Charlie POV

—¿Hablamos?–Dylan apareció por detrás cerrando con su mano la puerta de mi casillero. Miró a Emily.

—Después te veo en clases, Ems.—La saludé con un gesto de mi mano y ella se fue no sin antes mirar a Dylan.

—¿Nueva amiga?

—La única que parece decente. Me agrada.—Dije mirándola mientras atravesaba el corredor. Luego volví mi vista a los ojos mieles de Dylan—¿Qué pasa?

—¿Vamos a hablar de lo que pasó?—Dice dudando y apoyándose en los casillero. Era unos veinte centímetros más alto así que tenía que alzar mi barbilla para poder mirarlo.

—No me gustan las idas y vueltas. Solo...olvidémoslo. Estaba borracha pero no voy a estar acostándome con alguien de la escuela. No es lo que busco, Dylan. No soy así. Aunque lo parezca o lo que sea, de verdad no lo soy. Así que lamento decepcionarte.

Él me miró unos segundos sin decir nada como si estuviera procesando la información.

—Esta bien pero...—Dijo vacilante tratando de encontrar las palabras—...pensaba que estabas enojada por qué no me acordaba de ti.—Finalizó cauteloso esperando mi reacción.

—¿Enserio?

—Sí.

—Ah, está bien, yo tampoco me acordaba de ti esta mañana.—Sonreí.

—Auch, eso me dolió.—Puso su mano en su corazón fingiendo dolor.

–Aún así, tú y yo no haremos nada, ¿lo sabes, verdad?—Alcé una ceja.

—Yo no soy de esos, Charlie.—Me miró con su mirada más honesta posible—. Sí, sí, me emborraché y me acosté con una chica de la que no sabía su nombre, pero estamos a mano, ¿no? Además nunca hago eso.—Sonrió un poco tratando de convencerme.

—Tendré que verlo con mis propios ojos, supongo. Eres muy lindo para ser cierto.

Él era lindo, tenía su pelo castaño cortado a los costados y un poco más alto en el centro, tenía unas pestañas que hacían que sus ojos mieles se vieran más lindos si es posible, además su sonrisa era preciosa. Sí, creo que él es lindo. Pero podría ser un completo idiota, seguramente me equivoco. Si lo ves bien tiene un aspecto dulce pero no pienso andar a ciegas por ahí.

—¿Crees que soy lindo?—Me dió una sonrisa dulce y sus hoyuelos se marcaron.

—Cállate.—Rodé los ojos—. Eres lindo y lo sabes.

***

Llegue a casa, si es que se puede llamar así, para mí no lo era. Era grande y linda, no me quejo. Pero era algo nuevo para mí. Tenía que compartirla con mi nuevo padrastro y mi hermanastro.

Ellos tenían el bolsillo lleno, razón por la cual ahora como formaba parte de la familia, tenía que ir a la escuela privada donde va Aiden, mi hermanastro.

Todo empezó cuando Ashton y mi mamá se enamoraron, se juraron amor eterno, me dieron la vida; luego mi padre decidió irse con una veinteañera de Las Vegas y mi madre terminó yendo todos los viernes a terapia. Ahí es donde conoce a un benefactor de la institución, Derek. Empresario ejecutivo de no sé qué empresa que produce no sé qué mierda en serie.

Él me cae bien, enserio se esfuerza. En fin, ellos se casan y hace unos siete meses que empecé a vivir aquí, con mamá, Aiden y Derek. La casa era espaciosa así que la vida no era tan difícil, solamente cuando Aiden venía  con sus estúpidos amigos a molestar. Cuando eso pasaba, me iba.

Como consecuencia terminé borracha y acostándome con un extraño, que resultó ser Dylan. Lo único bueno de este matrimonio, supuse.