La noche era fría, se empezaba a notar la llegada del invierno, pero nada me detuvo para una vez más ir a mi sitio favorito.

A estas horas el parque de al lado de mi casa estaba desierto y en completa oscuridad sin mirar a mi alrededor fui directo a la banca que siempre ocupaba y automáticamente las lágrimas se me escaparon.

El cielo estaba despejado y hoy no había Luna pero eso no hacia la diferencia pues parecía que esta le había cedido todo su fulgor a las estrellas. Mientras mi vista se nublaba a causa de las lágrimas vi como una estrella se aproximaba y su luz se hacia más intensa a medida que avanzaba. Tallé mis ojos a ver si la vista me estaba jugando una mala pasada pero no la luz estaba casi a mis pies. Era una figura humana que deslumbraba. No sabia que era pero sea lo que sea estaba frente a mi.

—¿Hola? ¿Que eres?                             —me aventure a preguntar

—Soy una estrella, ¿que mas seria?                     

¿Una estrella? Pensé que diría que un alienígena o que se yo ¿un paracaidista? ¡no se cualquier cosa!

—Y dime ¿que haces aquí?

—Tú me llamaste.                           —me respondió con simpleza

—¿Que yo te llamé? No, seguro hay un error.                    —respondí aun en shoc

—Si me llamaste de echo todas las noches hablamos

De momento recordé que me pasaba horas hablando sola, como una persona sin cordura, mirando en un punto perdido en el cielo.

—¿Para que te pedí que vinieras según tu?  

—No lo se tus sollozos no me dejaban entenderte bien                    —su respuesta me desconcertó

—Entonces, si hablamos todas las noches ¿porque vienes ahora?                —no entendía la razón de su presencia.

—Porque me harté             —respondio a mi cuestión con firmeza

—¿De mi?               —mis ojos se nublaron nuevamente, no puedo creer que incluso las estrellas se terminen cansando de mi

—No, no, no.           —se apresuró a contestarme               —me cansé de verte llorar y sufrir, se que no conocías de mi existencia pero hace tiempo te escucho. Por eso decidí bajar, porque cada vez que te escuchó llorar me quitas milenios de vida.

Seguia sin poder procesar toda la información que a mi mente estaba llegando, todo me sobrepasaba. ¿Como puedo ser importante para alguien? Luego de un pequeño silencio, continuo hablando.

—Sabes, durante mucho tiempo lo único que me ha motivado a aparecer cada noche, eres tu. Siempre te veo, ya sea cuando la Luna este llena o cuando esta no esté, incluso cuando tu no puedas verme a mi por estar nublado o producto a la tempestad. Desde tu habitación, por las calles. No importa donde estés o si me vez o no, yo siempre te escucho.

Unas lágrimas se escapaban rebeldemente de mis ojos recorriendo un sendero por mis mejillas hasta perderse en mi tímida sonrisa, una genuina de esas que hacia años no mostraba. La luz que irradiaba se volvió tenue a medida que se acercaba, pasó una mano por mi rostro con delicadeza secando el rastro húmedo que había dejado mis lágrimas. Solo fui capaz de apreciar los dos ojos más hermosos que nunca vi, su azul y destellante mirada se gravó a fuego en mi corazón llenándolo de calor luego de casi una década sin sentir y ahí me di cuenta de que "nunca es tarde"

—Se que para ti es difícil creer en promesas, pues te han fallado muchas veces. Por eso no te pienso prometer, te voy a demostrar que nunca te voy a dejar y siempre estaré allí, siendo tu apoyo. Tu serás la que me de las fuerzas para continuar, tu amor sera el motor que haga funcionar mi corazón, serás la energía que me proporcionará la luz para alumbrar tu camino. Desde hoy dejare de tener luz propia para brillar por ti, para ti y gracias a ti. Quiero ser el Sol de tus días y tu estrella en las noches, que aunque no pueda iluminarlo todo como el mismisimo día siempre estare allí pa ti.

Dejó un beso en mi frente y me regaló por primera vez una sonrisa, sus manos acariciaron mis mejillas de forma tierna. Cuando pense que dejaría de brillar, dio varios pasos hacia atrás y regresó como mismo vino hasta que lo vi estacionarte en el lugar de siempre en el lugar que ahora ya se, es de mi estrella.

[...]

Sentí unas manos que tocaban mis mejillas y una voz que me hablaba desde lo lejos cosas que no lograba comprender. Fui abriendo los ojos y cayendo en la realidad "todo fue un sueño"

Me había quedado dormida en el parque, perdiendo la noción del tiempo. Una voz me recordó que no estaba sola y que mi despertar lo había provocado alguien.

—¡Hola! ¿Estas bien?                —esa voz nunca sería capaz de olvidarla pues se quedó en mi memoria grabada.

Mis ojos corrieron en busca de los suyos y ahí fue donde todo el aire abandonó  mi cuerpo. Un par de luceros tan azules como el mar me miraban y pude sentir la misma calidez en su mirar que la que había sentido hacia apenas unos instantes. Una sonrisa tonta se formó en mis labios y solo pude gesticular una palabra.

—¡Tu!            —él me regresó la sonrisa y algo obvio me respondió

—Yo

A partir de ahí mi estrella cumplió su promesa pues nunca volvió a faltar luz en mi vida. Mientras yo le brindé todo el amor que nunca me imaginé guardaba en mi interior. Se convirtió en estrella fugaz para estar eternamente a mi lado. Esa noche mi estrella abandonó el cielo para quedarse a mi lado y nunca más dejarme en tinieblas.