En el camino el silencio reinaba entre los dos. Era incómodo y molesto, desearía conversar algo con él, pero no lo haría, si las cosas fueran diferentes entre nosotros, incluso si no me hubiera contado su secreto, las cosas hubieran seguido siendo iguales y sin en cambio , me sentiría cómodo con él.

— Perdón si te incomode con eso de tener una familia juntos. —

Voltee a verlo.

— No, para nada. — Respondí. — Es lo que deseas. — Susurre.

—¿Tú también lo deseas?. —

Su pregunta me descolocó por completo, claro que lo deseaba, lo anhelaba con fervor, lo quería demasiado, pero la situación ahora era muy diferente.

— No ahora. Pero... Sí en un futuro. — Respondí bajo.

—Futuro, ¿eh?. — Sonrió, aun que sus ojos se entristecieron. — Me gustaría estar en tu futuro. —

Pase saliva duramente.

Probablemente piense que muy pronto le pediré el separarnos, que es más que una probabilidad.

El auto de repente se detiene en medio de lo que es una carretera cubierta de nieve.

— Bloqueado. — Dijo.

Mire al horizonte, ya se estaba poniendo el sol.

— ¿Hay otro camino que podamos tomar?. —

— Sí. — Me contestó para luego bajarse del auto, lo perseguía con la mirada, camino hasta estar de mi lado abrió la puerta del copiloto y el aire frío hizo que temblara un poco. —Vamos. — Me extendió su mano.

— ¿Qué?, ¿a dónde vamos?. —

— Caminaremos hasta llegar a casa. —Me sacó el cinturón de seguridad y sin ningún esfuerzo me cargo entre sus brazos para sacarme de la camioneta, después cerró la puerta detrás de mi y después mis pies tocaron el suelo.

¿Cómo puede cargarme como si no pesará nada?, ¿de verdad él poseía una fuerza descumunal?.

— Andando. — Me dijo tomando mi mano para luego caminar; mis mejillas se sonrojan con el suave toque de su piel, es cálido sentir este tipo de protección, me siento seguro, de alguna manera.

Sin siquiera saberlo, mi otra mano se dirige hacia su brazo y a lo abrazo, juntandome más a él, note que me miró de reojo y una leve sonrisa se dibujo en sus labios.

“¿Quieres reaccionar de una vez?, ¡estás con un monstruo!” grito mi subconsciente haciéndome recapacitar, de inmediato me aleje de él y Atem borro su sonrisa, tuve que mirar a otro lado, de nuevo hacia el horizonte y oculte mis manos en los bolsillo de mi abrigo.

—No está nevando... — Dije quedito tratando de romper lo incómodo de la situación. — ¿Entonces cómo...? — Mi mirada se concentró en el montón de nieve que estaba a un par de centímetros de mi y a lo lejos, más allá de la pequeña montaña de nieve podía divisar un bulto de color negro que venía hacia nosotros. —¿Qué es eso?. — Sí algunos pasos más hacia adelante, intente enfocar más el bulto, cuando de repente me eche para atrás, casi cayendome de la repentina sorpresa al divisar un enorme perro de grandes proporciones venir para mi posición.

— ¡Atem!.— Grite horrorizado, mi compañero se posicionó delante de mi. El lobo salto, abriendo su hocico, mostrando sus afilados dientes, pensé que sería nuestro fin, pero sorprendente mente Atem lo mandó a volar lejos con el uso de su puño.

El lobo salió volando hacia el parabrisas de la camioneta rompiendolo. El animal, ya no se movió, se quedó ahí.

— ¿Esta...?. —

—No. — Me respondió con prisa mientras volvía a tomar mi mano, dimos media vuelta para irnos corriendo en dirección hacia el pueblo nuevamente, pero al hacerlo, otra enorme bestia de pelaje castaño nos estaba esperando. — Mierda. —

Un gruñido molesto llamó mi atención, era aquel lobo negro que se paraba nuevamente y ahora parecía más grande cuando se puso de pie arriba de la camioneta.

