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Lo que sea para poder vivir

Hola a todos!!! Sí!! Al fin de tanto tiempo estoy aquí de nuevo xD (luego de 84 años 😂😂😂) En la última parte que publiqué pregunté si les gustaría que haya un poco más de acción entre nuestros protagonistas 😏😏😏 y el 99% de todos los comentarios dijeron que sí 😂😂😂😂 Ya los descubrí, a ustedes les gusta el sexo sadomasoquista ehh 😏😏😏😂😂😂😂 Pero para respetar a aquellos comentarios que me pidieron que no lo pusiera he tomado una decisión. Cuando llegue la parte que se ponga algo subida de tono pondré estos asteriscos *** sí, esos tres, para que sepan dónde comienza y dónde termina. Para aquellos que no deseen leerlo 😊😊😊

Aún lo sigo viendo y no puedo creerlo... ¡¿MÁS DE 12 MIL VISITAS?! ¡ESO SÍ QUE NO ME LO ESPERABA! tal vez unos piensen que no es nada y otros piensen que es muchísimo. Para mí es la segunda opción, en serio, cuando la publiqué creí que a muy pocos les gustaría xD y terminó teniendo más visitas que la historia que en ese momento era la más leída que tenía xD REALMENTE MUCHÍSIMAS GRACIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!!!! 💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖 SE LOS AGRADEZCO MUCHÍSIMOOOOO 💖💖💖💖 espero que esta historia les siga gustado porque a partir de este momento empieza lo bueno 😏😏💖💖💖😂😂😂

Y antes de comenzar con el capítulo este, se lo quería dedicar a alguien... Sí, a ti DanAgreste xD ¿Creíste que no te daría un regalo de cumpleaños? Tarde pero seguro 💖💖💖 realmente espero que hayas pasado un hermoso CUMPLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!! Y realmente espero que te guste 😊😊😊💖💖💖

Ahora sí xD sin más preámbulos comencemos con el capítulo 💖💖

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Mis arcadas no dejaban de cesar, en verdad tenía unas inmensas ganas de vomitar, pero si lo hacía luego no me quería ni imaginar cómo reaccionaría él. Con todas mis fuerzas lo contuve lo más que pude. Traté de pensar en otras cosas y evitar lo más que podía mirar hacia la dirección en donde se encontraba Rose.

Una a una mis lágrimas de desesperación brotaban sin parar. Abracé con gran fuerza mis piernas y apoyé mi cabeza sobre ellas para ocultarla. Ya no podía más.

Levanté levemente mi rostro y contemplé mis manos. Las llagas tanto en mis dedos pulgares como índices aún me dolían. Podría, nuevamente, tratar de abrir los candados de mis cadenas. Pero a quién quería mentir, por más que lo intentara mil veces, no lo lograría. Era inútil seguir mintiéndome.

-Marin... -hablé entre el llanto- por favor... sácame de aquí.

Cerré mis ojos, tratando de dejar que el mundo de los sueños me llevara. Tan sólo quería descansar y estar en un lugar diferente a ese, aunque sólo sea mi mente. Pero, para mí desgracia, mi cerebro se encontraba completamente en alerta y no iba a permitir que me durmiera.

De repente algo que estaba temiendo que pasara, sucedió.

-Maldita sea... -. Tal parece que mi cuerpo no quería cooperar conmigo. Primero mis arcadas y ahora esto. Necesitaba ir al baño, urgente, pero cómo. Con escasa distancia que me permitía desplazarme mis cadenas, me era imposible poder ir a uno. Claro, si lo hubiera, ya que no podía distinguir ninguno en el lugar que estaba.

Comencé a moverme desesperadamente, juntando con fuerzas mis piernas. Yo nunca fui una de esas personas con mucha retención y ahora les tenía una total envidia. ¿Qué hago? Pensé para mí misma. Y por más que analizaba más y más la situación me era completamente impensable a la conclusión que siempre llegaba. Ni aunque me estuviera muriendo iba a permitirme hacerme encima. Prefería que mi vejiga explotara a que terminar en esa situación.

Tal vez tan sólo pasó una media hora, pero para mí fue una eternidad antes de que él volviera a bajar por las escaleras. Pude ver que venía acompañado de alguien, pero no me interesó. En lo único que podía pensar era en una sola cosa.

