☄️ Ritual ☄️
Capítulo 8
☄️ Ritual ☄️
Hinata podía sentir el clamor de los Tons (tambores ceremoniales) por su piel y su sangre. Su corazón latiendo con la misma fuerza e intensidad. Su cuerpo se tensó mientras las voces se unían al canto, palabras antiguas que sólo los (raza de Jaba) conocían por su antigüedad y sus recuerdos genéticos.
El hormigueo fue lo siguiente.
Ella dejó que la fuerza entrara en su interior mientras cerraba los ojos, parada justo al frente de la puerta que la llevaría al ritual. Aunque quería centrarse en el ritual para empezar de la mejor manera, podía sentir a Naruto a su lado. El macho la miraba, ella podía sentir sus ojos celestes y oscuros sobre su perfil.
Hinata abrió los ojos de golpe cuando no pudo concentrarse y miró a Naruto de mala gana.
Él tenía una ceja alzada.
—¿Me explicarás qué pasará o tengo que adivinarlo?— susurró, aunque ella pudo distinguir su molestía.
Frunció el ceño y, una vez más se sintió tonta por pedirle al macho terrestre que la acompañará. Desde que habían salido del terreno de su amiga y Suigetsu, se había dado cuenta que probablemente él no sería de agrado para sus progenitores.
Su familia era la cabecilla del mercado desde hacia muchos giros, las fechas de caza eran tan importantes como La Unión, para su pueblo. Ella se sintió algo culpable.
También tenía miedo..
Simplemente no podía perder las fechas de caza, sería una deshonra para su familia y perderían su buena posición en el mercado. Su Yaya estaría furibunda, creía que estaría más enojada si perdía las fechas de caza a si perdía La Unión.
Hinata suspiró, ya nada podía cambiar las decisiones que había tomado. Tenía que hacer frente a su destino con lo que el universo le había dado y ella había tomado.
— Los Tons suenan y el canto de los machos llaman a los espíritus de la caza para que nos acompañen—, explicó con paciencia. Naruto alzó una ceja algo poblada y asintió, aunque no parecía muy convencido—. Cuando el clamor cambie tenemos que salir. Nos pararemos en medio del circulo sagrado y seremos bendecidos para una caza exitosa.
Naruto asintió de nuevo y miró a la puerta, ella quiso volver a concentrarse pero no podía. Terminó suspirando y volviéndose a Naruto de nuevo. Lo tomó de los hombros, girándolo a ella, sintiendo su piel suave pero dura de alguna manera. Su olor salado llego a ella, pero Hinata no descartó mientras lo miraba fijamente.
— Concéntrate—, le exigió—. Escucha la canción de los Tons, siéntelo en la sangre. ¿Puedes sentirlo?
Naruto la observó con el ceño fruncido, ella apretó más los dedos en sus duros hombros.
— Siente el clamor. Cierra los ojos—, le pidió. Naruto parpadeó un poco, pero terminó haciendo lo que le dijo.
Hinata bajó sus manos por sus brazos, sintiendo su piel tersa, músculos duros y algunos pelos gruesos. Ella no dejó de mirar su rostro,esperando que quedará con los ojos cerrados. Ella llegó hasta sus manos y entrelazó los dedos con él.
— Siente el clamor—, le pidió de nuevo—. ¿Puedes sentir la fuerza?
Hinata cerró los ojos mientras se dejaba llevar por la fuerza del ritual, escuchando las profundas voces de los machos vibrar en su piel. El calor comenzó a bajar por su cabeza, ella lo sentía como un líquido caliente que bajaba por su cuerpo, llegando hasta sus pies.
Dentro de su cabeza pudo ver una imagen de ella misma, como el calor y la luz blanca la rodeaba.
— Los ancestros han llegado—, murmuró sin ser consciente del porqué lo decía en voz alta.
Hinata se congeló cuando sintió la electricidad sus dedos, subiendo por sus brazos. No rompió la conexión, ni abrió los ojos. En su mente pudo ver a Naruto, en la misma posición en la que se encontraban en la recámara de espera.
Ella jadeó en silencio cuando notó la luz dorada que lo rodeaba a él. Naruto tenía el ceño fruncido mientras apretaba sus manos, pero mientras los golpes en los Tons se intensificaban, su luz se volvía más y más brillante. Hinata podía sentir como la electricidad corría por ella y el calor era remplazada por una energía más dominante. Su poder dorado, fuerte y cegador, comenzó a tomar su luz blanca. Tomando y tomando hasta que ella sólo pudo ver dorado en todo.
