Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3:Algo inesperado.

Con un último beso en la frente dejo a su aibou para luego irse y dejar a Yugi a que explorara el lugar.

—Bien, ya es hora. —Dijo decidido el menor y fue hasta donde estaban las escaleras, subió y fue hasta la habitación donde le indico Atem que sería.

Y al abrirla se le cayo su mandíbula, literalmente.

 Todo, absolutamente todo estaba decorado para la situación ; pétalos de rosa roja formando un camino que iniciaba desde la puerta hasta llegar a la cama, las luces estaban levemente bajas haciendo un buen contraste junto con las velas que alumbraban con su luz natural, cortinas abiertas de modo que podía ver como la luna brillaba he iba colocándose lentamente en su punto más alto, podía ver a lo lejos la ciudad que aun se encontraba en "actividad".

Yugi paso a la habitación y detrás de él cerró la puerta despacio, camino un poco hasta donde estaba la cama y se encontró con una inesperada sorpresa.

Una carta con dos rosas rojas.

Yugi la tomo en sus manos y prosiguio a leerla

"A ti que ya eres parte de la familia, te damos nuestro presente. ¡Qué lo disfruten ambos! Sobretodo tu Yugi.  Bienvenido a la familia.
Att: tus suegros. "

Raro.

Esa era la única palabra para describir lo que habían hecho sus suegros, pero era un presente para ellos, sobretodo para él.

—Qué extraño. —Dejo la carta en su bolsillo. —Entonces Atem tampoco sabe.

Se dirigió a una de las ventanas y pudo apreciar al moreno que descargaba sus maletas.

¿Como es que no puedes tener frío? Mirate, estas sólo con una camisa como si nada. Pensaba Yugi mientras veía como su esposo bajaba las maletas de la camioneta.

Pero Atem volteó en ese mismo instante, sentía la mirada de su Hikari y cuando sus ojos chocaron, Rubí y amatista se perdieron en la mirada del otro.

"Te quiero. " Mando ese mensaje a través de su mirada amatista.

" Te amo. " Correspondió el Oji-Rubí.

Ambos chicos se sonrojaron y se sonrieron con gusto.

Era grato tener ese lazo de unión que habían forjado los dos, sabían, de alguna forma lo que pensaba el otro y lo que sentían.

El amor había emanado en ellos como una hermosa flor de loto; iniciando como un capullo cerrado; Empezaron como desconocidos, después y con el paso del tiempo fue abriendo sus pétalos con lentitud; así fue como llevaron su amistad, de apoco a poco y con el paso del tiempo; luego esa hermosa flor fue floreciendo hacía su máximo esplendor; fue cuando ambos corazones de esos jóvenes se declararon su amor y con el pasar de los años se fueron uniendo más a un punto donde sentían lo que el otro sentía.

Eso significaba una cosa y Atem sabía que era:

" Su propio vínculo. " Así era como lo nombraba el Alfa, pero ese vínculo entre ambos se volvería más fuerte cuando ambos se volvieran uno y cuando Yugi se vuelva su Omega oficialmente.

—Diosa luna, por favor dame fuerza para ser tan cuidadoso con él, no quiero que sienta el dolor cuando lo convierta. —Musito para si mismo en casi un silencio sepulcral, pero que solo la hermosa luna podiera escuchar los ruegos de uno de sus hijos que aclamaba por su ayuda.

A Yugi le preocupo por un instante la mirada de su querido esposo, ¿porque tan derrepente puso una mirada triste? Quiso ir y consolarlo, sabia que esa mirada la ponía cuando estaba inseguro de algo, pero cambio de nuevo en un parpadeo, ya tenía de vuelta esa sonrisa que era usual en el moreno;confianza, cariño y seguridad se mostrataban en él nuevamente.

Así le gustaba ver a su chico.

Yugi alzó su mano mostrando sus cinco dedos recordandole a Atem que en solo 5 minutos estaría listo y se volvió hacia la habitación.

Corrio las cortinas, no quería que Atem "Viera" lo que él le tenía preparado. 

Algo ansioso se tomo las manos  y ambas las dirigió a su corazón.

