Preferencias
Capítulo 6
☄️ Preferencias☄️
Liam mantuvo el ritmo de Ki-ki con bastante facilidad. Generalmente, las mujeres debían seguirle, y aún así, casi nunca podían.
Se sentía bien dejar el mando a alguien más, aunque jamás había experimentado eso con alguien.
Muy pronto en su viaje, se dió cuenta que debía seguir los consejos de Ki-ki si quería llegar a las fechas de caza. Primero habían caminando hasta la ciudad o mercado, por el bosque, para tomar un transporte. Ki-ki se dedicó a decirle qué debía y que no hacer al frente de sus padres y otras parejas.
Se sentía bastante desconcertado con su último requisito.
-¿Cómo que no puedo pedirte opinión sobre lo que debemos cazar?
Liam la vió suspirar mientras caminaban. Ella tenía su cabello recogido en dos moños que le daban a su rostro un toque de niña. Sus ojos grandes eran una distracción constante.
-Tendremos la ventaja ya que mí Yeye y yo, conseguimos una buena cantidad en la fecha anterior. Pero el macho siempre elige que cazar.
- Pero yo no conozco ningún animal de aquí. ¿Cuál dirías que tenemos que elegir?- le preguntó mientras sacaba una rama del camino y la sostenía para que Ki-ki pasará primero.
Ki-ki se detuvo a su lado y lo miró algo desconcertada mientras él esperaba que pasará. Sus ojos de chocolate fundido fueron hacia su rostro y luego a la rama que sostenía. Liam alzó una ceja.
-¿Vas a pasar?- preguntó cuando ella no se movió.
- ¿Sabes que tengo manos y puedo sostener la rama yo misma?- rezongó un poco mientras pasaba al frente suyo.
Liam aprovechó que no lo miraba para sonreír. Sus ojos fueron a su trasero, pero desvío rápidamente la mirada al camino de nuevo.
-¿Sabes lo que es la caballerosidad?- le preguntó en cambio.
Ki-ki los miró con curiosidad y él supo la respuesta antes de que le contestará.
-¿Un estilo de apareamiento?
De verdad no había querido reírse, pensando que ella podría tomarlo como una clase de insulto. Pero no pudo evitarlo.
-¿Sabes? Ahora que lo pienso, puede llegar a ser eso- dijo entre risas.
-¿Eres caballerosidad con muchas hembras?- su voz algo gruñona le hizo mirarla, pero ella tenía la mirada fija en el camino.
- Hace mucho no lo hacía-, reflexionó pasando por arriba de un tronco viejo y ya lleno de vegetación.
— Pero lo eras con las hembras terrícolas—, aclaró Ki-ki, ahora algo desconcertada.
—Ah, podrías decirlo de ese modo. Pero no era que le tirará los galgos. Era algo que ya viene en mí. Supongo que es porque soy muy protector.
—Yo no necesito protección.
Liam sonrió de lado al escuchar su tono altanero.
—Supongo que no—, murmuró dándole una mirada de reojo—. Pero de todos modos fui criado para ser amable con el sexo de... Digo, con las mujeres o hembras como quieras decirlo—, se corrigió rápidamente.
—¿Amable?— murmuró Ki-ki, pero seguía sin mirarlo.
—Ya sabes. Escuchar, ver en qué necesitan mí ayuda. Hacer cosas para ella, ya sabes... Aunque el tiempo que estuve en el ejército perdí un poco el toque. Supongo que estoy fuera de práctica. Soy algo antiguo
—¿Antiguo?— eso hizo que lo mirara con las cejas alzadas—. No pareces mayor que yo.
Liam se sintió halagado. Ya se sentía algo viejo.
—¿Que edad tienes?
— Veintisiete giros¿Y tu?
— Treinta. Pensé que eras más joven. Ese peinado te hace parecer de veinte— rió un poco.
—Soy una hembra en su mejor etapa para procrear..
Liam tropezó con una rama y casi cae al suelo de cara. Ki-ki reaccionó rápido y lo tomó del brazo, deteniendo su caída.
—Cuidado— gruñó.
—Ah, gracias— dijo cuando ella lo soltó una vez que estuvo parado con normalidad.
—Lo único que falta es que te rompas algo sin siquiera haber llegado a la fecha de caza. No me extrañaría. No tengo la mejor suerte con los machos—, se quejó ella mientras seguía avanzando.
Liam miró su espalda con el ceño fruncido, algo ofendido por lo que había dicho. Después de todo él no se habría tropezado si ella no hubiera salido con ese comentario de procrear. Suspiró mientras se rascaba la cabeza y comenzó a seguirla.