Los poros de su piel se abrieron, todos sus cabellos de alzaron mientras la electricidad corría por ella. ¿Qué significaba? ¿Qué querían decirle los ancestros y los espíritus de caza?
El clamor cambio de repente, ella reconoció la voz profunda de Jaba unirse a los de los otros machos y fue agitada con una fuerza invisible, casi tirándola hacia atrás.
Naruto apretó sus manos y ella no pudo evitar abrir los ojos. Él mantenía la posición, pero a pensar de su semblante feroz, permanecía relajado. Por una extraña razón, se sentía segura en ese momento. Los ancestros le estaban mostrando que había tomado la decisión correcta.
Hinata sonrió mientras miraba al macho.
Una voz suave se unió y ella supo que era Sirupe, la hembra anciana que pediría la sabiduría de los ancestros.
No quería, pero terminó rompiendo el agarre de una de las manos de Naruto y eso lo hizo abrir los ojos. Ella notó sus ojos más claros, los pequeños puntos negros de adentro de sus pozos celestes un poco más grandes. Mantuvo una de sus manos, y se giró, aún mirando su rostro, para enfrentar la puerta.
— Ya casi es hora—, le explicó con una sonrisa.
Hinata notó como sus ojos bajaban a los labios de ella, pero asintió con su expresión llena de determinación. La mirada de Naruto fue a la puerta mientras la anciana cantaba las últimas palabras, pero ella no pudo evitar seguir mirando su perfil.
Por un momento recordó a la pequeña Karin, asustada en las pruebas y mirando hacia todos lados. Hinata había estado segura que no duraría mucho. Antes de la presentación había estado con ojos grandes y temerosos, pero su expresión había cambiado. Mostrando la misma que mostraba Naruto en ese momento.
Se sorprendió cuando él apretó sus dedos adentro de su palma y le dió una mirada confiada.
—Todo irá bien— le aseguro para luego volver la mirada hacia adelante.
Hinata respiró un poco agitada mientras su corazón golpeaba en su pecho, una vez con fuerza, para calmarse y luego de nuevo,y de nuevo. ¿Otra vez? Se preguntó mientras frunció el ceño y volvía a mirar a la apertura. Ella no pudo pensar en ello cuando los Tons cambiaron de son y dió un paso hacia la sala del ritual. Naruto hizo su paso más largo para alcanzarla con rapidez justo antes de pasar la cortita de Quenqui.
Ella sonrió mientras veía el círculo de machos de distintos tonos de azul y celeste, reconociendo en seguida a Jaba al lado de Sirupe. Las llamas bailaban al son de viento que entraba por la apertura de arriba mientras la luna más pequeña se asomaba al lado de la superior. Las vestimentas blancas de los machos se agitaron con la misma fuerza mientras todos los ojos se clavaban en ellos.
Siguió caminando mientras el círculo se abría para que entrarán. Hinata apenas fue consciente de que Naruto mantenía su mano cuando ya estaba en el círculo y la mirada de la anciana bajo a sus manos entrelazadas. Tuvo el impulso de querer soltar al macho, pero una fuerza mayor no la dejó.
Acepto la órden de los espíritus de caza presente.
Sirupe comenzó a hablar en su dialecto antíguo, su voz suave pero sus ojos intensos mientras sólo sus palabras retumbaban en el lugar. No pudo agitar sonreír cuando Naruto se tensó con el primer gritó de los machos a su alrededor y el golpe de sus puños derechos contra sus torsos.
La anciana dijo algo más y luego Jaba se movió para traer un recipiente con leña adentro. Él uso sus brazos de abajo para sostenerlo mientras sus otros dos brazos tiraban las hierbas. El humo blanco comenzó a subir luego del chisporroteo y siseo de las hierbas al ser quemadas.
Hinata apretó la mano de Naruto, llamando si atención y lo observó con una sonrisa. Ella asintió y luego cerró los ojos, esperando que él entendiera que tenía que hacer lo mismo. Los machos golpearon los Tons lentamente mientras Hinata sentía que el humo comenzaba a rodearla. Su nariz picó, pero no lo mostró en su rostro.
La anciana siguió hablando mientras ella podía sentir ser rodeada por Jaba mientras él agitaba el cuenco con hierbas.
—¡No!— gruñó la anciana cuando ella sintió que algo quería romper su agarre con Naruto.
Ella se tensó, ¿qué estaba mal?
