Oh... Mis padres están allá y alguien más... ¿Será que...?

Corrí hacia mis padres y me abalancé sobre sus brazos haciendo que nos cayéramos al suelo.-¡LOS EXTRAÑÉ DEMASIADO!- Después de reír y apretarlos entre mis brazos, ayudé a que mis padres se levantaran, nos sacudimos la ropa y noté la presencia de el chico que llevaba una capucha negra, sobresaliendo un par mechones dorados.

-¿Y-Yuri...? ¿Eres tú? ¿¡DE VERDAD ERES TÚ!?-El chico alzó la mirada dejando ver sus ojos verdes azulados, su rostro era hermoso, sus facciones resaltaban y su piel pálida contrastaba con el color de su ropa.

Tronó la boca y desviando la mirada se cruzó de brazos. -Claro, tonta. ¿Quién más sería? ¿Acaso esperabas a alguien más? -Me abalancé a sus brazos, apretándolo fuertemente contra mí, lo extrañaba demasiado, tan repentino fue mi abrazo que se quedó estático un par de segundos, hasta que por fin reaccionó y me devolvió el abrazo, pasando sus brazos por mi cintura.

-Yuri, te extrañé tanto... No logré acostumbrarme rápido el primer mes que me fui de aquí... Fue tanto mi estrés y mis ganas de volver que me intenté fugar de casa de mi tía...

-¿Eh? Se que fue un cambio repentino de un día a otro, pero no como para hacer ese tipo de estupideces...

-Sé que tú también estabas desesperado por verme. -Sonreí, a pesar de que él no me pudiera ver.

-Cállate...

Nos separamos de nuestro abrazo, "conmovedor" e intenté ver la cara de Yuri, sin que él se diera cuenta, dejando ver su pálida tez con un rubor rosa.-Que tierno... -Me miró mal y me empujó con la cadera.-¡Oye!

-No soy tierno.- Intentó verme a los ojos con un notable "odio", pero sus mejillas lo seguían traicionando.

-Ja Ja. Buena esa, claro que lo eres.- Lo miré de arriba a abajo con una mirada juguetona, haciendo que sólo lo pusiera más nervioso.

Mi padre tosió falsamente y mi mamá comenzó a reír.-¿Molestamos? Reservamos un lugar en un restaurant , _____.

-¿Eh? Ah, si claro... Lo siento. -Hice una pequeña reverencia y volteé a ver a mi lado, viendo que Yuri seguía en un pequeño duelo en su mente. -¡Ven Yuri!- Lo tomé firmemente de la mano, entrelazándolas con cariño. Lo miré y sonreí mientras que nos hacíamos paso hacía la entrada siguiendo los pasos entusiasmados de mis padres.