—Por cierto...— dijo Ki-ki mientras saltaba un tronco que llegaba hasta su cadera. Liam apoyó su mano en la madera y saltó de lado para seguir su ritmo—. ¿Que es galgos? ¿Una especie de señal para avisar a las hembras que tienes una erección?
Liam se ahogó con su saliva y la miró con la boca levemente abierta ya que ella miraba su entrepierna.
— Jamás me dejarás olvidar eso ¿verdad?— preguntó para sí, mientras negaba con la cabeza—. Galgos es el nombre que reciben una raza de perros—, Ki-ki abrió la boca, pero Liam siguió—. Los perros son una clase de animal como lo es el Concord, pero no tan grandes.. ni tan tenebrosos.. tampoco hablan..
Ki-ki se detuvo y lo quedó mirando cuando él paró a su lado, la sospecha clara en toda su cara.
—¿Por qué echarías a un animal como ese a una hembra? ¿Así es como las convencen para poder procrear? ¿Es como una prueba que ella debe pasar?
Liam la observó desconcertado y totalmente fuera de lugar.
—No lo digo literalmente. Es sólo una expresión.
Ki-ki hizo una mueca y comenzó a caminar otra vez.
—Ustedes los humanos tienen mucha imaginación—, dijo con una leve sonrisa.
—Pues, la verdad es que si—, estuvo de acuerdo él mientras acomodaba la mochila que llevaba en la espalda con ropa.
Estuvieron caminando por un tiempo más, habían comido antes de salir de la casa de Shina, pero Ki-ki de vez en cuando sacaba una carne seca de su bolso cruzado y la masticaba. Le hacía recordar a cuando fue a Bolivia. Los habitantes de allí siempre estaban masticando tabaco, él lo había probado pero no le había parecido gran cosa. Según le habían dicho, el tabaco haría una diferencia después de dos o tres semanas, pero él solo estuvo una por allí. Quería preguntar si lo hacía por algo en especial, pero más rápido de lo que pensaba llegaron al mercado.
Liam camino a su lado, mirando todo con interés. Sólo había acompañado a Shina una vez al mercado desde que estaba en Mon y siempre lo llenaba de curiosidad. No sólo las distintas razas tan diferentes entre sí, si no también las cosas que vendían allí.
Se detuvo en seco cuando, después de meterse en un pasillo angosto que jamás había tomado con Shina, vió varias mujeres con poca ropa en cada lado del pasillo. Él frunció un poco el ceño y apresuró los pasos para quedar atrás de Ki-ki mientras las mujeres lo miraban con mucho más descaro de las que estaban en la otra sección del mercado.
Él se tensó, deteniendo sus pasos cuando una de las hembras casi se puso frente a él, apoyando sus huesudas manos en su pecho. Bajó la mirada, notando un ojos oscuros y casi opacos, su piel era blanca con pequeñas manchas más oscuras como pecas esparcidas por todos lados. Ella sonrió, mostrando dientes disparejos y colmillos marcados. Parecía humana, si no contarás las naríz terriblemente estrecha, como si se hubiera hecho una cirugía plástica mal hecha.
— Saludos macho. ¿Estás buscando diversión?
Liam alzó una ceja, pero no llegó a contestar cuando la mujer fue apartada de él con rapidez. Ki-ki aplastó a la otra contra el muro hecho de roca y mostró una cuchilla larga y curva, poniéndola justo en la garganta de la mujer.
—Esta acompañado, hembra—, gruñó.
La otra siseo a su cara, mostrando una larga lengua parecida a una serpiente. Liam ocultó su escalofrío. Odiaba a los reptiles.
— Vamos Ki-ki—, la llamó tomándola del brazo e intentando separarla de la otra mujer.
Liam sintió una mala sensación por su nuca y dió una mirada a su espalda por encima de su hombro. La mayoría de las mujeres se estaban acercando a ellos. Una de ellas, una muy delgada con unos bonitos ojos turquesa y una boca llena dió un paso más cerca.
—Es la decisión del macho. ¿Quieres tener a algunas de nosotras?
Liam frunció el ceño, mirando a cada una y de repente se sintió enfadado. ¿Ki-ki lo había traído para que estuviera con una extraterrestres?
—No quiero a ninguna— dijo con voz grave, su ceño feroz.
Las mujeres bajaron la cabeza de inmediato, mostrando sumisión y dando unos pasos lejos de él.