La anciana dijo algo con voz profunda y enojada, Hinata se mantuvo quieta cuando sintió que Jaba se alejaba de ella para rodear a Naruto. Ella recordó que jamás había entrado al círculo con su yeye tomada de la mano, ni siquiera cuando fue su primera vez y estaba asustada.
Una sensación extraña comenzó a cerrar su estómago, pero la electricidad seguía corriendo desde Naruto hacia ella.
¿Había hecho algo mal?
•
Naruto se sentía ligero como un pluma, lo que sea que le estaban haciendo aspirar era mejor que la marihuana. No era como si él hubiera fumado alguna vez, pero si era cierto que era como estar medio borracho, la sensación se acercaba bastante.
Una sonrisa tonta se instaló en sus labios cuando ese pensamiento paso por su cabeza.
La anciana color celestes claro seguía hablando con esas palabras graciosas que parecía ser gangosas, aunque no entendía lo que decía. Ya de por si, al principio del ritual, mientras sostenía las manos de Hinata, se había sentido extraño. Esos "tons" o como sea que ella los había llamado, se sentían bastante poderosos. Aunque se había sentido que estaba en una tribu a punto de ser puesto al fuego para un guisado. Naruto aguantó la carcajada que quiso salir de su boca, aunque su cuerpo se agitó un poco.
De todos modos no abrió los ojos.
Eso parecía importante.
Su ceño se frunció al darse cuenta que parecía que las hierbas le estaban "pegando". Jamás se había drogado, pero él tenía que ser secuestrado por extraterrestres, traído a otro planeta, salir a cazar con una chica sin tetas pero un espectacular trasero, para que los de su pueblo lo "obligarán" a hacer el viaje.
Un hormigueo empezó en su estómago, subiendo y bajando por sus extremidades, haciendo que se sintiera casi volar. Por un momento estuvo a punto de abrir los ojos cuando le dió vértigo. Hinata apretó sus dedos con fuerza, y él la sintió como un ancla.
Bien, si todavía estaba agarrado de Hinata eso quería decir que estaba pisando suelo...
A menos que ella también estuviera volando...
Un grito masivo lo asustó lo suficientemente para abrir los ojos de golpe. La anciana tenía los ojos negros clavados en él, y Naruto volvió a cerrar los ojos, aunque dejó una pequeña rendija para ver su reacción a su desliz.
La anciana sonrió mientras abría los brazos.
— Ninos míos— dijo con voz suave y Hinata volvió a apretar su mano.
Naruto abrió lentamente los ojos mientras daba una hojeada a la mujer a su lado. Ella lo miraba con sus ojos perlas algo achinados..
"Marihuana extraterrestres" pensó algo preocupado. Pero rápidamente se olvidó del pensamiento cuando una mano suave y arrugada se apoyó sobre su hombro. Su cabeza giró lentamente hacia allí, encontrando una mano celeste gastada. La anciana sonrió mostrando marcados colmillos, sus ojos negros eran amables.
— Bienvenido macho—, dijo con un asentimiento.
Naruto parpadeó lentamente, se sentía horrible. Le habría gustado sonreír, hablar con la anciana dándole un agradecimiento, pero su cuerpo parecía reaccionar con lentitud. Había empezado a sonreír cuando los machos de círculo rugieron, asustándolo de muerte. Su mano libre fue a la cintura de su pantalón, sólo una vieja costumbre, pero se relajó al recordar dónde estaba.
— Sirupe...— habló Hinata, pero la anciana levantó una mano sin darle una mirada.
Naruto frunció un poco el ceño por el gesto descortés. La mujer lo dejó dando un paso hacia atrás y dándole una pequeña reverencia, como si él fuera un príncipe de la época medieval. Naruto alzó una ceja y miró a Hinata sin saber qué hacer. Ella estaba un poco asombrada mirando a la anciana.
De todos modos, no llegó a decir ni hacer nada cuando más personas entraron al círculo y los machos lo rompieron moviéndose hacia otros lado con los enormes tambores. El lugar, de por si, era oscuro con las pocas antorchas que había colocadas y la luz lunar que entraba por arriba.
Naruto levantó la cabeza, perdiendo el hilo de lo que pasaba a su alrededor, para ver las enormes lunas. Se preguntó cómo sería el tema de la fuerza gravitatoria sobre el planeta...
—¡Hinata!
Naruto bajó la cabeza y miró al niño que abrazo la cintura de Hinata. Era alto, pero por su rostro parecía de 10 a 12 años, un preadolescente. Hinata rió mientras agitaba los cabellos oscuros del pequeño con la mano que había soltado la de él.