—Cálmate, cálmate, cálmate.—Se repetía en cuanto su corazón le latía rápido.—Es Atem , por Dios.—Sonrió.—Solamente debes de no ser cobarde frente a él.—Mordió sus labios al pensar que ambos se dejarían llevar por el deseo de estar con el otro; mirándose, acariciándose, besándose y demostrándose el amor que llevaban por el otro.

Respiro profundamente, sus manos comenzaron a templar le por el nerviosismo que sentía..

—Tranquilo .—Desabotono el primer botón de su camisa, dejo caer el abrigo que le había colocado su esposo al suelo, siguió con el siguiente botón y así siguió con el resto hasta que su camisa se abrió un poco dejando ver esa piel cremosa y lechosa.

—No seas cobarde.—Se dijo dejando que la tela que le cubría se deslizara por entre sus brazos para finalmente quitársela y dejarla en el suelo.

Siguió con su pantalón.

Cada prenda que caía era un paso a su transformación como Omega, pero Yugi no lo sabía.

•••

Por otro lado, Atem ya había dejado las maletas en el armario que abarcaba casi toda una habitación, cerro la puerta y se dirigió a la de su habitación.

Pero se detuvo en cuanto escucho pisadas sobre la nieve, su sentido de la audición estaba más que desarrollado que el de un ser humano, así que se dirigió escaleras abajo, camino a la parte trasera de su casa y abrió unas puertas de cristal que lo dirigían hacía un jardín y más alla al inicio de un bosque.

Aspiro fuertemente el aire y capto cuatro olores que ya conocía a la perfección.

"Ahg, creí haberles dicho que no vinieran." Se quejo molesto el Alfa.

—¿Atem?.—

Volteo a su llamado, cuando su voz inocente pregunto por él, el moreno se giro y al verlo se olvido de que sus centinelas le "cubrían la espalda" por no decir: que cuidaban y protegian de su Alfa y de su próxima luna.

Yugi estaba preocupado mirándolo, pero Atem estaba más ocupado embobado en el conjunto que su pequeño esposo traía.

—¿Todo bien?—Le pregunto ladeando su cabeza pareciendo más inocente.

La verdad quería provocarlo con ese conjunto especial.

—Ah.....Yo...—

El alfa estaba sorprendido viendo al pequeño "gatito" negro que estaba enfrente de él.

Asomando sus orejas negras, sus pequeños bigotes , y su colita negra que estaba siendo arrastrada.

—W-Wou Yugi.—

No había nada que decir, Yugi se veía lindo,tierno, atractivo y sexy a simple vista.

—Tardabas.—El pequeño no supo más que decir que eso, sus mejillas se encendieron por la atenta mirada de Atem, pero el frío que le calaba en su cuerpo le hizo abrazarse así mismo olvidando momentáneamente su excusa para ver de nuevo a Atem y sorprenderlo con su traje que le había proporcionado su cuñada.

—¡Prrr! ¡Qué frío!—Froto sus brazos Yugi intentando conseguir algo de calor, pero sus piernas estaban muy descubiertas.

Al instante de ver eso, el instinto protector de Atem se activo, cerró de golpe la puerta, corrió hacía su Yugi y lo cargo como un costal de papas.

—Te dije que no salieras.—

—Los cinco minutos ya pasaron.—Contesto Yugi.

Atem paro de caminar y acomodo mejor entre sus brazos a su peque, quien lo tomo de las mejillas.

—Quiero estar contigo.—Dijo tiernamente. Atem estaba tan emocionado. Tan enamorado de ese tricolor .

— Quiero que mi dueño me mime.—

Se restrego como un gato sobre el cuello del moreno.

Yugi.—

Su voz profunda y ronca salió como un jadeo, sorprendiendo a Yugi puesto que su tono de voz había cambiado y para el colmo sus mejillas del menor se encendieron más.

Atem brindo a Yugi una sonrisa coqueta.

—Así que mi  gatito pide mimos de su amo..—

Yugi ya no sabía como retroceder. Su ahora esposo, parecía que tenía una actitud muy dominante, algo que le erizaba la piel, ¿y para qué mentir?, aceptaba qué le excitaba.

—Jejeje, ¿sabes? Derrepente me siento muy cansado.—Yugi estaba más nervioso, la mirada de Atem había era feroz , más pasional y profunda, se vio reflejado en sus ojos camines, Atem lo veía como su máxima prioridad, incluso el Moreno aceptaba acatar cualquier orden de Yugi, si el le decía que ladrara lo haría sin dudar.