Estaba furioso, así que cerró más fuerte sus dedos en el delgado brazo de Ki-ki y le dió un tirón lo suficientemente fuerte para que ella soltara a la otra y se golpearan contra su torso. Liam la rodeó con el otro y le saco la cuchilla con facilidad, logrando que ella jadeara. Pero él no prestó atención a ello.
Las mujeres que los rodeaban dieron varios pasos hacia atrás cuando él giró la cuclilla en sus dedos de manera experimentada. Se volteó, dejando a Ki-ki en su espalda y mostrando el cuchillo a las otras mujeres que habían tomado una distancia bastante prudente. No las dañaría, pero ellas no necesitaban saberlo.
— Aléjense—, ordenó con su voz dura—, no quiero servicio de ninguna de ustedes.
Él mostró los dientes en forma de desagrado cuando las mujeres volvieron a sus "puestos". No le desagradaban las prostitutas, había estado con algunas en su tiempo del ejército y también cuando estuvo trabajando en cosas peligrosas. Estaba enfadado con Ki-ki, por traerlo a ese pasillo.
Se volvió y le dió la cuchilla a su dueña y miró a Ki-ki con la expresión en blanco, sin ánimos de preguntar nada. Ella alzó una ceja mientras tomaba la cuchilla y la volvía a guardar en el pliegue de su bolso cruzado.
— Sígueme—, dijo simplemente mientras comenzaba a caminar más adentro del pasillo.
Liam miró sobre su hombro una vez más para notar que las mujeres ya estaban sobre otro macho. Él hizo una mueca al ver un panzón grande de color morado. Donde tendría que haber habido una larga barba, tenía tentáculos violetas que se movían como si tuvieran vida. Él lo lamentó por las mujeres al ver como ellas se acercaban a el otro, pero siguió a Ki-ki hacia el final del pasillo oscuro.
Este los guió hasta otra especie de peatonal, pero parecía más oscura de la central y más seres extraños y un tanto tétricos se movían por allí. Era como si en el Central estuvieran todos los seres bonitos y legales, mientras en este había seres más feos y algo peligrosos.
Liam se tensó de manera instintiva, el enojo todavía corriendo por sus venas. Odiaba cuando pensaban darle algo que él necesitaba, creía que tal vez Ki-ki había pensado que él necesitaba una hembra antes de ir a su fecha de caza. Pero mientras los minutos pasaban en silencio y haciendose un espacio para caminar entre esos seres, empezó a pensar más en ello.
Ki-ki parecía decidida, como si supiera hacia donde se dirigían. Tal vez ella quería llevarlo a un lugar y para ello, necesitaban pasar por ese pasillo. Eso hizo que se relajara un poco. Liam reconocía que era un hombre impulsivo, gracias a ello había sobrevivido bastante bien hasta ese momento, pero cuando estaba más frío podía pensar más claramente. Agradeció no abrir la boca antes de tirar un balde de agua fría a su temperamento, opondría haber dicho algo realmente doloroso....
—¡Jaba!— gritó de repente Ki-ki haciendo que se detuviera y mirara a la dirección donde ella había llamado la atención.
Un macho enorme se hizo espacio entre los seres y Liam lo observó con la boca levemente abierta. Le hizo recordar a un personaje de Mortal Kombat. Era grande, su cabeza calva, a excepción por un mechón que salía del centro, largo y oscuro, atado en una coleta. Pero lo más llamativo era su piel azul, con franjas parecidas a la de un tigre con un color casi celeste. Pero lo más llamativo no terminaba allí. Si su piel no le parecía extraña, estaban sus cuatro brazos, grandes y anchos como troncos de árboles.
Goro. Ese era el nombre.
Pero a diferencia del personaje de ese vídeo juego que había ocupado mucho tiempo de su infancia, este parecía más... atractivo en el rostro. No tan agresivo, ni tan feroz.
Jaba llevaba un pantalón ajustado y oscuro, pero llevaba el torso musculoso desnudo. Liam ocultó su bufido, él también andaría por allí semi desnudo si tenía esos brazos.
El hombre sonrió mirando fijamente a Ki-ki y Liam se sintió completamente desplazado por un momento. Y no supo porqué eso le molestó.
Ki-ki no le prestó atención, dió unos pasos al cuatro brazos y él la abrazó con los dos brazos de abajo y la tomó de los hombros con los de arriba. No contento con eso, la apretó contra él, levantándola del suelo y girando ambos mientras soltaba una corta carcajada. Liam cerró la boca y los miró ceñudos, más que nada porque Ki-ki siempre se había mantenido con una distancia prudencial con él. Había pensado que era algo de cultura, pero al ver su rostro sonriente con ese "macho", se dió cuenta que era algo con él.