— Min, nano(hermano). Que bueno es verte y sentir tu abrazo. Has crecido mucho—, le comentó con cariño.
— Me alegra verte, también nana (hermana).
Una pareja entro también al círculo y Min dejó a Hinata, poniéndose del lado donde no estaba Naruto.
— Yaya, Yeye. Que bueno es verlos—, habló Hinata dando un paso hacia adelante haciendo una reverencia.
Él miró con curiosidad a la pareja frente a Hinata. El hombre era grande, su cabello del mismo color que el de Hinata y largo hasta su cintura. La sonrisa del hombre estaba lleno de aprecio por su hija. Él fue el primero en moverse cuando Hinata dejó de hacer la reverencia, dió un paso hacia adelante y encerró a su hija entre sus brazos.
— Mí nina. Te hemos extrañado—, dijo con voz profunda.
Naruto notó que el hombre, aunque debía tener algo así de cincuenta, parecía de su edad. Y su contextura era corpulenta, se mantenía en forma. Él sonrió al pensar que le gustaría llegar de esa forma a esa edad. La mirada de Naruto fue a la mujer que había estado a su lado. Una ceja se alzó al notar que parecía más una hermana de Hinata que su madre, su rostro no tenía arrugas y era tan bonita como lo era su hija. Sus ojos eran iguales, redondos y color perla, sus facciones bastante parecidas. Aunque era más delgada que Hinata, lo notó por el vestido que llevaba de las hojas como el de la mujer que había tenido al lado.
La hembra le dió un mirada y Naruto supo que, aunque llevaba un vestido, era la que tenía los pantalones en la casa. Su expresión, aunque bonita y delicada, era dura y algo distante.
Tragó con fuerza cuando sus ojos se afilaron sobre él con desaprobación. Casi se sentía como si le estuvieran presentando a los suegros.
Cuando Hinata fue soltada por su padre, ella miró a su madre. Eso llamó la atención de la mujer y miró a su hija de forma dura, ni siquiera movió un dedo para acercarse. Sus manos entrelazadas a la altura de su estómago plano.
—¿Éste... —, hizo una mueca—. Será tu pareja para las fechas de caza?— preguntó con obvio desagregado.
Naruto abrió la boca totalmente ofendido y algo cansando que le estuvieran echando a menos.
— Disculpe señora—, habló, con un poco de arrastre en sus palabras, antes de poder pensar llamando la atención de toda la familia de Hinata, y de ella misma—. Mí nombre es Naruto y estoy muy bien entrenado. Soy excelente en lucha, y con las armas—. Él dió un paso hacia adelante mientras extendía la mano hacia la mujer que lo miró con una ceja alzada—. Es un honor para mí participar en estas fechas con Hinata—, Naruto sonrió sin poder evitarlo y le dió un guiño al padre—. Aunque ella me derribo y creo que estaba muy dispuesta a arrancarme el cuello si decía que no.
Hinata hizo un ruido ahoga, pero Naruto estaba perdido en el recuerdo de ese día en el bosque. No se dió cuenta que la madre no apretó su mano y la llevo a su barbilla mientras seguía recordando.
— ¿O había sido porque había tenido una erección? — murmuró para sí, pero la verdad es que había hecho la pregunta en voz alta.
Naruto soltó una carcajada sin saber el porqué. Aunque estaba bastante seguro que fue por la expresión graciosa que estaba haciendo Hinata.
—¿Por qué me miras así, preciosa?— preguntó entre risas—. ¿Tengo algo en la cara?
Él pasó la mano por su rostro, cortando la risa, pero se distrajo mirando sus dedos algo desenfocados y como si brillarán.
—Wow...— murmuró mientras movía los dedos por sus ojos. Frunció el ceño cuando su estómago se apretó y le dió otro vértigo. Miró a Hinata y se tambaleó un poco—. ¿Por qué te mueves tanto?— casi gruñó enojado
—¿Naruto?
Él sintió la voz de Hinata lejana y algo extraña. Sus pies volvieron a moverse cuando se dió cuenta que la habitación no dejaba de dar vueltas a su alrededor. Él pasó su mano por su rostro y cerró los ojos. Hizo una mueca cuando sintió su estómago revuelto.
— Creo que tu marihuana extraterrestres me hizo mal...— murmuró.
Justo después, giró su cuerpo, para darles la espalda a la familia y vomitar.
Continuará...
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