—A-Atem creo que estas...—

—Te amo.—Lo interrumpió sonrojado a Yugi en el proceso, el menor se encogió de hombros pareciendo más adorable, trataba de desviar la mirada pero aquellos ojos rojos le insistían a que los viera y que juntos se perdieran en la mirada del otro.

— Deja de hacer eso. — Murmuró Yugi mientras tomaba las mejillas de Atem para besarlo mientras se perdían en la mirada del otro, luego ambos sellaron sus labios.

Fue un toque suave, lento pero a su vez era pasional y profundo; era un beso que expresaba los sentimientos que desbordaban ambos tricolores.

El beso terminó y aún así conservaron ese contacto visual que les decía a cada quien cuán enamorados estaban.

— Creo qué es hora de ir arriba. — Aviso Atem, Yugi por otra parte asintió con un poco de nervios.

Había llegado la hora.

Así que reafirmando el agarre sobre Yugi, Atem subió las escaleras para dirigirse hacia su habitación.

Pero cuando llegaron.

—Wuo...—Miro a Yugi.—¿Tú?—

—¡No! ¡No!—Agito las manos en negación Yugi.—Fueron tus padres, digo, mis suegros.—

—Sorprendente.—Camino el moreno con Yugi aun en sus brazos.—Entonces este es su presente.—

—¿Tú ya lo sabías?.—

—Me lo habían mencionado, pero jamas creí que me ayudarían.—

—¿Ayudar?—Pregunto confuso Yugi.—¿Ayudar a que?

Atem se dio cuenta de sus palabras.

—Oh, solo, bueno, a que la pasemos bien.—

—Ah, ya veo.—

Atem cerro la puerta con su pie y camino por todo el camino de pétalos de rosas hasta llegar a la cama y sentó a Yugi ahí.

El momento se acerca.

—Quédate así  y no dejes de mirarme, ¿Sí?—Pidió mirando al amatista.

El minino asintió sentado y observando a Atem quien retrocedió un poco hasta estar a una distancia prudente.

—Te ves muy lindo desde aquí.—Alago el moreno.—Y diste en el blanco, me gustan los gatos, en especial los negros.—A Yugi se le pusieron sus mejillas rojas  y en su interior agradeció profundamente a Mana por el consejo.—Pero yo...—La mirada de Yugi se volvió hacía Atem otra vez y se encontró con que el ojí-carmín desabotonaba su camisa lentamente hasta quitársela dejando ver su pecho y torso al descubierto.

Yugi se estaba muriendo de los nervios. Sabe que no debe sentirlos, tenía mucha confianza con Atem, pero al ser su primera vez había tantas emociones explotando en su interior.

¿Y ahora que debo de hacer yo?, pensaba él .

—¿Sientes esto?.—No se dio cuenta cuando la mano de Atem tomo la suya y la llevo a su pecho donde estaba exactamente su corazón, lo sentía, el corazón de Atem latia fuerte.

—Esta latiendo fuerte.—Susurro el amatista.

—Es por ti.—Dijo Atem sacando suspiros de enamorado.—Mi corazón late así cuando estas a mi lado, cuando te veo  siento que se me sale del pecho.—Recostó a Yugi en la cama y él se subió encima de su gatito.—Provocas mil emociones en mi Yugi. —Acarició la mejilla del menor.—Eres todo para mi.—

—¿Es lo que yo provoco en ti?—

Asintió Atem sin dudar.

—Tonto.—Yugi Lo tomo de las mejillas.—Tus declaraciones hacen que tiemble y  tus besos me estremecen de placer, ¿sabes una cosa?—

—¿Qué?.—

—Desde que te vi , me atrajiste, me hechizaste y no se como.— Confesó Yugi recordando el momento cuando se topo con Atem la primera vez.

"Es por que desde un principió ya estábamos destinados a conocernos"

—Puedo decir lo mismo, amor.

—Deja de decirme así.—Hizo puchero Yugi queriendo cubrirse su rostro más sin embargo Atem se lo impidió. .

—Amor, amor, amor, amor, lo repetiré muchas veces hasta que te acostumbres.