Liam carraspeo cuando el cuatro brazos volvió a dejarla sobre el suelo y ni siquiera lo miró mientras acomodaba uno de los chongos que había sacado de ella. Sus puños se apretaron, había recordado como ella había evitado que él volviera a tocarle el cabello después de esa última vez...
Los miró, cada vez más enojado al darse cuenta que Ki-ki era muy diferente con él... por alguna extraña razón.
Cuando Jaba dejó de jugar con sus largos mechones, Ki-ki lo tomó de una de sus cuatro manos y al fin se giró a él.
—Jaba, déjame presentarte a Liam, es un terrícola y será mí pareja en la fecha de caza.
Liam miró con fijesa a Jaba, observando cada movimiento, cada expresión. La mayoría de las veces, podías distinguir un carácter con los primero segundos, las expresiones sorpresivas, los ceños fruncidos o las sonrisas no podían ocultarse hasta después de unos segundos. Esos eran importantes. Por eso él notó que el macho parecía genuinamente contento de conocerlo, eso lo ayudo a relajarse.
—¿Eres el pariente de sangre de Shina-Kya?— preguntó dando un paso hacia adelante, sus ojos brillaron de manera extraña que hicieron que Liam se alertara un poco.
—Si, lo soy— contestó con algo de sospecha.
Jaba dió un paso hacia él y con las manos de arriba apretó sus hombros de manera un poco violeta, pero Liam se repuso. Ki-ki se puso al lado de él.
—Esta es la manera de saludar en Mon— le explicó con una sonrisa cariñosa mientras miraba a la montaña de músculos color azul—. Él te está diciendo que te dan una calurosa bienvenida.
Liam asintió a la explicación y puso sus manos en los bíceps enormes, dándole el pequeño apretón que el otro le había dado.
Jaba asintió y lo soltó, su sonrisa aún mostrando dientes blancos y rectos.
—Jaba es un macho bajo el mando de mí Yeye. Él nos llevará al territorio de mí familia—, volvió a explicar Ki-ki.
Liam asintió, ahora entendiendo por qué la falta de formalidad. Jaba le hizo señas para que lo siguieran y ellos lo hicieron sin esperar un segundo. Después de unos minutos entraron por la puerta de uno de los negocios y Liam vió por primera vez lo que parecía ser un pequeño carrito de golf, pero en vez de ruedas tenía hélices en forma vertical.
Jaba los instó a subirse y Liam lo hizo en la parte trasera mientras Ki-ki se subía al lado del macho de cuatro brazos. Aprovechando que estaba solo en el largo asintió, se colocó a la mitad para estar seguro que no caería por los costados. No era muy afín de las alturas, siempre habían sido su debilidad. Además que el carro parecía no tener cinturones de seguridad.
—Por cierto—, habló Liam mientras Jaba se subía y tocaba unos botones que él no pudo leer—. ¿Por qué quieres saber si soy pariente de Shina?
Liam estiró sus brazos al techo cuando el maldito carro tembló, las hélices que habían parecido unas ruedas se voltearon para ponerse horizontales y comenzaron a girar, levantando polvo. Un ruido lo hizo asomarse y mirara el techo del negocio, justo en el momento cuando se abría para dar paso al carrito. Cuando él volvió a mirada hacia el conductor, Jaba lo miraba por sobre su enorme, enorme hombro, con una sonrisa amistosa.
— Shina-Kya es famosa entre nuestra raza, representa la esperanza de nuestros machos— le respondió mientras el carrito se elevaba muy lentamente.
Liam frunció el ceño.
—¿De sus machos? ¿Qué mierda?— preguntó sintiéndose un poco insultado, sin siquiera sabe el por qué.
—Es una larga historia, pero la raza terrestre es nuestra esperanza para no terminar extintos. Y tú y tu amigo, serán la esperanza de nuestras hembras.
Liam abrió la boca para preguntar qué mierda significaba esa basura, pero de repente el carritos se elevó hasta más allá del techo y él apretó sus dedos en el asiento. Su estómago se revolvió, pareció haber subido hasta su garganta justo cuando el carrito se detuvo. Jaba uso dos de sus manos para tomar unas palancas y de repente el carrito salió disparado hacia adelante.
Liam no pudo mas que cerrar sus dedos en el asiento y aguantar el tortuoso viaje hasta el terreno de la casa de Ki-ki.
Esperaba que no durará mucho.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro