Capítulo 25: Todo saldrá bien
Dylan POV
—Nunca me cansaré de este lugar.—Dijo Charlie antes de volver a sorber de su malteada. Así es, volvimos al lugar de malteadas donde llevé a Charlie esa vez.
—Si vuelves a poner tu boca sobre ese sorbete creo que moriré.—Exclamé sin poder contenerme y la verdad, no quería hacerlo.
—Eres todo un pervertido.—Rió Charlie con ojos coquetos—. Pero así me encantas, bombón.—Agregó en broma la última palabra.
Ambos sonreímos. Nunca me cansaría de ella, era perfecta. Hasta el más mínimo detalle como ese característico pequeño lunar debajo de su labio.
–¿Dylan?—Ante mi nombre volví mi atención hacia sus palabras—. Cuando dejes de violarme con la mirada, te quería avisar que Derek le habló a mi madre sobre ti. Y bueno, quiere conocerte.
—Esta bien.—Me encogí de hombros—. Cuando quiera.
—Esta noche.—Soltó Charlie un poco nerviosa—. Me pidió que te invitara a cenar.—Se removió un poco incómoda.
—Tranquila.—Tomé su mano sobre la mesa.—Soy genial con los padres.—La tranquilicé. Ella me sonrió poco convencida.
—Ven hoy a las siete. Si quieres agradarle a mi madre trae un vino tinto del 86' y por favor, mucha suerte. Ella puede ser un poco...complicada.
—Charlie, todo estará bien. ¿Qué puede salir mal?—Pregunté.
—Por favor, no digas eso. Cuando alguien dice eso, implica que todo va a salir mal.
***
Me encontraba fuera de la casa de Charlie. Y para qué negarlo, estaba nervioso. La puerta se abrió luego de tocar varias veces, ante mí estaba Charlie con una vestimenta elegante. Me sonrió nerviosa e hizo un ademán para que pase. Ingresé a la sala y miré al alrededor.
—¿Cariño, llegó...—Mis ojos se dirigieron a la dueña de esa voz. Una mujer de unos casi cuarenta años apareció. Llevaba un vestido con flores estampadas de varios colores, estaba muy maquillada y usaba como miles de brazaletes en sus muñecas—. Oh, tú debes de ser Dylan.—Ella se acercó a mí y me tendió su mano.
—Así es señora, Dylan Bradley. Un gusto conocerla por fin.—Acepté su mano para estrecharla.
—Por favor, llámame Ángela. Me haces sentir vieja, cielo.—Rió fuertemente.
—¡Mamá!—Dijo Charlie dirigiendo una mirada asesina a su madre.
—¿Qué? No hay nada malo sobre eso. Yo también fui joven como ustedes. También tuve novios, sé cómo es eso y nunca me avergoncé de mi madre. Más bien odiaba a esa mujer pero ¿qué se le va a hacer?—Rió secamente—. ¡Oh! ¿Eso que veo es un vino tinto del 86'?
—Así es seño...Ángela.—Dije para luego darle el vino en sus manos con uñas rosadas.
—Bien, cenemos entonces.
***
—Cuéntenme, sé que tú, Dylan, vas a la escuela con mi hija y Aiden, quiero los detalles de cómo se conocieron.—Ángela dijo en el silencio incómodo y yo casi me atraganté con la pasta.
—Bueno...—Miré a Charlie que estaba a mí lado—, fue mi compañera en...biología. Así nos conocimos.
—¿Eres un niño inteligente?—Preguntó y la verdad no sabía cómo responder eso, sin sonar idiota o arrogante.
—Mamá, ¿qué clase de pregunta es esa?—Charlie susurró por lo bajo. Pude notar que Derek y Aiden se sentían como en un partido de tenis, viendo la pelota ir de un lado al otro.
—Es solo una pregunta, Charlotte.
—No me digas Charlotte.—Charlie exclamó.
—Es tu nombre, querida. Acostúmbrate.—La madre de Charlie dijo cortante y luego me miró—. Solo espero que usen protección por qué soy muy joven para ser abuela...
—¡Ángela!—Charlie volvió a fulminar con su mirada a su madre. Yo, al igual que Derek y Aiden, permanecía en silencio absoluto.
—A Dylan le gusta el fútbol, ¿verdad?—Aiden habló y yo lo miré sospechosamente. Pero luego me tranquilicé al ver que solo quería ayudar a hacer esto más fácil.
—¿Fútbol, eh? Recuerdo que tenía este novio en preparatoria, Scott Anderson, jugaba en el equipo de la escuela, y era por lejos el mejor. Ni siquiera me gustan los deportes, ninguno de ellos, pero verlo a él era como un arte. Pero resultó ser un timador de primera, como su mejor amigo, Alexis McClain, ese sí era un sinvergüenza...—Ángela seguía hablando sin parar y miré a Charlie en busca de ayuda.
Ella solo artículo un te lo dije con sus labios y sus ojos mostraban que lo sentía. No sé cómo pasó pero ahora mi camisa estaba mojada con un tinte morado de jugo de uva.
—Oh, qué tonta soy...—Charlie agarró una servilleta y empezó a limpiar mi camisa—, tranquilo, Dylan, con soda saldrá.—Al decir esto, tomó mi mano y me llevó a otra habitación que reconocí como la cocina.
—Gracias por sacarme de allí.—Susurré al llegar. Charlie sacó soda y empezó a limpiar mi camisa.
—Lo siento por lo del jugo.—Suspiró—. Te dije que mi madre...bueno, ella es así.—Dijo lamentándose.
—Es una madre muy...peculiar.—No sabía exactamente qué decir—. Está bien de todos modos. Mi ex-novia tiene esta madre que colecciona pelo de cabra, todas las razas, colores, de diferentes edades, era muy extraño. Y toda su casa olía a queso. Una vez me invitó a fumar hachís.—Conté para tranquilizarla.
—¿En serio?—Me miró extrañada y yo asentí—. Woah, ¿quién, Sabanna?
—No.—Negué con mi cabeza—. Una chica llamada Kate.
—¿Kate, eh? ¿Cuáles otras ex-novias tienes escondidas en tu clóset?—Preguntó tratando de parecer desinteresada.
—Veamos...—Fingí pensarlo—, Sabanna, Kate, Alice, Alexandra, Blair, otra chica llamada Kate, Jade, Katherine, Ky-Lyn (había venido de intercambio desde Asia), Skyler, Spencer, Jenny...
—¡¿En serio fueron tantas?!—Exclamó, no sé si sorprendida o indignada.
—No...—Reí—, solo Sabanna las dos Kates y Jenny. ¿Y tú?
—Ante que nada, eso no fue gracioso.—Charlie alzó sus cejas—. Mis novios...Kyle, Andrew y luego estaba Tony pero no sé si cuenta como novio.
—Ya, no era necesario decir que tuviste una pareja sexual.—Dije haciendo una mueca.
—¡Tú preguntaste!
—¿Por qué se tardan tanto?—Se oyó la voz de Ángela proveniente del comedor— ¡Espero que no estén teniendo sexo en mi cocina!—Gritó.
—Será mejor volver.—Charlie giro sus ojos.
—Sí.—Asentí de acuerdo y entrelacé mis dedos con los suyos—. Vamos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro