Antes mi enemigo y ahora mi tutor
De todas las jugarretas que pudo haberle realizado el mago Merlín, sin duda está se llevaria el premio de oro, cosa bastante curiosa porque justo ahora estaba frente a alguien que se le asociaba con dicho metal.
-Te hice una pregunta,- repitió el rey a modo de orden - responde.
Arturia estaba ya fastidiada y más que cansada con todo esto, primero el mago que no la comprende, ahora resulta que estaba en el reino de Gilgamesh, uno de sus rivales de incontables guerras y por si fuera poco este ahora se encontraba frente a ella exigiendo una respuesta.
-No,- respondió de forma fría mirándolo a los ojos - no formó parte de este reino, vengo de uno distinto.
La forma en que lo miraba y le hablaba aquella joven captó el interés del rubio, puesto a que era primera vez que una mujer le hablaba así.
-No hay duda de eso y no solo me refiero a tu extraña forma de vestir- dice mirándola de pies a cabeza, cosa que hace que la joven arrugue más el entrecejo - si no por tu forma de dirigirte a mi, se nota que no tienes ni la más mínima idea de con quién hablas.
Antes de que Arturia pudiera contestarle es interrumpida por un brillo dorado que aparece frente a ella y los guardias que custodiaban a Gilgamesh, estos últimos se colocaron en guardia.
-Lamento la descortesia de esta joven mi rey.
Saludo el mago de forma amena al rey dorado, los guardias al observar al mago miraron hacia su rey y este con un movimiento de manos les indico que retiraran sus armas.
-Merlin...
Murmuro la joven con sorpresa, no esperaba a que este apareciera tan pronto frente a ella, no después de haberla lanzado por ese portal, este aparentaba estar como siempre con esa cálida sonrisa, aunque ahora está se la dirigía al rubio.
-No pensé verte tan pronto mago, espero que tengas una buena excusa como para interrumpirme en este momento.
Hablo el rey ahora con una mirada divertida, sin duda esto extraño a la rubia.
"Espera...¿Merlín y Gilgamesh se conocen?, No más importante aún, ¿Acaso reveló mi identidad de género así como así?."
Arturia no daba crédito a todo lo que ocurría, resulta que ahora su tutor y uno de sus rivales se conocían desde hace mucho y lo peor es que el mago reveló su identidad femenina así como así.
-Yo tampoco, rey de Babilonia,- Merlín contestó esto aún de forma animada - y aunque usted no lo crea tengo un motivo de peso por el cual me encuentro frente a usted.
El cambio de expresión en el rostro del mago preocupo a Gilgamesh.
-Dime, ¿Sucede algo con mi reino?.
El mago antes de continuar prefirió calmar al rey.
- Descuide no es nada que pueda afectar a su reino, pero es necesario conversarlo ya que tiene que ver con esta joven.
El rubio observó a Arturia con interés y luego a su alrededor con disgusto puesto a que había más de algún ciudadano curioso, atento a lo que conversaban y comprendió el porqué era mejor hablarlo en privado.
-De acuerdo, suban - señaló el interior del carruaje y en segundos ya estaba puesta una escalera para permitirles el acceso al interior de este - de camino al palacio me explicarás todo.
-Si, vamos Arturia chan - comento sonriente el mago dándole un empujón a la espalda de la joven - te informo que él no tiene mucha paciencia, así que te pido que te comportes.
-Si...
Contestó de mala gana la joven, Gilgamesh quien hace mucho la observaba prefirió ignorar su conducta por el momento, una vez suben al carruaje, este comienza a avanzar gracias a los esclavos quienes lo trasladaban, hombres de increíble masa muscular,de piel canela y de tatuajes verdes, que los diferenciaban de los soldados.
"Es hermoso"
Piensa la joven observando sentada al igual que los presentes como el interior de este se encontraba cubierto por telas gruesas a los costados de color marrón con detalles dorados y que el resto era cubierto por telas finas de seda, de color blanco, la base de este carruaje se encontraba cubierto por alfombras de color rojo con dorado, almohadas del mismo color que la alfombra o incluso de un solo color (dorado/rojo), mientras Arturia observaba cada detalle de la decoración, el mago aprovecha esta instancia para explicarle la situación a Gilgamesh, el cual en vez de estar prestando atención a lo que dice el mago pareciera estar más interesado en observar a la joven, Arturia se percata de la mirada del rubio y al encontrar su mirada con la de él por unos breves segundos decide romper el contacto visual mirando ahora el exterior del carruaje a través de la fina tela.
-¿Y bien?- pregunto Merlín intentando captar la atención de Gilgamesh - ¿Qué piensa de esto mi rey?.
"Maldición...esto me pasa por observar a Mocosas, piensa Gil, piensa."
Gilgamesh cerro los ojos aparentando analizar la situación, aunque en realidad solo intentaba recordar las palabras del mago, una vez que lo consigue mira de forma sonriente al albino, no podía entender cómo un mago tan poderoso como él no pudiera con una simple niña, de seguro a de ser muy especial, como para que no pueda controlarla y no pueda reemplazarla por otra persona.
-Ahora entiendo el porqué acudes a mi mago Merlín, sin duda soy un buen rey y creo que por eso piensas que puedo enseñarle.
Una esclava se acerca y le ofrece frutas, Gilgamesh saca un racimo de uvas, luego la mujer hace lo mismo con Merlín, este saca una manzana y Arturia agradece el gesto, pero le comenta que no quiere nada y vuelve a mirar fuera del carruaje, en eso al rubio se le ocurre decir algo para captar su atención.
-Pero sabes...- continuo el rubio, esta vez cerrando sus ojos mientras se arreglaba su cabello el cual estaba peinado hacia atrás - debo informarte de que en estos momentos estoy muy ocupado con la restauración del reino como para enseñarle a niñitas como ella a ser un buen rey.
Una vez termina de decir esto con aparente tono de burla, abre los ojos y al encontrarse con la mirada molesta de la joven no puede evitar guiñarle un ojo mientras comía un trozo de uva, por lo visto su intento de provocar a la joven había dado resultado, cosa que le entretuvo bastante.
"Este hombre..."
Arturia se habia percatado de aquello, apretaba los dientes y empuñaba las manos, mientras lo miraba, podía notar que él se divertía con esto y si no fuera porque estaba Merlín a su lado ya se le habría tirado encima y le habría sacado unas cuantas mechas de su cabello bien cuidado, pero guardo la calma, después de todo debía comportarse, ¿No?.
-Le aseguró que ella no es cualquier niña mi rey, por eso le pido que me ayude,- Merlín con su clásica sonrisa de "todo está bien", intentaba convencerlo - de lo contrario como le he contado la caída de nuestro reino será inminente.
Gilgamesh no parecía muy convencido, por otro lado Arturia ya no aguantaba más su malestar por lo dicho anteriormente del rubio.
-No pierdas el tiempo Merlín, por lo visto el entrenar a una niñita es mucho para él y no se atreve a decirlo porque su orgullo es más grande que su propia cabeza de piña.
El resentimiento por la palabra "niñitas" la había obligado a hablar de más, es que para ella era imposible no contradecirlo, una vez se percata de lo que acaba de decir no evita maldecirse, se le olvidaba que este Gilgamesh no lo conocía.
-Cabeza de piña...
Gilgamesh murmuro esto levantando la vista hacia su peinado, se le hizo inevitable no recordar aquella fruta, suspiro de forma leve y fulminó con la mirada a la joven.
-¡Arturia!.
Reclamo Merlín haciendo un esfuerzo por no reír ante lo gracioso de la situación y esta lo mira fingiendo confusión, Gilgamesh cada vez se pone más rojo por la irá.
"¿Esta mocosa insinúa que mi peinado es como una piña?, ¡Esta mocosa...se atrevió a insultarme!, ¡A mí en mi propio reino!"
El rubio jamás en su vida había tolerado tanta insolencia hacia su persona, aparte de la mocosa malcriada de Ishtar, pero esa es otra historia, ahora el rubio solo quería darle una lección sin importarle que el mago estuviera presente.
-¿Qué?, -pregunto fingiendo ingenuidad y a la vez sonriendo de modo angelical -¿Dije algo malo?.
Si no fuera por esto último Gilgamesh le hubiera dado una palmada por insolente, pero se quedó embelesado observándola, de verdad parecía un ángel.
"Qué hermosa..."
-No tienes remedio...- Merlín suspira y mira nervioso al rubio- de verdad lamento todo esto.
Mientras el mago se disculpaba, Gilgamesh pensaba en como darle un castigo por su insolencia, porque no le importaba quien fuera, nadie lo insultaba en su reino y se iba sin recibir algo a cambio, esa era una de sus propias leyes personales y no necesitaba escribirla o decretarla publicamente, porque se supone que ya todos en el reino deberían saberlo de sobra y ellos, en este caso ella, como extranjera no sería excepción, pero la única forma de hacerlo sería aceptando la propuesta del mago, luego de eso podría regresarsela diciendo que hizo lo que pudo por enseñarle y así quedaría libre de obligaciones.
-Descuida,- hablo ya más calmado - desde ahora será mi problema.
Ante esto Arturia y Merlín lo quedan mirando con sorpresa, aunque la rubia por dentro comenzaba a entrar en pánico y eso aumento al verlo entrecerrar los ojos y esbozar esa sonrisa que sabía que significaba que tramaba algo malo.
-Que bien, ¿Escuchaste eso Arturia?, el rey acepto enseñarte.
Mientras el mago hablaba alegre, la joven lo ignoraba pensando en lo que acababa de escuchar por parte de Gilgamesh.
"Esto no es bueno,- pensó sintiendo un escalofrío recorrer todo su cuerpo - se supone que no debería haber aceptado...no después de lo que dije...un momento...- dijo mirándolo de nuevo a los ojos, es ahí cuando comprende todo - ¡¿Acaso todo esto fue por lo que dije?!, ¡Dios acabo de condenarme a mi misma!...genial Arturia...genial..."
En ese momento la joven solo deseaba golpearse, sabía que Gilgamesh era orgulloso y de que el a veces tomaba decisiones precipitadas cuando algo no le salía bien o se le cuestionaba, todo para demostrar que él estaba en lo correcto.
Una vez llegaron a palacio, el rey les ordenó a su servidumbre mostrar los sectores más importantes del palacio y posteriormente su habitación.
-Una vez terminen de instalarse, vengan ante mi, estaré aquí atendiendo algunos problemas hasta entonces.
Esto último lo dijo antes de sentarse en su trono y escuchar a uno de sus consejeros más antiguos acercarse para hablar con él, luego de que su recorrido terminara el mago despide de forma amable a la servidumbre indicándole que él se encargaría de atender a la joven Pendragon, estos se retiraron y los dejaron solos.
-Listo, así te ves más adorable y así pareces más una princesa.
Arturia lo miraba con rostro serio, después de que ella se diera un refrescante baño para capear el calor, la había vestido tal cual como en sus sueños, con aquel hermoso y resplandeciente vestido blanco, el cual parecía una hermosa flor de lirio, este solo sonreia al verla vestida por fin en la realidad con aquella prenda, luego le indica que se siente frente a un enorme espejo de cuerpo completo, para peinarla con una peineta de plata,con diseños de liryos.
-Arturia- dijo con seriedad - hago esto para ayudarte y espero ver qué ese miedo e inseguridad a enfrentarte a tu destino se aleje pronto de ti,- hablo ahora con una voz melancólica mientras la ayudaba a peinarse - como también espero ver esa sonrisa angelical que tenías antes cuando lucias este mismo vestido, aquella sonrisa sincera que era capaz de iluminar a quien sea que la viera.
Arturia se siente apenada, ojalá pudiera hacerlo, pero mientras los recuerdos siguieran persiguiendola eso sería imposible.
-Otra cosa, como ya te dije antes, Gilgamesh no tiene mucha paciencia y agradecería que intentaras llevarte bien con él, es orgulloso y algo arrogante...- le termina de atar el cabello con una cinta de color negro, quedando en un perfecto y adorable moño - pero no es tan malo como aparenta una vez que lo conoces.
"Cierto, se supone que esta es primera vez que lo conozco, aun asi... "
Arturia entrecerró sus ojos con preocupación, a pesar de ser "la primera vez" para ambos, la joven no dejaba de pensar en lo ocurrido durante las guerras por el Santo Grial.
-Si, lo intentaré...
La joven contestó con una leve sonrisa y para poder calmar un poco al mago quien Lucía algo tenso, ella supone que todo es por su conducta hasta ahora, ¿Qué diablos se supone que hacía?, si ella había pedido su deseo era para cambiar el destino de Inglaterra y si ella no podía cambiar el hecho de que debía convertirse en rey, al menos podía cambiar algunas cosas que hicieran que el destino de su nación no terminara tan mal, ahora que pensaba en esto se sentía tonta, tomo un poco de aire y lo exhalo, luego asintió al mago y este de inmediato los llevo ante el trono de Gilgamesh, quien parecía algo impaciente.
-Bien aquí estamos su alteza, ahora sí puedo presentarle formalmente a esta joven quien será su aprendiz, Arturia Pendragon,- Merlín dice aquello en tono solemne señalandola con el bastón-aunque cuando está vestida así prefiero decirle lily.
Merlín emanaba un aura de flores por decir esto último, Gilgamesh ignora la actitud del mago mientras se queda observándo a Arturia de pies a cabeza, ese vestido blanco, en forma de flor, ese moño de color negro, al igual que las medias y calzados no solo la hacían ver tierna sino que también la hacían ver como...
"Un ángel"
Fue lo que cruzó por su mente una vez la contempló en su totalidad, además como si fuera un capricho de sus dioses el sol del atardecer que se posaba a esa hora por sus espaldas iluminó con intensidad a la joven, dándole así un aspecto más divino, por otro lado Arturia mientras lo veía sentado en el trono gracias a la iluminación de aquellos rayos no solo le pareció que Gilgamesh fuera un gran rey como ella siempre había anhelado ser, si no que alguien lleno de poder, más de lo que había demostrado en las guerras y sobre todo le dió la sensación de que él era...
"Alguien inalcanzable..."
-Un gusto Arturia Pendragon,- dijo Gilgamesh de forma seria - mi nombre es Gilgamesh de Uruk, amo y señor de estas tierras.
Comento extendiendo sus brazos sonriendo orgulloso de sus palabras, Arturia recordando su charla con Merlín prefirió hacer caso, e intentar comportarse de buena manera, aunque eso significará tener que tolerar a este rey arrogante, por quien sabe cuánto tiempo.
-Un gusto majestad- dijo haciendo una reverencia - espero poder aprender de usted.
Sus últimas palabras fueron sinceras, ahora se aferraba a la esperanza de aprender lo suficiente como para poder enfrentar su destino.
-No tienes nada de que preocuparte, te enseñaré todo lo que necesitas saber y espero de que esta vez podamos comenzar bien a diferencia de hace unos minutos.
Comento con sonrisa amistosa, haciendo referencia a lo sucedido en la carroza, la rubia sonrie un poco nerviosa, ¿A quien carajos se supone que engaña?, la joven podía notar en la sonrisa del rubio sus deseos de venganza.
-Si...lamento mi conducta...
Comenta Arturia, aunque por dentro no se arrepentía de nada, por otro lado Merlín estaba agradecido de que la joven actuará de esa forma con el rey.
-Descuida, en ese entonces ninguno de los dos sabíamos quienes éramos, bien dejemos las formalidades,- dijo de modo alegre colocándose en pie - deben tener hambre ¿no?.
Con un chasquido de dedos la servidumbre se retiró de la sala y Gilgamesh moviendo su mano les indico al mago y a la joven pasar al comedor, una vez se encontraban sentados, Arturia comenzó a degustar los diversos platillos de la larga y extensa mesa de oro, tanto la servidumbre como el rey observaban anodadados el apetito voraz de la joven, quien ya iba por el tercer plato.
-¿Merlin la alimentas bien allá en Camelot o como sea que se llamen sus tierras?
Pregunto el rubio con curiosidad sin dejar de mirar a la rubia, el mago río por unos instantes, una vez se recupera responde.
-Si,- sonrie mientras le resbala una gota estilo anime - descuide alteza ella es así, come tanto que uno llega a preguntarse lo mismo que usted.
-Ya veo,- comento el rubio aún con sorpresa, definitivamente esa joven era muy inusual - entonces tendremos que tener precaución con Arturia o sino terminara devorándolo todo.
Bromeó el rubio con esto haciendo que la joven se sonrojara, era verdad no importaba la edad que tuviera, siempre comía como si no tuviera fondo, en eso llega el postre, la rubia mira con brillos en los ojos como este parecía una especie de flan de naranja cubierto con crema y frutas, una vez saca un trozo no se da cuenta de la sonrisa maligna del rubio quien de hace mucho esperaba ansioso este momento.
-¿Ugh?
Arturia pone una cara de disgusto una vez siente el flan deshacerse en su boca.
"¿Qué es esto?,- se pregunta la joven saboreando bien el flan sintiendo una especie de ardor en su lengua - Es como si fuera picante...- el ardor aumenta cada vez más y más -¡Es picante!"
Desesperada toma un poco de agua del vaso que tenía a su lado, al ver que no disminuía pide otro vaso y una vez termina de beberlo siente como sus ojos lágrimean por aquella sensación y como su lengua queda irritada.
-¡Fua ja, ja, ja, ja, ja!
Gilgamesh se apretaba el estómago intentando contener la risa, al ver que su broma había resultado mucho mejor de lo que esperaba, es que con tan solo ver la cara de confusión e irá en el rostro de la joven se daba por pagado.
"Hay no..."
Pensó Merlín al ver la mirada molesta de la joven al rey por aquella travesura, en su interior rogaba que no estallara el apocalipsis.
"¡Lo sabía!, ¡Gilgamesh!"
Pensó la joven al escucharlo reírse, apretando la cuchara a tal punto que la doblaba, no hallaba la hora de golpearlo para que dejara de reír, sin duda odiaba esa risa burlesca.
-No es gracioso...- hablo irritada -¿Se puede saber por qué lo hizo?
El rubio se seco algunas lágrimas producto de su risa y la miró sonriente.
-Eso es por faltarme el respeto jovencita y por decirme cabeza de piña.
Luego de decir esto bebé un poco de su vino, el cual curiosamente tenía un mejor sabor a diferencia de otras ocasiones, en eso nota pequeñas risas por parte de su servidumbre, bastó con una mirada asesina para acallar los a todos de golpe.
"Lo sabía"
Pensó la rubia, mientras le pedía a la sirvienta un poco más de agua definitivamente tanto en pasado como en futuro era igual de insoportable.
-Lamento que mi comentario sobre su peinado le afectará Rey de Uruk.
Comento indignada y desviando su mirada de él, Gilgamesh fingió no prestar atención al comentario, aunque no duró mucho.
-Gilgamesh...dime Gilgamesh y para que sepas no me molesto tu comentario.
Quiso aclarar esto antes de beber otro poco de su vino, Arturia cerro los ojos a modo de ignorarlo y Merlín hacia un esfuerzo por no reír, ante él los dos parecían niños.
"Definitivamente estos dos se van a llevar muy bien"
-¿Entonces?
Pregunto la joven mirándolo de reojo mientras cruzaba sus brazos.
-Eso solo fue para que aprendas a respetar, sobre todo a mi Lily, ya que seré tu nuevo tutor.
Comento con una sonrisa de lado, esperaba que con eso aprendiera un poco, aunque con esto solo hizo avivar la llama en el corazón de la joven, ahora ella se encargaría de darle una lección, no sabia cómo, pero se la daría, detuvo sus pensamientos acerca de eso después de escuchar como Gilgamesh se refiere a ella con su apodo lo mira a los ojos de forma seria.
-Mi nombre es Arturia, no Lily.
Espeto la joven, esperando que así él rey entendiera de que prefería que la llamara Arturia en vez del apodo que le había dado Merlín, Gilgamesh ríe divertido, definitivamente le comenzaba a gustar cada vez más las expresiones de la rubia cuando él la molestaba.
-Lo se, pero he decidido llamarte igual como el mago.
Dijo señalando al susodicho el cual emanaba un aura de flores, mientras comía un poco del postre.
-¡No puede!
Reclamo la joven, odiaba escuchar ese apodo salir de su boca.
-Claro que puedo,- dijo con una venita de enojo, mientras sonreía forzosamente - yo soy el rey y yo decido que hacer.
Mientras los escuchaba discutir el mago estaba más tranquilo sabiendo que la chica estaba en buenas manos.
Después de la cena...
Ahora se encontraban nuevamente en la sala del trono, esta vez Merlín y Gilgamesh hablaban en privado, por otra parte Arturia esperaba afuera en los pasillos, mirando el cielo estrellado del desierto, una vez los guardias le indican que pase, el mago se agacha y la toma de los hombros.
-Bien, es hora de retirarme, Lily chan recuerda todo lo que hablamos y espero que la próxima vez que nos veamos estés preparada.
-Si.
Una vez la joven respondió de forma seria y segura, el mago se inclina ante el rey y desaparece entre brillos dorados, luego de aquello ambos rubios se quedan mirando y antes de que Arturia cruzara palabras con Gilgamesh en su mente hace eco la voz del mago.
"Deje un regalo para ti en tu habitación Lily chan".
La joven sonrie de forma leve, ese mago siempre tenía sorpresas, en eso recuerda que está cerca de Gilgamesh, este la mira algo pensativo, hasta que él rompe el silencio.
-Puedes ir a descansar,- dijo colocando una mano para apoyar su cara - mañana será un largo día y quiero que estés preparada.
Con un ademán de manos ordena a una de las sirvientas escoltar a la joven hasta su cuarto, la mujer le hace una reverencia a la joven quien le sonrie de forma amistosa.
-Si,- responde la joven mirando al rubio - gracias rey...
-Gilgamesh, solo llámame así Lily,- comento cerrando sus ojos, para luego abrirlos de forma lenta - vamos a pasar un buen tiempo juntos así que entre nosotros sobran las formalidades.
-Si,- respondió con una sonrisa, aunque por dentro su inquietud ante "Vamos a pasar un buen tiempo juntos", hizo que sintiera una sensación extraña en su estómago - si me disculpa...
Una vez en su cuarto la joven se despide de la sirvienta y observa que encima de la cama se encuentra la espada Caliburn, esto le llama la atención porque se supone que aún no la retiraba, además de la espada encuentra una nota la cual Lee de inmediato.
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"Esta es la espada original, engañe a los habitantes colocando un señuelo, espero que no tengas problemas y en caso de que los tengas puedes contar con esta arma, la cual podrás invocar de forma voluntaria cada vez que la necesites, gracias a un hechizo que coloque en ambos.
¿Qué como lo hice sin que te dieras cuenta?, Eso es un secreto.
Atte, Merlín"
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-Nunca lograré entenderte...Merlín.
La joven suspira de forma leve, dobla la carta dejándola encima de un pequeño mueble a su costado izquierdo y tomando la espada observa el filo de la hoja, era tal cual como lo recordaba, vuelve a suspirar y deja el arma apoyada en la pared muy cerca del mueble en el cual dejo la carta, luego observa como hay más cosas alrededor de su cuarto, entre ellas ropas de su amada Inglaterra.
- Sí que piensa en todo...
Después de esta breve inspección se coloca su pijama, el cual era un hermoso vestido blanco con pequeños moños rosa de adorno en las mangas y cuello, el vestido además tenía vuelo al final.
"Así de verdad parezco una niña, pese a que tengo quince años podría aparentar menos con esto".
Comenta girando, para ver cómo su vestido se levantaba con el movimiento ligero que ella hacía.
"Supongo que no es tan mala idea estar aquí en esta forma, así Gilgamesh no se acercara a mí con otras intenciones que no sea enseñarme"
-Pero conociendo a ese tipo es capaz de todo... - murmura sentandose ahora en la cama con un aura depresiva - además, en esta época e incluso en la mía niñas de trece años ya están casadas y son madres.
Dice ahora apoyando su espalda en el colchon para mirar el techo, el cual era dorado y tenia diseños de soles, su habitación era incluso más enorme que el cuarto de su castillo en Camelot, las paredes eran de color rojo con diseños dorados, por último observó los dos ventanales y la puerta en medio de estas que daba hacia el balcón, la luna brillaba con tal intensidad que iluminaba la mitad del cuarto, dando a entender que no era necesario usar velas para iluminar el lugar.
-Pero que estoy pensando...- se golpea el rostro con ambas manos - es imposible que algo suceda entre nosotros, además debo concentrarme, él ahora es mi tutor.
"Un tutor que me ha lastimado en más de una ocasión..."
Cierra sus ojos apartándo aquellos recuerdos de cuarta y sobre todo de la quinta guerra, donde Gilgamesh cada vez que tuvo la oportunidad enterró sus armas en su carne, haciéndola sangrar, mientras el reía, estaban en una guerra, pero, si el decía amarla, ¿Entonces porque la lastimaba?, decidió dejar de pensar en esto y se dispuso a dormir, no sin antes apagar la luz de la vela que se encontraba en otro mueble, esta vez en el costado derecho.
A la mañana siguiente...
Lily sentía algo viscoso y espeso acariciar sus pies, al principio le causo cosquillas y pese a que movía sus pies esa cosa le seguía, ya notando que no podría volver a dormir abre sus ojos de a poco, para encontrarse con un enorme felino quien le lamía los pies, este deja de hacerlo una vez que se percata de que la pequeña rubia lo observaba, la criatura ladea un poco la cabeza, se miran por unos minutos hasta que...
-¡Grooooooaaaaaaaaaaar!
El animal ruge frente a ella, abriendo su enorme boca revelando toda su dentadura, las cuales eran más grandes que su propia mano.
-¡kyaaaaaaaa!
El grito de la joven se escucha por todo el palacio, causando satisfacción en cierto rubio que observaba la escena.
Continuará...
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Alle:Dios os juro que intente que este cap fuera menos de 2000 palabras, pero en fin.
Espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente cap.
Otra cosa, se aceptan sugerencias para el nombre del felino, el cual aún no decido si será un león o no.
Bueno, eso es todo, bye, bye
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