Primera comida
—Lo... lamento... en verdad... lo lamento... —susurraba sin dejar de llorar mientras intentaba estirarme lo más posible para poder llegar a tocar la cabeza de aquel cadáver. Cuando pude recuperar por fin mi visión pude distinguir que en su cabello habían varias hebillas. Mi intención era lograr tomar alguna de ellas para tratar de abrir los candados y así liberarme—. Sólo... un poco... más... ¡Sí! —mis ojos se llenaron de felicidad al observar que lo había conseguido. Ahora sólo tengo que conseguir abrir estas cosas. Parecía complicado, pero sabía que era posible.
No tengo ni idea de cuánto tiempo pudo haber pasado, sólo sé que sentía un horrible dolor en mis dedos por intentar una y otra vez aquello. Pero en situaciones así lo último que se pierde es la esperanza ¿verdad? De repente escuché los pasos de alguien, mi corazón se paralizó. Con gran agilidad oculté el objeto en mi bolsillo.
—Debes de estar contenta, aquí te traje tu comida —me sonrió cómo si nada hubiera pasado entre nosotros y fuéramos una pareja normal. Este tipo si que está demente...— Vamos, no me mires con esa cara como si yo fuera un monstruo —se estaba acercando cada ver más a mí. De seguro mi cara era de total pánico.
Observé de reojo a aquella chica de nuevo y me imaginé en su lugar. Decir que tenía miedo era decir poco—. Ohhh veo que ya conociste a tu compañera de habitación —dejó la bandeja de la comida en el suelo y fue directo a ella. Con una sonrisa igual a la de un niño cuando va por su juguete favorito, tomó la cabeza degollada de la rubia y la posicionó a la altura de mis ojos para que la pudiera ver bien. Estaba temblando, no podía respirar de horror que poseía.
—Ella es Rose, dile hola —me habló mirándome a los ojos, sin parar de sonreír.
—Ho... Hola... Ro... Rose... —quería cerrar mis ojos y no ver aquello tan bizarro. La sangre aún brotaba de donde antes estaba su cuerpo y estaba manchándome mis piernas. Las arcadas no tardaron en hacer acto de presencia.
—Hola Marinette, mucho gusto, espero que nos llevemos muy bien todos juntos aquí —Adrien comenzó a hablar con un intento de voz femenina, como si Rose hablara. Estoy con un lunático demente... quería llorar pero era mayor mi miedo a que me hiciera algo que el mismo llanto.
Por favor... que alguien me ayude...
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