-Marinette, mira, ella es... -se detuvo cuando observó los raros movimientos que estaba haciendo. Yo hubiera hecho lo mismo en su lugar, porque probablemente me estaría viendo como si fuera un contorsionista. De la nada logré escuchar una gran carcajada. La mujer a su lado tenía los ojos tan abiertos como platos, se encontraba tan sorprendida como yo-. ¿Quieres ir al baño? -sin dejar de reír. El hijo de su puta madre se estaba riendo de mí.

-Con su permiso señor, yo me encargaré -habló respetuosa la mujer de traje.

-Sí, te la dejo Alya, yo me encargaré de los otros asuntos -y sin más de marchó nuevamente. ¿Y ahora qué? ¿Qué clase de cosa iría a hacerme ella? El miedo me invadió por completo.

De su bolsillo sacó una llave color bronce y se acercó a mí. Instintivamente traté de alejarme lo más posible y cuando ya no podía más, tan sólo cerré fuertemente mis ojos a la espera de su movimiento. Pude sentir un leve movimiento en mis muñecas y mis tobillos sumado al ruido que hacían las cadenas contra sí. Con algo de coraje, abrí levemente un ojo para poder observar qué había ocurrido. Y ahí estaba ella, extendiéndome su mano para ayudarme a levantarme.

-Ven, ¿no querías ir al baño? -me habló con una mirada inmutable. Vi mis manos, aquello que me tenía atada ahí ahora se encontraba tirado en el suelo. Con gran desconfianza la sujeté para pararme. Todo dentro de mí me decía que no confiara, pero ya no podía soportar más.

Me dirigió a un cuarto secreto de ahí. La puerta era idéntica a la pared, si ella no me hubiera llevado hasta ese lugar, jamás lo hubiera visto. Se trataba de un amplio baño recubierto de azulejos blancos que contrastaban de gran manera con el resto del sótano.

-Te esperaré afuera, avisa cuando termines -dicho esto, me dejó encerrada en ese lugar.

Pude sentir un gran alivio cuando por fin pude hacerlo. Ahora por lo menos estaba un poco mejor. Abrí la canilla para poder lavarme las manos. El lugar era realmente muy elegante, incluso muchísimo más que el que teníamos en casa. Algo que me pareció completamente curioso. ¿por qué tener un baño así en un sótano? No tenía lógica. Aunque, cada vez que pensaba en todo lo que estaba viviendo ahora, la lógica era lo que menos me importaba.

Pude contemplar el gran espejo que había. Traté de moverlo pero era imposible, estaba fijado a la pared. Era una pena, me hubiera sido de una buena ayuda si planeaba algún escape.

-¿Se encuentra bien? -di un pequeño salto del susto.

-S... sí, ya estoy lista -. Ni bien terminé de pronunciar esas palabras, abrió la puerta haciéndome una seña para que saliera. Ahí una gran ráfaga de adrenalina se apoderó de mi cuerpo y corrí con todas mis fuerzas hasta las escaleras. Con rapidez subí estas y cuando traté de abrir la puerta, todas las esperanzas que tenía para salir se derrumbaron.

-¿Realmente creíste que dejaría la puerta abierta? -habló seriamente la joven mujer. El miedo de apoderó nuevamente de mí. Ese era mi fin, la hice enojar. Comencé a temblar con gran fuerza, cómo pude ser tan idiota...

-Iré a preparar la tina -pronunció sin ninguna emoción y se dirigió de nuevo al baño. Maldición... me van a ahogar o... tal vez ahí planeen meterme para que puedan electrocutarme.

Con una profunda resignación a mi trágico destino, como un condenado a muerte caminaba hasta la guillotina, bajé y cuando llegué al lugar en donde se encontraban mis cadenas, me senté a la espera de lo inevitable. ¿Cómo pude llegar a creer que iba a ser remotamente posible escapar sin un plan en mente? Sin pensarlo cavé mi propia tumba.

Escuché cómo se abría el grifo y cómo el agua corría llenando lo que sería una de las causas de mi muerte. Luego de varios minutos, cuando ella salió de ahí, comencé a rogarle por mí vida.

-¡Por favor te lo ruego! -me arrodillé frente a ella, suplicándole piedad mientras mis lágrimas comenzaron a empapar sus elegantes zapatos-. ¡Por favor no me mates! ¡Juro que no lo volveré a intentar, lo juro! ¡Por favor te lo ruego!.

-¿De qué hablas? -elevé mi rostro para verla, su expresión era de total asombro-. No voy a matarte, eso ya lo verá el señor Agreste. Yo estoy aquí para atender a sus necesidades.

-¿Ne... necesidades?... -listo, ya me habían perdido, ya no lograba comprender nada.

-Mi nombre es Alya, y estoy aquí para atenderla. Para asegurarme de que esté presentable para el señor.

-¿Co... cómo que presentable?...

-Usted ahora es su nueva esclava sexual, mi deber es hacer que usted se encuentre bella y deseable para él -habló con aquella seriedad de siempre. Yo abrí mis ojos a más no poder al escucharlo. ¿Esclava sexual?... Comencé a temblar y miles de imágenes de lo que podría llegar a hacerme se me pasaron por la mente. Entré en pánico.

-Lo que hice fue prepararle la tina para que se de un baño. Más tarde vendrá para verla, así que me tengo que encargar de usted -un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y aquellas náuseas volvieron a aparecer. Las lágrimas seguían brotando sin parar. Creo que hubiera preferido cualquiera de las opciones que había pensado para mi muerte en lugar de esto.

-¿Me deja darle un consejo?... -aquellas palabras me tomaron por sorpresa. Alya se había agachado para poder estar a la misma altura que yo-. Haga todo lo que le pida, no se resista, por más miedo y/o asco que pueda llegar a provocarle. Tal vez así logre sobrevivir... -miró con gran pena en la dirección en donde se encontraba el cuerpo de Rose-. La pobre había intentado escapar, pero él logró alcanzarla antes de que lo consiguiera... -bajó su rostro con profundo dolor, tal parecía que había tenido un gran cariño.

Yo también la miré y pude ver uno de mis posibles destinos si es que no hacía lo que me pedían... Básicamente, tengo que actuar como una puta para poder vivir...

-Tal vez no pueda hacerlo pero... -la miré nuevamente cuando comenzó a hablar- intenta enamorarlo -dijo esto mirándome fijamente a los ojos.

¿Enamorarlo? ¿Enamorar a un loco demente? ¿Es acaso eso posible, si en primer lugar tenemos en cuenta que estaba ahí porque intentaba conseguir una cita a través de una página de citas?

-Tal vez de esa forma él cambie y la trate bien. No estoy segura, pero no pierde nada con intentar...

***
Ya me encontraba en la tina. De no ser por la situación en la que estaba, realmente hubiera disfrutado del baño. Pero los nervios y el estrés no me lo permitían. Suspiré. El dulce aroma del shampoo me embriagó. Realmente era muy rico, aunque me daba algo de pena, ya que si por algún milagro podría salir de ahí no iba a comprarlo. No iba a tener nada que me recordara todo eso. Tomé un mechón y lo olí para sentir aún más la fragancia. De la nada todo mi cuerpo se tensó y un escalofrío me recorrió comenzando por la zona en la que aquella mano me estaba tocando mí espalda desnuda.

-Realmente te vez muy hermosa de esta forma. Así, tan frágil, tan vulnerable -me susurró al oído. Utilicé todas mis fuerzas para contenerme y no darle un puñetazo para que dejara de tocarme, pero sabía que si hacía exactamente eso, mi muerte iba a ser inminente. Me quedé quieta, sin hacer nada.

-Si deseas puedo ayudarte a lavarte... -volvió a susurrar. Ya sabía cómo iba a terminar todo eso. Asentí con la cabeza para que comenzara y lentamente comenzó a pasar el jabón delicadamente por mi cuerpo. Primero corrió con cuidado mi cabello y luego inició por mi cuello, pasando por la espalda, después por mi abdomen mientras daba pequeños círculos con el jabón.

Mordí mi labio para evitar un gemido cuando comenzó a masajerarme con gentileza (para mi gran asombro) mis pechos. No podía creer cómo mi cuerpo me seguía traicionando cada vez más. Parecía como si se hubiera vuelto en mi contra. Pero, en contra de mi propia voluntad, estaba disfrutando las caricias de aquel hombre.

-Parece que aún estás algo tensa... Creo que mejor lo dejamos para más tarde... -ni bien dijo esto, apartó sus manos de mí y antes de que las alejara más, tomé una de ellas y la volví a colocar en la posición que estaba.

"...intenta enamorarlo..."

-Por favor... no te apartes... -le susurré débilmente, mirándolo con deseo-; te lo suplico... continúa...

Si para sobrevivir tenía que convertirme en esto... entonces haría lo que fuera...

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