— Eres muy terco con tus ideas.—Atrajo al moreno a su cuerpo para abrazarlo.—Se siente muy tranquilo aquí en este lugar, es relajado. Me gusta.—

—Sabía que te gustaría. Pero ...—Se separo de su aibou.—Hemos venido aquí para disfrutarnos.

"Y para algo más..." Le murmuro su lobo interno a Atem que le hizo fruncir  el ceño.

—¿Qué ocurre?.—Pregunto Yugi bajo el cuerpo del moreno notando el cambio de humor de Atem.

—No, nada.—Respondió algo frío.

—¿S-seguro?.

—Sí.—

"Wou, jamás lo había visto así." Pensó Yugi asustado, sin embargo Atem noto el cambio drástico del ritmo del corazón de Yugi, lo había asustado con aquel cambio desagradable.

— Lo siento, no quise asustarte. Es solo que... —

— No te preocupes. — Le interrumpió Yugi. — yo también estoy nervioso. — Elevo sus hombros en señal de estar avergonzado. — Es mi primera vez. —

Atem se detuvo por completo.

¿Cómo podía arrebatarle a Yugi su primera vez de esa manera tan dolorosa?, se supone que aquel acto se lo debería de hacer con amor no con dolor... Pero aun así, era una perfecta noche para que su amado se convirtiera en uno de los suyos, por fin dejaría de ocultarle cosas, de ocultarle lo que realmente es.

No quiere engañar más a Yugi, quiere decirle la pura y santísima verdad.

Pero... ¿Qué pasa si Yugi le odia por transformarlo en un ser que nunca pidió?.

— ¿Qué pasa?, ¿estás bien?. — Yugi retiro gentilmente algunas lágrimas que se escaparon de los ojos de su esposo.

El ambiente había cambiado  a uno muy triste.

— ¿Cariño?. — Llamo Yugi a su amado, pero Atem rápidamente se refugio en el pecho de Yugi, buscando refugio, consuelo y perdón. — Atem, ¿estás bien?. —

— Sí... Yo solo... Ugh... — Atem no podía pronunciar palabra alguna, se sentía mal. Muy mal por hacerle eso a su pareja.

Ya ni sabía si debía de mordeler y transformarlo o parar todo y confesarle lo que realmente es y ver si Yugi le aceptaba como era. Realmente ko sabía que hacer, era una noche maravillosa, ¡preciosa!, y ahora él la estaba arruinando.

— ¿Te duele la cabeza?. — Atem asiente a la pregunta de Yugi. — Debes estar cansado, ¿por qué no duermes un poco?. —

— ¿Y dejar de lado nuestra luna miel?, no. No puedo hacer eso, ¿que clase de noche tendríamos si la dejo así?. —

— Esta bien. No pasa nada. Ya tendremos nuestra luna de miel. —

La parte lobuna de Atem quería negarse a descansar, quería morder a Yugi, encajarle los dientes con profundidad, marcando su piel por todas partes con su marca personal, mientras su pequeño gemia su nombre en alto pidiendo por más mientras lo embestida tan duro y profundo.

— ¿A- Atem?. ¿A- Ahora qué tienes?. —

Yugi se encontraba bajo el cuerpo del Alfa, este estaba deborando a Yugi con la mirada, el deseo en sus ojos ha alba por él y Yugi al ver esa profunda mirada que le decía que Atem lo deseaba profundamente.

—Yugi. — El alfa habló con voz suave pero profunda haciendo reaccionar al cuerpo de Yugi para respingar en su lugar. — ¿Me permites esta noche completa contigo?. —

¡Qué manera de decirlo!

Atem había sido cortes y eso lo sonrojo hasta las orejas, de verdad Yugi solo explotó de vergüenza, pero también asintió.

— Por favor, compadecete de mi amor. — Prosiguió Atem mientras acariciaba la mejilla de Yugi. — Prometeme que cuando despertemos, seguirás a mi lado.—

Yugi percibió la voz afligida de Atem. Su querido esposo, se estaba poniendo triste de nuevo.

— Te lo prometo. — Juro Yugi viendo como se le iluminaban los ojos a su amado. — Atem te pertezco y juro que por la mañana despertare a tu lado.

♦Continuará...



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro