse a los pies de la chica al "tropezar" con las máquinas, captando la atención de Hara.

—¡Jung! ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —se estira levemente a él para poder revisarle mientras este solo se sentaba en el suelo, dejando escapar su risa.

—Estoy bien, no te preocupes, considero que caer a tus pies es algo que se me da muy bien.

Él da una pequeña sonrisa medianamente ladina mientras con su mano derecha tomaba el mentón de la mujer para acercarla, la sonrisa que se formó en los labios de Hara era de complicidad, pero cuando sus labios seguramente se juntarían, una voz masculina los interrumpió a lo que ambos observaron a Kang.

—Lamentó si interrumpí algo, pero vine por ustedes... El señor Kim los necesita urgente, pensé que estarían listos, les había enviado un mensaje desde temprano.

—Oh, no he visto mi celular Kang, no te preocupes, en un momento estaremos listos —se coloca la joven en pie mientras ayudaba a levantar a Jung, el cual solo miraba con cierto desdén a su gran amigo. —Ten más cuidado a la próxima.

Hara sin decir más se marchó en dirección a su habitación para poder tomar una ducha y arreglarse, mientras que de los dos que quedaron abajo solo se escuchaban reproches por la imprudente aparición de Kang.

—¿En serio Kang? No podías llegar unos minutos más tarde.

—Lo siento amigo, te escribí desde las cinco de la mañana, yo también me sorprendí de que casi la fueses besado.

—Sí, por fin la fuese besado si no fueses aparecido.

—Tranquilo hombre, en otra oportunidad lo conseguirás, ahora vete a arreglar que llegaremos tarde a la reunión.

Bufa levemente molesto como respuesta el menor de los dos antes de subir también a su habitación y poder arreglarse. Unos cuantos minutos después los dos descendieron de sus habitaciones totalmente arreglados, cualquiera diría que se pusieron de acuerdo para compartir atuendos que combinaban a la perfección, Hara con un vestido de mangas largas de color azul oscuro, junto a sus tacones negros y su joyería habitual, acompañaba de buena a forma a Jung que portaba un traje de tres piezas de color azul oscuro y sus mocasines negros.

Los tres se embarcaron en el auto sin decir nada por el camino hasta llegar a la empresa, Kang se separó de ellos al momento de tomar otro ascensor no sin antes comunicarles que eran esperados en la sala de junta en veinte minutos, por lo que la pareja iba a buscar a sus respectivas oficinas lo necesario para la reunión, cuando en eso, subiendo el ascensor se detuvo de golpe apagándose las luces; había ocurrido una falla eléctrica y estaban atrapados.

—No, no, no... Nos quedaremos aquí encerrados.

Con cierto temor, Hara se aferra al brazo de Jung al sentir como el ascensor tambaleo levemente, una muerte de esta forma no sería para nada agradable.

—Tranquila, Hara... Ya nos vendrán a sacar de aquí.

Jung, la abraza con fuerza mientras presionaba el botón de emergencia. Hara por su parte no dejaba de temblar, por lo que este chico tuvo una ingeniosa idea para tranquilizarla, tenía que distraerla, y la mejor forma de hacerlo era dándole un beso, por lo que sin pensarlo dos veces junto sus labios con los de su contraria siendo correspondido.

Los labios de Hara se movían con el mismo vaivén de los contrarios, no sabía que pasaba por su mente, lo único que sabía era que si iba a morir, lo iba a hacer besando al hombre que más amaba. El beso dejó de lado su ternura y se volvió algo intenso gracias a la adrenalina y el miedo que emanaban de sus cuerpos, las luces empezaron a titilar, por lo que Jung aprovecho en meter sus manos bajo el vestido de aquella dama, su cuerpo se mandaba solo y era bien recibido por su contraria.

Las caricias y la situación hicieron que sus cuerpos empezaran a sentir calor, las manos de la chica buscaron el cierre del pantalón de su contrario, pero al momento que iba a bajarlo, las luces se encendieron y el ascensor tomo su rumbo habitual, por lo que rápidamente las puertas se abrieron logrando que ambos se separaran al quedar a la vista de varios empleados que se encontraban en el piso de Hara.

—Nos vemos en la reunión.

Fue lo último que salió de los labios de la joven antes de salir casi corriendo en dirección a su oficina sin mirar siquiera atrás, estaba totalmente acalorada, con sus mejillas como tomate y demasiado avergonzada. Al ingresar en su oficina se fue directamente al baño que tenía, mirándose detenidamente en el espejo recordando aquella escena que había sucedido minutos antes.

—Sí el ascensor no hubiera sido arreglado... ¿Él y yo fuésemos...? Oh, no, Hara que has hecho...

Toca su frente asimismo como sus labios dejando escapar una sonrisa tonta, sin importar que pasara por su mente que quisiera negar, ese beso, esas pocas caricias y ese deseo de adrenalina le había gustado, y no era la única, puesto que Jung en su oficina se encontraba caminando de un lado a otro lamentándose de haber oprimido ese botón de emergencia.

—Sí el ascensor no se arregla... Seguramente le fuese demostrado a Hara cuanto la extraño... Joder, tuve la oportunidad en mis manos...

Toca su corazón levemente agitado antes de tomar asiento en su gran sillón, mirando en dirección a su escritorio antes de sonreír levemente al sentir sus latidos controlarse.

—Al menos sé que sientes algo por mí, si no... No me fueses correspondido nada. Hara Soo, tengo una gran oportunidad contigo, espero no desaprovecharla jamás, eres magnífica.

Se deja caer en el sillón manteniendo esa sonrisa animada, su razón de vivir ha vuelto y era necesario arreglar los problemas con la demanda para poder estar de nueva cuenta con su esposa, Jung sabía que las mentiras poco a poco se terminarían desenmascarando, más no sabía que los hermanos Soo ya iban bastante avanzados en la información. 

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