Ya habían pasado los días que había pedido en la escuela. Había conseguido un trabajo en una panadería.

Mi trabajo era atender la caja registradora y acomodar las alacenas que se estaban quedando vacías.

Hoy regresaba de nuevo a clases, sabía que había echo mal en irme así de la casa de Akashi pero también el no había puesto de su parte en buscarme.

En estos días el no me había mandado ningún mensaje y tampoco me había llamado, mucho menos buscado.

Se que le había puesto que le daría algo de espacio pero, también esperaba que me buscará.

Quien me entendía.

Preparé todo para ir a clases, no olvide las llaves por supuesto.

El camino hacia la escuela me sirvió para poder pensar y prepararme para el momento en que me topara con Akashi.

Pero eso nunca pasó, en ningún momento lo vi, ni en la entrada ni en la hora del almuerzo y tampoco en el entrenamiento, era extraño.

-Ah, Chizuru-san, esto es para ti- una chica bajita me entregó un papel mientras alistaba mis libros para salir a irme al trabajo.

Abrí la hoja para leerla.

"Nos vemos detrás de la escuela"

No decía de quien era pero, mi corazón pálpito algo más rápido al pensar que tal vez era de èl.

Apresurada metí casi a empujones mis libros y me dirigí a la parte trasera de la escuela como decía la nota.

Cuando llegue no había nadie, tal vez había llegado antes que èl, espero recargada por un par de minutos más. Movía nerviosamente mis pies y mis manos.

Escuche unos pasos en la vuelta, me enderese  de donde estaba recargada.

Con una sonrisa que salió casi por inercia en mi cara fue como me preparé.

Pero no era quien esperaba, no era Akashi quién venía.

Eran tres chicas, las cuales eran las más problemáticas de primero, minifaldas y demasiado maquilladaa era como se podían distinguir.

Tratando de no llamar la atención decidí irme, tal vez lo encuentre en otro lado.

-Izumi Chizuru, ¿Así que eras tú de la que tanto hablan?- una de ellas habló.

Parecía ser la líder, era más alta que ellas y más que yo también, su cabello de colorido casi amarillo y unas grandes unas pintadas de rosa.

-No se de que hablan, compermiso- intente pasar a lado de una de ellas.

-Sabemos muy bien quién eres, así que no intentes jugar con nosotras- me sujeto del brazo y me empujó hacia la pared.

-...Ngh...- me queje ante el fuerte golpe en mi espalda.

-Tranquila, no queremos dañarte no nada de eso, nosotras no somos la que tenemos problemas contigo, es sólo que una amiga de mi amiga le pidió un favor y... Bueno, ya sabes, no te lo tomes personal- la líder de ellas me miro.

Hizo un movimiento de cabeza hacia sus camaradas, cada una de ellas me sujeto cada uno de mis brazos por las muñecas.

-¿Que me van a hacer?- pregunte asustada y sin saber porque hacían eso.

-Tranquila, ya te dije que no te vamos a hacer daño, sólo...- me abrió la blusa reventando los botones de esta.- Ella pidió una foto donde estuvieras humillada-

Abrí los ojos asustada, intente forsejear.

Ella saco su teléfono móvil de su bolsillo de su falda y riéndose tomó una foto donde yo estaba mostrando mi sostén, era algo tan vergonzoso.

No sabría decir de donde saque tanta fuerza pero a una de ellas la empuje hacia donde estaba la que estaba tomando la foto haciendo que cayeran al suelo.

La otra que aún me estaba sujetando la muñeca la empuje lejos de mi, aproveché para huir de ahí.

Como pude agarré mi bolso y con la otra mano apretaba mi blusa para que no se abriera. Algunas lágrimas salían de mis ojos. Lo único que quería era salir de ahí.

Apresurada me fui hasta el lugar de mi trabajo, la encargada me miro asustada, ella era una mujer mayor pero muy amable. Sollosando le conté lo que había pasado.

-Cariño, tomate este día, regresa mañana para que te calmes- me ofreció.

Negué suavemente limpiando mis lágrimas.

-No, está bien si me quedo aquí, si estoy sola en casa solo pensaré...-

-Esta bien pero tomalo con calma, puedes hablar conmigo si así lo deseas- me sonrío amablemente.

-Muchas gracias-

Cuando me calme un poco deje mis cosas en la parte trasera de la panadería y arregle mi uniforme, puse mi delantar y me amarre mi cabello.

Salí a atender a los clientes.

De vez en cuando las imágenes de esta tarde regresaban a mi, de vez en cuando miraba mi teléfono esperanzada porque un mensaje llegará, no había nada.

Ahora dudaba de que esa nota fuera de èl, me habría mandado un mensaje o llamado en vez de una nota.

Que tonta fui.

-Bienvenidos- salude al joven que había entrado.

Me miro un par de veces y después se fue a escoger las piezas de pan.

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(10 minutos antes)

-Toma la llamada de una maldita vez- decía una güera oxigenada al teléfono y moviendo su pie exageradamente.

-¿Que quieres? Espero que sea algo importante porque estoy en mi...- le contestó la voz de un hombre al otro lado.

-Hasta que te dignas, y si, si es importante, quiero que me hagas un favor- la tipa se mordisqueava la uña postiza  que tenía.

-Nena, sabes que no hago favores sin pago- le dijo divertido el hombre del otro lado del teléfono.

-Te pagaré como siempre ha lo sabes- rodo los ojos.

-Muy bien, si es así pide por esa boquita-

-Quiero que le des un susto a una tipeja que se atrevió a ofenderme, te mandaré la foto de ella-

-Eso se escucha mejor, pero necesito más datos que sólo una foto lo sabes-

-Si ya lo sé, ella trabaja en la panadería de la calle XXX y ahora mismo creo que va para allá,ya sabes que hacer-

Sólo se escuchó un "Ok" del otro lado y colgaron.

La chica cerro su teléfono y lo puso sobre sus labios.

-Ahora verás maldita perra, yo no quería las cosas así, ¿verdad chicas?- miro a sus amigas.

Ellas asintierón.

Por otro lado, la pobre chica llamada Chizuru atendía con una forzada sonrisa hacia la clientela. Sólo había tres personas y una de ellas era un joven algo extraño.

Quien a veces miraba a la chica.

¿Que pasará ahora?

¿Porque siempre le salían las cosas mal?

Lo veremos en el próximo capítulo...

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Y bueno, como pronto llevaré a los 1k  voy a hacer un especial, espero que les agrade este capítulo y como siempre espero sus comentarios... Nos vemos a la próxima.