— Oh, Dios. —

Mi corazón comenzó acelerarse del miedo y mis ojos se cristalizaron, mi cuerpo se movió en busca de él de Atem, pero ya no lo sentí, ni siquiera su mano que momentos antes sostenía; cuándo volte me encontré con un enorme lobo, mucho más grande que los otros dos.

¡¿DE DÓNDE SALIÓ?!.

— Oh, por Dios. Oh, por Dios. — Me aleje de los enormes lobos  lentamente, el que estaba arriba del capote del auto comenzó aullar haciendo que varios escalofríos recorrieran todo mi cuerpo.

¡Tengo que irme!, ¡tengo que huir!.

“Espera.”

Mis pies se detuvieron enseguida cuando escuché la voz de Atem en mi mente, automáticamente, voltee a verlo y aquel lobo que estaba a mis espaldas me miraba de reojo.

Me estaba viendo con esos enormes ojos rojos como el rubí.

“En cuanto el lobo negro te ataque...”

¿Qué?.

“No te asustes. Confía en mí. Cuando el lobo negro te ataque, vas agacharte, lo atacare y en ese tiempo deberás meterte en la camioneta, enciende la, arracanla y sal de aquí.”

Pe-pero... ¿Qué hay de ti?.

“No te preocupes por mi. Mi prioridad eres tu. Mantente a salvo. Luego te alcanzo.” 

—¡¡¡AHHHRRGG!!!. —

“¡YA!”.

Hice lo que me pidió Atem, en cuanto el lobo se me echo encima me agache y enseguida aquel lobo que era Atem, se abalanzó al lobo negro, dieron varios volteretas en la nieve, miró hacia el otro lado donde el lobo de cabellos castaños estaba distraído viendo la escena, me di prisa y me metí a la camioneta, cerré ambas puertas con seguro, en ese instante el lobo castaño volvió aparecer pero tratando de romper el cristal de la puerta del copiloto.

— ¡AH!. — Grite.

“¡Arranca el auto!, ¡vete de aquí!.” 

Mi cuerpo reaccionó a la voz de Atem, tan rápido como pude me coloque en el asiento del piloto, tomé las llaves y arranque el auto, pero este no parecía querer cooperar.

— Oh, no, no me hagas esto. — Sentí la desesperación. —¡Arranca, maldita sea!. — Di un golpe al volante y de repente el auto volvió a encender, tome de inmediato la palanca, puse tercera y el vidrio de la puerta del copiloto se rompió, un brazo lo había atravesado y había sujetado mi mano con fuerza.

¡Dolía demasiado!, parecía que me quería romper el brazo.

Sin más, pise el pedal para dar marcha atrás, el fuerte arranque hizo que me quitara de encima  aquel sujeto que trataba de romperme el brazo, sujete con fuerza el volante, viendo el panorama; Habían ahora dos sujetos, semi-desnudos, con los pantalones rasgados, con el pecho descubierto, y los ojos de un color dorado.

"No son humanos. No son humanos."

Me repetí, busque a Atem con la mirada y este se encontraba aún peleando con ese lobo  de pelaje negro.

Un golpe fuerte en el techo me alertó, algo estaba arriba y daba grandes golpe, hasta que unas garras traspasaron el metal y lo rasgaron, lo siguiente que vi fue ver como el techo del auto fue mandado a volar lejos y un hombre con porte fino y una máscara de cuervo se hizo presente.

— Yugi Muto. — Habló con voz ronca y distorcionada, yo, con el miedo recorriendo mi cuerpo me quedé paralizado. El hombre que estaba delante de mí, tomó mi cuello y me alzó, aún seguía sin poder moverme, ni siquiera podía hablar.

Me había quedado petrificado totalmente, lo único que podía hacer era ver  al hombre frente a mi que me ahorcaba sin ningún tipo de esfuerzo, pronto sentí como quedaba sin aire y después todo se volvió negro.

—Dulces sueños, mi dulce príncipe. —

*Continuará...